3. La propuesta consiste en:
No extraer el crudo del subsuelo.
La iniciativa reclama de la comunidad internacional al
menos $3 600 millones en doce años por no explotar los
campos ITT, con reservas valoradas en más de 800 millones
de barriles de crudo, ubicados en el Parque Yasuní.
Canalizar recursos por concepto de la venta simbólica del
crudo no extraído.
Crear un fondo de capitalización, cuyos intereses otorguen
ingresos permanentes.
Desarrollar con esos fondos un modelo de autosuficiencia
(cero emisiones, cero desechos) de producción de
alimentación y abastecimiento de energía para una fase
post petrolera.
6. Uno de los beneficios del proyecto es que la reinversión de los fondos
aportados en fuentes renovables de energía reduce o elimina la
generación de electricidad con derivados del petróleo, que actualmente
alcanza el 47% de la energía eléctrica del país. De esta forma se reducen
aún más las emisiones futuras de CO2.
Los fondos del capital pueden invertirse en proyectos hidroeléctricos y
geotérmicos con rentabilidad garantizada.
7.
8. PLAN B
El Plan B consiste en la extracción de petróleo de los
campos Tiputini y Tambococha.
Únicamente Ishpingo no se tocaría por estar en su
totalidad dentro del parque Yasuní.