El documento describe la temática y manifestaciones de la plástica paleocristiana, desde el siglo IV d.C. en adelante. Explica que se representaban temas bíblicos de forma anicónica usando símbolos como el pez, el crismón y la cruz. También se desarrollaron representaciones icónicas de escenas narrativas del Antiguo y Nuevo Testamento, así como vidas de santos. El estilo se caracterizaba por el antinaturalismo y la simplificación de formas con fines doctrinales.