2. Así, desde su particular perspectiva, nuestro tiempo fluiría del futuro hacia el
pasado: “El tiempo no es algo que preexiste. De la dirección y el flujo del tiempo
tenemos que deducir lo que está ocurriendo en el Universo. Cuando lo vemos de
esta manera, es natural decir que el tiempo comienza en ese punto central y
fluye en direcciones opuestas”, explica Julian Barbour, físico de la Universidad de
Oxford.
Dos equipos independientes de físicos han estado examinando el flujo del tiempo
en el Universo, y han propuesto que hace aproximadamente unos 14 millones de
años, el Big Bang podría haber dado lugar a un universo espejo inverso, donde
el tiempo se mueve en la dirección opuesta: en vez de ir hacia adelante, se
mueve hacia atrás.
3. De hecho, si el tiempo fluyera al revés, ninguna de las leyes fundamentales de la
Física se vería afectada y las ecuaciones que mejor definen nuestro universo (la
Gravitación Universal de Newton, la Teoría de la Relatividad de Einstein, la
electrodinámica de Maxwell, la mecánica cuántica) funcionan perfectamente tanto si
el tiempo fluye hacia adelante como hacia atrás.
4. El segundo, cuyo trabajo ha sido publicado en New Scientist, Sean Carrol, del Instituto de
Tecnología de California, y Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachussets
(EE.UU.) concibieron una nube fina de partículas y la dispusieron en un teórico universo
infinito. Al hacerlo, surgieron de forma espontánea dos flechas temporales diferentes: una
hacia adelante y la otra, tras permanecer apiñada en el centro de la nube, justo en la
dirección contraria, como dos puntas en la flecha del tiempo.
5. De esta manera, si una flecha del tiempo surge en una dirección, lo mismo sucederá en la
dirección opuesta, con independencia de su punto de partida. Según los investigadores, este
modelo revela que todas las partículas se mueven hacia afuera, que la entropía crece sin
límite y que el “tiempo cero” sería el punto de entropía más bajo.