La CIA ha estado involucrada desde su creación en 1947 en operaciones encubiertas para desestabilizar gobiernos y asesinar dirigentes en América Latina que amenazaban los intereses estadounidenses, incluyendo golpes de estado en Guatemala, Brasil, Chile y golpes de estado o intentos de asesinato en Cuba, República Dominicana y otras naciones. La CIA también ha apoyado fuerzas paramilitares en Nicaragua, El Salvador y otros países.