Este documento presenta una instrucción de la Conferencia Episcopal Paraguaya sobre la identidad católica ante los cristianos no católicos. Explica que el objetivo es promover el diálogo y la claridad doctrinal en un contexto de creciente presencia de sectas protestantes en Paraguay. Analiza la situación religiosa actual y los desafíos que enfrentan los católicos, e intenta ofrecer orientación sobre la verdadera naturaleza de la Iglesia católica y el ecumenismo, con el fin de ay
Este documento describe los principales enfoques de la misión de la Iglesia después del Concilio Vaticano II, incluyendo la misión ad gentes para anunciar el Evangelio a los no cristianos, la pastoral misionera para testimoniar la fe a través de la acción, la nueva evangelización para re-evangelizar a los bautizados alejados de la Iglesia, la misión ecuménica para promover la unidad entre las confesiones cristianas, y el diálogo interreligioso para un mayor entendimiento entre las religiones.
Para estudiar algunas de las partes de la Doctrina Social de la Iglesia. Son 11 sesiones de estudio que dimos en nuestra parroquia. Espero os sea de utilidad.
El documento presenta el discurso inaugural pronunciado por el Papa Juan Pablo II en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. En su discurso, el Papa enfatiza la importancia de que los obispos sean maestros de la verdad y defensores de la doctrina de la Iglesia, especialmente en lo que respecta a la enseñanza sobre Jesucristo. También pide que se transmita el Evangelio de manera fiel y no a través de "relecturas" que distorsionan la fe de la
El documento describe la vida y obra de Pedro Legaria Armendáriz, un sacerdote español del siglo XX. Creció en una familia devota y perdió a su padre a una edad temprana. Se sintió llamado al sacerdocio y destacó en el seminario por su fervor. Inspirado por los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, fundó las Esclavas de Cristo Rey y promovió casas de ejercicios espirituales, colegios y obras sociales. Tuvo una vida dedicada a servir a
Este documento presenta las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, Brasil en mayo de 2007. Resume los principales temas tratados en la conferencia, incluyendo la presencia del Papa Benedicto XVI, la importancia de la fe católica en América Latina y el Caribe, los desafíos de la evangelización, y el objetivo de la conferencia de fortalecer la fe del pueblo de Dios y promover a todos los bautizados como discípu
Este documento presenta una recopilación de ensayos sobre la historia de la Iglesia Católica y cómo ha respondido a diferentes eventos a lo largo de la historia. Incluye discusiones sobre las Cruzadas, la Inquisición, la evangelización de América, y las disculpas del Papa Juan Pablo II por los pecados de la Iglesia en el pasado. El objetivo es reflexionar sobre estos eventos controvertidos para evitar cometer los mismos errores en el futuro y purificar la memoria histórica.
El documento presenta las conclusiones de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. Reconoce que aunque existe heroísmo y santidad en Latinoamérica, los cristianos no siempre viven plenamente el Evangelio. Pide perdón por las limitaciones e insta a vivir los valores del Evangelio. Ofrece a los pueblos latinoamericanos la respuesta de salvación de Cristo para construir un futuro de dignidad y justicia.
El documento resume la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe celebrada en Aparecida, Brasil en mayo de 2007. Los 268 obispos participantes discutieron temas como ser discípulos misioneros de Jesucristo, la familia, la vida, la ecología, la vocación a la santidad y la misión de la Iglesia de evangelizar. El documento utiliza el método de "ver, juzgar, actuar" y enfatiza conocer a Jesucristo a través de la Palabra de Dios.
Este documento describe los principales enfoques de la misión de la Iglesia después del Concilio Vaticano II, incluyendo la misión ad gentes para anunciar el Evangelio a los no cristianos, la pastoral misionera para testimoniar la fe a través de la acción, la nueva evangelización para re-evangelizar a los bautizados alejados de la Iglesia, la misión ecuménica para promover la unidad entre las confesiones cristianas, y el diálogo interreligioso para un mayor entendimiento entre las religiones.
Para estudiar algunas de las partes de la Doctrina Social de la Iglesia. Son 11 sesiones de estudio que dimos en nuestra parroquia. Espero os sea de utilidad.
El documento presenta el discurso inaugural pronunciado por el Papa Juan Pablo II en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. En su discurso, el Papa enfatiza la importancia de que los obispos sean maestros de la verdad y defensores de la doctrina de la Iglesia, especialmente en lo que respecta a la enseñanza sobre Jesucristo. También pide que se transmita el Evangelio de manera fiel y no a través de "relecturas" que distorsionan la fe de la
El documento describe la vida y obra de Pedro Legaria Armendáriz, un sacerdote español del siglo XX. Creció en una familia devota y perdió a su padre a una edad temprana. Se sintió llamado al sacerdocio y destacó en el seminario por su fervor. Inspirado por los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, fundó las Esclavas de Cristo Rey y promovió casas de ejercicios espirituales, colegios y obras sociales. Tuvo una vida dedicada a servir a
Este documento presenta las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, Brasil en mayo de 2007. Resume los principales temas tratados en la conferencia, incluyendo la presencia del Papa Benedicto XVI, la importancia de la fe católica en América Latina y el Caribe, los desafíos de la evangelización, y el objetivo de la conferencia de fortalecer la fe del pueblo de Dios y promover a todos los bautizados como discípu
Este documento presenta una recopilación de ensayos sobre la historia de la Iglesia Católica y cómo ha respondido a diferentes eventos a lo largo de la historia. Incluye discusiones sobre las Cruzadas, la Inquisición, la evangelización de América, y las disculpas del Papa Juan Pablo II por los pecados de la Iglesia en el pasado. El objetivo es reflexionar sobre estos eventos controvertidos para evitar cometer los mismos errores en el futuro y purificar la memoria histórica.
El documento presenta las conclusiones de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. Reconoce que aunque existe heroísmo y santidad en Latinoamérica, los cristianos no siempre viven plenamente el Evangelio. Pide perdón por las limitaciones e insta a vivir los valores del Evangelio. Ofrece a los pueblos latinoamericanos la respuesta de salvación de Cristo para construir un futuro de dignidad y justicia.
El documento resume la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe celebrada en Aparecida, Brasil en mayo de 2007. Los 268 obispos participantes discutieron temas como ser discípulos misioneros de Jesucristo, la familia, la vida, la ecología, la vocación a la santidad y la misión de la Iglesia de evangelizar. El documento utiliza el método de "ver, juzgar, actuar" y enfatiza conocer a Jesucristo a través de la Palabra de Dios.
Todo sobre estos temas tan importante para la Jóvenes y adultos y que esta orientado a Cristianos para que nuestra Sociedad sea el reflejo de nuestros valores .
Este documento presenta las conclusiones de la Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Santo Domingo. Resalta la necesidad de una nueva evangelización, promoción humana y cultura cristiana en América Latina basada en el ejemplo de Jesús resucitado que camina con los discípulos de Emaús y les explica las Escrituras, compartiendo el pan con ellos. Insta a los obispos a llevar a cabo líneas pastorales prioritarias como la nueva evangelización, promoción humana
San Luis, rey de Francia, es un ejemplo de cómo vivir la fe cristiana mientras se desempeñan altas responsabilidades públicas. Siguió fielmente sus convicciones cristianas a pesar de ser rey y se preocupó por los más necesitados. Fue elegido patrono de la orden franciscana seglares debido a la coherencia entre su fe y sus acciones. Su vida muestra que ser un buen cristiano requiere cumplir con las obligaciones ciudadanas y trabajar por el bien común.
1. La misión es de Dios (Missio Dei) y la Iglesia es un instrumento para llevar a cabo la misión de Dios de amor y salvación al mundo.
2. En los primeros siglos, la expansión del cristianismo se debió principalmente al testimonio de creyentes laicos comunes que llevaban las buenas nuevas a donde quiera que iban.
3. La misión integral busca integrar la evangelización con la responsabilidad social y el servicio a la comunidad como elementos esenciales de la misión de la Igles
El documento propone que todos los miembros de la iglesia sean discípulos y misioneros de Jesucristo para llevar vida a los pueblos. Reconoce las luces y sombras en la iglesia y quiere iniciar una nueva etapa pastoral marcada por un fuerte compromiso misionero para proponer el Evangelio. Llama a ver la realidad a la luz de Dios, juzgar según Cristo y actuar desde la iglesia para transmitir la nueva vida en Cristo y servir a los más necesitados.
El documento resume las conclusiones de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Santo Domingo en 1992. Los obispos proclaman su fe en Jesucristo y la necesidad de una nueva evangelización que transmita la fe en Dios a los pueblos de América Latina. La nueva evangelización debe impulsar la promoción humana a través de la justicia, los derechos humanos y la defensa de la vida, y también fomentar una cultura cristiana inculturada.
Este documento es una carta del Papa Pío XII a los obispos latinoamericanos antes de la primera Conferencia General del CELAM en 1955. En ella, el Papa expresa su preocupación por la insuficiencia del clero en América Latina y alienta a los obispos a abordar este problema y otros durante la conferencia para fortalecer la vida católica en la región. También los insta a explorar nuevas formas de involucrar a los laicos y religiosos como colaboradores del clero.
Este documento resume el discurso del Papa Juan Pablo II en la inauguración de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México en 1979. El Papa enfatiza la importancia de que los obispos sean maestros de la verdad y defensores de la doctrina de la Iglesia, especialmente en lo que respecta a la enseñanza sobre Jesucristo. También advierte sobre interpretaciones erróneas de Jesús que lo presentan como un revolucionario político en lugar del Hijo de Dios y Salvador. El objetivo de la
El documento resume las conclusiones de la V Conferencia Episcopal de Aparecida en Brasil en 2007. Los obispos buscan iniciar una nueva etapa pastoral ante los desafíos de la globalización, con un mayor ardor misionero para proponer el Evangelio. Reconocen logros como la animación bíblica y la renovación litúrgica, pero también debilidades como un crecimiento eclesial menor que el demográfico y una evangelización poco ardiente. Proponen formar discípulos misioneros comprometidos con anunciar el Evangel
El documento resume la carta del Papa Juan Pablo II a los obispos de América Latina tras la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. El Papa elogia el trabajo de la conferencia y destaca que el documento resultante ofrece orientaciones pastorales y doctrinales importantes para la evangelización actual y futura de América Latina. También enfatiza la importancia de que los obispos transmitan fielmente la verdad sobre Jesucristo y defiendan la doctrina de la Iglesia frente a interpretaciones erró
Nuestros obispos en Aparecida, analizaron cómo hacer para que Jesucristo vuelva a estar presente en la vida de nuestros pueblos, viendo la manera de que cada discípulo (todo aquél que se dice cristiano) se convierta en un misionero, en un transmisor de la Buena Nueva del Evangelio para todas las criaturas. Descubrieron que la Iglesia debe trabajar primordialmente en insertar a cada cristiano (sin excepción alguna) en un proceso que consta de cinco etapas y que es el que mostramos en el esquema de abajo: Encuentro con Cristo, Conversión, Discipulado, Comunidad y Misión.
Este documento describe la historia de la evangelización a través de los tiempos, desde la edad apostólica hasta la época contemporánea. Argumenta que hoy se necesita una "nueva evangelización" que sea fervorosa, utilice nuevos métodos, y exprese el mensaje del Evangelio de maneras adaptadas al contexto actual. Propone que esta nueva evangelización debe ser el proyecto de toda la Iglesia, centrado en el Reino de Dios.
Este documento es la encíclica Veritatis Splendor del Papa Juan Pablo II sobre cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia. En ella, el Papa reflexiona sobre la necesidad de reafirmar algunas verdades morales básicas de la doctrina católica que están siendo cuestionadas. El Papa analiza el diálogo de Jesús con el joven rico para ilustrar cómo Cristo responde a las preguntas morales y enseña sobre los mandamientos. Finalmente, el Papa busca aclarar algunos aspectos doct
El Concilio Vaticano II (1962-1965) buscó actualizar la Iglesia Católica en respuesta a los desafíos del mundo moderno. Abordó temas como el papel de los obispos, laicos y libertad religiosa. Promulgó documentos que actualizaron la liturgia, enfatizaron la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios e impulsaron el ecumenismo y diálogo interreligioso. Juan XXIII convocó el concilio para que la Iglesia enseñara la fe de forma más efectiva
El documento resume la historia del ecumenismo en Ecuador, desde las primeras iglesias evangélicas en el siglo XIX hasta los esfuerzos actuales por el diálogo entre las iglesias. Destaca iniciativas como la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos en 1978, los Encuentros de Obispos y Pastores de América Latina en la década de 1980, y la Fraternidad Ecuménica de Quito desde 1997 que promueve la unidad entre las iglesias. El documento concluye con desafíos como extender el trabajo
Este documento resume el seminario "Los Sagrados Corazones" presentado en San Juan de Pasto en octubre de 2007. Habla sobre la presencia del Papa Pacelli y los documentos que resaltan de la iglesia en América Latina y el fortalecimiento de la iglesia dentro y fuera de Europa. También menciona la necesidad de formar el clero y la insuficiencia del mismo. Compara los temas tratados en la carta del Papa y el desarrollo de los obispos latinoamericanos.
P. antonio rivero historia de la iglesiaAntonio Vives
Este documento presenta una introducción a la historia de la Iglesia. Explica que estudiar esta historia es estudiar la historia de nuestra familia en la fe. Luego proporciona siete presupuestos clave para entender la Iglesia: 1) su origen divino, 2) sus diversos nombres como "comunión", 3) el Espíritu Santo como su alma, 4) sus propiedades de ser una, santa, católica y apostólica, 5) su estructura jerárquica, 6) las tres formas de mirarla
Entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios. 12 de junio de 1976.Episcopalpy
La carta habla sobre la situación de violencia en el Paraguay que está afectando profundamente a la Iglesia Católica. Detalla varios hechos preocupantes como la represión contra estudiantes y campesinos, tortura y desapariciones. También la intervención policial en instituciones de la Iglesia y la difamación de sacerdotes y cristianos. Los obispos piden oración y reflexión, y reafirman la unidad y santidad de la Iglesia presidida por sus pastores, a la vez que distinguen entre el
Este documento describe los desafíos y perspectivas de la misión en América Latina y el Caribe. Señala que la Iglesia en esta región se dio cuenta de que muchos católicos no tienen un compromiso personal con Jesucristo ni viven según los valores del Evangelio. La asamblea de Aparecida llamó a la Iglesia a ser más misionera y a llegar a los católicos. El documento argumenta que el carisma Verbum Dei puede ofrecer su enfoque en el discipulado y la misión para ayud
Todo sobre estos temas tan importante para la Jóvenes y adultos y que esta orientado a Cristianos para que nuestra Sociedad sea el reflejo de nuestros valores .
Este documento presenta las conclusiones de la Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Santo Domingo. Resalta la necesidad de una nueva evangelización, promoción humana y cultura cristiana en América Latina basada en el ejemplo de Jesús resucitado que camina con los discípulos de Emaús y les explica las Escrituras, compartiendo el pan con ellos. Insta a los obispos a llevar a cabo líneas pastorales prioritarias como la nueva evangelización, promoción humana
San Luis, rey de Francia, es un ejemplo de cómo vivir la fe cristiana mientras se desempeñan altas responsabilidades públicas. Siguió fielmente sus convicciones cristianas a pesar de ser rey y se preocupó por los más necesitados. Fue elegido patrono de la orden franciscana seglares debido a la coherencia entre su fe y sus acciones. Su vida muestra que ser un buen cristiano requiere cumplir con las obligaciones ciudadanas y trabajar por el bien común.
1. La misión es de Dios (Missio Dei) y la Iglesia es un instrumento para llevar a cabo la misión de Dios de amor y salvación al mundo.
2. En los primeros siglos, la expansión del cristianismo se debió principalmente al testimonio de creyentes laicos comunes que llevaban las buenas nuevas a donde quiera que iban.
3. La misión integral busca integrar la evangelización con la responsabilidad social y el servicio a la comunidad como elementos esenciales de la misión de la Igles
El documento propone que todos los miembros de la iglesia sean discípulos y misioneros de Jesucristo para llevar vida a los pueblos. Reconoce las luces y sombras en la iglesia y quiere iniciar una nueva etapa pastoral marcada por un fuerte compromiso misionero para proponer el Evangelio. Llama a ver la realidad a la luz de Dios, juzgar según Cristo y actuar desde la iglesia para transmitir la nueva vida en Cristo y servir a los más necesitados.
El documento resume las conclusiones de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Santo Domingo en 1992. Los obispos proclaman su fe en Jesucristo y la necesidad de una nueva evangelización que transmita la fe en Dios a los pueblos de América Latina. La nueva evangelización debe impulsar la promoción humana a través de la justicia, los derechos humanos y la defensa de la vida, y también fomentar una cultura cristiana inculturada.
Este documento es una carta del Papa Pío XII a los obispos latinoamericanos antes de la primera Conferencia General del CELAM en 1955. En ella, el Papa expresa su preocupación por la insuficiencia del clero en América Latina y alienta a los obispos a abordar este problema y otros durante la conferencia para fortalecer la vida católica en la región. También los insta a explorar nuevas formas de involucrar a los laicos y religiosos como colaboradores del clero.
Este documento resume el discurso del Papa Juan Pablo II en la inauguración de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México en 1979. El Papa enfatiza la importancia de que los obispos sean maestros de la verdad y defensores de la doctrina de la Iglesia, especialmente en lo que respecta a la enseñanza sobre Jesucristo. También advierte sobre interpretaciones erróneas de Jesús que lo presentan como un revolucionario político en lugar del Hijo de Dios y Salvador. El objetivo de la
El documento resume las conclusiones de la V Conferencia Episcopal de Aparecida en Brasil en 2007. Los obispos buscan iniciar una nueva etapa pastoral ante los desafíos de la globalización, con un mayor ardor misionero para proponer el Evangelio. Reconocen logros como la animación bíblica y la renovación litúrgica, pero también debilidades como un crecimiento eclesial menor que el demográfico y una evangelización poco ardiente. Proponen formar discípulos misioneros comprometidos con anunciar el Evangel
El documento resume la carta del Papa Juan Pablo II a los obispos de América Latina tras la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México. El Papa elogia el trabajo de la conferencia y destaca que el documento resultante ofrece orientaciones pastorales y doctrinales importantes para la evangelización actual y futura de América Latina. También enfatiza la importancia de que los obispos transmitan fielmente la verdad sobre Jesucristo y defiendan la doctrina de la Iglesia frente a interpretaciones erró
Nuestros obispos en Aparecida, analizaron cómo hacer para que Jesucristo vuelva a estar presente en la vida de nuestros pueblos, viendo la manera de que cada discípulo (todo aquél que se dice cristiano) se convierta en un misionero, en un transmisor de la Buena Nueva del Evangelio para todas las criaturas. Descubrieron que la Iglesia debe trabajar primordialmente en insertar a cada cristiano (sin excepción alguna) en un proceso que consta de cinco etapas y que es el que mostramos en el esquema de abajo: Encuentro con Cristo, Conversión, Discipulado, Comunidad y Misión.
Este documento describe la historia de la evangelización a través de los tiempos, desde la edad apostólica hasta la época contemporánea. Argumenta que hoy se necesita una "nueva evangelización" que sea fervorosa, utilice nuevos métodos, y exprese el mensaje del Evangelio de maneras adaptadas al contexto actual. Propone que esta nueva evangelización debe ser el proyecto de toda la Iglesia, centrado en el Reino de Dios.
Este documento es la encíclica Veritatis Splendor del Papa Juan Pablo II sobre cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia. En ella, el Papa reflexiona sobre la necesidad de reafirmar algunas verdades morales básicas de la doctrina católica que están siendo cuestionadas. El Papa analiza el diálogo de Jesús con el joven rico para ilustrar cómo Cristo responde a las preguntas morales y enseña sobre los mandamientos. Finalmente, el Papa busca aclarar algunos aspectos doct
El Concilio Vaticano II (1962-1965) buscó actualizar la Iglesia Católica en respuesta a los desafíos del mundo moderno. Abordó temas como el papel de los obispos, laicos y libertad religiosa. Promulgó documentos que actualizaron la liturgia, enfatizaron la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios e impulsaron el ecumenismo y diálogo interreligioso. Juan XXIII convocó el concilio para que la Iglesia enseñara la fe de forma más efectiva
El documento resume la historia del ecumenismo en Ecuador, desde las primeras iglesias evangélicas en el siglo XIX hasta los esfuerzos actuales por el diálogo entre las iglesias. Destaca iniciativas como la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos en 1978, los Encuentros de Obispos y Pastores de América Latina en la década de 1980, y la Fraternidad Ecuménica de Quito desde 1997 que promueve la unidad entre las iglesias. El documento concluye con desafíos como extender el trabajo
Este documento resume el seminario "Los Sagrados Corazones" presentado en San Juan de Pasto en octubre de 2007. Habla sobre la presencia del Papa Pacelli y los documentos que resaltan de la iglesia en América Latina y el fortalecimiento de la iglesia dentro y fuera de Europa. También menciona la necesidad de formar el clero y la insuficiencia del mismo. Compara los temas tratados en la carta del Papa y el desarrollo de los obispos latinoamericanos.
P. antonio rivero historia de la iglesiaAntonio Vives
Este documento presenta una introducción a la historia de la Iglesia. Explica que estudiar esta historia es estudiar la historia de nuestra familia en la fe. Luego proporciona siete presupuestos clave para entender la Iglesia: 1) su origen divino, 2) sus diversos nombres como "comunión", 3) el Espíritu Santo como su alma, 4) sus propiedades de ser una, santa, católica y apostólica, 5) su estructura jerárquica, 6) las tres formas de mirarla
Entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios. 12 de junio de 1976.Episcopalpy
La carta habla sobre la situación de violencia en el Paraguay que está afectando profundamente a la Iglesia Católica. Detalla varios hechos preocupantes como la represión contra estudiantes y campesinos, tortura y desapariciones. También la intervención policial en instituciones de la Iglesia y la difamación de sacerdotes y cristianos. Los obispos piden oración y reflexión, y reafirman la unidad y santidad de la Iglesia presidida por sus pastores, a la vez que distinguen entre el
Este documento describe los desafíos y perspectivas de la misión en América Latina y el Caribe. Señala que la Iglesia en esta región se dio cuenta de que muchos católicos no tienen un compromiso personal con Jesucristo ni viven según los valores del Evangelio. La asamblea de Aparecida llamó a la Iglesia a ser más misionera y a llegar a los católicos. El documento argumenta que el carisma Verbum Dei puede ofrecer su enfoque en el discipulado y la misión para ayud
El documento habla sobre el papel y la contribución de los institutos seculares en la nueva evangelización. El cardenal João Braz de Aviz destaca la importancia del encuentro, la salvación y la esperanza. Argumenta que los institutos seculares pueden ayudar a la nueva evangelización actuando como levadura en la sociedad para encontrar a otros sin negociar su fe, y siendo hermanos antes que maestros.
Este documento trata sobre tres pensamientos principales del Papa Pablo VI sobre el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Primero, que la Iglesia debe profundizar en su comprensión de sí misma, su doctrina y misión. Segundo, que debe esforzarse por corregir sus propios defectos y mejorar la perfección de sus miembros. Tercero, que debe establecer relaciones con el mundo moderno y participar en el diálogo entre la Iglesia y la sociedad.
Este documento trata sobre tres pensamientos principales del Papa Pablo VI sobre el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Primero, que la Iglesia debe profundizar en su comprensión de sí misma, su doctrina y misión. Segundo, que debe renovarse a sí misma corrigiendo defectos y tendiendo a mayor perfección. Tercero, que debe establecer nuevas relaciones con el mundo moderno a través del diálogo.
Este documento presenta un resumen de la Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium" del Papa Francisco. Describe que es la primera exhortación de Francisco y está dividida en una introducción y cinco capítulos. Los capítulos tratan sobre la transformación misionera de la Iglesia, la crisis del compromiso comunitario, el anuncio del Evangelio, la dimensión social de la evangelización, y los evangelizadores con espíritu. El documento tiene como objetivo exhortar a los cristianos a recuperar el espíritu m
El documento describe la historia del Pentecostalismo y la Renovación Carismática Católica. Comenzó con los dones del Espíritu Santo descritos en el Nuevo Testamento y resurgió en varios movimientos a través de los siglos. En el siglo XX, la hermana Elena Guerra instó al Papa León XIII a renovar el énfasis de la Iglesia en el Espíritu Santo. Esto condujo a una renovación del Pentecostalismo en la Iglesia Católica en la década de 1960 que prom
Mensaje con motivo de la visita Ad Limina. 7 de octubre de 1984Episcopalpy
El documento describe la visita ad limina que los obispos del Paraguay realizarán al Papa. Explica que la visita es una obligación sagrada de los obispos para presentar un informe sobre su diócesis y renovar su compromiso de evangelizar en comunión con el Papa. También destaca algunos problemas que preocupan a los obispos paraguayos como intentos de limitar la misión evangelizadora de la Iglesia y ataques a su magisterio.
Este documento discute la importancia del "kerigma" o primer anuncio del Evangelio para los católicos que se sienten atraídos por otras experiencias espirituales. Señala que muchos católicos están "sacramentalizados" pero no necesariamente convertidos a Jesucristo. Antes que cualquier otra cosa, la Iglesia debe enfocarse en el primer anuncio apasionado del Evangelio que busca la conversión, no solo despertar simpatía. Solo aquellos que han experimentado realmente a Jesucristo pueden hacer un verdadero
1ra. CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO - Rio de Janeiro 1955
La I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano fue convocada por el Papa Pío XII2. Se celebró en la ciudad de Río de Janeiro del 25 de julio al 4 de agosto de 1955. La Conferencia tenía el manifiesto deseo de fortalecer la fe en América Latina a la vez que de impulsar una renovada evangelización.
Este documento resume las discusiones de una conferencia eclesial sobre cómo ser discípulos misioneros en América Latina y el Caribe. Propone que los cristianos deben salir de los templos para anunciar el Evangelio y servir a los más pobres, especialmente a través de pequeñas comunidades. También enfatiza la defensa de la dignidad humana, la justicia social, la familia y la vida. El objetivo final es despertar a la Iglesia para una renovada misión de propagar el Reino de Dios en la región.
La iglesia fiel frente a la apostasia actualPaulo Arieu
Este documento discute la apostasía actual en la iglesia. Identifica tres evidencias principales de apostasía: 1) El sincretismo religioso promovido por organizaciones como el Consejo Mundial de Iglesias y el Parlamento de Religiones del Mundo. 2) La pérdida de identidad doctrinal e institucional en muchas iglesias. 3) La infiltración de doctrinas de la Nueva Era, como la enseñanza de que el hombre puede convertirse en dios. El documento advierte que líderes cristianos prominentes han sido
El documento describe la creación de una asociación llamada Apostolado Seglar en Murchante, Navarra en 1918. Su objetivo es trabajar por la salvación de las almas mediante conversaciones, consejos, oraciones y buenas obras para atraer a la gente a Jesucristo. Todos pueden participar en esta obra, incluidos los seglares, que a veces pueden hacer más que los sacerdotes. Se enfatiza la necesidad de santificarse uno mismo para poder hablar a otros con fervor sobre Dios.
El documento analiza el Concilio Vaticano II y argumenta que aunque trajo algunos cambios positivos como el diálogo con la modernidad y el reconocimiento de los derechos humanos, mantuvo intactas su estructura jerárquica y organización patriarcal. También señala silencios sobre temas como el celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres que llevaron a decepción y marcaron el comienzo de una involución. El Concilio representó una reforma moderada más que una revolución y no logró implementar plenamente
La pastoral misionera desde la comunidad local se refiere al conjunto de acciones como la información, formación, animación, cooperación y articulación que se dirigen a formar al pueblo de Dios para la misión universal y promover vocaciones misioneras. Aunque el término no se usa ampliamente en documentos eclesiásticos, se entiende como una nueva manera de hacer pastoral que enfatiza la naturaleza misionera de toda la Iglesia y la necesidad de conversión para enfocarse más en la misión ad gentes.
Explicación del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI. Contexto, similitudes con el año de la fe convocado por Pablo VI en 1967-8, propuestas de la Porta Fidei, iniciativas varias.
El documento describe los desafíos y oportunidades de la evangelización en Asia, un contexto multicultural y multi-religioso. Se enfatiza la importancia de conocer y respetar las culturas locales, dialogar con otras religiones, y dar testimonio de la fe a través de la vida y el anuncio de la Palabra. La comunidad Verbum Dei puede contribuir encarnando el Evangelio en las diversas culturas asiáticas para que más personas conozcan a Dios.
Similar a Unidad en la verdad. 8 de diciembre de 1986 (20)
La Unión Europea ha propuesto un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que incluye un embargo al petróleo. El embargo prohibiría la importación de petróleo ruso a la UE y también impediría el acceso de buques rusos a puertos europeos. Sin embargo, Hungría se opone firmemente al embargo al petróleo, argumentando que su economía depende en gran medida de las importaciones de energía rusa.
Presentación vida de San Juan María Vianney.pptxClaudiaZapata74
Vida de un gran santo, patrono de los sacerdotes. Desde su nacimiento hasta su consagracion como sacerdote y su vida en el pueblo de Ars entregado a llevar a Jesus a los habitantes del lugar.
El milenio es un periodo de la profecía bíblica que siempre atrae la atención. Este periodo profético es mencionado solamente en un capítulo de la Santa Biblia: Apocalipsis 20 donde se menciona seis veces. Pero además de esta estadística, la importancia de este periodo es enorme, pues pone fin al plan de la salvación y a la vindicación de la justicia de Dios frente al universo no caído. Muchos nos hicimos la pregunta sobre si es necesario el milenio si todo parece haber sido resuelto con la Segunda Venida de Jesús. Otros pueden preguntarse por qué hay que esperar un milenio para terminar este asunto.
Lo que sí es seguro, es que el milenio cierra un periodo que hasta ahora sobrepasa los seis mil años, un periodo singular, donde el pecado apareció y se extendió en el universo angélico, contaminando luego un planeta, el nuestro. Este periodo singular jamás se volverá a repetir, por lo que intuyo que el cierre del mismo requiere no solamente del tiempo necesario, sino de la participación de las inteligencias celestiales que deben haber visto con inusitado asombro lo que hasta ahora ha ocurrido, así como de una metodología que incluye a Dios, al universo no caído (ángeles y otros seres creados), los santos, los ángeles caídos y los impíos; esto es, de todo el universo. Me gustaría mencionar algo. Our World in Data publicó hace poco una estimación (los criterios pueden ser discutidos como cualquier estimación) de la cantidad de personas que han existido y existen en esta tierra: la cifra es 117.000 millones, o sea entre 14 y 15 veces la población actual. Suponga que, siendo generoso, un 10% se salven (creo que serán bastante menos) habría que revisar el juicio de 105.300 millones de personas. Si el juicio en los cielos dura 1.000 años, habría que revisar unos 290.000 casos por día… sin contar a los ángeles malos, una tarea extenuante aun para un batallón de jueces. Ya no parece tan largo el periodo… ¿verdad?
Vamos a intentar cubrir este tema dando respuesta a muchas de las preguntas que nos suscita, pero sin perder de vista lo más importante, el Nombre de Dios finalmente será vindicado a los ojos de todo el universo.
Homo Deus, Breve historia del mañana, Yuval Noah Harari
Unidad en la verdad. 8 de diciembre de 1986
1. Carta Pastoral
Unidad en la verdad
Instrucción de la Conferencia Episcopal
Paraguaya sobre la Identidad de los Católicos
ante los Cristianos No-Católicos
Introducción
1. VOLUNTAD DE DIÁLOGO
La comunicación entre los distintos miembros de la Iglesia es
necesaria para la vida de este cuerpo Místico de Cristo, que todos
formamos. La voluntad de diálogo que nos anima a los Obispos del
Paraguay está patente para cualquiera que siga el ritmo de los
acontecimientos en nuestro querido país.
Así queremos ser fieles al Concilio Vaticano II que nos dijo: "Como
es propio de la Iglesia entablar diálogos con la sociedad en que vive,
deber es en primer término de los Obispos dirigirse a los hombres y
entablar y promover diálogo con ellos. Estos diálogos ordenados a la
salvación, para que vaya siempre unida la verdad con la caridad, la
inteligencia con el amor, es menestrer que se distingan por la claridad
del lenguaje, así como por la humildad y mansedumbre, igualmente por
la debida prudencia, juntamente, no obstante con la confianza, que, al
fomentar la amistad, tiende por naturaleza a unir los ánimos" (CD 13).
Es en ese clima de diálogo que deseamos dirigirnos a todos los fieles
católicos, y a cuantos quieran oirnos con ánimo de responder a una
inquietud, que reiteradamente se nos ha manifestado.
2. OYENDO A NUESTRO PUEBLO
En efecto, por diversos canales ha llegado a nuestra conciencia de
Obispos el problema que para nuestros católicos del Paraguay
representa una proliferación de sectas y diversas denominaciones
cristianas no católicas, que siembran confusión en los ánimos.
Insistentemente se nos pide una palabra orientadora. No podemos
negarla sin traicionar nuestra misión dialogante, y mirando al bien
integral del pueblo, "en medio del cual nos ha puesto el Espíritu Santo
para pastorear la Iglesia de Dios, que El se adquirió con su propia sangre" (Hech
20, 28).
3. RESPUESTA OBLIGADA
Por lo que, reunidos en Asamblea, determinamos dirigirnos
abiertamente a todos nuestros fieles y a todos los paraguayos de buena
voluntad con la presente instrucción, en que estudiamos la situación
que a los creyentes les presenta la llamada "invasión de las sectas"
2. (DP 419), iluminarla con la luz evangélica, según la recta doctrina
del ecumenismo, y sugerir pautas de comportamiento para que el
pueblo cristiano progrese en su fe conforme a la voluntad de Cristo,
que quiso que fuese UNA su Iglesia (Jn 17, 21).
4. SENTIDO DE ESTA INSTRUCCIÓN
Dirigimos nuestra Instrucción como "maestros de la verdad", según
el testimonio de Puebla: "En una Iglesia totalmente al servicio de la
Palabra, el Obispo es el primer evangelizador, el primer catequista;
ninguna otra terea le puede eximir de esta misión sagrada. Medita
religiosamente la Palabra…, vela porque su comunidad avance
contínuamente en el conocimiento y práctica de la Palabra de Dios…
a fin de poder discernir la Verdad" (DP 687).
Asi tenemos que responder a las dificultades y problemas que agobian,
y angustian señaladamente a los hombres, y en particular a los fieles,
para que ellos mismos puedan defender y propagar la doctrina que Jesús nos
entregó.
5. INTENSIÓN CLARIFICADORA
Querríamos aclarar que nuestra posición es de iluminación a los
católicos, y de trato fraterno a los que no lo son. Las personas humanas,
cualesquiera que sean, nos merecen todo respeto como imágenes de
Dios y portadoras de una dignidad indiscutible. Tratamos solamente
de orientaciones doctrinales con las que pretendemos discernir la
verdad, que debe ser el objetivo de cualquier diálogo entre los
miembros de la gran familia humana.
Lo hacemos, además, porque nos sentimos con el deber de padres y
pastores en esta situación, y debemos hablar. Los fieles católicos tienen
derecho a una clarificación nuestra. A los no-católicos es justo
ofrecerles de modo asequible el pensamiento autorizado de nuestra
Iglesia. Pero al hablar en el clima de diálogo, que señalábamos al
principio, no pretendemos entrar en polémica, tomar actitudes de
ataque ni de defensa. Sencillamente queremos clarificar nosotros
mismos nuestros pensamientos sobre la verdadera Iglesia de Cristo,
y sobre el recto sentido que en ella tiene el ecumenismo.
Iniciaremos la PRIMERA PARTE con un breve análisis de situación.
En la SEGUNDA PARTE expondremos unos puntos resaltantes, que
conforman la identidad de nuestra doctrina católica.
Trataremos en la TERCERA PARTE el problema actual de las sectas.
En una CUARTA PARTE diremos algo sobre el Ecumenismo, que es
una realidad esperanzadora, principalmente con las llamadas "confesiones
históricas".
Así con estas ideas queremos ayudar a todos a caminar hacia la
3. UNIDAD EN LA VERDAD.
PRIMERA PARTE
ANÁLISIS DE NUESTRA SITUACIÓN RELIGIOSA
1. La tradición católica del Paraguay
Desde los comienzos de nuestra nacionalidad el pueblo paraguayo,
como los demás pueblos hermanos de América Latina, se encontró
con la unidad católica, preciosa herencia de los tiempos coloniales.
Este hecho constituye, según Puebla, "un rasgo fundamental de
identidad y unidad del continente y, a la vez, una tarea permanente" (DP 1099).
Un Paraguay, abierto y hospitalario, después de las guerras sufridas
con la Triple Alianza y con Bolivia, acogió en su deficitaria población
a otros grupos de varias latitudes geográficas, que incrementaron
nuestro caudal humano y generaron también riquezas, al mismo
tiempo que traían sus propias creencias. Así el grupo pequeño de no
católicos, que contábamos a principios de siglo, iva aumentando
considerablemente.
2. El espíritu del Concilio Vaticano II
El Espíritu Santo, que siempre actúa en su Iglesia, nos ha hecho vivir
a nivel mundial, continental y nacional momentos maravillosos. Están
en la conciencia de muchos los acontecimientos del Concilio
Ecuménico Vaticano II (1962-1965), las Conferencias Generales del
Episcopado Latinoamericano de Medellín (1968) y Puebla (1979), el
lanzamiento del Plan de pastoral Orgánica para nuestra Iglesia en Paraguay
(1976-1978 y 1981…).
Somos conscientes de que nuestro avance eclesial se realiza, como
decíamos en nuestra Carta Pastoral del 12 de junio de 1976, "entre
las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios". Aun así,
podemos afirmar que "el señor ha estado junto a nosotros" (Ps 124,
1), y que nuestros intentos por el "Saneamiento Moral de la Nación"
no han sido del todo estériles. "El que planta y el que riega no es
nada", repetimos con San Pablo, "sino el que hace crecer, Dios" (1 Cor, 3,7)
3. La proliferación de las sectas
En los últimos años se han poblado nuestros núcleos urbanos y rurales
de carpas llamando a la fe precisamente a un pueblo creyente, como lo es el
nuestro.
Una de las sectas, "Pueblo de Dios", ha llegado a constituirse en
noticia diaria durante dos largas secuencias en uno de los matutinos
de nuestra capital. El descontrol de la inmigración en zonas del este y
norte de nuestro territorio nos produce también golpes efectivos con un
proselitismo sectario.
4. Sobre el accionar diario se superponen, como olas programadas, unas
campañas periódicas se disertantes, con amplia publicidad, y de
sanadores, que ofrecen prodigiosas curaciones a los desesperados,
que por falta de medios para su atención médica acuden a ellos.
Hay también numerosos visitadores religiosos que golpean de puerta
en puerta pidiendo a los católicos unos momentos de atención. Además
hay otros que invanden hogares católicos sin dejarles lugar para
discernir su aceptación o su rechazo. Emisoras de radio y programas
televisivos atraviesan todos los muros. Dentro de cada uno existen
barreras psicológicas, que cada cual establece conforme a su fe, pero
que con la sagacidad de un buen montaje pueden ser superadas, y de
hecho vemos que han sido barridas en católicos deficientemente formados.
Esta invasión de sectas es apoyada con recursos económicos ingentes
y usando medios de comunicación con métodos y técnicas que
pretenden entrar en el ámbito de la conciencia de los católicos tanto
en comunidades urbanas como en campesinas.
4. Crítica evangélica de nuestra situación religiosa
Muchos de estos predicadores actúan de buena fe, y son ejemplos de
compromiso con sus propias convicciones. Seríamos injustos en no
admitirlo, según el consejo de nuestros Maestros (Lc. 16,8). Pero
tampoco somos tan ingenuos, como para no darnos cuenta que detrás
de estas actividades proselitistas existe un propósito de debilitar la
unidad de la Iglesia Católica. Especialmente, cuando descubrimos
en algunas ocasiones la verdad del análisis hecho en Puebla: "Muchas
sectas han sido, clara y pertinazmente, no solo anticatólicas, sino
también injustas al juzgar a la Iglesia, y han tratado de minar a sus
miembros menos formados" (DP 80)
Esta situación ha hecho que entre los católicos se produzcan una
inquietud. Han oído hablar de apertura de la Iglesia superando viejas
posiciones de antagonismos.
Sinceramente sensibles a todo lo que supone amor al hermano,
comprensión y diálogo, han acogido con júbilo los conceptos de
"libertad religiosa", "colaboración recíproca", "convivencia
pluralista", que se han difundido como eco universal del Vaticano II.
Incluso algunos oyeron la palabra "ecumenismo". Surge entonces un
cúmulo de sentimientos imprecisos, que se agitan más en católicos
de buena voluntad, y que confunden sus propias ideas. A veces nos
han formulado sus interrogantes; otras veces, ha faltado hasta la
claridad para formularlos. A esta situación ambivalente y confusa
quiere dar una respuesta precisa nuestro mensaje.
5. Señalamos, por tanto a continuación los principios vigentes de nuestra identidad
católica.
SEGUNDA PARTE
LA IDENTIDAD CATÓLICA
I. LA REVELACIÓN DE DIOS
1. Dios se da a conocer
La religión es el conjunto de relaciones que hay entre Dios y los
hombres. Es el vínculo que une al hombre con Dios; es a la vez un
don de Dios, que eleva las facultades espirituales del hombre. La
religión, se fundamenta en Dios. En la maravillosa obra de la creación,
que exige un Creador, puede ver cualquier hombre cómo Dios se ha
revelado. En lo íntimo de nuestra conciencia, cuando nos sentimos
ante el dilema de una ley moral universal, tenemos que reconocer
que hay un Legislador supremo por encima de las leyes que los hombres hacen y
deshacen.
Pero además Dios quiso revelarse a través de la palabra, "hablando a
los hombre como amigo para invitarlos y recibirlos en compañía"(DV
2). Al llegar un momento de la historia eligió a Abraham para hacerlo
padre de un gran pueblo. Posteriormente por medio de Moisés y de
los profetas fue preparando a este pueblo, Israel, para que lo
reconociera a El como Dios único y verdadero, como Padre providente
y justo juez, y para que esperara al Salvador prometido. "De este
modo fue preparando a través de los siglos el camino del Evangelio"
(DV 3). Es lo que llamamos Antiguo Testamento, recogido en la
primera parte de la Santa Biblia.
2. Jesucristo, plenitud de la Revelación
Es en Cristo, en su persona, con sus hechos y sus palabras, en quien
esta revelación llega a su plenitud.
Todo el Antiguo Testamento es una preparación para esta Revelación
última. Así, "Dios habló a nuestros padres en distintas ocasiones y de
muchas maneras por los profestas; ahora, en esta etapa final, nos ha
hablado por el Hijo" (Hbr 1,1-2). En efecto Jesucristo, la palabra
eterna hecha carne, nos habla de la intimidad de Dios.
Realiza la obra de la Salvación, que el Padre le ha confiado. Con su
muerte y su Resurreción, y con el envío del Espíritu Santo lleva a
Plenitud toda la Revelación: "Que Dios está con nosotros para
librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte, y para hacernos
6. resucitar a una vida eterna" (DV 4). Esta Revelación es ya la definitiva,
"ni hay que esperar otra salvación, pública, antes de la gloriosa
manifestación de Cristo Nuestro Señor" (DV 4).
3. Transmisión de la Revelación
De poco habría servido la comunicación de estas verdades a los
hombres, en distintos momentos de la historia, y finalmente a través
de Jesús, si Dios no hubiera asegurado que podría llegar sin
adulteración a todos los hombres de todos los tiempos.
"Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los
pueblos se conservara íntegro y fuera transmitido a todas las edades.
Por eso Cristo Nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los
Apóstoles que predicaran a todo el mundo el Evangelio como fuente
de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta,
comunicándoles así los bienes divinos, el Evangelio prometido por
los profetas, que El mismo cumplió y promulgó con su boca…Además
los mismos Apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito
el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo" (DV 7).
Desde el primer momento, pues, aparecen la Tradición, la Escritura,
y el Magisterio. Porque, "para que este Evangelio se conservara
siempre vivo y entero en la Iglesia, los Apóstoles nombraron como
sucesores a los Obispos dejándoles su encargo en el Magisterio. Esta
Tradición, con la Escritura de ambos testamentos, son el espejo en
que la Iglesia peregrina contempla a Dios de quien todo lo recibe,
hasta el día en que llegue a verlo, como El es" (DV 7).
4. El depósito revelado: Sacrada Escritura y Tradición
Una parte de lo revelado se recoge, inmediatamente o más tarde, en
libros escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, y que por esta
razón reciben el nombre de Sagrada Escritura.
La parte de lo revelado, "no recogida por escrito, sigue también viva
en el seno del pueblo cristiano, y es entregada así mismo por una
generación a la siguiente; de ahí el nombre que suele dársele de
Tradición (De "Traditio": entrega).
En la Sagrada Escritura y en la Tradición se contiene, como en único
depósito, el conjunto de lo que ha sido revelado a los hombres.
Repetimos estos conceptos para aclarar los diálogos, a veces
polémicos, que aparecen con frecuencia entre hermanos cristianos
en nuestra prensa diaria. Dice al respeto el Concilio Vaticano II:
"La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la
Escritura unida a la Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de
una vez para siempre, nos transmite indudablemente la palabra del
7. mismo Dios; en las palabras de los Apóstoles y de los profetas hacen
resonar la voz del Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la
Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir por
la Sacrada Escritura" (DV 21)
Nosotros veneramos las Escrituras. Las hemos venerado siempre. Si
alguno, en algún tiempo no le dió la importancia que tiene, se debió
a razones pastorales en determinadas circunstancias históricas. Hoy
la Iglesia católica está en primera línea en el estudio y empleo de la
Biblia. Lo que ocurre es que nosotros afirmamos también el valor de
la Tradición. Porque la "Tradición" y la Escritura están estrechamente
unidas y compenetradas, manan de la misma fuente, se unen en un
mismo caudal, corren a un mismo fin" (DV 9) y nunca se contradicen.
Jesucristo no dejó ningun libro escrito. Solo algunos de los Apóstoles
y Discípulos que, establecieron, con su vida y sus enseñanzas, los
pirncipios de la Iglesia, dejaron por escrito la vida y palabra de su
Señor y Maestro. Los mismos libros inspirados que integran la Biblia,
fueron aceptados por tales, no por afirmaciones escritas de los mismos
libros, sino por una autoridad exterior a ellos, de acuerdo con la fe de la
comunidades cristianas. En la Biblia nadie va a encontrar en catálogo
o canon de los libros inspirados. Profundamente decía San Agustín:
"Yo no creería en el evangelio, si la autoridad de la Iglesia católica no
me hubiera movido a aceptarlo" (Contra Maniqueos, 5,6: RJ 1581).
Antes de que fuera escrito el Nuevo Testamento Jesucristo fundó,
estableció su Iglesia. Es más, por boca de San Pablo la misma Biblia
nos pide adherirnos a la Tradición: "Hermanos, sed constantes y
mantened firmemente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados,
ya sea de viva vos, ya sea por carta nuestra" (2 Tes. 1, 15).
5. Relaciones entre la Sagrada Escritura y la Tradición
"La Tradición recibe la Palabra de Dios, encomendada por Cristo y
el Espíriti Santo a los Apóstoles, y la transmite a sus sucesores, para
que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la
expongan y la difundan fielmente en su predicación. Por eso la Iglesia
no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado" (DV11)
De ahí que la Tradición tenga una importancia fundamental. Es cierto
que los primeros protestantes la dejaron un poco de lado por la
confusion existente en aquellos momentos en la mente de algunos
entre las tradiciones "humanas" y la "divina" y por el intento de
apoyarse solo en la Escritura. Pero entre nuestros actuales hermanos
separados existe hoy otra sensibilidad con respecto a la legítima
Tradición. Por nuestra parte vemos con alegría que entre los católicos
también va creciendo la práctica de alimentar su fe cada vez más con
la Sagrada Escritura. Nos complacemos en constatar estas
8. prometedoras líneas de convergencia.
6. El depósito de la fe y el Magisterio
Como católicos, universales, no seguimos una interpretación
individualista, libre de la doctrina revelada en la Biblia y en la
Tradición, que es lo que llamamos "el depósito de la Fe". Si cada uno
interpretara a su manera, por su propio arbitrio, este depósito de la
Revelación, cada uno haría su Iglesia, que naturalmente ya no sería
única y menos aún la de Jesucristo. Ya San Pedro nos advierte que
toda profecía de la Escritura no puede hacerse con la propia
interpretación (2 Pedro 1, 20). El mismo Cristo interpreta a los
discípulos de Emaus el sentido de las Escrituras (Lc 24, 45), Felipe
conduce al Eunuco a la lectura e interpretación de Isaías (Hch 8, 31).
Como consecuencia del principio que enunció San Pedro en la carta
citada, dice más adelante que en las epístolas de Pablo "Hay cosas
difíciles de entener, que los ignorantes y débiles interpretan
torcidamente - como también las demás escrituras - para su propia
perdición" (2 Pedro 3, 15-16). La Iglesia católica tiene un Magisterio
auténtico, que nos preserva de las interpretaciones equívocas.
Por Magisterio entendemos tanto el contenido de la enseñanza oficial
de la Iglesia como la función de proponerlo. Esta función está
encomendada a la Jerarquía, que Cristo estableció, y a la que prometió
una especial asistencia del Espíritu Santo a fin de que no pueda
equivocarse al ejercer su función magisterial (Mt 28, 19-20). Pero la
Iglesia sólo puede enseñar como verdades reveladas las que están
contenidas en el depósito de la revelación; es decir, en la Sacrada
Escritura y la Tradición. Porque "el Magisterio no está por encima de
la Palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo
transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu
Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica
fielmente, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone
como revelado por Dios para ser creído (DV 10).
7. Importancia de integrar Escritura, Tradición y Magisterio
Estamos por consiguiente firmemente persuadidos de que el principio,
llamado por algunos hermanos separados, del "libre examen" es el
que justamente explica la multitud de Iglesias separadas, que se
distanciaron a partir de un mismo contenido de fe individualiscamente
interpretado. No pensamos, por otra parte, que sean tan coherentes
los que al mismo tiempo que hablan de "libre interpretación" de las
Escrituras, que nos quieren imponer su interpretación, y niegan a los
católicos la facultad de interpretar de otra manera.
Nosotros, en cambio, con el Vaticano II afirmamos que "la Tradición",
la Escritura y el Magisterio, según el plan de Dios, están unidos y
9. ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros; los tres,
cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo,
contribuyen eficazmente a la salvación de las almas" (DV 10)
II. JESUCRISTO FUNDÓ UNA IGLESIA
1. Jesucristo quiso una sola Iglesia
Jesucristo, que como decíamos arriba es la plenitud de la Revelación
del Padre, prolongó su misterio humano-divino en la comunidad de
fieles que llamamos Iglesia. Él la ideó como UN redil (Jn 10, 1-10),
que ha de acoger a todas sus ovejas; como UNA vid (Jn. 15, 1-5), que
ha de vincular vitalmente a todos sus sarmientos; como UNA familia,
donde "no hay extranjeros ni forasteros, sino familiares de Dios"
(Ef. 2, 19); como UN templo del Dios único (Jn 2, 19-21); como UN
cuerpo (Rom 12,5); como UNA esposa (Mt. 9, 15). Cada una de
estas imágenes, y otras que podemos encontrar en la Sacrada Escritura
(LG 6), nos hablan de UNA sola Iglesia. Hay dos de estas expresiones
que destacan más ricamente su sentido de unicidad: Cuerpo de Cristo y Esposa
de Cordero.
Si la Iglesia es el cuerpo de Cristo, podríamos ante cualquier división
preguntar con San Pablo: "¿Es que Cristo está dividido?" (1 Cor 1,
13). Un cuerpo seccionado no podemos imaginarlo vivo. Sería solo
una quimera. Subraya el mismo Apóstol: "Porque el pan es uno, somos
muchos UN solo cuerpo, pues todos participamos del UNICO pan" (1 Cor 10, 17).
Si la Iglesia es esposa de Cristo (Ef 5, 25-32), debe ser UNICA, y estar
indisolublemente unida a Cristo. La teología matrimonial de San Pablo
basada en el Génesis (2, 22-23) y en los evangelios (Mt 19,5), pretende
resaltar la UNIDAD indisoluble de Cristo con su Iglesia, como la del
esposo con la esposa; UN Esposo con UNA Esposa.
El mismo Cristo al hablar de su Iglesia, no en imágenes, sino con su
misma denominación (Mt 16, 18), no dijo mis Iglesias, sino mi Iglesia
claramente en singular, como lo muestran las versiones auténticas del texto
original.
2. Jesucristo fundó la Iglesia sobre la roca de Pedro
Tenemos como garantía de nuestra pertenencia a la Iglesia UNA de
Cristo la roca de Pedro. "Nuestro Salvador, después de su resurrección
encomendó su Iglesia a Pedro para que la apacentara (Jn 21, 17),
confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno (Mt
28, 18ss), y la erigió perpétuamente como columna y fundamento de
verdad (1 Tim 3, 15); establecida y organizada esta Iglesia en este
mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica gobernada
por el sucedor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si
bien fuera de su estructura se encuentran muchos elementos de
10. santidad y verdad, que como bienes propios de la Iglesia de Cristo
impelen hacia unidad católica" (LG 8).
Los Obispos del Paraguay estamos en comunión con el Obispo de
Roma, como lo estuvieron los Apóstoles con San Pedro. Es más lo
consideramos como principio y fundamento de nuestra unidad como
cabeza de nuestro Colegio Episcopal, y signo visible de unión con
toda la Iglesia universal - católica, - que en él se siente UNA, como
quiso Jesucristo. Siempre tendremos presente en nuestro corazón
aquellas palabras claras y terminantes del Maestro: "Tú eres Pedro; y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 16).
Nuestro pueblo ha visto siempre con alegría esta unidad nuestra con
el Papa como una clara señal de su identidad católica. En esta
coyuntura histórica se apresta con entusiasmo ante el anuncio de la
venida de aquel, a quien mira como el Vicario de Jesucristo y como a
un Padre Universal, especialmente de los deposeídos y que por la
bondad de Dios hoy se llama Juan Pablo II.
3. Jesucristo edifica a la Iglesia en la Eucaristía
Incorporados a la Iglesia como hijos de Dios por el Bautismo, y
reconciliados con ella por la Penitencia - si la hubieramos traicionado;
participamos del sacrificio eucarístico, "fuente y cumbre de toda la
vida cristiana" (LG 11). En él ofrecemos a Dios el verdadero sacrificio
del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo, que nos dejo El mismo (Mt
26, 26ss). Al mismo tiempo nos ofrecemos con EL en la comunidad
de la Iglesia. En esa comunión con el Hijo de Dios se va construyendo
día a día la Iglesia hasta la Pascua eterna, que se anticipa en cada Eucaristía.
La Iglesia celebra la Eucaristía, y la Eucaristía edifica la Iglesia. Nos
detenemos un tanto en la reflexión sobre este Sacramento.
No se realiza la Iglesia sólo mediante el hecho de la unión entre los
hombres a través de la experiencia de fraternidad, a la que da ocación
el banquete eucarístico. Es algo más profundo. "La Iglesia se realiza
cuando en aquella unión y comunión fraternas, celebramos el sacrificio
de la cruz de Cristo, cuando anunciamos la muerte del Señor hasta
que Él vuelva (1 Cor 11,26), y luego, cuando, compenetrados
profundamente en el misterio de nuestra salvación, nos acercamos
comunitariamente a la mesa del Señor, para nutrirnos
sacramentalmente con los frutos del santo Sacrificio propiciatorio.
En la comunión eucarística recibimos, pues, a Cristo, a Cristo mismo,
y nuestra union con EL, que es don y gracia para cada uno, hace que
nos asociemos en El a la unidad de su cuerpo, que es la Iglesia" (Juan
Pablo II, Carta a los Obispos sobre el Misterio de la Eucaristía, 24 de febrero 1980,
nº 4).
11. Por eso es que nuestro pueblo tradicionalmente toma como signo -
aunque este signo no pocas veces este falseado en algunos - de la
pertenencia real a la Iglesia la participación frecuente, al menos
dominical, de los fieles en la Santa Misa. Por eso también nosotros,
los obispos, nos sentimos más visiblemente signos de la unidad de la
Iglesia, cuando en el altar rodeados de nuestras comunidades
diocesanas celebramos "el misterio de la Cena del Señor, para que
por medio del Cuerpo y de la Sangre del Señor quede unida toda la
fraternidad" (LG 26), o cuando celebramos como Conferencia de
Hermanos la Eucaristía en los grandes acontecimientos nacionales,
que unen a toda la Iglesia Paraguaya, como acontece, en las fiestas
anuales de la Virgen de los Milagros de Caacupé.
En la certeza de que la Eucaristía es fuente de vida espiritual y de
diálogo fraterno, de que es signo y motor de la unidad, y de que es
alimento de la vida religiosa individual y social, hemos querido los
Obispos del Paraguay en reciente Asamblea convocar un Congreso
Eucarístico Nacional. Será el Segundo, pues el próximo año se
cumplirán los cincuenta años del que nuestro predecesor Mons. Juan
Sinforiano Bogarín, celebró con tanto bien para nuestra Iglesia durante
su fecundo Pontificado. Al ser la Eucaristía una credencial de nuestra
identidad católica, encontrarán en este acontecimiento nuestros agentes
de pastoral y fieles en general una oportunidad providencial para
disponerse al V Centeriario de la Evangelización de nuestro continente.
4. El Espíritu Santo dirige a la Iglesia
Alimentados por la Eucaristía todos los cristianos formamos un solo
Cuerpo con Cristo, nuestra Cabeza.
Como el alma es la realidad que dirige todo el cuerpo y le da la unidad,
así los Santos Padres buscando este principio de vitalidad que da la
unidad a la Iglesia nos proponen al Espíritu Santo como el alma de
ella (LG 7). En efecto, enviado por Jesús en el día de Pentecontés, el
Espíritu Santo "habita en la Iglesia y en cada uno de los fieles como
en un templo (1 Cor 3, 16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su
adopción como hijos (Gal 4, 6; Rom 8, 15-16.26). Conduce a la Iglesia
a la verdad completa (Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio,
la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos;
y las embellece con sus frutos" (Ef 4, 11-12; 1 Cor 12,4; Gal 5.22).
Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva
incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo.
Así toda la Iglesia aparece como "un pueblo reunido en virtud de la
unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (LG 4). "Con la
venida del Espíritu Santo, nos dice Juan Pablo II en su última
Encíclica, empezó la era de la Iglesia, una era que perdura a través de
los siglos y las generaciones" (D et V 26).
12. 5. María, Madre de la Iglesia
Si decimos que la Iglesia, continúa el misterio divino humano de
Jesús, su Madre, María, extiende también su maternidad, por voluntad
del mismo Cristo, sobre todos aquellos a quienes el mismo Jesús
adoptó como hermanos y miembros de su propio Cuerpo.
En el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios juega un papel
importantísimo María. De su "si" a Dios (Lc 1,38), dependió la
Encarnación de Jesús, del que fue verdaderamente Madre, según el
testimonio unánime de los Evangelios, de los Hechos de los Apóstoles
(1,14) y de la referencia de San Pablo (Gal. 4,4). Cuando Jesús
muriendo en la cruz emite su Espíritu (Jn. 19,30), que había de ser,
como acabamos de decir, el alma de la Iglesia, está Ella firme junto a
la cruz de su Hijo (Jn 19,25). El día de Pentecostés en que viene el
Espíritu de Dios en plenitud a dar comienzo a la Iglesia como cuerpo
organizado, esta Ella con los Apóstoles. Con razón la Iglesia católica
durante siglos la ha tenido como a su propia Madre, al mismo tiempo que como a
su Modelo.
"Esta maternidad de María en la economía de la gracia perdura sin
cesar desde el momento del asentimiento que presto fielmente en la
Anunciación y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz, hasta la
consumación perpétua de los elegidos, pues Asumida a los cielos, no
ha dejado esta misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión
sigue obteniéndonos los dones de la salvación eterna" (LG 62).
La Iglesia del Paraguay, que en el día de la Asunción del próximo
año cumplirá cuatro siglos y medio de su nacimiento, se ha ido
asociando al coro de los pueblos y de los siglos, que seguimos
cumpliendo la profecía evangélica de María: "Me llamarán feliz todas
las generaciones, porque el Poderoso ha hecho un mi maravillas" (Lc
1, 48-49). La raíz y la causa de toda la gloria de María, lo dice Ella
misma - está siempre en el Poderoso, Dios.
Por eso refiriéndolo "todo en la Virgen María a Cristo" (MC 25), en
diversos lugares de nuestra patria y con distintas advocaciones, pero
muy singularmente en Caacupé, ha sido y es venerada Ella con gozo
por todos los cristianos, que fieles al Evangelio nos consideramos
hijos de Ella por la colaboración singular que tuvo y tiene en la obra de nuestra
salvación.
6. El culto de María y la unidad cristiana
Por lo mismo María es también un puntal firme en la fe sencilla de
nuestro pueblo, que reconociendo que Cristo es nuestro único
Mediador (1 Tim 2, 5), ha asociado a El y a su triunfo sobre el mal la
figura de su Madre, según los designios del mismo Dios. Estos pueden
13. descubirse desde las primeras páginas del Génesis (3, 15) hasta las
últimas del Apocalipsis (12,1 -11), teniendo en Belén (Lc 2,7) y en
el Calvario (Jn 19, 26-27) su plenitud de revelación y redención. Sin
la presencia de María no puede concebirse un Cristo encarnado ni un
Cristo muriendo por nuestros pecados. Así la veneración hacia María
Virgen es algo intangible en las creencias de los católicos.
"En el culto a la Virgen, por su caracter eclesial, se reflejan las
preocupaciones de la Iglesia misma, entre las cuales sobresale hoy
en anhelo por el restablecimiento de la unidad de los cristianos. La
piedad hacia la Madre de Dios se hace así sensible a las inquietudes
y finalidades del movimiento ecuménico…Porque los fieles católicos
se unen a los hermanos de las Iglesias Ortodoxas, entre las cuales la
devoción a la Virgen reviste formas de alto lirismo y de profunda
doctrina, al venerar a la "Theotokos" (Madre de Dios) y al aclamarla
"esperanza de los cristianos"; se unen a los anglicanos, cuyos teólogos
clásicos pusieron ya de relieve la sólida base eucarística del culto a la
Madre de nuestro Señor, y cuyos teólogos contemporáneos subrayan
claramente la importancia del puesto que ocupa María en la vida
cristiana; se unen también a los hermanos de las Iglesias de la Reforma,
dentro de las cuales florece vigorosamente el amor por las Sagradas
Escristuras glorificando al Señor con las mismas palabras de la Virgen" (Lc 1, 46-
54) (MC 32).
"Somos conscientes - repetimos con Pablo VI - de que existen no
leves discordancias entre el pensamiento de muchos hermanos de
otras Iglesias y la doctrina católica en torno a la función de María en
la obra de la salvación, y por tanto sobre el culto que le es debido. Sin
embargo, como el mismo Poder del Altísimo que cubrió con su sombra
a la Virgen de Nazaret actúa en el actual movimiento ecuménico y lo
fecunda, deseamos expresar nuestra confianza en que la veneración
a la humilde Esclava del Señor - en la que el Todopoderoso hizo
maravillas - sera aunque lentamente, no obstáculo, sino medio y punto
de encuentro para la unión de todos los creyentes en Cristo. Nos
alegramos, en efecto de comprobar que una mejor comprensión del
puesto de María en el Misterio de Cristo y de la Iglesia, por parte
también de los hermanos separados, hace más fácil el camino hacia
el encuentro. Asi como en Caná la Virgen con su intervención obtuvo
que Jesús hiciese el primero de sus milagros (Jn 2, 1-12), así en nuestro
tiempo podrá Ella hacer propicio con su intercesión el advenimiento
de la hora en que los discípulos de Cristo volverán a encontrar la
plena comunión en la fe" (MC 33).
Entre tanto nosotros, como pastores del rebaño de Cristo, no podemos
dejar de repetir a todos los cristianos del Paraguay las mismas palabras
que Jesús dijo al morir, refiriéndose a María: "Ahí tienes a tu Madre"
(Jn 19, 26). Del mismo modo que haciendo nuestra la exhortación
14. de María en Caná de Galilea, repetimos sin cesar a los devotos que
acuden a nuestros santuarios marianos: "haced lo que El os diga"
(Jn 2,5), refiriéndonos al Autor y consumador de nuestra fe, Jesucristo (Hbr 12, 2).
TERCERA PARTE:
EL PROBLEMA DE LAS SECTAS
I. LAS SECTAS
1. Introducción
Los católicos se ven con frecuencia precisados a entablar diálogo
con quienes no comulgan con su fe. Entre ellos hay hombres
interesados en buscar sinceramente la verdad. Hay que prestarle
atención. Les debemos nuestra consideración cordial. Nos
corresponde dedicarles todo el tiempo y el sacrificio requeridos. Pero
en otros casos, son esas personas las que tratan de atraer a los católicos
a su propio credo religioso. Este es el caso de las sectas.
El fenómeno de las sectas, de apariencias más o menos cristianas,
viene preocupado a la Jerarquía de muchas Iglesias latinoamericanas.
¿Qué actitud tomar, y qué problemas pastorales plantea su presencia
en nuestro continente y de modo particular en nuestro país? Trataremos
de exponer brevemente, por un lado un conocimiento mejor de sus
características y del modo de enfrentarse con el fenómeno; y de otro,
la actitud de los fieles católicos ante las sectas, ya que en muchas
ocasiones se encuentran confundidos y sin saber como responder y
"dar razón de su esperanza a todo el que la pidiere" (1 Pedro 3, 15).
2. Distinción entre sectas e iglesias
Es este un problema difícil. Ningún grupo religioso quiere desde luego
ser llamado "secta", porque con ese nombre ya estaría
autodescalificado. No encontramos en ninguna titulación dada por
ellos la palabra "secta". Así mismo se denominan y describen como
"movimientos religiosos". Algunos incluyen dentro de las "sectas",
por cierta simplificación inexacta, a Iglesias y comunidades eclesiales
que no están en perfecta comunión con la Iglesia Católica Romana.
A nuestros queridos hermanos ortodoxos, herederos de los grandes
patriarcados orientales jamás los consideremos como "sectas" son
Iglesias venerables. Tampoco consideremos "sectas" las Iglesias de
la Reforma, surgidas en los condicionamientos históricos del siglo
XVI: luteramos, anglicanos, calvinistas, como aclararemos más adelante.
¿Qué criterios podríamos tener para distinguir entre "sectas" e
"Iglesia" dentro de los movimientos religiosos cristianos?.
3. Algunos criterios distintivos de las sectas
15. Fundaríamos la distinción en las "fuentes" de enseñanza de estos
grupos. Las sectas podrían ser aquellos grupos que, además de la
Biblia, tienen otros libros "revelados" - Mormón, por ejemplo, o
testigos de Jehová - o "mensajes proféticos" o "Pueblo de Dios" de
"San Lucas" en el Paraguay. Serían también los que excluyen de la
Biblia algunos libros canónicos, o cambiar radicalmente su contenido.
El Secretariado del Vaticano para la Unidad Cristiana en su documento
sobre las Sectas del 3 de mayo del presente año ha descrito las sectas
como "grupos religiosos con una concepción específica del mundo,
derivada - aunque no con completa fidelidad - de las enseñanzas de
las grandes religiones mundiales, que están caracterizadas por
determinado autoritarismo estructural y por forma de lavado de
cerebro que forman grupos que fomentan determinado sentimiento de culpa o de
miedo" (1.1.1.).
El Consejo Mundial de las Iglesias en colaboración con nuestra Iglesia
Católica Romana en el documento de Zagorsk (año 1969) ponía como
nota de identificación de las sectas el "proselitismo", como factor
distinto del "espíritu misionero" de una comunidad eclesial. El
proselitismo, como contrario al Evangelio, con tal de "conseguir
adeptos religiosos, usa medios deshonestos: estados de miseria y de
ignorancia, señuelos ventajosos en el orden político, verdades a
medias, chantajes, presiones psicológicas, manipulaciones en medios
de comunicación social". Incluye, dice el Documento, "todo lo que
viola el derecho de toda persona humana, cristiana o no, a no ser
coaccionada externamente en material religiosa, y todo modo de
proclamar el Evangelio que no se conforme a los caminos de Dios,
quien llama al hombre a responder libremente a su vocación y a
servirle en espíritu y verdad" (Doc de Zagorsk, nº 4).
4. Problemas pastorales que plantean
a) Difusión
Una de las causas de la difusión de las sectas en nuestro medio es
debida al abandono pastoral de grandes áreas del catolicismo popular.
Parroquias con miles de fieles diseminados en un amplio territorio y
con un solo sacerdote para atenderlos son un campo adecuado para la
acción proselitista de grupos religiosos. Estos cuentan además con
poderosos medios de propaganda a través de libros, folletos,
programas radiales y televisivos. Se ha dicho que los vacíos pastorales
son el mejor campo de cultivo para la proliferación de las sectas.
Se une a esto la insatisfacción de las necesidades religiosas del pueblo
que se siente "como oveja sin pastor". Llega entonces el ofrecimiento
de los movimientos religiosos libres, que siempre tienen algo
atrayente. No importa que sea un "testigo de Jehová" o un espiritista
16. "basilio". Lo que importa es que sea alguien que converse con ellos,
que los entienda y los conforte, que se muestre como hermano, que
les de pautas de conducta en sus problemas familiares, que les haga
participar en reuniones comunitarias donde ellos tengan parte activa,
donde reciban la Palabra de Dios.
b) Las necesidades religiosas populares
La adhesión multitudinaria a las diversas sectas pone de manifiesto
que en nuestro pueblo existe una gran inquietud religiosa, y una
insatisfacción por lo que recibe o deja de recibir de la Iglesia Católica.
Es preciso plantearse cuáles son las necesidades religiosas que el
pueblo siente, y si la Iglesia está en condiciones de satisfacérselas.
Tandríamos que preguntarnos si nos hacemos presentes a nuestro
pueblo con una acción pastoral planificada, cual se propone en el
Plan de Pastoral Orgánica.
Se podría decir que las necesidades, entre otras, que la gente sencilla
espera resolver mediante el recurso a la religión son de tres categorías:
- problemas de enfermedades y su posible sanación
- problemas de subsistencia y trabajo
- problemas de soledad y amor
Para mucha gente la religion existe para resolver estos tipos de
problemas. No significa que no sientan otras necesidades. Ven también
en la religión el sentido de su existencia y de su vida de cara a Dios,
las ansias de alcanzar la felicidad en modo pleno, la posibilidad de
una paz interior en medio del sufrimiento, la esperanza de un premio
o el temor de un castigo tras la muerte, la búsqueda de un Dios
providente que me ve y me ama…Pero no se da una explicitación de
esos valores más elevados. O no aciertan a descubrirlos. Sus
exigencias religiosas se sitúan en la búsqueda de soluciones a sus
problemas más inmediatos.
Muchas veces la Iglesia no está en condiciones de resolverlos, aunque
por su pastoral social resuelva algunas situaciones de indigencia. Pero
en cierto sentido se encuentra en condiciones de inferioridad respecto
a movimientos espiritistas y pentecostales, que prometen la cura de
todas la enfermedades. La Iglesia no puede caer en este tipo de
remedios inmediatistas, porque traicionaría su misión evangélica, y
desconfiaría del poder que tiene la Buena Nueva anunciada tal como
Jesucristo enseñó a sus Apóstoles.
II. ACTITUD ANTE LAS SECTAS
1. Visión de fe
Un correcto planteamiento del problema nos debe llevar en primer
17. lugar a intensificar la fe en el Espíritu Santo, y a sabernos instrumentos
de su poder. No somos nosotros quienes realizamos la Evangelización.
Es el Espíritu Santo a través de nosotros. De ahí la importancia de ser
buenos instrumentos en sus manos, unidos a EL y dóciles a su acción
poderosa: hemos de confiar más en la oración para que la acción del
Espíritu Santo sea eficaz.
También hay que tener en cuenta que algunos agentes pastorales
actúan con un cierto permisivismo, que temen hablar de pecado y de
exigencia en la vida cristiana; que no calibran las consecuencias del
pecado en la disgregación personal y social del que obra al margen de
la ley de Dios. Se cae en un cierto "secularismo" con respecto a lo que
llaman "sacramentalización", y que en realidad es la vida de la Gracia.
No tenemos que olvidar que la Iglesia tiene como tarea principal dar
los medios para que cada persona encuentre a Dios, alcance su amistad
y llegue a poseer la vida eterna. La excesiva- a veces exclusiva -
preocupación por resolver los problemas sociales, como si ésta fuera
la única o principal misión de la Iglesia, desvirtúan su misión pastoral
y haría perder su eficacia al pasar por alto al núcleo del mensaje evangélico.
2. La acción pastoral planificada: actitud preventiva
En orden a la acción pastoral será preciso examinar si los métodos
pastorales que usamos son adecuados. Con frecuencia desconocemos
las exigencias de las religiosidad popular, nuestras palabras son
abstractas, sin aplicaciones concretas, practicas, y sin atención a los
factores sensibles, emocionales y afectivos.
Debe también distinguirse, al planificar, si las áreas están ya invadidas
por las sectas, o si aún no han recibido el impacto de ellas.
Un punto prioritario de acción pastoral debería centrarse en acudir a
las ovejas que se encuentran abandonadas mediante una catequesis,
que les ofrezca la doctrina católica en su integridad, y su fundamento
bíblico-eclesial de modo sencillo y sistemático. Así ante la eventual
llegada de falsos pastores, tendrán argumentos con que responder.
Hemos de personificar la parábola del Buen Pastor, que acude en
busca de la oveja perdida y que no abandona a las que se encuentran
en peligro. Para ello hacen falta más operarios. Es necesario "pedir al
Señor de las miés que envíe obreros a sus miés" (Lc 10, 2)
3. Acción pastoral en áreas afectadas
La actitud pastoral ante las sectas no puede estar privada de la caridad,
aunque se sepa que no es correspondida. Por más que algunas de
ellas presenten a la Iglesia católica como un invento de Satanás. Se
trata de un problema pastoral, que hay que encarar con interés, con
18. seriedad, con prudencia, con las notas de la caridad.
A muchos fieles, que por su escasa formación religiosa y cultural,
serían fácilmente envueltos en la dialéctica sectaria, sería preferible
aconsejarles que rehúyan, con caridad y firmeza, un diálogo largo o
la aceptación de folletos. Un recurso sencillo sería invitarle al visitante
a rezar junto al Señor y a su Santísima Madre. Al mismo tiempo
convendrá intensificar la formación religiosa de estos mismos fieles.
Otros cristianos con más formación pueden dialogar, pero siempre
sin herir. Conviene, con todo, estar alerta, pues en ocasiones no se
trata de auténtico diálogo en busca de la verdad, sino de mantener
posiciones sólidamente preestablecidas.
4. Actitud de los párrocos
Cuando en una parroquia se deja sentir la presencia de las sectas, si
se trata solo de algunas familias, habría que acercarse con especial
atención a las familias afectadas. Si el fenómeno es más universal,
hay que indicar públicamente a los fieles donde está la verdad. Al
mismo tiempo convendría revisar la acción pastoral en los campos
más sensibles: juventud, enfermos, marginados. Conviene examinar
los métodos catequísticos y pedagógicos: si son sencillos, capaces de
dar certeza o si generan desconfianza e inquietudes. No olvidemos
que el gran atractivo de las sectas es la seguridad y convicción con
que exponen sus creencias. Si algunos sacerdotes parecen no estar
convencidos de lo que predican, la gente acudirá más a los "creyentes".
También tendremos que examinar si la catequesis que se imparte es
de contenidos precisos, o si tiene formulaciones vagas, genéricas,
que ni educan ni dan crecimiento en la fe cristiana. No estaría mal el
ver también cómo anda la formación bíblica de nuestras comunidades.
Uno de los ganchos fuertes de las sectas es su capacidad de acogida,
de relación entre persona y persona: sus adeptos dejan de sentirse
número y adquieren enseguida responsabilidades. Buen ejemplo para
que tratemos de cuidar las relaciones personales en el seno de la
parroquia, para que demos importancia a la dirección espiritual, y a
saber escuchar y acoger, para que demos más responsabilidades a los
fieles, cuidando de no exigirles por encima de su capacidad.
5. Actitud de catequistas y agentes de pastoral
En este punto podríamos añadir algunas recomendaciones específicas
para los catequistas, como responsables de la educación de la fe de
niños, jóvenes y adultos, insistir en que se utilice frecuente y
correctamente la Palabra de Dios, con referencia a la Tradición de la Iglesia y a su
Magisterio.
19. A los agentes de pastoral les pedimos que, unidos a sus párrocos,
sean en medio del pueblo una imagen viva de Jesús: hombres y
mujeres de mente serena, corazón generoso, espíritu de sacrificio,
constructores de la unidad en comunión y participación.
Como conclusión indicamos que se trata de no que darse inactivos,
ni asustarse o limitarse a lamentaciones estériles. Como decía un
vicario de pastoral: "No me quejo de las sectas, veo en ellas una
señal del Señor, una llamada a mayor exigencia, a una mayor
profundización en la fe, a una mayor entrega a mi ministerio y a un
mayor compromiso por parte de la parroquia" (P. Crery, L´Offensive des sects, p.
437).
6. Actitud de los fieles ante el proselitismo sectario
El católico debe partir siempre del presupuesto de que Cristo vino a
salvar a todos los hombres haciéndoles llevar al conocimiento de la
verdad (1 Tim 2,4). Por eso los católicos tenemos que amar a todos,
sin distinción de razas, lenguas, nacionalidad, partido político o
religión. En el trato con los no católicos podemos encontrar personas
que buscan sinceramente la verdad. No hay que tener miedo a
manifestar la verdad que uno vive. De lo contrario, seríamos
hipócritas. Porque respetamos sus creencias, no le hablaremos
de religión, si no lo desean. En más, estaríamos dispuestos a
defender su libertad de conciencia, pues una conciencia violentada no agrada a
Dios.
Pero no se confunda la libertad de conciencia con el indiferentismo
religioso. Nuestra sinceridad y nuestro respeto hará que seamos
amigos, ya que la sinceridad atrae, sin necesidad de ceder en la fe o en la moral.
Por último, la presencia de las sectas les debe estimular a los fieles
católicos a conocer y vivir mejor su fe, para unirse más sensiblemente
a su comunidad católica, donde fortalecer la propia identidad, que se
le garantiza en una Iglesia orgánicamente jerárquica, como lo quiso su Fundador,
Jesucristo.
CUARTA PARTE
LAS CONFESIONES HISTÓRICAS Y EL ECUMENISMO
I. LAS CONFESIONES HISTÓRICAS
Hemos señalado en la segunda parte de nuestro mensaje algunos
puntos de la identidad católica, que consideramos importantes en
nuestra visión del Misterio de la Iglesia. Ciertamente es un misterio,
que tiene sus oscuridades; "Caminamos en la fe, y no en la visión" (2
Cor 5,7). Es decir, la Iglesia de Cristo no es un amalgama, que podemos
confeccionar los hombres dosificando entre los credos religiosos o las
20. confesiones cristianas los puntos en común, que más convengan ahora
para nosotros. Eso sería crear otra Iglesia más, en contra de la voluntad
de Cristo que la quiso, como dijimos al principio, UNA.
Por eso, al hacer las precedentes manifestaciones acerca del problema
de las sectas, queremos dejar a salvo el sentido recto del ecumenismo.
Porque con las confesiones históricas se tiene un tratamiento distinto
de las sectas. Y comencemos por el hecho histórico de la separación.
Es verdad que desde el comienzo del cristianismo se produjeron
separaciones - "airesis" en griego - herejías más o menos violentas,
más o menos masivas. No es éste el momento de examinar las causas
de esas rupturas históricas de la unidad, de las que todos en cierta
medida nos sentimos responsables. Ha confesado públicamente el
Concilio Vaticano II "A las faltas contra la unidad se pueden aplicar
también las palabras de San Juan: Si decimos que no tenemos
pecado, hacemos a Dios mentiroso y su palabra ya no está en
nosotros (1 Jn 1,10). Humildemente, por tanto, pedimos perdón a
Dios y a los hermanos separados, así como nosotros perdonamos a
quienes nos hayan ofendido" (UR 7).
Por eso, repetimos, no es el caso de hacer ningun análisis histórico
sobre el pecado. Esta ahí. La unión fue rota, y hay que recomponerla
desde adentro. Mejor, tenemos que ponernos a la disposición de Cristo,
que quiere que todos lleguen a la salvación por la vivencia de la verdad,
en espíritu de sincera conversión para que El la recomponga. El es el
que ha suscitado en su Iglesia este movimiento providencial llamado
ecumenismo, que el Concilio Vaticano II ha recepcionado.
II. EL ECUMENISMO
1. El Ecumenismo y la búsqueda de la verdad
Se entiende por ecumenismo, según la versión autorizada del Concilio
Vaticano II, "las actividades e iniciativas que, según las variadas
necesidades de la Iglesia y las características de la época, se suscitan
y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos" (UR 4). Se citan
entre éstas: todos los esfuerzos para eliminar palabras, juicios y
acciones que no respondan, según la justicia y la verdad, a la condición
de los hermanos separados, y que, por lo mismo, hacen más difíciles
las relaciones con ellos; las reuniones de los cristianos de diversas
Comunidades o Iglesias organizadas con espíritu religioso; el diálogo
entre peritos, en el que cada uno explica con mayor profundidad la
doctrina de su Comunión, y presenta con claridad sus características.
Por medio de ese diálogo todos adquieren un conocimiento más
auténtico y un aprecio más justo de la doctrina y de la vida de cada
Comunión. Con él se consigue una más estrecha colaboración en pro
21. del bien común que exige toda conciencia cristiana. Mediante el
diálogo es posible también reunirse en la oración unánime, y examinar
a esa luz nuestra fidelidad a la voluntad de Cristo sobre la Iglesia,
para renovarnos y reformarnos en lo que fuere necesario.
"Todas estas cosas, cuando son realizadas prudente y pacientemente
por los fieles de la Iglesia católica bajo la vigilancia de los pastores,
contribuyen al bien de la justicia y de la verdad, de la concordia y de
la colaboración del espíritu fraterno y de la unión, para que por este
camino, poro a poco, superados los obstáculos que impiden la perfecta
comunión eclesiástica, todos los cristianos se congreguen en la única
celebración de la Eucaristía, para aquella unidad de la una y única
Iglesia que Cristo concedió desde el principio a su Iglesia, y que creemos
que subsiste indefectiblemente en la Iglesia católica y esperamos que
crezca cada día más hasta la consumación de los siglos" (UR 4).
2. El ecumenismo, camino de conversión
El eucumenismo es, por tanto, un camino largo que pide la conversión
del corazón, la oración unánime, penitente y confiada, el conocimiento
mutuo entre los hermanos, un trabajo común por causas nobles que
enlaza amistades, da testimonio de unidad, y actúa para que el mundo crea en
Jesucristo.
El católico convencido brinda a todos el gozo de su fe. Consciente
del deseo de Cristo: "que todos sean uno" (Jn 17, 21), procura abrirse
a los hermanos; los oye con caridad atenta, si descubre que hay en
ellos intención de diálogo al margen de proselitismo; intenta valorar
en ellos lo bueno, lo evangélico de que gozan; colabora generosamente
en espíritu fraterno con cualquier cristiano por el bien común de todos
los hombres, especialmente de los más necesitados; ora en comunión
de súplica para que el Señor nos una; se purifica para no impedir la
obra de Dios en nuestro itinerario hacia el abrazo deseado; con su fe,
su esperanza y su caridad facilita los caminos de la unidad, para que
Jesús venga a nuestro encuentro pleno de fraternidad.
3. Iniciativas concretas de ecumenismo
Podría ser oportuno indicar aqui algunas iniciativas concretas que ya se
realizan en conjunto con otras confesiones religiosas, y que pueden sugerir
otras similares que la caridad inspire. En el campo de la promoción
humana se colabora con Programa de Ayuda Cristiana (PAC), con el
Comité de Iglesias, con Fraterna Ayuda para comercialización de
productos en favor de modestos artesanos (FAPAM), etc.
En la difusión de la Palabra de Dios se colabora con las Sociedades
Bíblicas Unidas. En la dimensión de la oración se promueven
encuentros ecuménicos con motivo de la Semana para la Unión de
los cristianos, y se participa en grupos de oración ecuménica, que
22. funcionan en algunas de nuestras diócesis con nuestro conocimiento
y beneplácito. Es más, hay un Equipo Nacional de "Ecumenismo y
Diálogo", presidido por un obispo de nuestra Conferencia Episcopal,
que permanentemente trabaja con nosotros en estas tareas.
Por eso lamentamos que mientras el movimiento ecuménico avanza
en otras regiones, y aqui mismo, -aunque lentamente-, con las
confesiones históricas, se hayan lanzado las sectas -que rehúyen hasta
el diálogo- a esas campañas, que tanto confunden a los católicos y
hacen retrasar el verdadero ecumenismo.
4. El falso ecumenismo
a) Ecumenismo y sinceridad
Aclarado lo que es el ecumenismo, juzgamos que será práctico
distinguirlo de lo que no es. Ecumenismo no es ocultar los puntos
fundamentales de nuestra doctrina. "Nada tan ajeno al ecumenismo
como ese falso irenismo, que daña a la pureza de la doctrina católica
y oscurece su genuino y definido sentido" (UR 11).
El ecumenismo no es, en la mente de Pablo VI, "poner a un lado los
puntos controvertidos, ocultar, debilitar, modificar, negar si es preciso,
las enseñanzas de la Iglesia Católica, que no son aceptadas por los
hermanos separados" (Alocución en la audiencia general del 20 de
enero de 1965). Eso sería traición a nuestra propia fe, y política
insincera con nuestro hermanos separados, que a la larga es también
perniciosa para ellos mismos.
b) Ecumenismo e indiferentismo
Tampoco el ecumenismo debe llevarnos al indiferentismo: es decir, a
la doctrina que afirma que todas las religiones son completamente
iguales, y que del mismo modo llevan por un camino verdadero a la salvación.
Reconocemos los elementos eclesiales verdaderamente existentes
entre los cristianos de otras Iglesias, pero no renunciamos a la
conciencia de que en la Iglesia católica subsisten todos los bienes
que Jesús dejó a su Iglesia. Con el Vaticano II repetimos: "Solamente
a través de la Iglesia de Cristo, auxilio general de salvación puede
alanzarse la plenitud de los medios de salvación. Creemos también
que el Señor confió todos los bienes de Nuevo Testamento al único
Colegio Apostólico, a cuya cabeza está Pedro, a fin de constituir en
la tierra un solo cuerpo de Cristo, al cual es necesario se incorporen
plenamente todos los que, en alguna forma, pertenecen al pueblo de Dios" (UR 3).
Un ecumenismo indiferentista privaría a la Iglesia de su dimensión
misionera. Iría contra lo que el Decreto sobre las Misiones del Vaticano
II recomienda:"En cuanto lo permitan las condiciones religiosas,
23. promuévase las acción ecuménica de modo que, excluída toda especie
tanto de indiferentismo y confusionismo como de emulación insensata,
los católicos colaboren fraternalmente con los hermanos separados,
según las normas del Decreto sobre Ecumenismo, en la profesión
común - en lo posible- de la fe en Dios y en Jesucristo delante de las
naciones, y en la cooperación en asuntos sociales y técnicos, culturales y
religiosos" (AG 15).
c) Ecumenismo y compromiso pastoral
Ecumenismo no sería, finalmente, admitir con ingenuidad en nuestros
ambientes católicos la proliferación de sectas, que a juicio de Puebla,
"han sido clara y pertinazmente no sólo anticatólicas, sino también
injustas al juzgar a la Iglesia y han tratado de mirar a sus miembros
menos formados" (DP 80), como expresamos más arriba. Un recto
ecumenismo nos tiene que hacer despertar a un mayor compromiso
pastoral ante la difusión de las sectas.
Por este motivo no llamaríamos tampoco ecumenismo a las tendencias
alienantes de algunos movimientos religiosos, que apartan al hombre
de su compromiso concreto con el prójimo y con su realidad social,
y que a veces -tal vez por sus ventajas