1. La vida de los monjes
La vida orientada a la oración y al trabajo, regida por la regla. Los monasterios se emplazaban en
lugares cercanos a una fuente de agua, apartados de los núcleos de población. Constaban de
numerosas estancias para facilitar la organización de la vida en su interior.
La oración y la liturgia era la principal actividad de los monjes, el monjes realizaba durante una sera
de oras al día un trabajo manual, bien en el campo o en diversas actividades artesanales. El superior
de la comunidad recibía el nombre de abad (padre) al que todos procesaban respeto y obediencia.
Cultivaban la hospitalidad, la fraternidad y solidaridad con los pobres y desvalidos. Dedicaron parte
de su tiempo a evangelizar a los pueblos y gente de el campo.
Los monasterios tuvieron un papel decisivo en la conservación de la cultura clásica, en la educación
y en la reforma de la iglesia y se convirtieron en focos de civilización y cultura.