Miguel de Unamuno tenía creencias y dudas sobre Dios. Su idea de Dios cambiaba cada vez que la concebía, saltando entre creer y no creer en Él. Por un lado, Unamuno argumentaba que no hay necesidad racional sino una "angustia vital" que nos lleva a creer en Dios. Por otro lado, un sacerdote afirmó que detrás de los escritos teológicos de Unamuno había un "descreimiento absoluto de Dios". Unamuno expresó tanto imágenes mentales que iniciaron su coraje con Dios