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Medicina Universitaria 2007;9(35):72-76


Artículo de revisión

Morfología del conducto torácico y su importancia clínica
Octavio Tijerina de la Garza,* Rodrigo E. Elizondo Omaña,* Ruben Ruiz Fernández,** Édgar Ortegón
Galindo,** Santos Guzmán López*

RESUMEN

Desde su descubrimiento, el conducto torácico ha sido de poco interés para los anatomistas y los cirujanos. Se le estudian porciones:
abdominal, torácica y cervical. Cada una de ellas muestra variaciones que tienen importancia clínico-quirúrgica. El conocimiento de su
morfología permite a los cirujanos evitar su lesión.
Palabras clave: conducto torácico, sistema linfático, cisterna del quilo (de Pequet), ángulo venoso.

ABSTRACT

Since its description, the thoracic duct has been of little interest for the anatomists and the surgeons. This duct has three portions: abdo-
minal, thoracic and cervical. Each one of them presents variations that have clinical-surgical importance. The knowledge of its morphology
will allow the surgeons to avoid its lesion.
Key words: Thoracic duct, lymphatic system, cisterna chyli (Pecquet’s), venous angle.




E
          l descubrimiento del sistema linfático se atri-                su naturaleza, pues lo consideró una vena nutricia
          buye a Gaspar Aselli en 1622. Antes de ello,                   del pecho.
          todas las funciones nutritivas y absorbentes                      Después del descubrimiento del sistema linfático,
          se atribuían a las venas; de tal modo que                      se realizaron numerosas observaciones en animales
Erasistrato y Herófilo describieron los vasos lácteos del                 domésticos y se demostró su naturaleza vascular.
mesenterio en las ovejas, pero los consideraron tubos                    Aselli, a pesar de haber identificado el sitio real de la
que formaban parte del sistema venoso general. Ga-                       absorción intestinal, no vio con exactitud el trayecto
leno negó su existencia, asegurando que los jugos de                     de los quilíferos y afirmó equivocadamente que termi-
la digestión eran tomados por las venas y acarreados                     naban en la vena porta. Otros como Harvey y Riolano
al hígado, donde se transformaban en sangre. Desde                       combatieron este descubrimiento, logrando que Aselli
esa época hasta el siglo XVI no hubo anatomista que                      fuera tenido por visionario y los quilíferos, como
se interesara por los vasos linfáticos; por el contrario,                creación fantástica. Posteriormente, en 1628, Gassendi
todos aceptaron sin contradicción las ideas de Galeno.                   demostró por primera vez la existencia de estos vasos
En 1563, Bartolomé Eustaquio, mientras estudiaba la                      en el hombre y Juan Pequet, en 1649, descubrió que los
vena ácigos, descubrió el conducto torácico; lo descri-                  quilíferos, después de atravesar los ganglios mesenté-
bió con exactitud pero interpretó equivocadamente                        ricos, convergen en un reservorio ubicado delante de
                                                                         las vértebras lumbares, la cisterna quilífera.1
*    Departamento de Anatomía Humana.
**   Departamento de Introducción a la Clínica.                          MORFOLOGÍA
     Facultad de Medicina y Hospital Universitario Dr. José Eleuterio
     González de la UANL.
                                                                         La formación del conducto torácico inicia en el em-
Correspondencia: Dr. Octavio Tijerina de la Garza. Departamento
de Anatomía Humana. Facultad de Medicina y Hospital Univer-
                                                                         brión entre la séptima y octava semanas de embarazo,
sitario Dr. José Eleuterio González de la UANL. Ave. Francisco           aproximadamente, cuando se desarrollan dos vasos
I. Madero y Dr. Aguirre Pequeño s/n, colonia Mitras Centro, CP           que conectan los sacos yugulares linfáticos y la cis-
64460, Monterrey, Nuevo León, México. Tel.: 01(81) 8329-4171.
E-mail: rod_omana@yahoo.com                                              terna del quilo.2 Inicialmente existen dos conductos
Recibido: febrero, 2007. Aceptado: mayo, 2007.                           torácicos (derecho e izquierdo) que tienen múltiples
La versión completa de este artículo también está disponible en          anastomosis entre sí (figura 1), lo cual podría explicar
internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx                            muchas de las variaciones en su origen, trayectoria y


72                                                                                             Medicina Universitaria ISSN 1665-5796
Morfología del conducto torácico y su importancia clínica




                                                                      intestinales hasta la circulación venosa. El conducto
                                                                      torácico también tiene una función importante en el
                                                                      mantenimiento del balance de líquidos corporales y
                                                                      además, regresa a la circulación ciertas proteínas y
                                                                      linfocitos T.2
                                                                         El conducto torácico es un voluminoso tronco lin-
                                                                      fático colector de 25 a 45 cm de longitud que termina
                                                                      en el ángulo venoso izquierdo y recibe la linfa de la
                                                                      mitad izquierda del cuerpo, así como de la mitad
                                                                      inferior derecha; por lo tanto, sólo la mitad superior
                                                                      derecha desemboca en el sistema venoso por medio
                                                                      de otro tronco linfático, denominado vena linfática
                                                                      derecha.6 Su estructura histológica es muy parecida
A                        B                       C                    a la de una vena; posee una túnica íntima con un
                                                                      endotelio y varias capas de fibras elásticas y de co-
Figura 1. Origen embriológico de los conductos. A. Persistencia del   lágeno; en la túnica media se encuentran capas de
conducto linfático derecho. B. Formación más frecuente del conduc-    músculo liso y en la túnica adventicia existen fibras
to torácico. C. Conducto torácico derecho en la porción cervical.
                                                                      de colágeno que se mezclan con el tejido conectivo
desembocadura.3,4 El conducto torácico definitivo se                   circulante.7
compone, en general, de la porción inferior del tronco                   Desde un punto de vista anatómico, en el conducto
derecho, una anastomosis transversal y la porción                     torácico se pueden identificar tres porciones: 1) abdo-
superior del tronco izquierdo.5                                       minal, 2) torácica y 3) cervical.8


    A                                   B                                        C                                 D




Figura 2. Diferentes configuraciones de la cisterna del quilo (de Pequet). A. Tipo clásico (cisterna plexiforme). B. Cisterna ampular. C.
Cisterna lambda. D. Ausencia de cisterna.

   La función más importante del conducto torá-                       Porción abdominal
cico es transportar las grasas absorbidas en forma                    Inicia en la cisterna del quilo y termina al atravesar el
de triglicéridos y colesterol, desde los linfáticos                   diafragma. El conducto torácico se forma por la unión


Volumen 9, Núm. 35, abril-junio, 2007                                                                                               73
Tijerina de la Garza O y col.




de los dos troncos lumbares (derecho e izquierdo) y el            do como límite de ambas el cambio de dirección del
tronco intestinal, en un sitio que puede ser por delante          conducto torácico. En la porción infraacigoaórtica, el
de las primeras vértebras lumbares o de las últimas               conducto se localiza en el mediastino posterior junto con
torácicas.5 Habitualmente, se considera en su origen              la aorta a su izquierda y la vena ácigos a su derecha. Se
la formación de una dilatación que se conoce como                 sitúan detrás de él la columna vertebral y el ligamento
cisterna del quilo, la cual puede tener una forma sacu-           longitudinal anterior, las arterias intercostales aórticas
lar o ampular. La cisterna del quilo está en el espacio           derechas y las porciones terminales de las venas hemiá-
retrocrural y se observa como tal en alrededor de 20%             cigos y hemiácigos accesoria. A la altura de T5 inicia la
de los estudios linfográficos y autopsias.9                        porción supraacigoaórtica, donde el conducto torácico
   Existen variaciones en la formación del conducto,              se inclina hacia la izquierda, penetra en el mediastino
el cual puede ser intrabdominal o intratorácico, que              superior y asciende a la izquierda del esófago.
se manifiestan con igual frecuencia.6 Es raro que la                  En la porción infraacigoaórtica, el conducto es ra-
cisterna conste de una ampolla única. Se han descrito             ramente único; habitualmente tiene dos conductos o
cisternas dobles y triples (figura 2). Pero la disposi-            puede ser plexiforme. En la porción supraacigoaórtica,
ción más común es la plexiforme, en la que es difícil             suele observarse un solo conducto.
reconocer el tipo de cisterna clásico.5



     A                                          B                                            C




             D                                                                    E




Figura 3. Diferentes modos de desembocadura del conducto torácico. A. Conducto simple de desembocadura única. B. Terminación del
conducto con cayados múltiples, pero desembocadura única. C. Terminación en delta. D. Conducto torácico doble en su terminación y
con desembocadura doble. E. Terminación “en araña”.

Porción torácica                                                  Porción cervical
En la porción torácica se pueden identificar una porción           Está en el trígono de la arteria vertebral. Tiene la forma
infraacigoaórtica y otra supraacigoaórtica, consideran-           de un cayado de concavidad inferior sobre la arteria


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Morfología del conducto torácico y su importancia clínica




subclavia, para terminar por abocamiento en el con-         puede ocurrir en esofagectomía, resección pulmonar,
fluente venoso yugulosubclavio. La desembocadura             resecciones de tumores mediastínicos,15 procedimien-
clásicamente descrita es única, con un conducto torácico    tos de columna por vía anterior16 y en intervenciones
en el ángulo venoso izquierdo;4 aunque existen algu-        quirúrgicas por aneurismas aórticos torácicos.17 La
nos reportes donde el conducto termina en el ángulo         incidencia de la lesión en tórax por cualquiera de estos
venoso derecho.10,11                                        procedimientos es de 0.24 a 0.5%.
   La desembocadura como conducto único existe en              En la región cervical, la lesión puede ocurrir por
menos de la mitad de los casos. En el resto (figura 3),      cateterización de la vena yugular interna,2 disecciones
pueden darse estas variantes: 1) terminación del con-       en bloque para retirar nódulos tuberculosos o tumores
ducto con cayados múltiples, pero con desembocadura         malignos, escalenectomías, resecciones esofágicas u
única; 2) terminación en delta; 3) conducto torácico        operaciones para tratar la tortícolis.18 El riesgo también
doble en su terminación y con desembocadura doble;          existe al realizar biopsias en la región supraclavicular
4) terminación en araña.                                    u operación de la arteria vertebral.19
                                                               El diagnóstico de lesión del conducto torácico se
Otras características                                       confirma mediante el análisis de laboratorio del líqui-
                                                            do sospechoso. Las características que confirman que
Calibre                                                     se trata de linfa son: aspecto lechoso, alto contenido
En su inicio tiene un diámetro de 5 mm y luego se           de grasas en forma de triglicéridos y predominio de
estrecha hasta cerca de su desembocadura, donde             linfocitos.2
vuelve a dilatarse. El diámetro máximo del conducto
torácico varía entre 1 y 7 mm.12 Su curso es flexuoso,       REFERENCIAS
tiene estrechamientos a ciertos intervalos y su aspecto
es varicoso.13                                              1.  Calleja y Sánchez J. Compendio de anatomía descriptiva y
                                                                de embriología humanas. Establecimiento tipográfico Cuarta
                                                                edición. Madrid: Hijos de JA García 1901.
Válvulas
                                                            2. Kwon SS, Falk A, Mitty HA. Thoracic duct injury associated
Está descrita la existencia de válvulas en las zonas en         with left internal jugular vein catheterization: anatomic con-
que está expuesto a presión. El número máximo de                siderations. J Vasc Interv Radiol 2002;13:337-9.
                                                            3. Chen H, Shoumura S, Emura S. Bilateral thoracic ducts
válvulas es de 13, que se distribuyen principalmente
                                                                with coexistent persistent left superior vena cava. Clin Anat
en la parte superior del conducto, separadas por una            2006;19:350-3.
distancia de entre 4 y 8 cm.12 En su entrada en el siste-   4. Moore KL. Anatomía con orientación clínica. 4a ed. Editorial
ma venoso hay una válvula bicúspide frente a la vena,           Médica Panamericana 1999.
                                                            5. Kobik S. Atlas fotográfico en color de anatomía humana. 1a
que impide el reflujo de sangre hacia el conducto.               ed. Barcelona: Editorial Labor 1969.
                                                            6. Rouviere H. Anatomía humana descriptiva, topográfica y
IMPORTANCIA CLÍNICA                                             funcional. 11a ed. Barcelona: Masson.
                                                            7. Gartner E. Anatomía, estudio por regiones del cuerpo huma-
                                                                no. 2a ed. Barcelona: Salvat Editores 1971.
El conducto torácico puede ser dañado en las regiones       8. Davis HK. A statistical study of the thoracic duct in man. Am
abdominal, torácica y cervical. Habitualmente, su               J Anat 1915;17:211-44.
                                                            9. Pinto PS, Sirlin CB, Andrade-Barreto OA, Brown MA, et al.
lesión es secundaria a traumatismos o iatrogenias.
                                                                Cisterna chyli at routine abdominal MR imaging: a normal
La disección minuciosa y el ligar los vasos linfáticos          anatomic structure in the retrocrural space. Radiographics
en áreas de riesgo anatómico son medidas que debe               2004;24:809-17.
considerar siempre el cirujano al realizar algún proce-     10. Nathan H, Seidel MR. The association of a retroesophageal
                                                                right subclavian artery, a right-sided terminating thoracic duct,
dimiento en las regiones antes mencionadas.                     and a left vertebral artery of aortic origin: anatomical and
   En la región abdominal la lesión se produce durante          clinical considerations. Acta Anat (Basel) 1983;117(4):362-
alguna operación gástrica o en el retroperitoneo.14 En          73.
                                                            11. Epstein DA, Debord JR. Abnormalities associated with abe-
la región torácica, la lesión produce quilotórax, una           rrant right subclavian arteries ¾a case report. Vasc Endovasc
rara complicación de las operaciones de tórax que               Surg 2002;36:297-303.



Volumen 9, Núm. 35, abril-junio, 2007                                                                                        75
Tijerina de la Garza O y col.




12. Rosenberger A, Abrams HL. Radiology of the thoracic duct. Am          Spine J 2006;15(9):1347-51.
    J Roentgenol Radium Ther Nucl Med 1971;111(4):807-20.             17. Minami H, Mukohara M, Shida T. Postoperative chylothorax
13. Williams PL, Warwick R, Dyson M, Bannister LH. Gray’s                 in patients with a thoracic aortic aneurysm. Ann Thorac Car-
    anatomy. 36a ed. Salvat 1985.                                         diovasc Surg. 2006;12:116-20.
14. Medina E, Anguiano MP, Agudo O. Bilateral Chylothorax alter       18. Gottlieb MI, Greenfield J. Variations in the terminal portion of
    gastric surgery. An Sist Sanit Navar 28(3):421-4.                     the human thoracic duct. AMA Arch Surg. 1956;73:955-9.
15. Shiraishi Y. Chylothorax. Kyobu Geka 2004;57:757-61.              19. Cerfolio RJ, Allen MS, Deschamps C, Trastek VF, Pairolero
16. Ackali O, Kiray A, Ergur I, Tetik S, Alici E. Thoracic duct va-       PC. Postoperative chylothorax. J Thorac Cardiovasc Surg.
    riations may complicate the anterior spine procedures. Eur            1996;112:1361-5; discussion 1365-6.




76                                                                                          Medicina Universitaria ISSN 1665-5796

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Morfologia del conducto toracico

  • 1. Medicina Universitaria 2007;9(35):72-76 Artículo de revisión Morfología del conducto torácico y su importancia clínica Octavio Tijerina de la Garza,* Rodrigo E. Elizondo Omaña,* Ruben Ruiz Fernández,** Édgar Ortegón Galindo,** Santos Guzmán López* RESUMEN Desde su descubrimiento, el conducto torácico ha sido de poco interés para los anatomistas y los cirujanos. Se le estudian porciones: abdominal, torácica y cervical. Cada una de ellas muestra variaciones que tienen importancia clínico-quirúrgica. El conocimiento de su morfología permite a los cirujanos evitar su lesión. Palabras clave: conducto torácico, sistema linfático, cisterna del quilo (de Pequet), ángulo venoso. ABSTRACT Since its description, the thoracic duct has been of little interest for the anatomists and the surgeons. This duct has three portions: abdo- minal, thoracic and cervical. Each one of them presents variations that have clinical-surgical importance. The knowledge of its morphology will allow the surgeons to avoid its lesion. Key words: Thoracic duct, lymphatic system, cisterna chyli (Pecquet’s), venous angle. E l descubrimiento del sistema linfático se atri- su naturaleza, pues lo consideró una vena nutricia buye a Gaspar Aselli en 1622. Antes de ello, del pecho. todas las funciones nutritivas y absorbentes Después del descubrimiento del sistema linfático, se atribuían a las venas; de tal modo que se realizaron numerosas observaciones en animales Erasistrato y Herófilo describieron los vasos lácteos del domésticos y se demostró su naturaleza vascular. mesenterio en las ovejas, pero los consideraron tubos Aselli, a pesar de haber identificado el sitio real de la que formaban parte del sistema venoso general. Ga- absorción intestinal, no vio con exactitud el trayecto leno negó su existencia, asegurando que los jugos de de los quilíferos y afirmó equivocadamente que termi- la digestión eran tomados por las venas y acarreados naban en la vena porta. Otros como Harvey y Riolano al hígado, donde se transformaban en sangre. Desde combatieron este descubrimiento, logrando que Aselli esa época hasta el siglo XVI no hubo anatomista que fuera tenido por visionario y los quilíferos, como se interesara por los vasos linfáticos; por el contrario, creación fantástica. Posteriormente, en 1628, Gassendi todos aceptaron sin contradicción las ideas de Galeno. demostró por primera vez la existencia de estos vasos En 1563, Bartolomé Eustaquio, mientras estudiaba la en el hombre y Juan Pequet, en 1649, descubrió que los vena ácigos, descubrió el conducto torácico; lo descri- quilíferos, después de atravesar los ganglios mesenté- bió con exactitud pero interpretó equivocadamente ricos, convergen en un reservorio ubicado delante de las vértebras lumbares, la cisterna quilífera.1 * Departamento de Anatomía Humana. ** Departamento de Introducción a la Clínica. MORFOLOGÍA Facultad de Medicina y Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González de la UANL. La formación del conducto torácico inicia en el em- Correspondencia: Dr. Octavio Tijerina de la Garza. Departamento de Anatomía Humana. Facultad de Medicina y Hospital Univer- brión entre la séptima y octava semanas de embarazo, sitario Dr. José Eleuterio González de la UANL. Ave. Francisco aproximadamente, cuando se desarrollan dos vasos I. Madero y Dr. Aguirre Pequeño s/n, colonia Mitras Centro, CP que conectan los sacos yugulares linfáticos y la cis- 64460, Monterrey, Nuevo León, México. Tel.: 01(81) 8329-4171. E-mail: rod_omana@yahoo.com terna del quilo.2 Inicialmente existen dos conductos Recibido: febrero, 2007. Aceptado: mayo, 2007. torácicos (derecho e izquierdo) que tienen múltiples La versión completa de este artículo también está disponible en anastomosis entre sí (figura 1), lo cual podría explicar internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx muchas de las variaciones en su origen, trayectoria y 72 Medicina Universitaria ISSN 1665-5796
  • 2. Morfología del conducto torácico y su importancia clínica intestinales hasta la circulación venosa. El conducto torácico también tiene una función importante en el mantenimiento del balance de líquidos corporales y además, regresa a la circulación ciertas proteínas y linfocitos T.2 El conducto torácico es un voluminoso tronco lin- fático colector de 25 a 45 cm de longitud que termina en el ángulo venoso izquierdo y recibe la linfa de la mitad izquierda del cuerpo, así como de la mitad inferior derecha; por lo tanto, sólo la mitad superior derecha desemboca en el sistema venoso por medio de otro tronco linfático, denominado vena linfática derecha.6 Su estructura histológica es muy parecida A B C a la de una vena; posee una túnica íntima con un endotelio y varias capas de fibras elásticas y de co- Figura 1. Origen embriológico de los conductos. A. Persistencia del lágeno; en la túnica media se encuentran capas de conducto linfático derecho. B. Formación más frecuente del conduc- músculo liso y en la túnica adventicia existen fibras to torácico. C. Conducto torácico derecho en la porción cervical. de colágeno que se mezclan con el tejido conectivo desembocadura.3,4 El conducto torácico definitivo se circulante.7 compone, en general, de la porción inferior del tronco Desde un punto de vista anatómico, en el conducto derecho, una anastomosis transversal y la porción torácico se pueden identificar tres porciones: 1) abdo- superior del tronco izquierdo.5 minal, 2) torácica y 3) cervical.8 A B C D Figura 2. Diferentes configuraciones de la cisterna del quilo (de Pequet). A. Tipo clásico (cisterna plexiforme). B. Cisterna ampular. C. Cisterna lambda. D. Ausencia de cisterna. La función más importante del conducto torá- Porción abdominal cico es transportar las grasas absorbidas en forma Inicia en la cisterna del quilo y termina al atravesar el de triglicéridos y colesterol, desde los linfáticos diafragma. El conducto torácico se forma por la unión Volumen 9, Núm. 35, abril-junio, 2007 73
  • 3. Tijerina de la Garza O y col. de los dos troncos lumbares (derecho e izquierdo) y el do como límite de ambas el cambio de dirección del tronco intestinal, en un sitio que puede ser por delante conducto torácico. En la porción infraacigoaórtica, el de las primeras vértebras lumbares o de las últimas conducto se localiza en el mediastino posterior junto con torácicas.5 Habitualmente, se considera en su origen la aorta a su izquierda y la vena ácigos a su derecha. Se la formación de una dilatación que se conoce como sitúan detrás de él la columna vertebral y el ligamento cisterna del quilo, la cual puede tener una forma sacu- longitudinal anterior, las arterias intercostales aórticas lar o ampular. La cisterna del quilo está en el espacio derechas y las porciones terminales de las venas hemiá- retrocrural y se observa como tal en alrededor de 20% cigos y hemiácigos accesoria. A la altura de T5 inicia la de los estudios linfográficos y autopsias.9 porción supraacigoaórtica, donde el conducto torácico Existen variaciones en la formación del conducto, se inclina hacia la izquierda, penetra en el mediastino el cual puede ser intrabdominal o intratorácico, que superior y asciende a la izquierda del esófago. se manifiestan con igual frecuencia.6 Es raro que la En la porción infraacigoaórtica, el conducto es ra- cisterna conste de una ampolla única. Se han descrito ramente único; habitualmente tiene dos conductos o cisternas dobles y triples (figura 2). Pero la disposi- puede ser plexiforme. En la porción supraacigoaórtica, ción más común es la plexiforme, en la que es difícil suele observarse un solo conducto. reconocer el tipo de cisterna clásico.5 A B C D E Figura 3. Diferentes modos de desembocadura del conducto torácico. A. Conducto simple de desembocadura única. B. Terminación del conducto con cayados múltiples, pero desembocadura única. C. Terminación en delta. D. Conducto torácico doble en su terminación y con desembocadura doble. E. Terminación “en araña”. Porción torácica Porción cervical En la porción torácica se pueden identificar una porción Está en el trígono de la arteria vertebral. Tiene la forma infraacigoaórtica y otra supraacigoaórtica, consideran- de un cayado de concavidad inferior sobre la arteria 74 Medicina Universitaria ISSN 1665-5796
  • 4. Morfología del conducto torácico y su importancia clínica subclavia, para terminar por abocamiento en el con- puede ocurrir en esofagectomía, resección pulmonar, fluente venoso yugulosubclavio. La desembocadura resecciones de tumores mediastínicos,15 procedimien- clásicamente descrita es única, con un conducto torácico tos de columna por vía anterior16 y en intervenciones en el ángulo venoso izquierdo;4 aunque existen algu- quirúrgicas por aneurismas aórticos torácicos.17 La nos reportes donde el conducto termina en el ángulo incidencia de la lesión en tórax por cualquiera de estos venoso derecho.10,11 procedimientos es de 0.24 a 0.5%. La desembocadura como conducto único existe en En la región cervical, la lesión puede ocurrir por menos de la mitad de los casos. En el resto (figura 3), cateterización de la vena yugular interna,2 disecciones pueden darse estas variantes: 1) terminación del con- en bloque para retirar nódulos tuberculosos o tumores ducto con cayados múltiples, pero con desembocadura malignos, escalenectomías, resecciones esofágicas u única; 2) terminación en delta; 3) conducto torácico operaciones para tratar la tortícolis.18 El riesgo también doble en su terminación y con desembocadura doble; existe al realizar biopsias en la región supraclavicular 4) terminación en araña. u operación de la arteria vertebral.19 El diagnóstico de lesión del conducto torácico se Otras características confirma mediante el análisis de laboratorio del líqui- do sospechoso. Las características que confirman que Calibre se trata de linfa son: aspecto lechoso, alto contenido En su inicio tiene un diámetro de 5 mm y luego se de grasas en forma de triglicéridos y predominio de estrecha hasta cerca de su desembocadura, donde linfocitos.2 vuelve a dilatarse. El diámetro máximo del conducto torácico varía entre 1 y 7 mm.12 Su curso es flexuoso, REFERENCIAS tiene estrechamientos a ciertos intervalos y su aspecto es varicoso.13 1. Calleja y Sánchez J. Compendio de anatomía descriptiva y de embriología humanas. Establecimiento tipográfico Cuarta edición. Madrid: Hijos de JA García 1901. Válvulas 2. Kwon SS, Falk A, Mitty HA. Thoracic duct injury associated Está descrita la existencia de válvulas en las zonas en with left internal jugular vein catheterization: anatomic con- que está expuesto a presión. El número máximo de siderations. J Vasc Interv Radiol 2002;13:337-9. 3. Chen H, Shoumura S, Emura S. Bilateral thoracic ducts válvulas es de 13, que se distribuyen principalmente with coexistent persistent left superior vena cava. Clin Anat en la parte superior del conducto, separadas por una 2006;19:350-3. distancia de entre 4 y 8 cm.12 En su entrada en el siste- 4. Moore KL. Anatomía con orientación clínica. 4a ed. Editorial ma venoso hay una válvula bicúspide frente a la vena, Médica Panamericana 1999. 5. Kobik S. Atlas fotográfico en color de anatomía humana. 1a que impide el reflujo de sangre hacia el conducto. ed. Barcelona: Editorial Labor 1969. 6. Rouviere H. Anatomía humana descriptiva, topográfica y IMPORTANCIA CLÍNICA funcional. 11a ed. Barcelona: Masson. 7. Gartner E. Anatomía, estudio por regiones del cuerpo huma- no. 2a ed. Barcelona: Salvat Editores 1971. El conducto torácico puede ser dañado en las regiones 8. Davis HK. A statistical study of the thoracic duct in man. Am abdominal, torácica y cervical. Habitualmente, su J Anat 1915;17:211-44. 9. Pinto PS, Sirlin CB, Andrade-Barreto OA, Brown MA, et al. lesión es secundaria a traumatismos o iatrogenias. Cisterna chyli at routine abdominal MR imaging: a normal La disección minuciosa y el ligar los vasos linfáticos anatomic structure in the retrocrural space. Radiographics en áreas de riesgo anatómico son medidas que debe 2004;24:809-17. considerar siempre el cirujano al realizar algún proce- 10. Nathan H, Seidel MR. The association of a retroesophageal right subclavian artery, a right-sided terminating thoracic duct, dimiento en las regiones antes mencionadas. and a left vertebral artery of aortic origin: anatomical and En la región abdominal la lesión se produce durante clinical considerations. Acta Anat (Basel) 1983;117(4):362- alguna operación gástrica o en el retroperitoneo.14 En 73. 11. Epstein DA, Debord JR. Abnormalities associated with abe- la región torácica, la lesión produce quilotórax, una rrant right subclavian arteries ¾a case report. Vasc Endovasc rara complicación de las operaciones de tórax que Surg 2002;36:297-303. Volumen 9, Núm. 35, abril-junio, 2007 75
  • 5. Tijerina de la Garza O y col. 12. Rosenberger A, Abrams HL. Radiology of the thoracic duct. Am Spine J 2006;15(9):1347-51. J Roentgenol Radium Ther Nucl Med 1971;111(4):807-20. 17. Minami H, Mukohara M, Shida T. Postoperative chylothorax 13. Williams PL, Warwick R, Dyson M, Bannister LH. Gray’s in patients with a thoracic aortic aneurysm. Ann Thorac Car- anatomy. 36a ed. Salvat 1985. diovasc Surg. 2006;12:116-20. 14. Medina E, Anguiano MP, Agudo O. Bilateral Chylothorax alter 18. Gottlieb MI, Greenfield J. Variations in the terminal portion of gastric surgery. An Sist Sanit Navar 28(3):421-4. the human thoracic duct. AMA Arch Surg. 1956;73:955-9. 15. Shiraishi Y. Chylothorax. Kyobu Geka 2004;57:757-61. 19. Cerfolio RJ, Allen MS, Deschamps C, Trastek VF, Pairolero 16. Ackali O, Kiray A, Ergur I, Tetik S, Alici E. Thoracic duct va- PC. Postoperative chylothorax. J Thorac Cardiovasc Surg. riations may complicate the anterior spine procedures. Eur 1996;112:1361-5; discussion 1365-6. 76 Medicina Universitaria ISSN 1665-5796