2. Obteniendo Windows 10
– Accedemos al portal web que Microsoft ha dedicado a Windows 10 y pulsamos sobre el botón de descarga de la versión que
vayamos a instalar, 32 o 64 bits.
– Ejecutamos el archivo descargado «MediaCreationTool» y elegimos «Crear un medio de instalación para otro PC»:
3. – Elegimos idioma, edición de Windows y arquitectura:
– Seleccionamos «Archivo ISO» y la ruta de descarga. Dependiendo de la conexión en unos minutos tendremos disponible un archivo
denominado «Windows.iso» que será la imagen que utilizaremos para virtualizar.
4. Preparando la máquina virtual
Como decíamos, vamos a utilizar una versión de WMware Workstation. Abrimos la aplicación.
5. – Creamos una nueva máquina virtual:
– Aunque la típica es aún más sencilla optamos por
una instalación personalizada que nos permite mayor flexibilidad
y revisar las opciones. En los dos casos un asistente hará el
trabajo duro.
6. – Seleccionamos compatibilidad de la aplicación. La dejamos
por defecto en Workstation 11:
– Fijamos el sistema a instalar marcando la ruta donde hemos
guardado la imagen ISO de Windows 10 descargada. Te
saldrá una advertencia. No te preocupes, lo resolvemos en el
siguiente paso.
7. – Elegimos el tipo de sistema operativo a virtualizar, en
este caso Windows. Como verás, con la aplicación
actualizada ya muestra Windows 10 de 32 o 64 bits.
– Escribimos el nombre que vamos a darle a la máquina
virtual y su localización. Lo ideal es tener una carpeta
exclusiva para todas las máquinas que tengamos. El nombre
puede ser cualquiera:
8. – Elegimos firmware BIOS, más compatible y abierto
que UEFI.
– Seleccionamos el número de procesadores y los núcleos
que vamos a utilizar. La aplicación te permite utilizar hasta 16
procesadores y hasta 16 núcleos. Estamos en un PC de
consumo con un procesador de 6 núcleos. Seleccionamos dos
núcleos:
9. – Vamos con la asignación de memoria RAM. Dependiendo
de la memoria física que tengas instaladas debes elegir entre
un mínimo de 2 y un máximo de 8. El PC en el que
trabajamos tiene 16 GB. Seleccionamos 4 Gbytes de RAM
para la VM:
– Seleccionamos la conexión de red. Lo dejamos por
defecto en NAT:
10. – Seleccionamos el controlador SCSI y el tipo de disco. Los dejamos por defecto en SAS y en SCSI:
11. – Seleccionamos la unidad de almacenamiento. Usamos crear un disco virtual:
12. – Seleccionamos su tamaño dependiendo del espacio que tengamos libre en nuestro disco duro (o SSD) físico y de
nuestras necesidades. La aplicación creará una carpeta en la ruta que vimos anteriormente como si fuera una partición.
Seleccionamos 60 Gbytes y disco virtual en fichero simple:
13. – Listo. Ya tenemos creada nuestra máquina virtual. No te asustes por tanta pantalla. Es más difícil redactarlo que hacerlo
y no te llevará más de dos minutos. Como verás en la interfaz, ya tenemos la máquina Windows 10 x64 creada. Ahora hay
que arrancarla simplemente seleccionándola y pulsando sobre el botón verde.
15. – Si no tenemos licencia omitimos la escritura de la clave
y seguimos:
– La instalación reconoce como una partición la máquina
virtual de 60 GB que hemos creado en la carpeta del disco
duro. Perfecto. No tocamos nada y seguimos:
16. Ya habrás visto que la instalación de Windows 10 es casi automática hasta llegar al final. Aquí nos encontraremos con un
par de pantallas de personalización de la configuración que afecta a temas de privacidad. No emplees el modo
automático y revisa las opciones:
17. – Lo último es escribir nuestra cuenta de Microsoft. Útil para configurar todos los servicios y aplicaciones de Microsoft que
usamos (Onedrive, Outlook, etc), conectar con otros equipos etc. Como hemos comentado, si te preocupa la privacidad y no lo
tienes claro omite esta pantalla. Siempre puedes hacerlo después y además, Windows 10 también tiene su cuenta local.
18. – Finalmente, aquí está Windows 10. Dependiendo de los recursos que le hayamos asignado a la máquina virtual funcionará
con más ligereza o menos. En nuestro caso con 2 núcleos y 4 GB de RAM rula sorprendentemente bien.