La ley SOPA pretendía prohibir y criminalizar la distribución de contenidos protegidos por derechos de autor en internet, lo que habría restringido severamente la libertad de expresión y acceso a la información. De aprobarse, habría supuesto la censura en internet, vigilancia total de las actividades en línea, y sanciones como multas, bloqueos de acceso o incluso prisión. Esto habría acabado con la neutralidad de la red y el internet abierto tal como lo conocemos.