1. Lectura: Mateo 4: 18 al 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. Mateo 4: 22
2. Para algunos hombres, el viaje anual de pesca es lo más destacado de su calendario. Se quedan en cómodas cabañas y pasan largos días pescando tan sólo por diversión. Puedes estar seguro que no era así para los discípulos. Ellos no estaban de vacaciones cuando conocieron a Jesús. La pesca era su profesión. Nuestras profesiones a menudo exigen gran parte de nuestro tiempo y atención. Pero Jesús sabe cómo interrumpir de una manera interesante nuestra agenda en la que prima el trabajo. De hecho, nos invita a unirnos a Su trabajo. Fijémonos en la secuencia de Su declaración a los pescadores: "Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres" (Mateo 4:19). Estamos tentados a pensar que debemos hacer algo con nuestras vidas y al mismo tiempo seguir a Jesús. ¡Error! Él nos llama primero a seguirle, y luego Él hace algo con nuestras vidas. Nos guía para que demos prioridad a las necesidades de las personas y su eternidad como la meta de todos nuestros esfuerzos. Y, si bien puede que Dios no requiera que renuncies a tu profesión, seguirle garantizará que nunca vuelvas a ver tu profesión del mismo modo. Dónde "pescas" no es importante. Pero si sigues a Jesús, debes pescar. ¿A qué estás esperando? Echa tus redes, síguele, y permítele hacer algo con tu vida.
4. Lectura Bíblica: Mateo 4 Jesús principia su ministerio 18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. Reina Valera Revisada (1960) . 1998 (electronic ed.) . Sociedades Biblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 4.18 El mar de Galilea es en realidad un lago grande. Unos treinta pueblos de pescadores lo rodeaban en los días de Jesús, y Capernaum era el mayor. 4.18-20 Jesús dijo a Pedro y a Andrés que debían dejar su pesquería para convertirse en «pescadores de hombres» y ayudar a la gente a hallar a Dios. Jesús les invitaba a que dejaran un negocio productivo para ser espiritualmente productivos. Todos tenemos que pescar almas. Si seguimos el ejemplo de Cristo y sus enseñanzas y las ponemos en práctica, podremos «atrapar» a los que están a nuestro alrededor para Cristo como lo hace el pescador que atrapa peces en su red y los pone en su bote. 4.19 , 20 Aquellos hombres ya conocían a Jesús. Él había hablado con Pedro y Andrés anteriormente ( Juan 1.35–42 ) y había predicado en la región. Cuando Jesús los llamó, ellos sabían qué clase de hombre era y estaban dispuestos a seguirle. No estaban en un trance hipnótico cuando le siguieron, sino totalmente convencidos de que siguiéndole sus vidas cambiarían para siempre. 4.21 , 22 Santiago y su hermano, Juan, así como Pedro y Andrés, fueron los primeros discípulos que Jesús llamó para que trabajaran con Él. Al llamarlos Jesús, se levantaron y dejaron inmediatamente sus tareas. No respondieron con excusas. Respondieron de inmediato y le siguieron. Jesús nos llama a cada uno de nosotros a seguirlo. Cuando nos pide que lo sirvamos, debemos actuar como lo hicieron ellos y de una vez.