1. PRODUCCIÓN Y EL EQUILIBRIO Y DESEQUILIBRIO ECONÓMICO
El equilibrio y su ausencia, el desequilibrio, son conceptos en cierto modo
familiares para todos los estudiantes, bien estudien Economía u otra ciencia social o
física. La definición de equilibrio en las ciencias físicas, como estado de igualdad entre
fuerzas o acciones contrarias, puede aplicarse, sin modificarla. A su vez, desequilibrio es
simplemente la ausencia de un estado de equilibrio, es decir, un estado en el que fuerzas
opuestas producen una desnivelación.
En Economía estamos continuamente tratando de variables cuyos valores cambian
en el tiempo, por lo que un estado de nivelación o balance definidor del equilibrio puede
expresarse mejor como un estado en el que no hay cambio a lo largo del tiempo. Esto no
quiere decir que el equilibrio económico sea un estado de reposo absoluto, un estado sin
movimiento en el que no ocurra nada; más bien, es un estado en el que hay una
actividad, pero una actividad de un carácter repetitivo en tanto se mantiene una posición
dada de equilibrio. Cada período de tiempo repite exactamente el período anterior. Este
estado de equilibrio tiene lugar incluso aunque las fuerzas que actúan en el sistema estén
en un estado continuo de cambio, con tal de que el efecto neto de estas fuerzas variables
sea tal que no perturbe a la posición de equilibrio.
Volvamos por un momento a la teoría microeconómica y consideremos el análisis
ordinario de la determinación del precio basada en la demanda-oferta, en el caso de una
única mercancía, en el que la cantidad ofrecida varía directamente con el precio y la
cantidad demandada varía inversamente con el precio. El precio por unidad se determina
por las fuerzas opuestas de la oferta y la demanda, opuestas en el sentido de que un
aumento de la oferta tiende a bajar el precio, mientras que un aumento de la demanda
tiende a elevarlo, siendo opuestas las tendencias derivadas de variaciones contrarias en
la oferta y la demanda. En la figura 6-1, la oferta, S, y la demanda, D, están en equilibrio
sólo al precio OP y a la cantidad OA. A cualquier otro precio mayor o menor que OP,
existe desequilibrio: a un precio superior a O P, habrá un exceso de cantidad ofrecida
sobre cantidad demandada ya todo precio inferior a OP será superior la cantidad
demandada sobre la cantidad ofrecida. En este modelo concreto, en el caso de
2. desequilibrio, las fuerzas opuestas son tales que el precio vuelve al nivel de equilibrio OP,
y la cantidad vuelve a la de equilibrio OA.
La oferta y la demanda son funciones que indican las diferentes cantidades de una
mercancía que se ofrecen y se demandan a los diversos precios en un período de tiempo
dado. Como variable de corriente, pueden expresarse en función de cantidad por minuto,
hora, día, semana o cualquier otro período de tiempo. Si en un período dado de tiempo la
oferta y la demanda son iguales a las del período anterior, la cantidad de equilibrio de la
mercancía comprada o vendida será OA y el precio de equilibrio OP, un período tras otro.
El mercado está nivelado, pero no carece de movimiento, pues los vendedores están
trayendo continuamente más mercancía al mercado y los compradores cogiendo más de
ella. En otras palabras, el mercado está en equilibrio, no existiendo cambio en las
magnitudes del precio y de la cantidad.
A lo largo del tiempo, tienen lugar cambios en la demanda y la oferta. Según la
dirección y magnitud de los cambios de la oferta o de la demanda, o de ambas, los
precios y la cantidad de equilibrio pueden aumentar o disminuir, variando el precio y la
cantidad en direcciones contraria o en la misma dirección. S' y D', de la figura 6-1, son un
ejemplo de esta última posibilidad. El nuevo precio de equilibrio se convierte en OP, y la
nueva cantidad de equilibrio en OA. Siempre que una curva ascendente de oferta corte a
una curva descendente de demanda, todo cambio de la oferta y la demanda dará lugar a
una nueva cantidad y precio de equilibrio en el punto de intersección de las dos curvas.
En la práctica, el nuevo precio y la nueva cantidad de equilibrio no se establecen
instantáneamente, ya que el proceso lleva tiempo, durante el cual varían el precio y la
cantidad y el mercado se encuentra, por definición, en desequilibrio. Si los cambios de la
oferta y la demanda son frecuentes, importantes, o erráticos, puede que nunca se
alcance el equilibrio, pues antes de alcanzarse han variado las condiciones de demanda
Y oferta. En tal situación, el mercado está en continuo movimiento hacia el equilibrio, pero
este se hace un objetivo desviable, evasivo, que se aleja siempre al ir a alcanzarlo. Sin
embargo, aun para mercados como éste en continuo desequilibrio, el concepto de
equilibrio es un instrumento valioso de análisis. Si en un punto de tiempo existe posición
de equilibrio, esto nos dice, al menos, como se va a mover el sistema en el momento
siguiente, aun cuando sabemos que antes de que el sistema alcance la posición de
3. equilibrio hacia la que momentáneamente se dirige, se verá desviado al cambiar las
fuerzas y, con ello, la posición de equilibrio.
Se ha elegido la figura 6-1 para ilustrar el concepto de equilibrio debido a que es el
modelo microeconómico más sencillo posible de un sistema con solución de equilibrio.
Este modelo contiene sólo tres variables: la cantidad de la mercancía ofrecida, la cantidad
de mercancía demandada y el precio de la mercancía; y sólo tres relaciones entre estas
variables. Dos de éstas son relaciones funcionales: la cantidad demandada es una
función inversa del precio y la cantidad ofrecida una función directa. La tercera relación
especifica la condición necesaria para el equilibrio, a saber, que la cantidad que desean
vender los oferentes es igual a la cantidad que desean comprar los demandantes o, en
términos más breves, que la oferta debe ser igual a la demanda. Se supone que todas las
demás variables distintas del precio y que influyen en la oferta y en la demanda, tales
como la renta de los compradores, sus gustos, los precios de otras mercancías y los
precios de los factores utilizados en la producción de la mercancía, permanecen
invariables temporalmente, con el fin de concentrar la atención en la forma en que se
determina el precio de equilibrio dadas unas condiciones determinadas de oferta y
demanda.
Existen modelos macroeconómicos igualmente elementales, pero, probablemente,
menos familiares que el tan conocido modelo de la determinación del precio de la
mercancía de la figura 6-1, diferenciándose en las variables que entran en cada modelo.
En el modelo último son variables la cantidad demandada, la cantidad ofrecida y el precio,
mientras que en una de las versiones del modelo Keynesiano bi-sectorial, las variables
son la producción global de la economía, el consumo global y la inversión global. El
modelo contiene tres relaciones entre esas variables. Dos son relaciones funcionales: el
consumo global es una función directa de la producción o la renta; la inversión global es
(en una versión) también una función directa de la producción o la renta. La tercera
relación establece la condición necesaria para el equilibrio, o sea, que la producción
global producida sea igual a la producción global que desean comprar los consumidores,
tanto para fines de consumo como de inversión o, en términos breves, que la producción
global sea igual a la demanda global.
4. Así como en el mercado de una sola mercancía existe desequilibrio siempre que la
oferta no es igual a la demanda, también existe desequilibrio en los modelos
macroeconómicos siempre que la producción global no es igual a la demanda global En
el mercado de una mercancía, el precio de ésta se ajusta hacia arriba o hacia abajo hasta
poner en equilibrio la cantidad demandada y la cantidad ofrecida. En la teoría Keynesiana
es el nivel de la producción global o de la renta el que se ajusta hacia arriba o hacia
abajo, poniendo en equilibrio la producción y la demanda globales. Además, igual que los
cambios en la oferta y en la demanda de una mercancía producen un nuevo precio de
equilibrio (o, en ciertas condiciones, un estado de continuo desequilibrio), así los cambios
en las propensiones a consumir e invertir producen una nueva producción de equilibrio (o,
en ciertas condiciones, un estado de continuo desequilibrio).
La idea del equilibrio macroeconómico puede ilustrarse también de forma diferente,
a través de los conceptos de «stock» y «corriente» examinados anteriormente.
Supongamos que el agua afluye a un depósito a razón de 100.000 litros al día y sale de él
a razón de 90.000 litros al día. Estas corrientes pueden describirse como corrientes de
equilibrio en tanto no cambien de tamaño de un día a otro o en el período de tiempo
considerado relevante. Esto produce un equilibrio de corrientes, pero produce también,
necesariamente, un desequilibrio en el «stock» de agua. Si midiéramos el «stock» de
agua en el mismo momento diariamente, veríamos que crecía en 10.000 litros al día.
Como el «stock» cambia, existe desequilibrio en el «stock», y como la corriente no
cambia, existe equilibrio en las corrientes. El desequilibrio en el «stock» es así compatible
lógicamente con el equilibrio en la corriente, pero a lo largo del tiempo, un cambio
importante en el «stock» de agua empezará a afectar a las corrientes previamente
constantes. Y a no ser que se permita que el «stock» de agua desborde el depósito, tiene
que haber un cambio en la corriente que entra (de 100.000 a 90.000 litros al día), o en la
que sale (de 90.000 a 100.000 litros al día) o en ambos (a 95.000 litros). Si se llevan a
cabo estos cambios, el sistema estará en equilibrio tanto respecto a los «stocks» como a
las corrientes.
Una situación análoga se encuentra en la corriente de inversión (bienes capital
producidos), en la corriente de bienes consumidos y en el «stock» de bienes de capital.
La inversión bruta a una tasa constante de 95.000 millones al año y un consumo de
5. capital a una tasa constante de 55.000 millones al año definen el equilibrio de flujos.
Estos flujos definen también un desequilibrio de «stocks» en el que el «stock» de capital
aumenta cada año en la cantidad de 40.000 millones.
Esta es una indicación de que la economía es «creciente», si medimos el
«crecimiento» económico por la acumulación de capital. Al contrario, una economía en la
que exista equilibrio tanto en los «stocks» como en las corrientes, con una inversión
bruta, por ejemplo de 55.000 millones de dólares y un consumo de capital de 55.000
millones al año, es una economía «estacionaria», en la que el «stock» de capital no
aumenta ni disminuye con el tiempo.
Podemos, pues, describir el equilibrio de corrientes, como un equilibrio a corto
plazo y el equilibrio de «stocks» y de corrientes como un equilibrio a largo plazo. Pero
como no puede existir equilibrio de «stocks» sin equilibrio de corrientes, no puede existir
equilibrio a largo plazo sin equilibrio a corto plazo. En el equilibrio a corto plazo, omitimos
los efectos desequilibradores que producen las corrientes en los «stocks» y
consideramos sólo las condiciones necesarias para lograr el equilibrio de corrientes. Pero
en el equilibrio a largo plazo, hay que considerar los contra-efectos producidos en las
corrientes por los desequilibrio s en los «stocks», y las condiciones para el pleno
equilibrio comprenden, a la vez, las necesarias para el equilibrio de «stocks» y de
corrientes.
Una teoría o modelo económico prescinde de la infinita complejidad del mundo
real, estableciendo aquellas relaciones consideradas significativas entre un' número
limitado de variables consideradas importantes para el problema a analizar. El concepto
de equilibrio es una herramienta valiosa de la teoría, porque nos identifica una posición
en la que los valores de las variables del modelo están niveladas, lo que nos ayuda a
simplificar la complejidad del mundo real, en la que tales variables pueden estar
realmente en continuo desequilibrio a corto o a largo plazo. El desequilibrio constituye
también una valiosa herramienta de la teoría, pero en un sentido diferente, ya que al
simplificar menos la realidad se acerca más a ella. En realidad, puede decirse que el
análisis del equilibrio a corto plazo es un máximo en cuanto a la simplificación y el análisis
del equilibrio a largo plazo es un mínimo. Por ello, la rama más difícil de la teoría
6. macroeconómica es aquella que trata de los sistemas en desequilibrio a largo plazo y que
admite en su análisis cambios continuos tanto en los «stocks» como en las corrientes.
Al final de la sección anterior indicábamos que nos ocuparíamos principalmente de
la teoría macroeconómica elemental en la que se consideran los cambios en las
corrientes, pero no los cambios de los «stocks». Por la misma razón, la mayor parte de
los modelos que estudiemos serán aquellos que tienen una solución de equilibrio. En
otras palabras, nos limitaremos, en gran parte, a los modelos de equilibrio a corto plazo.