1. DECIMO SEPTIMA ENTREGA:
Después de mi graduación, tendría que seguir enfrentándome, a la
circunstancias, dentro de mi profesión, y continuar apoyando en todo lo que
podía a mi familia. La situación no era nada fácil, apenas si contaba con algo
de experiencia para litigar, mi primer despacho se desmoronaba (ya lo narre)
y así anduve del tercer al cuarto piso del edificio; Barreto (hoy Universidad
Azteca) con diferentes “socios” enfrentándome al difícil mundo del “litigio”
Tenia Clientes de algunas zonas de Guadalajara, y otros de Ajijic, y Chapala.
Pero desafortunamente empezaba en mi vida uno de los periodos “mas
negros” en donde debido a la influencia de ciertas, “amistades” Pero sobre
todo y lo reconozco a mi falta de voluntad y de decisión, me envolví en una
época dolorosa debido al alcohol, como nunca antes hubiese sucedido.
Debido a ello,
obviamente desatendí, mi oficina, y a mis clientes, perdiendo a muchos de
ellos, e hice a un lado en aquel tiempo la visión que siempre había tenido de
progresar, y desarrollar mi profesión, en busca de mejores oportunidades.
Quizás lo que a continuación narre, salga del enfoque de ESTE ESPACIO,
SIN DUDA DE FONDO CULTURAL, pero pido su comprensión ya que no
puedo pasar desapercibió este periodo de mi vida, como algunos mas, que en
el futuro contare, y que hoy lo hago, desde el reconocimiento del error, la
reflexión, el arrepentimiento, y el testimonio para mis hijos.
Ahora me atrevo a decir:
Como era posible, que haya cambiado mi personalidad, y mi forma de ser
dando un giro de 360 grados, como es posible que el ser humano, como
tantos que hay, y otros que ya no están, se transformen tan radicalmente
debido al alcohol?
2. Conmigo había sucedió, como ocurrió? Empecé a concurrir a ciertas
cantinas y bares, acompañado de otros ciertos “amigos” abogados, y otros
pseudo, al principio lo hice como jugando, talvez como un pasatiempo,
decíamos que íbamos a la botana, y esperábamos esa hora, para frecuentar
ciertos lugares del centro de la ciudad, así como el Parían en Tlaquepaque.
Por razones de privacidad y de moral, no menciono a las personas con las
que me juntaba para ello, pero si afirmo que algunos son de mi pueblo Unión
de Tula, y otros de Guadalajara, y así mismo otros ya se fueron debido al
vicio que decidieron escoger.
Debido a la influencia alcohólica, mi testimonio con la familia de mi novia
se cayó. (Si de por si, estaba muy débil, con ello quedo por los suelos.)
Delante de mis padres, empecé a causarles pesar, y decepción, aunque mi
padre nunca me replico nada, sino por el contrario en múltiples ocasiones
llego a tomar conmigo en su casa o en algunos lugares. El ejemplo con mis
hermanos se desmoro, y a Anita, por su amor creo que Dios la lleno de
mucha paciencia para poder soportar, no obstante se desesperaba mucho, y
en repetidas ocasiones estuvimos a punto de terminar nuestra relación.
Pero como mi alcoholismo fue gradualmente creciendo, y cuales eran sus
efectos?
Como lo exprese, quizás todo haya empezado como un juego, o talvez un
reto, o posiblemente tratando de imitar a mi padre en sus bohemias en el
pueblo. Recuerdo cuando envalentonado lo invite al bar. El Prado, que se
encontraba sobre la calle de López Cotilla, cerca de la Calzada
Independencia, quería demostrarle que yo podía tomar, y que tenia con que
pagar.
Nunca fui buen tomador, (Honestamente creo que un alcohólico, nunca lo
es) Aquella represión, austeridad, y sobriedad, que por tantos años me
3. caracterizaron, hacían efervescencia en mi ser, querían salir, pero no era el
camino señalado el del alcohol. Los efectos de este son muy conocidos:
depresión, abandono del trabajo, como consecuencia perdida de tiempo,
enfermedades físicas, (De las que me libre) desorientación de la realidad.
Recuerdo que cuando me paraba en algún juzgado, me parecía todo como un
juego, y me decía: Que tontos vienen a perder su tiempo aquí.
Además aparecen los problemas económicos, y familiares, segregación de la
sociedad, abandono de si mismo, etc. etc.,
Algunos meses de 1977, los años de 1978, 1979, y parte de 1980, marcaron
en mi vida, una puerta falsa, un estancamiento y regresión, que nunca
entendí, y que si lo entendía me burlaba de ello.
Como lo que talvez inicio como juego o reto, se fue convirtiendo a pasos
agigantados en un verdadero vicio, apoyado por tantos y tantos
“ocasionales,” y por aquellos que se decían; “amigos,” Fue así como
frecuente todas las cantinas de aquellos años en el centro de la ciudad, como:
El bar. Imperial, El Lido, El Cue, La Alemana, El Gil, La Fuente, para
terminar en lugares como; El Caballito Cerrero, o La Sin Rival. Y el Parían
en Tlaquepaque.
Como se truncaron mis planes y esfuerzos, era el periodo de mi vida, en que
tenía que concretar mi carrera titulándome, (Lo cual hice años después) la
intención que durante mis años de estudiante bullía en mi mente, era la hacer
una maestría en Derecho Internacional. Lo que nunca llego.
Mi meta principal llego a ser, prácticamente la de encontrarme con mis
“amigos,” dentro de una de esas cantinas, sin medir el tiempo, porque este al
calor de las copas desaparecía, hasta que cerraban el establecimiento, o nos
cambiábamos de lugar, o porque se acababa el dinero. Muchos de ellos se
quedaron a medio camino, los alcanzo la cirrosis hepática, o tuvieron un
4. accidente. Agradezco las oraciones de mi madre, a quien Dios escucho, ya
que nunca me paso nada, a pesar de tantas y tantas trasnochadas en esos
lugares, y aventuras en Unión de Tula.
No pretendo que sea una critica esta narración, pero a la par quizás en
igualdad de circunstancias nos encontrábamos en aquellos años,
entrampados en el alcoholismo: Santiago Delgado Mejia, (Hijo de Don
Santiago Delgado, extelegrafista de Unión de Tula) compañero y amigo
desde la niñez, al igual que; Ángel Gomez Contreras (La Paloma) Con este,
cuantas veces no tome en ese tiempo, en mi Volkswagen, nos íbamos ebrios
al pueblo, y allá la seguíamos con Don Lencho Ramírez. O íbamos a
deshoras de la noche a despertar al Padre; “Ramos,” + para que nos surtiera
con su mezcal de Tonaya que acostumbraba. Cuantas otras no nos expusimos
en carretera, al regresar de noche manejando. O nos amanecimos en el Parían
de Tlaquepaque, o en la casa de asistencia (De Doña Rosa) en donde el vivía
en Guadalajara.
Con Santiago me junte menos en esos tiempos, pero llegue a recogerlo de la
calle, totalmente perdido por el alcohol, y haciendo de aquella su hogar, para
llevarlo al mió, de donde finalmente se escapaba, para seguir tomando.
Cuantas aventuras y borracheras? Cincuenta, cien o mil, probablemente SI,
fue un desenfreno total, el escape, por el lado negativo, el camino a la
perdición. (Agrego que actualmente tengo 14 años continuos que no pruebo
gota de alcohol, y que en mi vida hubo periodos que dejaba de hacerlo hasta
por cinco años. Después si se me permite narrare como llegue a dejar de
tomar definitivamente.)
Sin embargo 1979, (Septiembre y Octubre) marcarían una nueva etapa en
mi vida, al haber contraído matrimonio con Anita. (Después hablare de cómo
me case, y las peripecias que tuve que hacer, para lograr mi boda) Sin
embargo ello no me detuvo en mi carrera del alcoholismo, todo mi primer
5. año de casado mi esposa trabajaba, mi suegra, Doña Lolita + nos hacia pie de
casa, y yo intentaba trabajar, para seguir en la cantina, prácticamente todo el
día
Por esas fechas apareció en mi vida; Francisco Michel (Paco) hijo del
“Cacho” de Unión de Tula, que junto con mi padre me frecuentaban en mi
departamento, en donde ya casado vivía, para departir consumiendo grandes
dosis alcohol. Múltiples veces lo hicimos en mi domicilio, o nos íbamos
desde las doce del día que abrían, al “Caballito Cerrero,” en donde siempre
yo lo invitaba, ya que el no traía dinero. Servían aquellos vasos tipo;
“veladoras” llenos casi a la mitad del único tequila que vendían; Caballito
Cerrero, acompañado de squirt, por tan solo ocho pesos. Después supe por
boca de terceras personas que Paco, en ese tiempo, se estaba divorciando, y
que había perdido la Patria Potestad de sus hijas, al disolverse su
matrimonio,. como lloraba en mi departamento al mismo tiempo, que
tomaba. Para finalmente irse a radicar a; EUA en donde al parecer se volvió
a casar, nunca mas lo he vuelto a ver. (No obstante que tiene una deuda
conmigo, ya que me prometió un Stereo, que nunca ha llegado.)
No ajustarían ni siquiera cien hojas para narrar tantas y tantas “aventuras”
propiciadas por el alcohol en esos años, como cuando lleve al pueblo a
Chava Gomez + quien había decidió morir de alcohólico, y poco tiempo
después lo logro.
Era de una familia pudiente, había jugado en la reservas del Guadalajara,
tuvo problemas con su esposa, al parecer se estaba divorciando. Su padre
seguido lo llevaba a las Vegas Nevada, ya que le gustaba mucho apostar, sin
embargo ya en Guadalajara, le retiraba el dinero, y este con lo poco que
tenia, caía al Caballito Cerrero, para disipar sus penas, ahí nos conocimos en
una de tantas borracheras.
6. Decidimos irnos a Unión, en autobús, llegamos a casa de mi abuela paterna;
Luz Villaseñor Fletes + Nuestra actividad durante una semana que
permanecimos allá era; levantarnos tarde y crudos, ir a la tienda de; “Tani”
(Papa de Martín, fontanero) en la esquina de las calles; Monterrey y
Zacatecas, y llenarnos de cervezas, de ahí nos enfilábamos con el “Pato” o
con Lencho Ramírez + hasta que cerraban, y así sucesivamente todos los
días de la semana, hasta que mi abuela nos corrió. La irresponsabilidad
flotaba en mi ser a manos llenas, dejaba todo, incluyendo mi casa y a mi
esposa por el alcohol.
Como cuando de recién casado decidí en plan de borrachera, acompañar al
licenciado: Antonio Padilla Jiménez, y al mismo Paco Michel, hasta Panuco
Veracruz, a donde el primero iba en plan de trabajo, pero nosotros, (Paco y
el que narra) únicamente de parranda. Allá permanecimos más de una
semana, al parecer sin importarme nada de mi familia. (Como era posible
después de tanto sacrificio, y tanto esfuerzo en mi vida, que hubiese llegado
a ese punto) Por cierto me encontré en aquella ciudad a un paisano de la
familia: Ramírez, (Lupe Ramírez) de Unión de Tula, quien trabajaba para
una empresa minera llamada; Autlan, y que había cambiado de domicilio de
esta ciudad a aquel lugar.
A principios de 1980, llego de Veracruz mi suegro; Don Anastasio Tavera,
+ venia a pasar unos días en mi departamento, después se sincero conmigo y
me dijo que se había venido por problemas muy fuertes, y pretendía radicar
en Guadalajara. Los últimos veinte años lo había hecho, en; Martinez de la
Torre Veracruz, sin que su hija Anita y su esposa Doña Lolita, hubiesen
sabido algo de el. Allá se unió con otra mujer con la que procreo varias hijas,
y precisamente con ella había tenido los problemas, por lo que al saber de
nosotros, se había venido derrotado, en busca de ayuda. Mi esposa no sentía
el calor del amor de hija hacia el, por el abandono en que la tuvo, sin
embargo le tendimos la mano, y su llegada me sirvió mucho para moderarme
7. en mi vicio del alcohol.
Inmediatamente hable con mi compadre: Lic. José Luís Rodríguez
Anguiano, quien era el jefe del jurídico de la CTM, y lo coloco en; Cementos
Guadalajara, en donde estuvo no mas de un mes debido a su edad, (67 años)
luego lo recomendó como mozo en el panteón Guadalajara, en donde los
demás empleados le hicieron la vida de cuadritos, y decidió salirse. Fue así
como le compre, unas tijeras, y otros utensilios, y le dije: Don Anastasio, UD
va a ser jardinero, y empezó haciéndolo, en diferentes zonas de la ciudad, le
iba muy bien, era un hombre muy esforzado y trabajador.
Yo disminuí mis idas a las cantinas, sin embargo lleve a Don Anastasio, en
dos o tres ocasiones al referido; Caballito Cerrero. Mi esposa se encontraba
ya embarazada, y mi preocupación creció por trabajar ahora si con ganas, fue
así como me coloque en el Despacho del licenciado: Miguel López Moreno
+ gran penalista, había sido Juez en Unión de Tula, y litigaba algunos
asuntos en el juzgado del pueblo.
El Licenciado Moreno, guardaba una gran amistad con mi padre, que se
origino en el Pueblo, cuando aquel fue funcionario público. Por su despacho
habían pasado algunos paisanos abogados, entre ellos el licenciado: Manuel
Larios Gomez, era esta oficina una especie de trampolín, en donde
aprendíamos de aquel ilustre profesionista, para luego seguir
independientemente.
Continuara….