El documento resume que lo que percibimos como azul no es realmente azul, y que nuestra percepción del color está influenciada por factores evolutivos y biológicos como la longitud de onda que nuestros ojos pueden detectar y cómo nuestro cerebro procesa esta información. Además, distintos animales perciben el color de manera diferente a los humanos y existen más colores de los que podemos ver.