1. 1) Marco Contextual: Experiencia mística y transformación del Sujeto
Moshe Idel, uno de los grandes especialistas en mística judía, define la práctica mística como el
esfuerzo encaminado a experimentar de manera momentánea la transformación de la naturaleza
humana. Desde un punto de vista teológico, la práctica mística sería la búsqueda que el ser humano
emprende en pos de una identidad diferente, mejor, perfecta. Esta identidad humana transformada
en la experiencia mística concreta trascendería los aspectos materiales cotidianos, y se percibiría
cercana a la inmortalidad y omnisciencia.
La búsqueda de una identidad transfigurada supone una polaridad entre una naturaleza divina
perfecta y atemporal que sería Dios, el Otro, el Absoluto, o como queramos llamarla; y nuestra
humanidad percibida como imperfección-temporalidad. Este dualismo entre lo perfecto y lo
imperfecto ha adquirido distintos tonos en las historias de las religiones. A veces se ha acentuado de
manera dramática como en el caso del gnosticismo y de ciertas formas de platonismo, haciendo de
la experiencia mística un llamado a trascender de manera radical la materialidad y temporalidad del
mundo presente para entrar en el mundo celestial y verdadero. La experiencia mística en dichas
concepciones dualistas supone la transformación radical del hombre en orden de poder percibir ese
mundo celestial. De acuerdo a diversos textos antiguos, el hombre se convierte en un ángel, o
recobra la naturaleza adamica primera, o es ordenado sacerdote en los cielos. Como sea, el afán de
la praxis mística es precisamente reducir esa distancia o disonancia entre lo divino y lo humano para
acercarnos temporalmente a la identidad deseada transformándonos en ella.
A pesar de que ambas realidades (Divina y humana) se encontrarían en una relación de
contraposición, la experiencia mística, precisamente, sería el medio a través del cual ambas
realidades se encontrarían. El ser humano percibe que esta realidad divina, perfecta y atemporal, le
invita a compartir, acercarse, e identificarse con su perfección. En este anhelo, que es una intuición
humana persistente, se inscribe la experiencia mística. Es el caso de los personajes emblemáticos de
la mística Judía de la mercabá: Enoc-Metatrón, Abraham, Jacob, Moisés, Melquisedec…o de los
mismos héroes de la literatura de Hejalot, Rabí Aquiba y Rabí Ismael. En el caso del apócrifo judío
conocido en su versión eslava como el 2Enoc leemos:
¿Quién soy yo para describir la esencia inabarcable del Señor, su faz admirable e inefable, el
coro bien instruido y de muchas voces, el trono inmenso no hecho a mano, los corsos que están a su
alrededor y los ejércitos de querubines y de los serafines con sus cánticos incesantes? (2Enoc
9,11).
2. Es también el caso de la resurrección de Jesús entendida como su entronización y unción
sacerdotal (transformación) en los cielos, o el mismo Pablo de Tarso que se identifica con la gloria
divina reflejada en el Cristo transformado en los cielos. Es el caso de la católica Hildegarda de
Bingen quien en el siglo XI escribe al abad de Claraval en los siguientes términos:
Padre, estoy profundamente perturbada por una visión que se me ha aparecido por medio de una
revelación divina y que no he visto con mis ojos carnales, sino solamente en mi espíritu.
Desdichada, y aún más desdichada en mi condición mujeril, desde mi infancia he visto grandes
maravillas que mi lengua no las puede expresar, pero que el Espíritu de Dios me ha enseñado que
las debo creer. [...]Por medio de esta visión, que tocó mi corazón y mi alma como una flama
quemante, me fueron mostradas cosas profundísimas.
Los ejemplos se pueden multiplicar en cada tradición religiosa. En la tradición católica que
represento no puedo dejar de mencionar a Maister Eckhart, Francisco de Asís, Teresa de Avila,
Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús. En todos estos casos el encuentro con las cualidades divinas
no son sólo conceptos útiles para representar lo absolutamente otro, sino también para imaginar la
naturaleza perfecta del hombre que algunos se esfuerzan por alcanzar. La intuición que está detrás
dice relación a que nuestra “verdadera” naturaleza humana está como oscurecida por un velo, está
como tergiversada, y en nosotros se encuentra el deseo de trascender esta imperfección a través de
un descubrimiento cognitivo-emotivo que nos abre a la realidad perfecta a la que pertenecemos de
verdad.
Con todo lo dicho, y reconociendo que el consenso es imposible en estas materias, me gustaría
definir la experiencia mística como la situación o momento que se sitúa fuera de la percepción
ordinaria y en la que el sujeto entra en contacto con dimensiones nuevas de la realidad percibidas
bajo la forma de profundidad o totalidad. Este encuentro con lo divino puede significar la
ampliación de las fronteras del conocimiento del individuo, quien puede, eventualmente, trascender
la dualidad sujeto-objeto, sintiéndose de alguna manera identificado con la idea que posea de lo
Absoluto u Otro y padeciendo, en consecuencia, una conmoción afectiva intensa, que se manifiesta
en sentimientos de paz, sobrecogimiento, terror, gozo o admiración. William James llama la
atención sobre el hecho que la experiencia puede ser pequeña e insignificante, pero es un hecho
completo, en el sentido de que durante el tiempo en que se produce toda la realidad le pertenece,
toda la fuerza que mueve el mundo se concentra en esa experiencia. Las experiencias místicas
acaecen al sujeto sin que éste pueda manipularlas, al margen de la conveniencia, voluntad o deseo
de quien las tiene. En la experiencia mística religiosa la trascendencia e inmanencia se tocan de
manera constitutiva.
3. Dado este pequeño, y parcial, marco contextual vale la pena preguntarse la importancia del papel
que juegan los EEEE de San Ignacio en la historia de la mística occidental. Varías preguntas
emergen de manera espontanea: ¿Cómo se realiza el encuentro del individuo con lo Absoluto en los
EEEE? ¿Qué tipo de transformación del sujeto se propicia desde los EEEE? ¿Qué medios facilitan
dicha transformación? A continuación, sin embargo, trataré de responder a una primera interrogante
de carácter fundamental. Una pregunta que está a la base de toda relación entre EEEE y mística:
¿Son los EEEE un procedimiento conducente a la experiencia mística?
2) EEEE y transformación del sujeto.
Como hemos dicho más arriba, la experiencia mística supone el encuentro temporal del sujeto
con dimensiones nuevas de la realidad percibidas bajo la forma de profundidad o totalidad. ¿Es la
experiencia mística un objetivo en los EEEE de San Ignacio? ¿Qué tipo de transformación se
propicia desde este libro, clásico de la espiritualidad occidental? En el comienzo de su libro, San
Ignacio propone el Principio y Fundamento de la experiencia que el sujeto está comenzando. Este
Principio y Fundamento se podría describir como el principio antropológico sobre el cual Ignacio
descansa. ¿Quién es el hombre? ¿Cuál es el sentido de su vida? ¿Cómo realizar la vocación
humana? La respuesta a estas preguntas coincide con la transformación a la que aspira el ejercitante.
Vale la pena que leamos este fragmento y que nos detengamos en los puntos más relevantes.
НАЧАЛО И ОСНОВАНИЯ
Человек сотворен для того, чтобы хвалить Господа Бога нашего, почитать Его и служить
Ему и посредством этого спасти свою душу. А все остальное, обретающееся на лице земли,
создано ради человека и для того, чтобы помочь ему в достижении той цели, ради которой он
сотворен. Отсюда следует, что человек должен пользоваться всем созданным в той мере, в
какой оно помогает ему в <достижении> его цели, и в той мере должен от нее отказываться,
в какой оно в этом ему мешает. Поэтому нам необходимо стать настолько бесстрастными по
отношению ко всем творениям, насколько это дозволено свободе нашей свободной воли и не
возбранено ей, так, чтобы мы не желали скорее здоровья, нежели болезни; богатства, нежели
бедности; жизни долгой, нежели короткой; и подобным образом во всем остальном, ища и
избирая единственно то, что лучше ведет нас к цели, для которой мы сотворены.
De acuerdo a la concepción antropológica de San Ignacio, el fin del hombre se realiza cuando
todas sus energías y facultades se orientan hacia Dios. Para ello es indispensable que el hombre
4. reconozca, en primer lugar, la distancia insalvable que media entre uno y otro; y, en segundo lugar,
la consecuente dependencia absoluta que une al ser humano con el creador. Observemos que tres
son las actitudes básicas que el santo menciona respecto a la relación entre el hombre y Dios:
alabanza, reverencia y servicio. Cada una de estas actitudes tiende a subrayar la distancia y
dependencia entre el hombre y Dios. El hombre se reconoce como creatura en relación al creador no
sólo en una actitud de sumisión, sino que también en una actitud de agradecimiento. El hombre
comprende que todo lo que tiene es don gratuito de Dios, esta es la experiencia final de los EEEE en
la llamada Contemplación para alcanzar amor.
Ahora bien el núcleo transformativo de la experiencia de los EEEE está dado no sólo a través del
reconocimiento de esta relación humana-divina (para qué fue creado el hombre), sino en la segunda
parte del planteamiento del НАЧАЛО И ОСНОВАНИЯ que expresa la relación cosas-hombre
(para qué fueron creadas las demás cosas). Los EEEE apuntan a educar los afectos de la persona
para que use los medios tanto cuanto le ayuden a realizar el objetivo para el cual fue creado. El
hombre ha de usar o no usar las cosas como criaturas-puentes (hacia Dios) y no como criaturas-
término. Es hacia la libertad o indiferencia a lo que apuntan los EEEE de San Ignacio. La libertad o
indiferencia de no sentirse atrapado por nada ni nadie. Es la libertad “de” como condición del
ejercicio de la libertad “para” realizar la vocación del hombre. Si el hombre no es libre o indiferente
frente a las demás cosas (dinero, salud, amistades, afectos) no podrá relacionarse con Dios a través
de la alabanza, reverencia, y servicio.
Esta definición de los EEEE se expresa de manera sucinta en la primera anotación de los EEEE:
Примечание первое: под названием «Духовные упражнения» подразумевается всякий
способ испытания совести, размышления, созерцания, молитвы словесной и мысленной и
других духовных действий, как об этом будет сказано впоследствии. Ибо, как телесными
упражнениями являются прогулка, ходьба и бег, так и все способы, коими душа
приуготовляется и располагается к освобождению от всех неупорядоченных влечений и,
коль скоро они будут уничтожены, к поиску и обретению воли Божией относительно
устройства своей жизни и для спасения своей души, - называются «Духовными
упражнениями».
Los EEEE se pueden definir, entonces, como una escuela de los afectos, que apuntan a la libertad
o indiferencia del hombre para reconocer la Voluntad de Dios y llevarla a cabo. En ese sentido la
transformación del sujeto en los EEEE se distingue mucho de las experiencias que definíamos al
inicio como místicas. Los EEEE no son un momento de gran intensidad afectiva donde el sujeto
5. trasciende lo temporal y material para unirse a lo Otro u absoluto. Los EEEE no suponen la
transformación del sujeto en cuento este se diviniza, o se convierte en un ángel, o siente que se ha
unido a las esferas celestiales. Los EEEE son un proceso, una escuela de los afectos, que se va
haciendo paso a paso y que tiende a que el sujeto se haga libre frente a los medios para poder
discernir, optar y realizar la voluntad de Dios. Más que la transfiguración del sujeto, los EEEE
tienden a que éste realice su vocación de creatura en una relación de libertad y generosidad frente a
Dios
Para enfatizar aún más las diferencias entre los EEEE y las experiencias místicas descritas en
nuestro marco contextual, describiré brevemente los hitos fundamentales del proceso de
transformación del sujeto que realiza los EEEE.
3) Los EEEE como escuela de los afectos.
En total los EEEE están pensados para desarrollarse en un mes. El libro de los EEEE invitan a
aproximadamente 150 horas (ejercicios) de oración. De estos 150 ejercicios 125 son repeticiones de
otros, es decir, no presentan materias nuevas de oración. La dinámica propuesta es, entonces, la de
profundizar, personificar, y asimilar el proceso educativo. Los EEEE se desarrollan a través de
cuatro etapas que San Ignacio llamó semanas. Cada semana tiene un objetivo específico, que de
cumplirse, posibilita el paso del ejercitante a la siguiente semana. La antropología subyacente en los
EEEE supone la disposición de todo el sujeto en este proceso educativo propuesto. La inteligencia,
la voluntad, la imaginación, los sentidos, todo se dispone con generosidad a experimentar cada
ejercicio y a culminar cada una de las etapas constitutivas de la experiencia. Cada ejercicio esta
movido por una deseo que buscamos realizar. Podemos llamar a este deseo de distintas maneras:
meta, tarea, o fin, sin embargo el ocupar el término teológico gracia puede ser más conveniente por
cuanto reconoce que es Dios y no el esfuerzo humano el que finalmente concede lo que el hombre
desea. En ese sentido, es importante reconocer que el hombre no llega neutral a cada oración. El
hombre busca y desea una gracia determinada. San Ignacio describe esta dinámica en cada ejercicio
como “demandar a Dios nuestro Señor lo que quiero y deseo” (48). El marco contextual de cada
una de las gracias que se pide está dada en la solicita oración preparatoria que el ejercitante a de
rezar al inicio de cada Ejercicio y que nuevamente nos recuerda cual es el fin de los EEEE:
пригатовительная молитва есть испращхивание благодаи у Господа нашего, дабы все мои
намерения, действия и поступки направлялись единственно и исключительно ко служению
Его Божественному Велишеству и к Его восхвалению. (46)
6. Es este proceso de ir ganando en libertad e indiferencia frente a las cosas creadas lo que mueve los
cuatro momentos fundamentales de los EEEE. Los mencionaré brevemente.
Primera semana: el objetivo es pedir vergüenza y confusión (восросшей и глубокой скорби) de
los pecados, especialmente los propios, pero también del pecado metahistórico (ángeles: soberbia),
e histórico (Adán: autodivinización). Es la conciencia dolorosa de quien percibe que todos los
afectos están orientados hacia la complacencia de sí mismo. Es el percibir la falta de libertad en el
uso de los medios (dinero, salud, reputación, bienes) y en mi relación con las personas (amistades,
padres, pareja). Estos ejercicios no sólo apuntan a crear una fina conciencia moral en el sujeto, sino
que también una actitud agradecida frente a Jesús quien lo ha redimido dando la vida por él. El
ejercitante no se queda en la vergüenza y confusión sino que avanza hacia el agradecimiento. Este
reconocimiento agradecido es el que finalmente hace que el ejercitante pueda seguir adelante con la
segunda semana.
Segunda semana: el objetivo es el о глубоком посноннии Господа, ставшего челавеком ради
тебя, дабы сильнее возлюбит Его и совершеннее следовать Ему (104). El ejercitante ha
iniciado esta semana agradecido de Cristo y lleno de entusiasmo emprende la tarea de la
contemplación (101) de los misterios de la vida de Cristo (261). La idea es aplicar todos los
sentidos (ver, oír, palpar, gustar, sentir) contemplando la vida de Jesús, y así ir ganando en
intimidad con Cristo y haciendo suya la sensibilidad y el modo de proceder de Jesús. El culmen de
este proceso se da en una doble dinámica. Por una parte en el deseo expresado en el coloquio
número 167: я хочу и избираю скорее бедность со христом бедным, нежели богатство;
унижения со Христом, претерпевшим множество унижений, нежели пошести, и желаю
скорее считатьсяглупцом и безумцем ради Христа, Которого прежде считали таковым,
нежели слыть мыдрым и разумным в мире сем .Por otra en la dinámica de elección de estado de
vida que el sujeto inicia en esta etapa.
Tercera semana: el objetivo es el alcanzar una mayor intimidad e identificación con Jesús
sufriendo con él el dolor de su pasión: о скоры со Христом, полным скорби, о сокрышении со
Христом сокрушённым, о слезах, о внутреннем страдании при мысли о стольких страданиях,
перенесённых Христом ради тебя …(203). El ejercitante siente la angustia, el sin sentido, el vacío
con Cristo. Sólo cuando se vivido esta experiencia, el ejercitante está llegando al final del recorrido
de esta escuela de los afectos.
Cuarta semana: el objetivo es el reconocimiento de Jesús resucitado, no sólo a través de la
contemplación de los pasajes evangélicos, sino que en su propia experiencia dialogal y de amor con
7. Dios. El ejercitante se siente vivo reconociendo que todo es don de Dios y que su propia vida es
una ofrenda a la divinidad. La escuela de los afectos ha cumplido su cometido, lo que se expresa de
manera hermosa en la famosa oración de San Ignacio: Возьми, Господи, и прими всю мою
свободу, мою память, мой разым и всю мою волю, всё что имею и чем владею. Ты дал мен
всё это, Тебе, Господи, это возврашаю. Всё это Твоё...Даруй мне Свою любовь и благодать, и
сих мне будет довольно. ….(234)
4) Más diferencias entre los EEEE y las experiencias místicas
La gran diferencia entre los EEEE de San Ignacio y las experiencias místicas estriba en que el
primero es un proceso transformativo que se puede definir como una escuela de los afectos que
requiere, además del auxilio de Dios, el trabajo paciente y perseverante del ejercitante. El segundo
concentra el proceso transformativo en un momento de gran intensidad afectiva donde los límites
del “yo” se diluyen en la inmensidad del “Otro” o del “Absoluto”. Las perspectivas son, por lo
tanto, completamente diferentes. Antes de concluir me gustaría agregar unas últimas observaciones
respecto a esta diferencia fundamental. Todos sabemos como la ciencia ha ido develando los
misterios del encuentro místico desde distintas disciplinas. La neurobiología, por ejemplo, ha
avanzado mucho en el conocimiento de las partes del cerebro que se activan en la experiencia
religiosa, y eventualmente, es capaz de producir en “laboratorio” experiencias místicas. En el
campo teológico hoy se habla de una nueva disciplina, la neuroteología, que abordaría la relación
entre la experiencia religiosa y la neurobiología. Por otra parte, desde la antropología y la psicología
hoy en día sabemos mucho más de ciertos condicionantes que facilitan las experiencias místicas.
Las experiencias místicas son facilitadas por ciertas prácticas, posturas corporales y sustancias. Por
ejemplo, los ayunos prolongados, la falta de sueño, algunas posturas corporales y ejercicios
intensos, la ingestión o administración de algunos agentes bioquímicos, la voz de un hipnotizador,
al centrarse en la escucha del latido del corazón, con el canturreo de estribillos o cantinelas, la
observación de manera prolongada de un objeto que gira, el ritual del médium, el batir reiterado de
un tambor o maraca, ciertas danzas etc. Estos y otros elementos facilitan el acceso del vidente al
trance, contexto desde donde se produce la experiencia mística. R.Walsh señala que la
característica fundamental de este acontecimiento consiste en que la atención está intensamente
focalizada en un objeto externo o interno, lo que reduce la conciencia respecto a la experiencia del
entorno, esto es, de los objetos, los estímulos sensoriales o el ambiente, que se encuentran fuera del
centro de atención. Esta matización es coherente con la definición que El Medical-Psychiatric
Practice ofrece del estado de trance como aquel en que el sujeto se encuentra en un estado atento y
receptivo de concentración, con una disminución de la atención periférica y de la capacidad
8. cognitiva de discernir. Como todos sabemos el estado de trance nunca es neutral. Las necesidades
del vidente, la cultura del entorno, y especialmente sus creencias religiosas, dotan de contenido al
trance convirtiéndolo en una experiencia religiosa. Nada tiene de extraño que en todo lugar y
tiempo este tipo de prácticas se hayan asociado a procedimientos para alcanzar la experiencia
religiosa.
Ni el trance, ni la experiencia mística, son constitutivos del proceso transformativo de los EEEE.
Ninguno de estos fenómenos está presente en los EEEE de Sn Ignacio. Al contrario, lo que
constatamos es una invitación constante a sospechar de los extremos emocionales que puede sufrir
el ejercitante. Por ejemplo, consideremos la definición que San Ignacio hace de la consolación: я
назыбаю утешением токое состояние, когда в душе восникает некое внутреннее движение, от
коего душа начинает воспламеняться любовыю к своемы Творсу и Господу, и вследствие
этого невозможно любить ни онды цотворённыю бещь на лице землу ради неё самой, но
лишь во Творце их всех. Pero ya más atrás, en el texto de los EEEE, había advertido sobre
cualquier tipo de exceso en el experimentar consolación o como el llama “tentación bajo apariencia
de bien”: если дающий упражнения заметит, что принимающий их продвигается вперёд,
получая утешения и проябляя немалое рвение, он должен предостеречь упражняющегося,
дабы тот не связал цебя необдуманно и орпометщхиво каким-либо обешанием или обетом.
(14) La idea de fondo es que todas estas experiencias emocionales fuertes son pasajeras; el sujeto,
por el contrario, permanece, lo que nos invita siempre a velar por el equilibrio adecuado.
Los EEEE son una escuela de los afectos que posibilitan la transformación paciente y profunda del
ejercitante para ganar en libertad y generosidad frente a Dios. Los EEEE es una experiencia
fundamental del legado espiritual de occidente.