La Virgen María nació en Nazaret de padres justos y devotos. Fue elegida por Dios para ser la madre de Jesús y siempre permaneció fiel a Él a lo largo de su vida, acompañándolo en sus predicaciones y estando presente en la crucifixión y resurrección. María es venerada en la religión católica como la madre de Dios y un modelo ejemplar de fe, humildad y devoción.