1. Los programas dirigidos a niños y niñas pretenden:
Ayudar a los niños y niñas a identificar las señales de alarma.
Discriminar entre diversas conductas (etiquetadas como buenas, malas, confusas).
Potenciar su derecho a rechazar contactos no deseados.
Fomentar la búsqueda de ayuda a través de adultos de confianza.
Evitar el compromiso de guardar secretos.
Evitar los sentimientos de culpa si han sido víctimas de abusos.
Lo fundamental es crear en la familia un clima de confianza y apertura para que el niño pueda
hablar de lo que le ocurre, le preocupa y le extraña. La buena comunicación entre un padre y
un hijo puede disminuir la vulnerabilidad del menor frente al abuso sexual y aumentar la
posibilidad de que el menor tenga confianza para contarlo en caso de que esto ocurra.
Debemos hablar sobre su propio cuerpo, sobre qué es el abuso y, cuando sea apropiado de
acuerdo a su edad, hablar de sexo con naturalidad.
Es conveniente, que padres y madres sean orientados por profesionales preparados para que
les ayuden a potenciar habilidades de protección y cuidado de sus hijos.
GUÍA DE PREVENCIÓN: 7 PASOS PARA PROTEGER A NUESTROS NIÑOS
CONOZCA LOS HECHOS. Los adultos tienen la responsabilidad de proteger a los niños.
Acepte la realidad.
REDUZCA AL MÍNIMO LOS RIESGOS. Sea consciente de que el abuso sexual ocurre
cuando un niño está a solas con un adulto. Sepa con quién deja a su niño y qué hacen.
HABLE SOBRE EL TEMA. En general los niños mantienen el abuso en secreto, pero las
barreras caerán si usted habla abiertamente del asunto.
MANTÉNGASE ALERTA. No espere señales obvias de que un niño esté siendo abusado
sexualmente.
INFÓRMESE, SEPA REACCIONAR. Sepa a dónde ir, a quién llamar y cómo reaccionar. El
abuso sexual infantil es un delito. ¡Denúncielo!
ACTÚE CUANDO TENGA SOSPECHAS. Está en riesgo el futuro bienestar de un niño.
INVOLÚCRESE. Ofrézcase como voluntario o como socio para apoyar organizaciones que
luchan contra el abuso sexual y el maltrato infantil.
ABUSO SEXUAL INFANTIL
Prevenir el abuso sexual infantil es una labor compleja que ha de desarrollarse involucrando a
los distintos agentes sociales de la comunidad. Por tanto, corresponde a profesionales de la
salud, el trabajo social, de la seguridad y fundamentalmente profesionales de la educación
junto padres y madres desarrollar estrategias de prevención.