A pesar que las danzas seguían una estructura argumental apoyada en los ritmos de la música algo debía ser modificado. Especialmente en el ballet clásico, se podía distinguir a los protagonistas y los personajes secundarios, se daba una importancia principal a las relaciones entre unos y otros, había un decorado que ayudaba a comprender el tema del que se hablaba y el manejo del espacio escénico estaba muy bien calculado.