1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio Popular Para La Educación Superior
Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño
Extensión- San Cristóbal
Realizado por-:
Wilkelis Y. Contreras M
C.I 23.544.482
San Cristóbal, Septiembre 2022
2. La revolución industrial impulsa los principales cambios que sufre la arquitectura en la
segunda mitad del S. XIX. Trae consigo los nuevos materiales de construcción, como son el
hierro, el acero laminado, el hormigón armado o el vidrio. Con éstos se construirán lugares
funcionales surgidos de las necesidades de la nueva sociedad capitalista e industrial,
lugares donde se necesiten grandes espacios diáfanos, invernaderos, mercados, naves,
fábricas, puentes, bibliotecas. Muchos arquitectos seguirán utilizando los materiales
tradicionales, ya que eran reticentes a que los nuevos materiales entraran a formar parte
de la arquitectura. Surge así la polémica y el debate entre arquitectos e ingenieros, a los
cuales en principio no se les consideró dignos para la edificación arquitectónica. La
Biblioteca de Santa Genoveva
La Biblioteca de Santa Genoveva, en París (1843-1850), fue el primer edificio público que
utilizó una estructura metálica que iba desde los cimientos hasta la cubierta. De planta
longitudinal, la bóveda de cristal era sostenida por arcos de hierro que descansaban sobre
columnas de hierro, lo que permitía abrir grandes ventanales laterales para conseguir una
iluminación natural. Mientras que su interior deja ver la estructura metálica, su aspecto
exterior se enmascaró. Es un edificio de estilo renacentista. El empleo de los nuevos
materiales arquitectónicos se difundió a través de las Exposiciones Universales, que eran
eventos que organizaban los distintos estados para mostrar los avances de la ciencia y la
técnica propios de su país. Para albergar las máquinas y los nuevos inventos se requerían
pabellones de grandes dimensiones, por eso se construyen con los medios técnicos más
avanzados y buscando la máxima funcionalidad. Los tres edificios más significativos son El
Palacio de Cristal de Patxon, La Galería de las Máquinas de Dutert y Contamin y La Torre
de Gustave Eiffel.
3. En España, las estructuras de hierro se empezaron a aplicar en primer lugar en las estaciones de
ferrocarril. La Estación de Atocha, obra de Alberto Palacio, que era arquitecto e ingeniero, tiene
una gran cubierta de hierro y cristal. Otro ejemplo es El Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid,
realizado por Velázquez Bosco tomando como ejemplo los palacios que se proyectaban para
albergar las exposiciones universales. Se utilizaron materiales como el hierro y el cristal para la
cubierta, sobre un espacio realizado en piedra y ladrillo. Fue la primera vez que se usaron en
España el hierro y el cristal en un edificio no industrial.
La tecnología siempre fue el elemento desencadenante de todas las revoluciones industriales que
tuvieron lugar en los últimos siglos. Los historiadores denominaron Revolución Industrial a los
procesos que llevaron, desde el siglo XVIII en adelante, a la sustitución de herramientas
artesanales por máquinas, y al uso de la energía humana por energía motriz, que transformó para
siempre los medios de producción industrial y de transporte, generando asimismo cambios en las
relaciones laborales, consolidando el proceso de formación del capitalismo.
La máquina de vapor, construida por el inglés Thomas Newcomen en 1712 y perfeccionada en los
motores por James Watt en 1765, fue la tecnología impulsora de la Primera Revolución
Industrial, mecanizando y aumentando la productividad en el proceso fabril de la época. Esta
tecnología, utilizando el carbón como combustible, permitió la creación de la locomotora y de los
ferrocarriles, que se construyeron en toda Europa a partir de la década de 1830. Durante este
período, el dominio de la tierra dio paso al dominio industrial, colocando a Inglaterra como la
gran potencia mundial del siglo XIX.
4. La electricidad, que permitió la creación de la lámpara eléctrica inventada por el
estadounidense Benjamin Franklin, y del motor eléctrico de Michael Faraday, posteriormente
perfeccionado por Nikola Tesla, fue la tecnología básica de la Segunda Revolución Industrial,
iniciada a finales del siglo XIX, que combinado con el concepto de línea de montaje, hizo
posible la producción masiva de productos de consumo, revolucionando la vida en las ciudades,
el acondicionamiento de los alimentos, el transporte y diversas aplicaciones presentes en
nuestro día a día. La energía hidroeléctrica surgió posteriormente como la primera alternativa
sustentable para sustituir a los combustibles fósiles.
El desarrollo de los semiconductores y de los sistemas informáticos fueron las tecnologías que
nos legó a partir de la década del ‘50, la Tercera Revolución Industrial. Estas tecnologías
posibilitaron el desarrollo de decenas de dispositivos que componen el “mundo electrónico”,
según la visión histórica que se muestra en la siguiente ilustración.