San Luis, rey de Francia, es un ejemplo de cómo vivir la fe cristiana mientras se desempeñan altas responsabilidades públicas. Siguió fielmente sus convicciones cristianas a pesar de ser rey y se preocupó por los más necesitados. Fue elegido patrono de la orden franciscana seglares debido a la coherencia entre su fe y sus acciones. Su vida muestra que ser un buen cristiano requiere cumplir con las obligaciones ciudadanas y trabajar por el bien común.