3. La “muerte negra” La Peste Negra fue una devastadora pandemia que asoló Europa en el siglo XIV y que, se estima, mató cerca de un tercio de la población del continente. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue un brote de peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha extendido en forma varias veces a lo largo de la historia. La peste es causada por la bacteria Yesinia pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra ( Rattus rattus ), que hoy conocemos como rata de campo.
4. La Peste bubónica Una vez que las células bacterianas han sido introducidas mediante la picadura de una pulga dentro de un ser humano, se desplazan por el torrente sanguíneo hasta los nódulos linfáticos donde generan pequeñas hinchazones denominadas bubones , que están llenos de partículas bacterianas. En poco tiempo, los nódulos linfáticos periféricos se ven invadidos por bubones secundarios, hasta que se rompen y las células pasan de nuevo al torrente circulatorio, pero ahora en un número mucho más elevado, lo que causa una septicemia generalizada . En este estado, se producen múltiples hemorragias que dan lugar a manchas negras sobre la piel, procesos de gangrena, fuerte dolor en nódulos linfáticos, postración, shock y delirio. Si la peste no es tratada antes del estado septicémico, la muerte sobreviene al cabo de 3-5 días.
7. La Peste Negra: el azote de Dios Ante el terror inmenso que provocó este mal desconocido, se buscó la explicación en lo sobrenatural. La peste se consideró un castigo divino por los pecados de los mortales. En plena desesperación, se buscaron culpables y víctimas que calmaran la ira divina. Se dijo que los judíos y los leprosos habían envenenado los pozos y se desencadenó una ola de violencia contra ellos. Los hombres de esos tiempos estaban convencidos de que la podredumbre del alma se reflejaba en el cuerpo, y por eso los leprosos, por su mero aspecto corporal, se consideraban pecadores. También se desconfió de todos los extranjeros y de los peregrinos. Las ciudades y aldeas cerraron sus murallas para protegerse de la enfermedad.