Este documento discute cómo Internet puede ser tanto un medio para la transparencia como una herramienta para la manipulación de la información. Señala que aunque Internet ha abierto las puertas a la libertad de expresión, también ofrece un campo fértil para la manipulación y falsedades con el fin de influir en la opinión pública. Identifica varias formas en que la información en Internet puede ser manipulada o censurada, como la eliminación de comentarios discordantes, la publicación de teorías de conspiración sin fundamentos, y la falta de ver
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La manipulación de la información en Internet
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de opinión
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LA MANIPULACION DE LA INFORMACION EN INTERNET
¿Es Internet un claro ejemplo de transparencia o un arma aun mayor de manipulación?
Hasta la saciedad se ha hablado de las bondades de Internet como medio de difusión, de
su enorme libertad, de no depender de nadie y de su lucha contra la manipulación de la
información, pero… ¿es todo esto cierto o estamos simplemente ante una nueva forma de
manipulación de la opinión pública?
Es muy cierto que Internet ha abierto las puertas a la total libertad de expresión (al menos
en teoría), ofreciendo un medio en el que se pueda arrojar luz sobre asuntos cuando menos
opacos, pero esto no hace que Internet esté libre de manipulaciones y de falsedades editadas con
el único fin de manipular a la opinión pública y al pueblo. Antes bien, Internet ofrece un campo
bien abonado y sumamente propicio para estos fines, como es bien fácil de demostrar.
Esta manipulación se nota en todos los niveles, cubriendo además absolutamente todos
los ámbitos de la información, o si lo prefieren, de la desinformación. El simple hecho de pensar
que lo que se publica en Internet por parte de medios supuestamente independientes es la verdad
absoluta ya implica por sí mismo una manipulación de la información.
Por supuesto que hay blog que mantienen una ética de veracidad en sus informaciones,
pero ni de lejos esto se da en todos los blog que se dicen poseedores de la verdad, y esto ocurre
incluso en unos niveles inferiores a lo que suele ocurrir con la prensa tradicional o con las
agencias de noticias.
La lista de motivos que avalan esta idea es demasiado amplia para exponerla en su
totalidad, pero a modo de ejemplo creo que puede bastar con unas cuantas anotaciones:
- Censuras en opiniones en diarios digitales, que van desde eliminar aquellas que no se
ajustan a su ideología hasta eliminar aquellas que vean que no van a generar una alta polémica
y, por lo tanto, no van a atraer visitantes y, por añadidura, ingresos. Esto también ocurre en blogs
y páginas web.
- Publicaciones que sirven descaradamente a intereses muy concretos.
- Cientos de blogs que, bajo la bandera de la verdad, tan solo son el medio de difusión de
teorías absurdas basadas en supuestas conspiraciones.
2. - Una casi total falta de respeto por unos mínimos de fidelidad a las noticias, dándole a
estas el tono que más se ajuste a los criterios, deseos o intereses de quien la publica.
- Minorías dedicadas exclusivamente a difundir opiniones que, a fuerza de repetirse, llegan
a adquirir un cierto halo de veracidad y de ser una opinión o postura generalizada, cuando
carecen totalmente de unos mínimos fundamentos.
- Manipulación descarada de noticias, sin atenerse en lo más mínimo a la verdad.
- Blogs que, bajo un manto de supuesta independencia, tan solo sirven a los intereses de
unos cuantos, propagando informaciones basadas en la mentira o como mínimo en la
desfiguración de la verdad.
Ante este panorama ¿Cuál es la diferencia entre la situación que había antes de la
proliferación de Internet? Pues la verdad es que no es mucha, al menos para bien. Los medios
siguen siendo afines a su ideología e intereses, por lo que esto no ha cambiado en absoluto.
Pero cuando alguien leía un periódico o diario sabía sus tendencias, las ideas que
preconizaba y hasta qué punto podían ser fiables sus informaciones. El verdadero peligro está en
que esa línea, que antes estaba más o menos bien definida, con la llegada de la información a
través de Internet y las múltiples facilidades que ha supuesto esta línea cada vez de difumina
más, con lo que aumenta enormemente las posibilidades de manipulación, a lo que hay que unir
la idea de que todo aquello que vaya contra las informaciones oficiales es cierto, que cada cual
tiende a dar por buena la noticia (o versión de ésta) que más se acerca a su ideología o a lo que
desearía que fuera la realidad.
Siempre ha habido medios que han luchado por la verdad y por destapar asuntos turbios y
corrupciones. Hasta donde yo sé, cuando el Washington Post destapó el caso Watergate, a
través de unas investigaciones de los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward, no existía
Internet, pero sí que existía una ética según la cual lo que se publicaba tenía que estar en
condiciones de ser probado. Esto es algo que con Internet prácticamente se ha perdido, o bien
cuando se exigen esas pruebas ya es demasiado tarde, o cuando se publican unas rectificaciones
son éstas las que se toman por manipulación o censura.
En muchas ocasiones la verdad que difunde Internet se basa más en la insistencia de una
cierta información, por falsa que ésta pueda ser, que en la realidad objetiva de ésta, en el trabajo
de unos pocos, que bajo la capa del anonimato parecen ser multitud, que en la verdad, en la
imposibilidad de comprobar a ciencia cierta la veracidad de una información y en pensar que una
información por provenir de la oposición o de un medio supuestamente independiente y bien
informado se convierte automáticamente en cierta.
Las llamadas Teorías de la conspiración venden, siempre van a encontrar miles de
seguidores… y proporcionar unos suculentos ingresos a sus creadores y los que las mantienen,
pero esto no las convierte en realidad, por mucho que estén avaladas por explicaciones
supuestamente basadas en la ciencia o en imágenes más o menos claras o manipuladas (el
Photoshop hace verdaderas maravillas).