El documento indica que Venezuela tiene la deuda soberana más riesgosa del mundo y la segunda más riesgosa de América Latina, con una alta probabilidad de incumplimiento de pagos. Debido a los controles de cambio y la inflación, Venezuela paga las tasas de interés más altas por su deuda soberana y PDVSA paga las tasas más altas entre las petroleras de la región. Los controles de precios y la alta inflación han descontrolado la economía venezolana.