1. Como Geranios Rojos en el Balcón
Autor: Ursula Kroll Castañeda
Caminando por una ciudad de Europa, rodeada de todas esas bellas construcciones de piedras antiguas, de colores grises y sepias, en un ambiente un poco
frío y húmedo me sorprendió observar en un balcón minúsculo, una planta hermosa y exuberante de geranios rojos. En ese paisaje gris resaltaba mostrando
todas sus cualidades... Pensé ¡así tenemos que ser nosotros!
Más tarde, durante el viaje nos encontramos con tres personas que me recordaron, una vez más, la planta de geranios rojos. Una señora que atendía en una
tienda de tejidos a la que no le compramos nada, pero que aún así nos dedicó su mejor sonrisa y los más sensibles comentarios acerca de su viaje a México;
un señor de edad, taxista, que de manera sorprendente se bajó para abrirnos la puerta del carro, en una ciudad donde nadie te carga una maleta a menos que
pagues la tarifa que amerita; y una prima divertida y llena de vida que nos atendió como si fuésemos las personas más importantes en ese momento de su vida,
fueron personas que resaltaban en un ambiente austero y lleno de muchas personas poco tolerantes y rígidas en sus hábitos y pensamientos...
¡Cuántas veces permitimos que el medio y las personas que nos rodean afecten negativamente nuestra manera de ser! Tendríamos que desarrollar una coraza
emocional y espiritual para proteger nuestra verdadera identidad, para conservarnos limpios, entusiastas, confiados, seguros y positivos, a pesar de las
circunstancias. Lo más fácil es volvernos negativos, agresivos, críticos y amargados, igual que la mayoría de las personas que nos rodean, pero lo más difícil es
mantener nuestra diferencia, aún en un medio completamente hostil... esa, es nuestra tarea!
Cuando recordamos que todo pasa, sin importar que tan intenso sea, tenemos como alternativa el aferrarnos a lo positivo aunque sea pequeño, en todo
momento. Podemos ser como la planta de geranios rojos...
Es posible que te parezca poco importante invertir unos minutos en ser amable, en sonreír o en atender de manera especial a una persona... tal vez nunca
llegues a saber de qué manera suavizaste o refrescaste su vida con tu presencia en un momento dado, pero te aseguro que tus comentarios, tus gestos y tu
actuación positiva y amorosa, dejaron una huella amable y grata que recordarán toda la vida. Además, la recompensa instantánea será el sentimiento de
satisfacción y alegría, acompañado de una serie de eventos pequeños pero milagrosos, que comenzarán a atraer la prosperidad y la suavidad a tu vida.
Cómo convertirnos en una planta de geranios rojos
1- Valora lo que das. Considera valioso e importante todo lo que das o haces por los demás. Vale la pena dar lo mejor de nosotros a los demás sin esperar
nada a cambio. Cuando quieras hacer o decir algo bueno hacia otra persona, hazlo y piensa que puede hacer una diferencia en su vida...
2- Copia las características positivas de alguien. Recuerda a una persona que haya sido especial para ti, por su trato amable, y copia sus gestos y sus palabras.
3- Sonríe con frecuencia. Cuando sonríes con facilidad, dejas salir lo mejor de ti y cualquier diferencia o distancia que exista entre tú y otra persona desaparece
instantáneamente. Para estar serios se requiere el trabajo de 40 músculos y para sonreír sólo necesitamos mover 15. Es fácil hacerlo.
4- Sé generoso con los demás. Ser generosos no sólo implica dar lo que nos sobra en la vida, sino ser capaces de extraer de la vida aquello que creemos que
necesitan los demás. Puedes ser generoso con la sonrisa, con los abrazos, con tu presencia. Ser capaces de animar a otro, aún cuando estamos viviendo un
mal momento, es muestra de generosidad.
5- Exprésate con amabilidad. Cuida tus palabras y tus frases. Con ellas puedes hacer la diferencia. Saluda, da las gracias, pide por favor, pide disculpas si
fuese necesario y, sobre todo, habla con suavidad de forma clara y directa buscando siempre lo mejor para los demás.
6- Interésate por los demás. Es maravilloso guardar silencio y escuchar con atención la historia de otros, casi siempre descubrimos en un comentario, o en una
frase, la afinidad que tienen con nosotros. Dedica unos minutos a compartir con una persona sin juzgarla, hazlo abierto como un niño y disfruta de la
experiencia.
7- Actúa con sencillez. Evita ser superficial y trata de ser auténtico. Tu valor real no depende de tus posesiones materiales, sino de tus cualidades y
2. características personales. Atrévete a ser tú mismo y muéstrate con naturalidad.
Nos hace falta tu presencia amable, generosa y espontánea para sentir que vale la pena esforzarnos en vivir la diferencia. Juntos podemos hacer un mundo
mejor.