la Eucaristia es una Fiesta-Explicación para niños
La doctrina de Dios en la IASD
1. 1
LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD Y LA
DOCTRINA DE DIOS EN LA IGLESIA
ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA.
POR WALTER F. TABERA
2. 2
I NDICE
• INTRODUCCION 4
• CAPITULO 1: LAS SAGRADAS ESCRITURAS: UNICA AUTORIDAD PARA ESTABLECER LAS
DOCTRINAS CRISTIANAS 13
• CAPITULO 2: DIOS, JESÚS Y EL ESPÍRITU SANTO. LA CREENCIA ACTUAL DE LA IASD. 18
• CAPITULO 3: UNA INTRODUCCION AL PROBLEMA Y A LA EVIDENCIA HISTORICA DELA IASD. 26
• CAPITULO 4: LO QUE LAS ESCRITURAS DICEN RESPECTO A DIOS 34
• CAPITULO 5: LO QUE LAS ESCRITURAS DICEN DE JESUS 39
• CAPITULO 6: LO QUE LAS ESCRITURAS DICEN DEL ESPIRITU DE DIOS 51
• CAPITULO 7: ¿QUIÉN ES DIOS, JESÚS Y EL ESPÍRITU SANTO? UNA APROXIMACION A LA
CREENCIA SOSTENIDA POR LOS PIONEROS DE LA IASD. 61
• CAPITULO 8: ELLEN G. DE WHITE Y EL CONCEPTO DE DIOS 71
• CAPITULO 9: LA APOSTACIA ALFA Y OMEGA 91
• CAPITULO 10: EL DESARROLLO DE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD DESPUES DE LA MUERTE DE
ELLEN G. DE WHITE 99
• CAPITULO 11: LOS TEXTOS ADULTERADOS Y DESCONTEXTUALIZADOS DE ELLEN G. DE WHITE
112
• CAPITULO 12: ¿POR QUÉ NO LA TRINIDAD? 118
• CAPITULO 13: EL DESARROLLO HISTORICO DE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: EL PROBLEMA
PARA LA NUEVA TEOLOGIA ADVENTISTA 130
• CAPITULO 14: MATEO 28:19-LA VERDAD POR ENCIMA DE TODO Y CUESTE LO QUE CUESTE 138
• CAPITULO 15: ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESTO? 150
• ALGUNAS PALABRAS FINALES A MENERA DE CONCLUSION 161
• APENDICE: LA POSTURA TEOLOGICA DE LOS PIONEROS RESPECTO AL PADRE, AL HIJO Y AL
ESPIRITU SANTO 164
• BIBLIOGRAFIA 179
• PAGINAS DE INTERNET CONSULTADAS 182
• ABREVIATURAS REFERIDAS A LOS LIBROS DE ELLEN G. WHITE 183
• ABREVIATURAS DE IMPORTANCIA USADAS EN ESTE TRABAJO 184
4. 4
INTRODUCCIO N.
¿Por dónde empezamos?... esa es una muy buena pregunta para comenzar el análisis sobre
este “asunto”, que para mi entender, ha demostrado ser el nudo de todo el problema
teológico suscitado hasta hoy en las filas del adventismo.
Cuando una denominación cristiana, pretende ser cristiana, lo primero que sostiene como un
componente básico en su sistema de creencias es que su fuente de autoridad es la Biblia. Y si
esto es así, significa que cree en el Autor de las Escrituras, a saber, Dios.
Creer en Dios implica que, primeramente, asumimos que existe y que podemos llegar a
conocerlo como un Ser real, es decir, que el conocimiento de este Dios no está oculto para
aquellos que desean saber, lo que de Él, dicen las Escrituras.
En lo personal confieso que estas líneas son un reflejo de aquello que he aprendido de Dios
con el solo hecho de tomar las Escrituras como un libro que efectivamente me informa sobre
Él. Creo que la Biblia es un libro sencillo con un mensaje sencillo y simple para todos los
hombres que lo leen. Antes pensaba que había porciones de ella que no se podían entender
sin por lo menos tener un conocimiento previo de ciertos “elementos o herramientas” útiles
para poder abordar su lectura, cono ser, manejar ciertas reglas de hermenéutica. La
hermenéutica se define como “(Del gr. hermēnéus, “intérprete”, hermēnéia, “interpretación”,
“explicación”) arte y ciencia de la interpretación; como ser, de la Biblia” (Tratado de Teología
Adventista del Séptimo Día, pág. xxii; CBA T9), en fin, no quiero decir con esto que saber,
entender y aplicar esta ciencia es malsana a la hora de leer las Escrituras, lo que si sostengo
firmemente es que las personas no necesitan de ella a la hora de entender lo que dice la Biblia,
pues su mensaje es sencillo y simple; y más aún, a la hora de dar a conocer a su Autor. Es por
eso que este Libro es de carácter universal, está destinado al ser humano, y esto incluye a un
letrado, intelectual, científico, comerciante, empleado, niño, joven, adulto y anciano, seas una
buena persona o una mala persona. Es por eso que este Texto Sagrado es para usted y para mí.
Pero lo que me lleva a escribir estas líneas es un hecho sorprendente. Por favor note muy bien
lo que a continuación voy a detallar.
Soy un adventista del séptimo día desglosado de los libros de la Iglesia (en adelante IASD), es
decir no soy miembro activo dentro de ella, y sé que esto será un gran problema para muchos
y no un tanto para otros. Pero aun así, creo en las mismas doctrinas que cualquier adventista
cree y sostiene, pero difiero en otras, o al menos en su visión tradicional dentro del
adventismo. Más precisamente difiero en la creencia número dos respecto a la Trinidad, en la
creencia número cuatro respecto a Dios el Hijo como la segunda persona de la trinidad y en la
creencia número cinco respecto al Espíritu Santo como la tercera persona de la trinidad. Por
supuesto que tampoco creo que Dios el Padre sea una primera persona de una trinidad.
Ahora bien, lo que escribo, lo escribo porque mi conciencia así me lo dicta y además siento la
necesidad urgente de hacerlo. ¿Por qué? Porque estamos cerca de las “Fiestas de las
5. Cabañas”. Si usted es adventista debe entender esto o al menos estar familiarizado con esta
festividad.
He visto que este asunto, el de la actual creencia en la Trinidad y la creencia antigua o primaria
que los adventistas sostuvieron respecto a la Deidad, va más allá de ser un simple problema
doctrinal del momento; por el cual claman algunas voces a favor y otras en contra. No es un
tema fácil de abordar (de allí la pregunta al comienzo de estas líneas) porque trata acerca de
nuestra creencia como adventista del séptimo día y más precisamente, cómo ésta ha
cambiado llegando a ser total y diametralmente opuesta a la original, me estoy refiriendo a la
creencia respecto a quién y cómo es Dios nuestro Padre, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo.
En mi opinión esto ha tenido consecuencias en otras doctrinas claves que sólo los adventistas
hemos sostenidos desde 1844, o mejor dicho, en doctrinas que deberíamos haber sostenido
desde 1844.
Cuando veo la situación actual del mundo en general, con los movimientos de los grandes
grupos de poder como los EE.UU. y el fuerte avance de la derecha conservadora de ese país ; al
ver como el gran poder económico de Europa Occidental cae y la sociedad europea comienza a
buscar un cambio de paradigma en sus sistema económico, mostrando con Alemania y
Francia, a la cabeza, que las decisiones de un grupo de personas pueden presionar sobre
decisiones soberanas de otros países, queda claro que no hace falta preguntarnos aun si es
que estamos o no a las puertas del retorno visible del Hijo de Dios. Y qué decir de los
movimientos progresistas en América Latina, y cómo éstos han logrado imponer la dignidad
humana como el máximo derecho no negociable, demostrando así que el cambio de modelo
de un país es para el beneficio de todos y no de unos cuantos, lo que implica que cuando hay
minorías estas deben alcanzar derechos que beneficien a todos, insisto a todos. O las fuertes
promulgaciones de Benedicto XVI en cuanto a su firme postura para sostener la fe católica
como un bloque inamovible y cómo éste flexibiliza la doctrina acomodándola para mostrarla
como la mejor opción humanista-espiritual que beneficia al hombre; y aun mas alborotadoras
son las declaraciones en las que los católicos sostienen que la Iglesia Católica Apostólica
Romana es el único medio en la tierra para obtener salvación y remisión de los pecados;
excluyendo así a las Iglesias Protestantes como parte del gran cuerpo de Cristo según lo
acordado en el Concilio Vaticano II
(www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20070062
9_responsa-quastiones_sp.html). Es claro que todo apunta a preparar a la humanidad hacia un
momento histórico único de decisiones mundiales ecuménicas con claras reglas de jerarquía y
dominio eclesiástico.
También podría mencionar cómo avanza firme pero despacio el ala derecha protestante ante
gobiernos progresistas en latino américa, como ejemplo claro de esto, son las decisiones que
tuvo que tomar la actual presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, en consejo con los líderes
evangélicos de ese país para no sancionar una ley que permita el matrimonio igualitario para
personas homosexuales, como lo ha hecho Argentina
(http://www.cristianosgays.com/2010/10/16/decepcionante-dilma-rousseff-podria-rechazar-el-
matrimonio-gay-y-lo-pondria-por-escrito/)... y así sigue una lista larga de ejemplos de un
mundo que se alista para aprender a vivir sin Dios, sin reconocer la existencia de un Creador.
Pero es aquí donde comienza el problema porque cuando niegan a Dios, para nosotros está
5
6. claro que inmediatamente se alistan en las filas del enemigo de Dios. Pero cuando afirman
amar a Dios, y al Dios revelado en las Escrituras, ¿están del lado del verdadero Dios?, usted
dirá que sí, pero en mi opinión afirmo rotundamente que no. Esto se debe a que todos los
cristianos hoy adoran a un mismo Dios, y este Dios está definido como una Trinidad. Un
ejemplo de ello es la profesión de fe que hace un católico, un evangélico, un mormón y hasta
un testigo de Jehová (siendo que estos últimos no aceptan la existencia de un Dios triuno), al
momento de bautizarse, pues todos ellos son bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, cumpliendo con la orden de Mateo 28:19. Y esto es tremendo: todos
bautizados en el nombre del mismo Dios que de acurdo a la gran mayoría cristiana han
decidido que sea una Trinidad. Sí, lo que acaba de leer, ellos han decidido que ese Dios de las
Escrituras sea una trinidad.
Es por ello que lo planteado a continuación es crucial para nuestro tiempo, porque el gran
conflicto es en nuestro tiempo, y es un conflicto centrado en la adoración verdadera versus,
adoración falsa. Esto todos los adventista lo sabemos muy bien, la decisión final será a quién
adoraremos y cómo lo adoraremos (ver Ap. 13:8).
Es interesante que cuando he hablado con algunos miembros de iglesia sobre esto; algunos
simplemente han mostrado una total indiferencia, otros sí han estado interesados en abordar
al menos estos planteos en cuestión; otros me han fundamentado muy bien la postura tomada
por el adventismo sobre la trinidad y hasta han justificado el cambio de ser no trinitarios a ser
trinitarios, y sorprendentemente con la Biblia y los testimonios de la Sra. White (en adelante
EW); pero otros directamente me han tratado mal, diciéndome que “la corte con este tema
porque nosotros lo entendemos y lo creemos así [como creen y entienden hoy los adventistas
a Dios], sino andá y fundate una iglesia nueva o pedile a Cristian Silva que te reciba en su
iglesia, allí te van a tratar re-bien y te vas a sentir cómodo con ellos, creyendo como ellos
creen”. Aunque parezca increíble esta fue la respuesta que recibí de un hermano adventista
luego de haberle mandando un mensaje diciéndole que había leído el material por él
recomendado sobre la defensa a la doctrina de la trinidad, y que en lo particular yo notaba que
el problema sigue en pie porque ese trabajo (el cual voy a citar en este tratado) no daba
respuestas a los problemas de fondo que se esgrimen en la Biblia y los escritos de EW, al
aceptar la doctrina actual de la trinidad.
En lo particular noto algo extraño cuando se toca este tema. Pareciera que a algunos
hermanos este tema los incomoda a tal punto que los torna irascibles como se tornan los
testigos de Jehová cuando tratamos sobre la divinidad del Hijo de Dios, o al menos esa es la
sensación que me da.
Pero más allá de todo esto, aquí trataré ciertos aspectos que seguirán un orden histórico
principalmente, pues el problema es netamente de índole histórico. Esto se debe a que al
organizarse la IASD, ésta adoptó una postura no trinitaria respecto a Dios, su Hijo y el Espíritu
Santo. Esto está reflejado en las creencias fundamentales de los adventistas que figuran en los
anuarios de la IASD, editados desde 1872 por Urías Smith, hasta el año 1930, puesto que en
1931 aparece por primera vez en el Anuario (Yearbook) de la IASD la creencia en la Divina
Trinidad. Vale destacar que el 9 de Octubre de 1913, en una editorial a cargo de F. M. Wilcox
(no confundir con M. C. Wilcox, anterior al antes mencionado), en la Review and Herald éste
6
7. había declarado que “los adventistas del séptimo día creen que la Divina Trinidad consiste en
el Padre, el Hijo Eterno Jesucristo y el Espíritu Santo, la tercera persona de la Deidad”, el
mismo es el que introduce la expresión “espíritu de profecía” para referirse a los testimonios
de EW. La cúspide de todo esto llegó a su clímax en 1980 en la sesión del Congreso de la
Asociación General de Dallas, Texas; cuando se votó oficialmente que la IASD sostiene l a
creencia de que existe un Dios, que es una unidad de tres personas co-eternas y co-iguales:
Padre, Hijo y Espíritu Santo (Creencias Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día,
Manual de la Iglesia. Ed. 2005, ACES. Buenos Aires, Argentina).
En la investigación que he seguido, los datos y el relevamiento histórico de este tema ha sido
vital para poder entender por qué y cómo se produjo el cambio doctrinal. Solo así es posible
dimensionar la gravedad de éste cambio. Sólo así es como he llegado a entender que los
pioneros del adventismo jamás estuvieron en el error respecto a quién y cómo es Dios. Lo que
si he notado es que luego del Congreso de la IASD de Minneapolis en 1888, al no recibir el
mensaje mandado por Dios a los delegados y por supuesto, el rechazo dado a este mensaje,
condujo a la iglesia hacia un camino erróneo en cuanto a la naturaleza de la Deidad, llegando a
entender mal la Divinidad de Jesús. Siendo este punto crucial para el cristiano, pues esto es
nuestra seguridad total, absoluta y suficiente para nuestra salvación y lo que nos habilita a ser
hechos hijos de Dios. Hermanos lo que estoy diciendo es que al rechazar el mensaje de 1888,
rechazamos al Hijo de Dios como nuestro Dios y Único Salvador.
No terminaba la iglesia de salir de las redes de las consecuencias suscitadas por 1888, y tuvo
que enfrentar el peligro de una gran apostasía. El panteísmo estaba entrando en las filas del
adventismo a través del Dr. J. H. Kellog, principalmente, entre los años 1895 a 1905. Pero un
momento, el Dr. Kellog, en medio de toda la discusión del problema preguntó: “¿Es el Espíritu
Santo una persona?”. Usted se preguntará qué tiene que ver este interrogante con la
Trinidad… permítame decirle que todo, absolutamente todo, y en este tratado lo analizaremos.
Otro punto importante en el desarrollo y adquisición de la doctrina de la Trinidad son la
conferencias evangélicas que tuvieron algunos líderes de la denominación con dos
representantes del protestantismo conservador de los Estados Unidos de Norteamérica,
llevadas a cabo en la década de 1950, ellos son Donald Grey Barnhouse y Walter Martin. Como
veremos en este texto lo importante de estas conferencias fue que en ellas el adventismo
negoció su postura como un movimiento profético para ser aceptados como una iglesia
evangélica, con ciertas enseñanzas cristianas ortodoxas, pero también con otras cre encias
particulares. Como resultado de esos encuentros fue la publicación del libro titulado “Los
Adventistas Responden Cuestiones de Doctrina”. Este libro será clave en nuestro estudio pues
hoy se ha re-editado, con los comentarios del Dr. George R. Knight, en castellano por APIA.
Toda acción conlleva irreversiblemente a una reacción, y precisamente la reacción fue en la
historia del adventismo uno de los movimientos más importantes que se han dado dentro de
la denominación, a saber el resurgimiento de la postura no trinitaria respecto a la Deidad.
Este movimiento surgió principalmente en la década de 1990 en Norteamérica. Estos grupos
de hermanos han levantado las voces a la dirigencia de la iglesia con el fin de ser escuchados y
por supuesto la dirigencia, en definitivas palabras, rechazó su pedido de revisión de este
conjunto de creencias. Es interesante que siempre que hay un movimiento dentro de la IASD
7
8. los dirigentes tratan siempre de filtrar toda información sobre ese movimiento. Esto ocurre
porque lamentablemente cualquier evento que haga peligrar la norma de la organización es
cortada de raíz. Hecho que se justifica debido a que si tambalea la organización se
desencadena un efecto dominó. En primer lugar quedamos muy mal parados ante nuestros
críticos; segundo, los pastores, administradores y empelados de la obra corren peligro de
perder sus puestos de trabajo y por supuesto su fuente de ingreso con el cual mantienen sus
familias, que, en algunos casos, son muy bien mantenidas y tercero, todo lo que la iglesia
pretende ser se cae por completo, y solo quedaría un recuerdo en la historia, sobre lo que fue
una vez la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Me pregunto cuántos obreros hoy estarían
dispuestos a renunciar a su trabajo si se demuestra que la organización sostiene verdades y
prácticas contrarias a la Palabra de Dios… pero en fin siempre están aquellos que dicen que
todos estos asuntos no son más que nefastos hechos para desestabilizar al pueblo de Dios, al
remanente de la profecía, a la iglesia de Dios, etc.
Creo que frente a esta situación lo más sano es considerar estos hechos con seriedad. Si los
consideramos de esta forma, tanto aquellos que están en contra como a favor de una postura
trinitaria de la Deidad se verán obligados a estudiar el tema de la forma como se debe:
acudiendo a las Escrituras y luego analizando todas las citas de EW sobre el asunto en
cuestión, una vez definida la interpretación de las citas de EW entendiéndolas de acuerdo a la
misma EW, someter esa interpretación a las Escrituras.
Este trabajo será un reflejo de cómo he llevado a cabo esta tarea. Son varias las horas que pase
leyendo, comparando, corroborando fechas y hechos históricos en relación a este tema.
Varias, fueron también, las horas pidiendo que Dios me muestre lo que dicen las Escrituras de
él. De esta forma he llegado a conclusiones; por un lado, esperadas; otras, muestran detalles
muy finos que al no ser considerados cambian drásticamente el sentido de un texto tanto
bíblico como de los testimonios, o por lo menos eso es lo que trataré de mostrar. Pero las
conclusiones que son lamentables son aquellas donde mostraré cómo se alteran algunos
textos de las Escrituras y de EW con el fin de que esas citas sostengan plenamente la doctrina
de la trinidad. Lo tremendo de esto comienza con nuestro mal uso de las Escrituras, al punto
tal de que nuestra lógica para entender las Escrituras consiste en que aceptamos la doctrina
(cualquiera sea aquella) y luego tomamos la Biblia para sustentar esa doctrina. ¿Nota el error
en esta forma de entender las Escrituras? Lo que debemos hacer es, cuando una doctrina está
cuestionada o demuestra algún sustento endeble o poco fuerte, debemos leer el texto con su
sentido obvio y manifiesto, salvo que sea un símbolo o figura. Estos símbolos o figuras
aparecen en parábolas y textos proféticos. Pero a la hora de leer una porción donde hay un
dialogo (por ejemplo), no podemos asignarle a ese párrafo un sentido figurativo o metafórico,
puesto que ese texto es una narración de un hecho real, que ocurrió en un contexto histórico
real. Notemos que cuando el ángel Gabriel le anuncia a María que el Espíritu Santo
descendería sobre ella y luego ella concebiría y daría a luz un Hijo… es un hecho real no
metafórico o figurativo, lo cual implica que es así como ocurrió y no de otra forma. Cuando
Jesús fue bautizado en el rio Jordán se escuchó realmente la vos de Dios procedente del cielo
y abriéndose éste, descendió el Espíritu Santo en forma de paloma, esta vos fue real, la
escucharon todos los presentes allí. Allí, Dios habló en el idioma que todos hablaban y lo
entendían… allí se oyó la voz de Dios realmente.
8
9. Aceptar esto conlleva una responsabilidad enorme, pues es un marco al cual no podemos
modificarlo, de lo contrario estaríamos acomodando la Escritura a nuestro gusto y
conveniencia.
Frente a lo expuesto sólo me resta expresar qué es lo que creo respecto a las Escrituras, la
Palabra de Dios: creo que toda la Biblia es inspirada por Dios, tanto el antiguo y nuevo
testamento. Creo que Dios inspiró por medio de su Espíritu Santo a hombres y mujeres para
que en sus palabras, del lenguaje humano, ellos transmitan a los hombres los que Su autor así
lo dispuso. Es por ello que creo que la Biblia es la completa Palabra de Dios revelada a la
humanidad, y por ello la Biblia es la única regla de fe y prueba de doctrina. Es la única piedra
donde se pesan las verdades que los hombres dicen encontrar respecto a su Autor. Por ello
sostengo en este trabajo como única norma a la Biblia y la Biblia sola.
Antes de comenzar con el desarrollo del tema en cuestión creo importante compartir algunos
interrogantes que son los que han promovido esta investigación.
1- ¿Por qué la creencia respecto a la Deidad ha cambiado en la IASD, pasando de una
creencia en un solo Dios, el Padre y un solo Señor, el Hijo eterno del Padre engendrado
por Él en la eternidad?
2- ¿Por qué ha cambiado la creencia respecto al Espíritu Santo de Dios en la IASD
pasando de creer que el Espíritu Santo proviene de Dios y de su Hijo, siendo de esta
manera el representante directo de Dios y su Hijo en la tierra, a ser el Espíritu Santo la
tercera persona de la Deidad, independiente y distinta del Padre y del Hijo?
3- Si Dios es una “unidad compuesta de tres personas co-eternas y co-iguales”, ¿por qué
no se afirma en la declaración de creencias oficiales de la iglesia que Dios es “un ser
tripersonal” como lo afirma el libro “La Trinidad” en la página 84 de esa obra?
4- ¿Por qué no está permitido concluir, en la “lógica trinitaria” que, si existen tres
personas co-eternas y co-iguales en la Deidad (las cuales son Dios en el sentido más
pleno de la palabra), estas tres entidades son, por lo tanto, tres Dioses co-eternos y co-iguales?
Nota: en la actualidad hay grupos de hermanos que llegan correctamente con
plena libertad a expresar esta última postura, por lo tanto esto significa que realmente
existen tres Dioses creadores todos ellos del universo y diseñadores de nuestra
salvación. Por lo que no tenemos un único salvador, sino tres Dioses que son nuestros
salvadores. En lo personal considero válidas estas conclusiones, más allá de que no
esté de acuerdo con esta postura, pero vale decir que estas son consecuencias lógicas
aceptables del modelo trinitario.
5- Cuando la Biblia habla de un Padre y de su Hijo, ¿esta relación es real o es figurativa,
9
simbólica o acordada entre la primera persona y la segunda persona de la Trinidad?
6- En caso de que esta relación Padre-Hijo no sea real y sea una relación acordada, ¿es el
Hijo entonces, Hijo realmente y por ende el Padre, Padre realmente?
7- En caso de que esta relación acordada sea tal cual está definida hoy en la teología
adventista, ¿es ésta relación “virtual” (entre el Padre y el Hijo) un factor solo
establecido en el marco del plan de salvación? Y en caso de que esto último así sea
significa que si no hubiese pecado o cuando ya no halla pecado en el universo, ¿el
Padre no sería o ya no será Padre y el Hijo no sería o ya no será Hijo?
10. 8- ¿Por qué se entiende que “Divinidad de Cristo” es equivalente a “Divinidad de Cristo,
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la segunda persona de la Trinidad”?
9- Si la unidad de Jesús expresada en Juan 10:30 entre Él y su Padre es real ¿por qué la
creencia adventista actual afirma que la unidad de la Deidad es entre el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo? ¿Y dónde está el fundamento bíblico para tal afirmación de fe?
10- Si el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, es entonces una persona
distinta al Padre y al Hijo y por lo tanto es autoexistente por sí mismo, lo cual indica
que no debe estar, bajo ninguna circunstancia en una relación de dependencia para
con el Hijo o para con el Padre; entonces ¿cómo debemos entender el texto de 2º
Corintios 3:17 que afirma que “…el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad”, pues allí el texto dice que el Señor es el Espíritu?
11- Si el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, ¿cuál es el sentido correcto de
la expresión “Espíritu de su Hijo” y “Espíritu de Jesucristo” de Gálatas 4:6 y de
Filipenses 1:19 respectivamente?
12- ¿Cuál es el fundamento textual para asegurar que la expresión “tercera persona de la
Divinidad”, de la pluma de EW, es equivalente o ecuánime a “Tercera Persona de la
Trinidad”?
13- ¿Por qué afirmamos que EW promovió la creencia en la Trinidad cuando en sus
escritos no aparece la palabra “Trinidad”?
14- ¿Cuál es la correcta comprensión del principio de “verdad progresiva” y como se aplica
en el sistema teológico adventista, dentro del marco de la tensión entre continuidad
y cambio de la teología adventista (Knight, G. 2005)?
15- Cuando se produjo la apostasía de Kellog respecto a la personalidad de Dios y su
presencia, EW lo amonestó a que abandonara su postura personal respecto a este
asunto y lo persuadió a que se pusiera en armonía con el resto de sus hermanos, ¿EW
estaba persuadiendo a Kellog a retomar el concepto de la “Deidad no trinitaria”
sostenido por la Iglesia o el concepto “trinitario de la Deidad” que no lo sostenía la
Iglesia en ese momento?
16- Para el año 1938 las congregaciones adventistas, por ejemplo de Europa, eran no
trinitarias y los seminarios adventistas eran de instrucción trinitaria (McElwain,
Thomas, Seminario Adventista Du Salève, Francia) , ¿qué explicación coherente,
respecto a la unidad de la fe, practica y creencia se le da a este hecho? Notemos por
favor que esto significa que los pastores sostenían para este año una creencia respecto
a Dios y los hermanos en las iglesias estarían teniendo otra, o al menos no como una
comprensión trinitaria de Dios.
17- ¿Por qué en el libro “El Evangelismo”, las secciones referidas a la correcta comprensión
de la Deidad, de la relación del Padre y del Hijo, y de la relación de las tres personas o
personalidades del trio celestial se encuentran bajo títulos donde figura la palabra
“Trinidad” siendo que en las citas de EW, tomadas en el libro no aparece la palabra
trinidad?
18- Si los pioneros del adventismo vivieran hoy ¿podrían ser recibidos en el seno de la
iglesia como miembros plenos, siendo que ellos no aceptarían estos puntos de vista
trinitarios en nuestro actual sistema de creencias?
19- Si EW fue la que introdujo los conceptos básicos para que el adventismo cambiara de
posición respecto a la Deidad, llegando a una comprensión trinitaria de la misma ¿por
11. qué ella no fue explicita en hablar sobre la creencia en un Dios que es una unidad de
tres personas co-eternas y co-iguales hasta el año de su muerte (1915)?
20- Si el adventismo puede cambiar de posturas respecto a lo que es verdad en las
Escrituras ¿cuál es la garantía de que las verdades hoy sostenidas por la iglesia sean
efectivamente verdad; o no halla en ella errores que posteriormente obliguen a la
iglesia a rechazar aquello que se anunció como verdad por el hecho de que se llegó a
una comprensión más clara de ella?
21- ¿Creyeron los apóstoles y los primeros discípulos elegidos por Jesús en este concepto
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de Dios? ¿Este es el Dios del cual habló Jesús en su ministerio en la tierra?
Estos interrogantes vamos a tratar de responderlos en este tratado. Solo le pido al amable
lector que antes de emitir un juicio sobre lo que aquí en adelante voy a exponer lea y
corrobore la información vertida a lo largo de esta tesis, creo que es lo que debemos hacer.
Y finalizando esta corta introducción al problema, quisiera aclarar que a pesar de que voy a
tocar puntos de corte netamente teológicos, sepan que quien escribe no es teólogo; solo soy
una persona que trata de entender estos hechos con la simple y sencilla lógica que cualquier
hombre puede emplear para abordar un estudio sobre cualquier verdad reve lada en las
Escrituras. Con esto quiero decir que asumo, que no es condicionante el ser un profesional de
la teología para entender el mensaje de Dios en su Palabra. Tomo como premisa real y efectiva
lo que se expresa en 2º Timoteo 3:16, “Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea enteramente apto, bien pertrechado para toda buena obra”.
Como dije anteriormente el problema es de magnitud histórica debido a que el cambio sobre
la doctrina de Dios en la IASD solo puede ser percibido cuando uno hace un análisis sobre el
tema desde esta perspectiva. Pues ningún candidato al bautismo en la Iglesia recibe esta
información completa en cuanto al desarrollo de la doctrina de Dios en la Iglesia. Y esto no es
un punto menor en la discusión, pues porque lo primero que se notaría es que la IASD actual
no sostiene lo que ellos una vez enseñaron como verdad bíblica, y por consiguiente la
conclusión lógica de esto es que antes el adventismo enseñó errores como verdades de Dios.
Ahora bien, por tal motivo he considerado plasmar en este trabajo la opinión de un erudito en
historia de la IASD, el cual es uno de los escritores más influyentes en el pensamiento
adventista actual, el Dr. George Knight. Casualmente lo cito debido a que es profesor de
Historia de la Iglesia en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews. Sé que el
lector sentirá que esta parte se torna pesada porque citaré mucha información, pero
lamentablemente es la única forma de ser lo más imparcial posible en este punto.
Una sola cosa quiero agregar: al leer estas líneas pido que no se tome lo que manifiesto como
una posición dogmática, es decir no tome el lector todo esto como una creencia más que
algunos la sostienen. Sea honesto consigo mismo, corrobore, contraste y pese toda la
información en lo que dice la Escritura solamente. En cuanto a lo que citaré de EW y su marco
histórico recomiendo que esto sea corroborado por usted mismo en:
www.adventistarchives.org y www.whiteestate.org; estas dos páginas han sido muy útiles en
la obtención y confirmación de los datos históricos, en los cuales está enmarcado el problema.
Aquellos que ya se han empapado sobre el asunto, solo les pido que traten de ver esto desde
12. la óptica planteada, con esto quiero decir que no vean a este autor como un apostata, un
mensajero de Satanás, sino como lo que soy, un ex adventista que solo intento aclarar, tal vez,
por qué hoy este movimiento es tan grande alrededor del mundo. Por qué se ha levantado el
Ministerio La Verdad Eterna, Smirna Gospel, Pregón y Clamor, El Espíritu de Verdad,
Adventistas Bereanos, Adventistas Históricos, Restitution Ministries, Remnant Messages,
Centinelas de la Deidad, y muchos otros que no vienen a mi memoria pero que si están. A
pesar que entre muchos de ellos no hay acuerdo en ciertos puntos claros de la Verdad
revelada en las Escrituras, sí considero importante que de ellos se hable, porque ellos han
tenido la valentía de decir no a una doctrina que, como lo veremos en este trabajo nos ha
dañado como pueblo, nos ha cegado como remanente, nos ha quitado nuestro legado, nos ha
hecho traidores a nuestra propia causa. Y lo más importante y terrible de ello: nos ha alejado
al Espíritu de nuestro Salvador, nos ha alejado de nuestro Dios y Señor Yeshúa Ha Mesiaj.
Ruego a mi Señor; tal como soy, un pecador, uno que como ustedes tiene defectos y virtudes,
un hombre común, que este mensaje alcance a todos los hombres que deseen ser salvos. Esto
es urgente, porque pronto El vuelve a buscarnos, en el día ya anunciado… El cantico de los
144.000 pronto será escuchado. Quiera Dios que podamos entonarlo. ¡Maranatha!
12
13. 13
Capí tulo I: LAS SAGRADAS
ESCRITURAS: U NICA AUTORIDAD
PARA ESTABLECER LAS DOCTRINAS
CRISTIANAS.
Este no es un tema menor a considerar, es en realidad el tema primordial del cual debemos
partir al abordar un estudio serio de cualquier doctrina de las Escrituras. No es mi objetivo
desarrollar la doctrina de las Escrituras en este capítulo; sino más bien, analizar cuál es el
alcance de afirmar que creemos en las Escrituras como la Palabra de Dios. Ahora bien, los
adventistas asumen también que los escritos de EW son el mensaje de Dios para la Iglesia
Remanente de este tiempo. Por lo cual esto nos lleva a considerar cómo debemos tomar esto
en relación a las Escrituras como única norma o regla para establecer las doctrinas.
Para comenzar vamos a definir algunos términos importantes para este tema. Cuando
hablamos de una doctrina de la Biblia, estamos haciendo referencia a una creencia, un
principio que aceptamos como revelado por Dios en las Escrituras. Este principio es para
nuestra aplicación en la vida práctica de cada creyente y por lo tanto, el creer debe implicar
una aceptación y práctica de esa doctrina. El Diccionario Bíblico ASD declara sobre este
término lo siguiente: “Doctrina: (heb. leqaj, “enseñanza [instruccion]”; gr. didaskalia, “acto de
enseñar”, “enseñanza [instruccion]”; didajé, “enseñanza”, generalmente lo que se enseña).
Término frecuente en el NT que puede denotar el acto de enseñar (1 Ti. 4:13; 5:17), pero más
frecuentemente designa al contenido de la información o ideas que se transmiten (1:10; etc.).
Didaskalia se usa en el sentido activo de dar instrucción (Ro. 15:4) y en el sentido pasivo de
instrucción (Mat. 15:9)” (DBASD, pág. 336). Ahora bien, esta enseñanza es para nosotros , de
allí que el apóstol afirma que “Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
enteramente apto, bien pertrechado para toda buena obra” (2 Ti. 3:16). Pero esta enseñanza
es para darnos a conocer a Jesús y a su Padre. Esto es claro en las Escrituras y la declaración es
absoluta. Jesús declaró que la vida eterna consiste en conocerlo a él y su Padre (ver Jn. 17:3);
más aún, Cristo fue claro al decir “escudriñad las Escrituras…porque ellas son las que dan
testimonios de mi” (Jn. 5:39). Esto es categórico, las Escrituras, a las que se refiere Cristo es el
Antiguo Testamento, pues esas son las Escrituras a las cuales él siempre se remitía en los días
en que estuvo en esta tierra. Un punto importante se desprende de esto: el AT contiene todo
lo referente a Jesús como el Mesías, el Ungido de Dios, el Hijo de Dios, el de la promesa dada a
la simiente de Abraham.
Pero entonces, ¿qué es inspirado en las Escrituras?, ¿qué significado tiene esto a la hora de
definir una doctrina cristiana?, ¿cuál es el alcance de este hecho a la hora de definir la
inspiración de los testimonios como autoridad doctrinal (o teológica, si se quiere) en lo que
respecta a las doctrinas cristianas sostenidas por el remanente?. Estas preguntas son
14. determinantes en cuanto a su importancia y de la respuesta que de ellas obtengamos
dependerá todo el sistema de creencias adventista.
La publicación que refleja la postura actual del adventismo en cuanto a estos punto s esta
expresada en el “Tratado de Teología Adventista del Séptimo Día” (en adelante TTASD) editado
por la Asociación Casa Editora Sudamericana (ACES) en el 2009, cuyos autores son teólogos
supervisados por el Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General (IIB); que fue
presentado como el tomo nº 9 del Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día (CBASD).
Bien, veamos qué es lo que entienden hoy por inspiración y autoridad de las Escrituras los
adventistas. Para ser claro en cuanto a lo que se postula en esa publicación pasaré a exponer
sus principales pensamientos respecto a la inspiración de las Escrituras y luego veremos esto
desde lo que la misma Biblia dice de sí misma respecto a su inspiración, de esta forma
tendremos los parámetros necesarios para determinar si coincide o no esta postura con las
Escrituras.
14
Respecto a la “Inspiración Bíblica” el texto declara:
1- “La Biblia -el AT y el NT- presenta un registro de la manera en que Dios se manifestó en
la historia humana; especialmente la historia de Israel y supremamente en la persona
de Jesucristo. Sin esta revelación divina, la humanidad perecería, ignorante del
verdadero carácter y la voluntad de Dios y separada de él por causa del pecado y la
culpa” (TTASD, pág. 27).
2- “Esta identificación de las palabras del Señor sugiere vigorosamente que el profeta fue
inspirado, es decir, fue impulsado y dirigido por el Espíritu Santo de Dios para poner las
palabras del Señor en forma escrita” (ídem, pág. 45).
3- “Dios dotaba a sus mensajeros elegidos con su propia autoridad cuando hablaban o
escribían bajo el impulso del Espíritu Santo. Por tanto, los escritos de los profetas y
apóstoles hablan con autoridad divina a cada generación, aun cuando los autores
humanos de esos escritos hallan muerto hace tiempo” (ídem, pág. 49).
4- “… sólo en las Escrituras Dios confió a la raza humana en forma escrita la revelación
suprema y autorizada de sí mismo y su voluntad, y por lo cual todo lo demás ha de ser
probado. No puede acordarse autoridad igual a la Biblia a otros libros santos, historias
sagradas, tradiciones antiguas, pronunciamientos eclesiásticos o declaraciones de
credos” (ídem, pág. 50).
5- “Las Escrituras no sólo son claras en lo que enseñan; también son suficientes para el
propósito por el cual Dios creo su existencia” (ídem, pág. 52).
De lo expuesto anteriormente está claro que la Biblia es de autoría divina, que es la palabra
escrita de Dios para la humanidad, que no hay otro/s libro/s que sean igualados o ecuánimes
en autoridad para reflejar el carácter y la voluntad de Dios. Estas ideas son contundentes y
absolutas. Por lo tanto a partir de este punto todo lo demás será sujeto a este principio pues
es el principio valido y vigente que refleja la misma Biblia respecto a la inspiración de ellas. Los
textos donde esto se refleja son, entre otros, los siguientes: 2º Tim 3:16; Jn 5:39; Ex 25:1; Jer
1:1,2; Ez 1:2,3; Heb 1:1; 2º Ped 1:19-21; 1º Jn 1:1-3; Lc 1:1-4; Jn 17:17; Lc 24:27; Jn 20:31.
Está claro que las Escrituras son la Palabra de Dios escrita y única autoridad para definir qué es
verdad, y la repuesta es simple y contundente: tu Palabra es verdad, esto implica que el autor
de ella es el principio ontológico de la verdad, a saber Jesucristo, el Hijo del Dios viviente.
15. Un detalle más quisiera mencionar referente a este análisis; notemos por favor que en las citas
arriba mencionadas del TTASD no incluye a los testimonios como parte normativa en autoridad
para establecer o definir las doctrinas cristianas, es decir los testimonios, si bien son inspirados
por Dios, no son autoridad para probar las doctrinas como verdaderas sino sólo lo son las
Escrituras. Este punto lo trataremos con mayor profundidad más adelante cuando estudiemos
lo referente a la importancia y autoridad de los escritos de Ellen White (EW).
Ahora bien, además de esto los adventistas sostienen que la interpretación de las Escrituras es
a partir de las Escrituras mismas y solo de ellas, esto implica que la Biblia se interpreta a sí
misma, por lo tanto una doctrina cristiana solo puede ser probada por la Biblia y la Biblia sola.
15
Respecto a la interpretación de las Escrituras el TTASD declara:
1- “Por medio de la inspiración del Espíritu Santo, Dios ha habilitado a sus profetas para
que comuniquen la revelación divina como la confiable y autorizada palabra de Dios (2
Tim 3:15, 16; 2 Ped 1:19-21). El mismo Espíritu que ha inspirado a los profetas se ha
prometido para iluminar la mente de quienes procuran entender el significado de la
revelación divina (Jn 14:26; 1 Cor 2:10-14)” (TTASD pág. 69).
2- “La palabra griega traducida ´declaraba´ [´interpretaba´] en Lucas 24:27 diermēnéuō…
raíz del vocablo ´hermenéutica´. La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. La
hermenéutica bíblica es el estudio de los principios y procedimientos básicos para
interpretar fiel y exactamente la Palabra de Dios” (ídem, pág. 70).
3- “Todas las doctrinas de la Biblia concuerdan unas con otras; la interpretación de
pasajes individuales armonizará con la totalidad de lo que la Biblia enseña sobre un
tema dado” (ídem, pág. 76).
4- “El principio bíblico es evidente y, por lo tanto, no requiere de algún magisterio
eclesiástico para aclarar su significado. El testimonio bíblico anima a los lectores a
estudiar la Biblia por sí mismos para entender el mensaje de Dios para ellos (ver Deut
30:11-14; Luc 1:3, 4; Jn 20:30; Hech 17:11; Rom 10:17; Apoc 1:3).
El significado de las Escrituras es claro y directo, capaz de ser captado por el estudiante
diligente. Jesús ilustra esto en su trato con el abogado, a quien preguntó ´¿Qué está
escrito en la ley? ¿Cómo lees?´” (ídem, pág. 76).
5- “Las Escrituras también sostienen que existe una intención definida por comunicar la
verdad por parte de los escritores bíblicos y no una multiplicidad subjetiva e
incontrolada de significados. Jesús y los apóstoles hablaron con autoridad; no dieron
una de muchas interpretaciones posibles de un pasaje, sino su verdadero significado
según la intención del escritor humano y del Autor divino (ver Hech 3:17, 18; 22-24)”
(ídem, pág. 76).
6- “El corolario de la claridad de las Escrituras también involucra el concepto de
´revelación progresiva´. Heb 1:1-3 indica este progreso en la revelación desde los
profetas del AT hasta el propio Hijo de Dios (ver también Jn 1:16-18; Col 1:25, 26; etc).
No es una revelación progresiva en el sentido de que la Escritura posterior contradice o
anula la revelación previa, sino en el sentido de que la revelación posterior ilumina,
aclara o amplifica las verdades presentadas previamente. Por eso Jesús, en el Sermón
del Monte (Mat 5), no anula los preceptos del Decálogo, sino que les quita las capas de
tradiciones erróneas y revela la profundidad genuina de su significado y aplicación”
(ídem, pág. 77).
Ahora bien, estas citas reflejan la postura adventista actual respecto a la interpretación de las
Escrituras; sin duda la construcción de esta postura ha llevado su tiempo y mucho debate por
parte de los principales referentes del adventismo. Pero una cosa es muy interesante y es el
hecho de que a lo largo de la historia de la IASD se observa que los fundamentos de su sistema
de creencias y en especial de cómo ellos llegan a la Biblia para entenderla e interpretarla tiene
16. sus raíces en la “teología millerista”, con esta expresión estoy refiriéndome a como William
Miller (en adelante WM) estudio la Biblia, y como llegó a formular los principios de
interpretación que hasta hoy usted conoce como la “comparación de texto con texto”. Es
interesante notar que el TTASD hace referencia a esto como un principio valido hoy día pero
además agrega el principio de la exegesis rigurosa en complemento con la guía del Espíritu, a la
hora de abordar el estudio de las Escrituras (véase TTASD pág. 78).
Notemos cómo WM desarrolló sus principios de interpretación bíblica y como estos influyeron
en los fundadores de la IASD. “Como era una persona metódica, y consideraba a la Biblia como
un ´festival de la razón´, Miller desarrolló una serie de reglas bien meditadas para interpretar
las Escrituras. Sus reglas se podían clasificar en dos grupos. Las primeras cinco tenían que ver
con los principios generales de interpretación de las Escrituras, mientras que las últimas nueve
se referían de forma más específica a la interpretación profética… Para entender cualquier
doctrina se necesita ´reunir todos los textos sobre el tema que nos interesa; luego dejar que
cada palabra ejerza su debida influencia, y entonces, si podemos formular una teoría sin que
surjan contradicciones, sabremos que no hemos errado´” (Nuestra Identidad. Origen y
Desarrollo, pág. 48 y 49). Si llevamos esto al plano del problema suscitado por el resurgimiento
de las ideas no trinitarias de la Deidad en el seno del adventismo, déjenme decirl es hermanos
que es aquí donde radica el punto de división y a la vez el punto de unión, de aquellos que
sostenemos que la Deidad no es una trinidad y de aquellos que sostienen lo contrario, pues es
aquí donde la crítica tanto de un sector como del otro afirman que cuando se toman en cuenta
todos los textos referidos a la naturaleza de Dios un grupo siempre argumenta que la
compilación e interpretación de ellos es errónea; y viceversa. Entonces es aquí donde en mi
opinión, el principio que debe regir como base para saldar este escollo es que al leer las
Escrituras debemos darle a los textos su significado obvio, su significado manifiesto; o dicho de
otra manera, “dejar que caca palabra ejerza su debida influencia”. Este principio fue sostenido
aún por EW; notemos por favor las siguientes declaraciones de ella:
1- “El estudiante de la Palabra no debe hacer de sus opiniones un centro alrededor del
cual gire la verdad. No ha de estudiarla con el propósito de hallar pasajes para probar
sus teorías, forzando su significado, porque esto es torcer las Escrituras para su propia
perdición. Tiene que despojarse de todo prejuicio, deponer sus propias ideas en las
puertas de la investigación, y buscar sabiduría de Dios con ferviente oración, con
corazón humilde y subyugado, con el yo escondido en Cristo” (Consejo para los
Maestros, Padres y Alumnos; pág. 44).
2- “El lenguaje de la Biblia debe explicarse de acuerdo a su significado manifiesto, a no
16
ser que se trate de un símbolo o figura” (Conflicto de los Siglos, págs. 656 y 657).
Ahora bien, las reglas extraídas por WM son reflejadas en el TTASD en las páginas 111 y 112,
recomiendo al lector revisar este dato en el libro mencionado. Pero queda aún un punto
crucial que creo es importante para determinar cuál “comparación de texto con texto” es la
correcta a la hora de llevar a cabo un estudio serio de las Escrituras, y es, a saber, la evidencia
textual que tenemos sobre esa interpretación dada. Notemos como lo expresa EW:
1- “Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. El da evidencias,
que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible
de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia [la cursiva es mía].
Dios da suficiente evidencia para que el espíritu sincero pueda creer; pero el que se
aparta del peso de la evidencia porque hay unas pocas cosas que su entendimiento no
puede aclarar, será dejado en la atmosfera fría y helada de la incredulidad y de la
duda, y perderá su fe.” (Mente, Carácter y Personalidad, T 2, pág. 299. 1889).
17. 2- “Dios quiere que los hombres no decidan por impulso, sino por el peso de la evidencia,
comparando cuidadosamente un pasaje de la Escritura con otro” (Deseado de Todas
las Gentes, págs. 423 y 424. 1898).
3- “El [Dios] requiere de su pueblo una fe que descanse en el peso de la evidencia, no
sobre el conocimiento perfecto… La evidencia dada un día, si se rechaza, puede no ser
nunca repetida.” (Testimonios Selectos, T 1, pág. 150. 1875).
De todo esto podemos resumir unos puntos importantes a la hora de juzgar una comparaci ón
de texto como correcta o incorrecta, y ellos son:
a- Al abordar un tema se deben reunir todos los textos que hablan sobre el tema en
17
particular.
b- La interpretación que define a ese tema en cuestión, debe estar clara y en armonía
con todos los pasajes reunidos.
c- Quien define si una interpretación de esos textos es correcta o no es el peso de la
evidencia, sobre el tema en cuestión y esto se observa en los textos que sostienen o
apoyan la correcta interpretación no forzada de ellos.
Esto es sostenido por la IASD a la hora de abordar un estudio doctrinal y es lo correcto y
esperado que así sea, pero es aquí donde estos principios chocan por completo con la actual
doctrina de la trinidad, tal como está expresada en las creencias adventistas actuales, pues la
interpretación que se hacen de los textos para sostener tal doctrina no se ajustan a estos
puntos antes mencionados. ¿Por qué? Porque esta doctrina no es nuestra, es una doctrina
tomada y acomodada al mensaje del tercer ángel; desde filas ajenas al movimiento adventista.
Como lo veremos en los capítulos siguientes esto nunca fue lo que el Señor revelo a nuestros
hombres y ni menos aún a su profeta EW.
Ahora ya tenemos un marco conceptual bastante claro en lo que respecta a cómo debemos
abordar el estudio de las Escrituras, respecto a cualquier tema de ella. Con esto en mente
podemos comenzar a analizar qué es lo que la Biblia dice respecto a su Autor.
18. 18
Capitulo II
Dios, Jesu s y el Espí ritu Santo: la
Creencia Actual de los ASD
Antes de comenzar este apasionante estudio respecto a Dios como el Autor de las Sagradas
Escrituras, me gustaría introducirlos en el concepto que la IASD tiene respecto a ese Dios que
es el que se revelo en la Biblia.
La creencia nº 2 de los ASD declara: “Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad
de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y
omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se lo puede conocer por
medio de su autorevelación. Es digno para siempre de reverencia, adoración y servicio por
parte de toda la creación.” (Manual de la Iglesia, pg. 8, ACES, 2005), la declaración es
categórica: existe un solo Dios, por lo tanto no puede haber más Dioses que este solo Dios;
este Dios es una “unidad de tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo ”, por lo tanto estas tres
personas son entidades distintas una de la otra y separadas entre sí, mas unidas en propósito,
carácter y naturaleza (sobre este último ítem se suele citar un texto de EW donde ella dice
que estas tres personas están unidas en carácter, propósito y naturaleza, declaración que más
a delante analizaremos del Manuscrito 145 de 1901); y por último hacemos notar que esto
implica que ellas son co-eternas y co-iguales, lo que implica que ellas son autoexistentes, y no
dependen cada uno de la otra, pues son Dios cada una de ellas, es decir que la divinidad de
cada una de ellas es inherente a cada persona, por favor tenga presente esto porque todo esto
deberá ser sustentado por las Escrituras al momento de definir este concepto de “Dios triuno”.
El alcance de esto lo reflejan los autores del libro titulado “La Trinidad” en la página 84, donde
habla de la “unicidad de la Divinidad tripersonal”; declaración contundente que demuestra que
la Divinidad no es un ser personal, sino tripersonal.
A continuación expondré el fundamento bíblico de este concepto de Dios sostenido
actualmente por los ASD.
El TTASD declara que “… el verdadero conocimiento de Dios puede obtenerse únicamente
sobre la base de la revelación bíblica” (TTASD, pág. 122) . Esta declaración es contundente: lo
que la IASD define como la triunidad de Dios, debe tener su origen en la Biblia y la Biblia sola.
Detalle que a mi entender tiene el peso absoluto para definir una creencia como verdadera, y
como cristiana.
Permítanme decirles que quien escribe estas líneas en su adolescencia había abrazado con
tanto celo esta doctrina que llegué a preparar un escrito para aquellos hermanos que estaban
en problemas en cuanto a fundamentar esto como una verdad bíblica. Quisiera hacer notar
que cuando se toca el tema de la Trinidad nadie ha dicho que es un asunto fácil… esto es
debido a que para tener una concepción clara del asunto no se puede dejar de recurrir a
términos no bíblicos, pues en esencia la doctrina está definida bajo éstos. Algunos de ellos
son: naturaleza divina, personas, esencia, el más recurrente, “misterio”, o en algunos casos se
escucha un equivalente: “la Biblia dice esto y no aclara nada más…”. Ahora paso a exponer el
por qué del concepto actual de Dios de la IASD.
19. En primer lugar la declaración hace referencia a que hay un solo Dios, esto se sustenta en
textos como Isaías 43:10, 13; 44:2, 8,24; 45:6, 12,18 y Hechos 4:25-31; 17:24,31. Estos
versículos tienen una idea en común, declaran que existe un solo Dios y que no hay ni habrá
otro fuera de Él. Por lo tanto es claro que la Biblia no permite bajo ninguna circunstancia la
existencia de otro Dios, entonces no puede haber ninguna entidad en el Universo que sea un
dios mayor o menor que posea la cualidad divina tal como la posee el Dios Jehová, tal como lo
expresan los textos arriba mencionados. Ahora bien este Dios es una unidad de tres personas
coeternas. Esta cláusula explica cómo ese Dios es uno y una unidad compuesta. Aquí es
notable que existe una diferencia entre uno, en sentido matemático, ya que no es permitida
otra entidad divina aparte de Él, y es, a su vez, una unidad, es decir está compuesto por “otras
partes”, y estas “partes” son las personas divinas. Vale aclarar que me permito usar la
expresión “partes” sólo con fines didácticos ya que estrictamente no es permitido expresar a
las personas divinas como tales, pues con esto daría a entender que si una de las partes no
estaría presente este Dios no podría ser tal. Esto está directamente relacionado con la
“incompresibilidad infinita de la trinidad”. Para ver este pensamiento se puede consultar
cualquier manual de Teología, personalmente recomiendo “Teología Sistemática” de Berkhof.
Pero avancemos a lo que es el fundamento de tal “unidad compuesta”, la cual se la considera
importante debido a que en Deuteronomio 6:4 cuando el texto dice que “Jehová uno es”
aparece la palabra hebrea ‘ejad (o ‘echad) para referirse a ese “uno”, y lo veremos a partir de
las publicaciones oficiales de la IASD:
1- “Dios es una unidad compuesta. La Biblia utiliza la palabra uno (hebreo ´echad) con
este sentido… (Génesis 2:24; Ezequiel 37:16,17)” (Steger, C.: Revista Adventista, pg. 8,
Marzo 2007, ACES).
2- “Lo llamativo acerca de esta palabra importante traducida como ‘uno’ es la palabra
hebrea original ‘ejad. ‘Significa ‘uno (entre otros)’, estando el énfasis sobre uno en
particular… La posibilidad de que allí estén otros está inherente en ‘ejad, pero ‘yajid
excluye esa posibilidad’ (Christensen, p. 69). Otra forma de explicar ‘ejad es que se
refiere a la unidad que resulta de una unidad de numerosas personas” (La Trinidad, pg.
36).
3- “La idea es reforzada con Génesis 2:24 ya que en él aparece la palabra ‘ejad: “Nos
ayuda a entender más completamente el sentido de ‘ejad el recordar que la Escritura
la empleó para describir una de las uniones humanas más profundas: ‘Dejará el
hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne’ (Gen.
2:24). Aquí la palabra ‘ejad describe la unión matrimonial entre dos seres
autoconcientes, amantes y relacionales” (La Trinidad, pg. 37).
Así por lo tanto cuando la Biblia usa esta palabra el sentido es de unidad compuesta, con ello
está saldado el problema de que cada Ser que es miembro de la Trinidad, es de naturaleza
divina inherente a sí mismo y por lo tanto cada Persona es Dios independiente una de la otra.
Esto significa en “términos prácticos” que una no depende de la otra para ser Dios y/o tener
cualidad Divina.
Entonces se podría definir a una Persona de la Trinidad como: “Ser que es racional, consiente
de su propia identidad, capaz de hacer elecciones y distinciones morales, construir relaciones
afectivas, y que puede comunicarse en formas que no sólo son concretas sino también
abstractas.” (La Trinidad, pg. 298).
Siguiendo este razonamiento surgirá un concepto nuevo, a saber, la “unidad plural” ; digo
nuevo en sentido de que en ninguna parte de las Escrituras encontrara referencia al mismo, es
decir que los autores bíblicos desconocen este concepto, pues no hay registro que ninguno de
ellos haya tratado esto, y eso es un serio problema para los teólogos trinitarios .
19
20. Entonces como esto no se encuentra explicito lo haremos figurar como implícito, para ello el
siguiente paso será entonces, encontrar en las Escrituras la base bíblica para esto, y
efectivamente esto se sostiene con el uso de la palabra hebrea ‘elohim. En esta palabra todos
los autores trinitarios (adventistas o no) sostienen el concepto de pluralidad de la Divinidad.
Notemos por favor las declaraciones oficiales:
4- “Los escritores del AT utilizaron verbos y pronombres plurales aplicados a la Deidad
(Gen 1:26). El plural indica que Dios estaba acompañado… la única conclusión posible
es que la Deidad está formada por más de una persona…” (Steger, C.: Revista
Adventista, pg. 8, ACES, 2007).
5- “La combinación de los nombres de Dios en plural con los verbos en singular sugieren
una unidad plural” (de Benedicto, M.: Revista Adventista, Julio de 2007, en portugués,
CPB).
6- “En Gen 1:26 leemos: “Entonces dijo Dios (singular) hagamos (plural) al hombre a
nuestra (plural) semejanza”. Lo que es digno de notar aquí es el cambio del singular al
plural. Porque no es Moisés quien usa el verbo en plural… sino que es Dios quien usa el
verbo y un pronombre posesivo en plural para referirse a sí mismo… la mejor
explicación es que ya en el primer capítulo de Génesis se habla de la pluralidad de las
personas de Dios” (Pfandl, G.: Ministerio Adventista, pg. 16, Julio/Agosto de 2005).
Las declaraciones son categóricas por parte de los teólogos adventistas actuales: en ´elohim
hay referencia bíblica e inequívoca a la doctrina de la trinidad.
Con esto se concluye la base de la doctrina de la Trinidad: la Triunidad de Dios. Con respecto a
éste punto, notemos la siguiente declaración: “Aquí hacemos frente a uno de los misterios más
profundos acerca de Dios.” (La Trinidad, pg. 34) y efectivamente este es el misterio: si bien es
cierto que existe un solo Dios manifestado en Tres Personas, siendo cada Persona Dios y por lo
tanto co-eternas y co-iguales no podemos hablar de Tres Dioses, porque si así fuera
llegaríamos a un triteísmo el cual implica una división triple de Dios y niega su unidad en
esencia (La Trinidad, pg. 301) y por lo tanto este Dios es tripersonal ya que consiste y existe en
tres personas (Ibíd., pg.301). Así cada una de Ellas posee todos los atributos divinos. La
evidencia más fuerte, según entienden los teólogos actuales adventistas está en los textos
tales como Mateo 3:16,17 y 28:19: “Probablemente las claves más fuertes para tal triunidad
divina ocurren en la famosa comisión evangélica que Jesús le dio a la iglesia en su formula
bautismal…” (La Trinidad, pg. 35).
Todo esto llevó a establecer las otras declaraciones acerca de Dios Padre, Dios el Hijo y Dios el
Espíritu Santo como siguen:
Creencia Fundamental nº 3: “Dios el Padre: Dios el Padre eterno es el Creador, Originador,
Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo y santo… Las cualidades y las facultades
del Padre se manifiestan también en el Hijo y en el Espíritu Santo” (Manual de la Iglesia, pg. 8).
Creencia Fundamental nº 4: “Dios el Hijo: Dios el Hijo eterno se encarno en Jesucristo. Por
medio de El se crearon todas las cosas, se revelo el carácter de Dios, se llevó a cabo la
salvación de la humanidad y se juzga al mundo. Aunque es verdadero y eternamente Dios,
llego a ser verdaderamente hombre: Jesús, el Cristo…” (Ibíd.).
Creencia Fundamental nº 5: “Dios el Espíritu Santo: Dios el Espíritu eterno desempeño una
parte activa con el Padre y el Hijo en la creación, la encarnación y la redención…” (Ídem).
Estas declaraciones están sustentadas en un análisis de las evidencias más claras y
convincentes en cuanto a los siguientes asuntos básicos planteados en “La Trinidad” pg. 23:
20
21. 21
1- La plena y eterna deidad de Cristo.
2- La personalidad y deidad plena del Espíritu Santo.
3- La unidad en naturaleza y carácter de las tres personas de la Trinidad.
Con respecto al tercer punto prácticamente hemos expuesto su fundamento en las líneas
anteriores, por lo cual nos tocaría analizar el punto uno “la plena y eterna deidad de Cristo”.
Los textos que apoyan esta idea y sus comentarios correspondientes por parte de los
trinitarios adventistas son:
1- Romanos 9:5: “Aquí esta expresado con sencillez no solo de la deidad de Cristo, sino
también de su naturaleza como un Dios eterno y que existió siempre (cf. Isaías 9:6)”
(La Trinidad, pg. 42).
2- Colosenses 1:19: “Sugerimos humildemente que éste uso de palabras, en el contexto
de los desafíos a los que hizo frente la Iglesia de Colosas, es realmente un testimonio
poderoso a la plena y eterna deidad de Dios el Hijo.” (Ibíd. pg. 43).
3- Filipenses 2:2-8: “Lo que Pablo está diciendo aquí es que uno igual al Padre estuvo
dispuesto a dejar a un lado el estatus y el privilegio de que eras suyo en el cielo… Para
resumir lo que el pasaje está diciendo realmente es que Jesucristo fue
verdaderamente igual a Dios y que por eso no tuvo que aferrarse o agarrarse a su
igualdad divina.” (Ibíd. pg. 45).
4- Hebreos 1:1-3: “…una de las mayores atracciones del judaísmo era su monoteísmo, el
cual se destacaba claramente contra el desenfrenado politeísmo pagano de aquellos
tiempos… Ahora bien, si los cristianos primitivos eran judíos religiosos, ‘prosélito s’
gentiles o ‘extranjeros residentes’, todos estos fervorosos creyentes en Cristo tenían
predilección por el monoteísmo judío. Muy naturalmente, si los apóstoles estuvieran
insistiendo en que aceptaran una nueva clase de politeísmo, habían sido combatidos
enérgicamente…Sin embargo lo que el autor de la epístola a los Hebreos procede
inmediatamente a hacer es abogar por la plena deidad de Cristo y el hecho de que él
fue el agente activo en la creación.” (Ibíd. pg. 47).
5- Hebreos 7:3: “…el escritor ve a Melquisedec como un tipo de Cristo por una cantidad
de razones. Sin embargo, la única que nos interesa aquí tiene que ver con el hecho de
que… ese Melquisedec fue sin ‘padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio
de días, ni fin de vida’”. (Ibíd. pg. 49).
6- Isaías 43:10,11: el Jehová del AT nos dice que nunca hubo ningún Dios “formado” ni
antes ni después que él… La única explicación sensata para el significado de este texto,
si vamos a tomar con seriedad el claro testimonio de los escritores del NT de que Jesús
es Dios, es concluir que quien quiera sea el Señor, YHWH, o Jehová que habla en Isaías
43:10 y 11, su identidad debe incluir la de Jesús del NT que alegó ser en algún sentido
el Jehová del AT”. (Ibíd. pg. 53).
7- Juan 1:1: Este texto es el que trata directamente a Jesús como Dios diferenciándolo de
Dios el Padre. Así existen tres interpretaciones posibles respecto a la expresión “el
Verbo era Dios” (gr. kaí theós én ho logos). Estas son: A- la opción indefinida: aceptada
por los Testigos de Jehová la cual aparece en la Traducción del Nuevo Mundo donde se
lee “el Verbo era un dios”. B- la opción definida: permite que el sustantivo “theós” sea
traducido como si tuviese al artículo definido “ho”, así la frase seria kaí ho theós én ho
logos, en español esto no presenta un problema ya que en nuestra gramática el
articulo definido aunque no esté presente se lo puede dar como entendido, un
ejemplo de ello sería: cuando alguien dice “estoy en casa de mamá” se entiende que
es equivalente a decir “estoy en la casa de mamá”. C- la opción cualitativa: theós
puede ser traducido en una forma más cualitativa. Si así es, este sustantivo actúa más
bien como un adjetivo y transmite la idea de que theós sería una cualidad más bien
22. que la esencia inherente al logos. Este punto esta tratado en el libro “La Trinidad” en
las pgs. 68-72, donde el autor termina con la siguiente declaración: “Juan es muy claro
al declarar que ‘Dios’ puede usarse como un predicado nominativo “cualitativo” para
describir a Jesús como el único que comparte la plena esencia de la naturaleza divina
con Dios el Padre”. Es claro entonces que este texto no dice en ningún momento que
el Verbo sea Hijo de Dios, sino más bien “y Dios era el Verbo”. Por lo cual estaríamos
interpretando el texto de acuerdo al punto “c”; y así llegamos a la conclusión de que
“esto nos indica que Jesús es la segunda persona de la Trinidad”.
Personalmente comparto la postura “c” de la última declaración, y quiero dejar claro que no
creo que esto me esté diciendo que este Logos sea Dios porque es la segunda persona de la
trinidad, eso sería forzar la información del texto. Repito, creo que el texto dice claramente
que Jesús es Dios, porque es un ser Divino, al igual que su Padre. Es por eso que ese Logos
estaba con Dios y él era Dios. Ahora bien esto es divinidad plena de Jesús y no dentro de un
marco trinitario, sino más bien, dentro de la ideología y mentalidad de un hebreo llamado Juan
que fue uno de sus discípulos, que creía en lo mismo que todos los hebreos creían sobre un
Dios y Padre de todos y en un Señor, el Mesías divino, como lo es el Padre. Si está sorprendido
por lo que escribo, más adelante expondré sobre esto y veremos que “Divinidad de Cristo, el
Hijo de Dios” no es lo mismo que “Divinidad de Cristo, la segunda persona de la trinidad”.
Hasta aquí solo he expuesto algunos de los textos más fuertes para sostener la plena y eterna
deidad de Jesús, dentro del paradigma trinitario; quedan aún por tocar aquellos donde hay
una discusión directa, ya que son interpretados para sustentar la existencia de Dios el Hijo
como la segunda persona de la Trinidad.
22
Vamos a avanzar en cuanto a la personalidad y divinidad plena del Espíritu Santo:
1- Mateo 12:31,32: “… es claro que la blasfemia es sólo contra Dios…la blasfemia es una
especie de insulto intensamente personal… sólo Dios puede ser blasfemado, y por eso
es fácil concluir que el Espíritu es un Dios personal y no alguna fuerza impersonal.”
(Ibíd. pg. 74).
2- 1ª Corintios 12:11: “… el NT… describe al Espíritu de Dios como teniendo una
“voluntad”, o la capacidad para hacer elecciones. Esto es completamente evidente en
la discusión de Pablo acerca de los dones espirituales… el Espíritu lo hace mediante el
ejercicio de una voluntad que tiene conocimiento de sí mismo… La capacidad para
desear es uno de los rasgos más profundos de los seres personales.”(Ibíd. pg. 75).
3- Romanos 8:14-16,26: “Todo fenómeno de ‘intercesión’ entraña una intervención
voluntaria y activa entre dos seres personales. Además de eso ‘los gemidos’ que n o
pueden ‘pronunciarse’ indican un elemento emocional en la intercesión del Espíritu
que también es típico de seres personales…” (Ibíd. pg. 76).
4- 1ª Corintios 2:10,11: “Pablo concluye notando apropiadamente que lo que hemos
recibido del Espíritu no ‘es el espíritu del mundo’ (hombre, la criatura), sino ‘el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido’ (v.12). Si usted
quiere realmente conocer las cosas de Dios, debe conectarse con un Dios personal (el
Espíritu), quien es el único que puede descubrir las ‘cosas’ de Dios.” (Ibíd. pg. 77).
5- 2ª Corintios 13:14: “Cuando el ‘Espíritu Santo’ se coloca en la misma expresión y al
mismo nivel que las otras personas… la expresión coordinada da a entender
fuertemente que el Espíritu Santo también es una persona” (Ibíd. pg. 82).
6- Juan 14-16: Así como Juan 1:1 es la evidencia más fuerte respecto a la deidad plena y
eterna de Jesús, estos capítulos lo son para la personalidad y divinidad del Espíritu
Santo. Donde primeramente, a pesar de que la palabra griega pnéuma, para referirse a
Espíritu es neutra, el pronombre personal ekéinos está en género masculino, entonces
si hablamos de ekéinos pnéuma estamos hablando de una persona y así es
23. consecuente que aparezcan ligados a él una serie de atributos personales (enseña,
decide, gime, se constriñe, manda, redarguye, etc.). Vale destacar una acotación:
cuando Jesús dijo que enviaría “otro consolador” (gr. allos parákletos) este sería otro
igual a Cristo en naturaleza, carácter, y propósito; pues esa expresión difiere de
héteros parákletos la cual sería la correspondiente si es que el Consolador que
prometió Cristo seria “algo” diferente a Él. O como lo expresa un adventista trinitario,
el elemento para que esta personalidad sea tal es la que está registrada en el texto de
Juan 16: 13, cuando hablando del Espíritu, Jesús dijo que “hablará todo cuanto oiga”
(Iñigo, R.; 2010). Entonces, si tiene la capacidad de oír, significa que es una entidad
distinta al Padre y al Hijo pues escucha cosas que ellos expresan. Sólo una persona
tiene la capacidad de oír y entender lo que otras dicen.
Hasta aquí lo expuesto lleva a una conclusión, según lo entienden los teólogos actuales de la
IASD:
El Padre presenta atributos claramente personales y lo mismo se da tanto en el Hijo como en
el Espíritu Santo. Estos atributos divinos, implican que cada uno de ellos tienen la misma
naturaleza divina entonces cada uno son omnisapientes, omnipresentes, omnipotentes,
omniscientes, inmutables, eternos y por qué no inmortales. Entonces cada miembro de la
Trinidad es Dios en esencia pero como la Escritura es clara en rechazar el triteísmo (ya que este
sería una forma de politeísmo) y se debe sujetar al monoteísmo del AT, el modelo acuñado de
la Deidad es una unidad compuesta por tres personas divinas: “El uso del vocablo
inherentemente plural ‘ejad en Deuteronomio 6:4, el ‘nombre’ singular empleado para
describir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en Mateo 28:19 y el plural ‘hagamos al hombre a
nuestra imagen’ de Génesis 1:26, todos sugieren poderosamente la profunda unidad
manifiesta ente las personas divinas de la Divinidad. Este lenguaje presenta
inconfundiblemente hablando a Dios de sí mismo con referencias en plural.” (La Trinidad, pg.
84). Así la DIVINIDAD ES TRIPERSONAL, entonces el Dios de las Escrituras es UN DIOS
TRIPERSONAL. ¿Cómo esto es posible? es realmente un misterio demasiado grande para la
mente finita de los hombres. Si bien es cierto no existe un concepto de misterio como tal
relacionado al dogma trinitario siempre que una persona piensa en las implicaciones lógicas de
ella se recurre a tal punto de apoyo. La incongruencia del concepto implicado de la Trinidad es:
si hay tres personas y estas tres personas son divinas y por consiguiente son Dios cada una de
ellas, entonces tenemos Tres Dioses y no Un Dios estrictamente hablando. Pero este
razonamiento no es permitido en el marco trinitario. En 1ª de Reyes 8:23,27 las Escrituras
señalan que “no existe Dios como tú”, y aun “los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden
contener…”. En Lucas 10:22 Jesús declaró que “nadie conoce quién es el Hijo, sino solo el
Padre, ni quién es el Padre, sino el Hijo…”. En 1ª de Timoteo 3:16 el apóstol Pablo declara
enfáticamente que “grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne…”. Si
comparamos estos textos vemos que la Biblia enfatiza en cuanto a que existe un misterio en
torno a Dios y se entiende que ese misterio es el de su naturaleza trina. Así Jehová estaría
presentándose a lo largo de toda la Escritura en “facetas”. Las facetas de Jehová son Padre,
Hijo y Espíritu Santo, por lo cual el nombre de Jehová es referido a toda la Deidad y de allí que
existen aclamaciones triples como ser “Santo, Santo, Santo es Jehová de los Ejércitos…”; esto
es evidente en la comparación de Isaías 6:2, 3, 8-10; Juan 12:39-41 y Hechos 28:25-27. La
visión es una sola pero la referencia bíblica es a los tres miembros de la Trinidad, pues está
referida a Jehová y aun éste habla en plural cunado pregunta “¿A quién enviare y quien ira de
nuestra parte?”… las conclusiones son más que obvias: las tres personas de la Trinidad están
como tales reveladas en las Escrituras.
23
24. Esta exposición no estaría completa sin las consideraciones y aportes que hizo la Sra. Ellen
White sobre el tema. Básicamente las declaraciones de la Hna. White que llevaron a produci r
el cambio de pensamiento y de doctrina respecto a Dios, según lo entienden los teólogos
adventistas son:
Respecto al misterio de la Deidad y la encarnación: “Esta verdad infinitamente misteriosa en sí
misma, explica los otros misterios y otras verdades inexplicables, aunque esté envuelta es luz
inaccesible e incomprensible” (cita referida a la unidad del Padre y Cristo antes de la fundación
del mundo, R&H, 5 de abril de 1906). “Al contemplar la encarnación de Cristo en la humanidad
nos asombramos frente a un misterio insondable, que la mente humana no puede
comprender… Al contemplar a Cristo en su humanidad vemos a Dios, vemos en el resplandor
de su gloria, la expresa imagen de su persona” (Sing of the Times, 30 de julio de 1896) “La
naturaleza humana del Hijo de María, ¿fue cambiada en la naturaleza divina del hijo de Dios?
No. Las dos naturalezas se mezclaron misteriosamente en una sola persona: el hombre Cristo
Jesús. En él moraba toda la plenitud de la Deidad corporalmente…” (Carta 280, 1904). “Es un
misterio que Uno igual al Padre eterno se humillara tanto a sí mismo hasta el punto de sufrir la
cruel muerte de cruz para rescatar al hombre; es un misterio que Dios amara tanto al mundo
que permitiera que su Hijo hiciera ese gran sacrificio” (Sing of the Times, 24 de octubre de
1906).
Respecto a la Deidad de Cristo: “¡La Palabra eterna consintió en hacerse carne! ¡Dios se hizo
hombre!” (R&H, 5 de julio de 1887). “Cristo era esencialmente Dios y en el sentido más
elevado” (R&H, 5 de abril de 1906). “El redentor del mundo era igual a Dios. Su autoridad era
como la autoridad de Dios…” (R&H, 7 de enero de 1890). “Sólo Jesús podía darle singularidad a
Dios, porque era igual a Dios. Sólo Él podía ser mediador entre Dios y el hombre; porque
poseía divinidad y humanidad…” (R&H, 3 de abril de 1894).
Respecto a la personalidad y deidad del Espíritu Santo: "El Espíritu Santo es el Consolador, en
el nombre de Cristo. El personifica a Cristo, sin embargo es una personalidad diferente" (MR
20, 324 - Ms 93, 1893). “El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo
es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad,… Son tres las personas vivientes del trío
celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son
bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe viviente, y esos poderes cooperaran con los
súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo” ( El
Evangelismo, pg. 446). “El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque
únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo” ( El
Evangelismo, pg. 448). “El Espíritu Santo es una persona porque testifica a nuestros espíritus
de que somos hijos de Dios” (El Evangelismo, pg. 447).
Respecto a la unidad de los tres en la Deidad: “La Divinidad se conmovió de piedad por la raza
humana, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se entregaron a sí mismos a la obra de llevar a
cabo el plan de redención.” (Consejos Sobre Salud, pg. 219).
El contexto histórico que rodeó a estas declaraciones fue a partir de la publicación del
“Deseado de Todas las Gentes”. Notemos la información registrada en la Revista Adventista de
noviembre de 2005, pg. 8, cuyo autor es el Lic. Marcos Blanco: “La publicación del l ibro ‘El
Deseado de Todas las Gentes’ fue el punto de quiebre que marcó un cambio de paradigma en
la comprensión de la Deidad dentro de nuestra iglesia… A partir de que Elena escribiera estas
declaraciones, hubo un cambio de parecer en cuanto a la Trinidad, aceptando que existen tres
personas divinas que coexisten eternamente como un solo Dios… El proceso de madurez
teológica con respecto a la divinidad de Cristo y la Trinidad, que había comenzado en 1888,
empieza a mostrar sus frutos a fines de la década de 1890.” (Revista Adventista, marzo de
2007, pg. 27). Así fueron publicados una serie de artículos que apoyaban esta postura trinitaria
24
25. nueva dentro de la IASD. Algunos son: “El Espíritu Santo Una Persona” (R&H, 17 de mayo
1898), “Personalidades Estrechamente Unidas” (R&H, 3 de abril de 1900), entre otros.
Es claro que este proceso no fue dado sólo por la Sra. White sino también fue acompañado,
apoyado y promovido por otros prolíferos escritores adventistas. Esto fue a partir de las
predicaciones que se dieron en el Congreso de Minneapolis donde algunos líderes de la
dirigencia rechazaron el mensaje de Justificación por la Fe dados por los Prs. Jones y
Waggoner. Notemos: “En 1892 la Asociación Publicadora Pacific Press, imprimió un panfleto
titulado “La Doctrina Bíblica de la Trinidad”, de Samuel Spear. En esa casa publicadora
trabajaban A.T. Jones y E.J. Waggoner, impulsores del énfasis en la justificación y creyentes en
la Trinidad.” (Revista Adventista, noviembre de 2005, pg. 8).
La evidencia es abrumadora en cuanto a lo que he expuesto tanto de los textos bíblicos como
los testimonios de la Sra. White y los datos históricos de fuentes oficiales de la IASD. Con esto
parecería que el desarrollo de la doctrina de la Trinidad así, fue guiada por la Mensajera del
Señor y los hermanos así lo aceptaron… Pero permítanme hermanos hacer unas cuantas
observaciones en lo expuesto.
25
26. Capitulo III: UNA INTROCUCCIO N AL
PROBLEMA Y A LA EVIDENCIA
HISTORICA DE LA IASD.
En realidad el problema es de índole histórico principalmente, en lo referente al desarrollo de
la doctrina actual de la trinidad en el adventismo; pues lo que me ha llevado a investigar este
asunto es cómo se ha producido “un cambio de paradigma” respecto a la creencia de Dios y de
Cristo sostenida por los fundadores del adventismo, el cual es diametralmente opuesto al
concepto sostenido por el adventismo actual.
En 1894 la Sra. White dijo que antes que se desarrolle “la última fase de la apostasía habrá
confusión en la fe. No habrá ideas claras y definidas respecto al misterio de Dios. Una verdad
tras otra será corrompida” (Sing of the Times, 28 de mayo de 1894; Maranatha, pg. 190). En
1907 agregó: “¿Qué es lo que viene pronto sobre nosotros? Llegan espíritus seductores. Si Dios
ha hablado por mi alguna vez, antes de mucho oiréis acerca de una ciencia maravillosa, una
ciencia del diablo. Su propósito es de hacer de poca monta a Dios y a Jesucristo a quien Él ha
enviado (Carta 48, 1907; Mensajes Selectos, T3, pg. 466). “Se hará todo esfuerzo concebible
para arrojar dudas sobre las posiciones que hemos sostenido durante más de medio siglo”
(Carta 410, 1907; Ibíd., pg. 466).
Para aquellos adventistas que nunca han oído sobre la historia de la Iglesia Remanente y para
aquellos que han hecho de su discipulado una “afiliación devota” al adventismo como tal y han
perdido de vista al Señor del universo, confieso que este trabajo no será para nada de su
agrado. Más quiera Dios que me equivoque.
26
Por favor tome nota de las fechas y sucesos que a continuación voy a detallar:
-1903: el Dr. Kellogg llega a conclusiones pro-trinitarias después de la publicación del libro
“The Living Temple” (“El Templo Viviente”, en castellano), diciendo: “… ¿Es el Espíritu Santo
una persona?” (Carta a G.I. Butter, 28 de octubre de 1903).
-1913: en la Adventits Review & Sabbat Herald del 9 de octubre de ese año el Pr. F.M. Wilcox
en su columna editorial establece como creencia de los asd la creencia en una “divina
Trinidad”. Este autor es el que introduce el término “espíritu de profecía” para referirse a los
testimonios de la Sra. White.
-1919: en la Conferencia Bíblica de ese año se produce por primera vez, luego de la muerte de
la Sra. White, el primer fuerte debate sobre la Trinidad, ya que un grupo de delegados
presentes en el mismo promovían dichas ideas respecto a los textos bíblicos y de los
testimonios que hablan sobre la divinidad de Cristo y la naturaleza y personalidad del Espíritu
Santo. Al final del mismo el presidente A. Daniels dijo que no se tomaría un voto a favor de la
Trinidad (Informe Taquigráfico de la Conferencia Bíblica y el Concilio de Maestros de Biblia de
1919, www.adventistarchives.org).
-1928: el Pr. LeRoy E. Froom adopta la postura trinitaria en su libro “La Venida del Consolador”
y se promueve esto entre los pastores y delegados en los congresos.
27. -1931: por primera vez aparece en el Anuario Adventista la creencia en la Trinidad como
creencia oficial de la IASD mundial, formulada por cuatro personas, entre ellas el Pr. LeRoy E.
Froom y F.M. Wilcox.
-1932 y 1933: se incorpora por primera vez la creencia en la Trinidad en los Manuales de
Iglesia y en los posteriores Anuarios de la Iglesia.
-1938: las congregaciones adventistas en Europa son “no trinitarias” mientras que los
seminarios adventistas son de instrucción trinitaria (Thomas McElwain, Seminario Adventista
Du Salève; Francia).
-1941: se cambia el voto bautismal incorporando dicha creencia como requisito de aceptación
para los nuevos miembros adventistas.
-1945: se eliminan todas las declaraciones no trinitarias de los tomos de las profecías de Daniel
y Apocalipsis de U. Smith.
-1946: se publica “El Evangelismo”, un libro que contiene una compilación de las
“declaraciones trinitarias” de la Sra. White.
-1955: como resultado de la Conferencia Evangélica celebrada entre líderes adventistas siendo
LeRoy E. Froom el principal representante, entre otros; y los evangélicos Walter Martin y
Donald Grey Barnhouse, se consolida el ingreso del dogma trinitario a las filas del adventismo
ya que hasta ese entonces las “declaraciones trinitarias” no habían anulado las
DECLARACIONES NO TRINITARIAS DE ELLEN G. WHITE, a tal punto que el Sr. Martin había
denunciado que la IASD no podría ser considerada una “iglesia cristiana” debido a que sostenía
dichas declaraciones tanto por parte de la Sra. White como por sus principales escritores entre
ellos Urías Smith (considerado un semiarriano).
-1957: como resultado de las reuniones con estos evangélicos se publica el libro “Seventh-day
Adventists Answer Questions on Doctrine” (conocido en castellano como “Cuestiones de
Doctrinas”) donde los líderes adventistas pasan a defender entre otros puntos la divinidad
plena y eterna de Cristo y la divinidad y personalidad plena y eterna del Espíritu Santo, la
Trinidad y la Naturaleza Humana No Caída (pre-lapsaria) de Cristo.
-1980: se produce el voto más reciente en la historia adventista de la doctrina de la Trinidad,
esto implicaba que a partir de la fecha todo adventista que creyera como los pioneros (es
decir, que sostuviera posturas antitrinitarias) seria desfraternizado de la denominación.
-1985-1986: no es precisa la fecha de una entrevista en televisión en un programa evangélico
con W. Johnsson y Walter Martin donde este último cuestiona a Johnsson afirmando que en el
comienzo de su ministerio Ellen White había negado la plena deidad de Cristo (según la
doctrina de la Trinidad) a la cual Johnsson declaró que “nunca había oído tal declaración”. ( El
Adventismo y Walter Martin, www.libros1888.com).
-1993-1994: se admite en las publicaciones adventistas que si los fundadores del adventismo
debieran suscribirse a las filas de la iglesia no podrían hacerlo por sus fuertes convicciones
antitrinitarias, los que afirman esto son W. Johnsson y G. Knight. (Adventist Reviw, 6 de enero
de 1994; Ministry Magazine, octubre de 1993 pg. 11; respectivamente).
-2000: dialogo ecuménico activo hasta el presente, con la ICAR basado en el “credo universal”,
cuyo fundamento es la doctrina de la Trinidad
(www.adventist.org/news/data/2002//06/1028041820/printer.htm.1.en).
27
28. -2002: se edita “The Trinity”, de Whidden, Moon y Reeve. Este libro es el documento más
reciente sobre la postura actual de la IASD respecto a la doctrina de la trinidad. Editado por
R&H Publ. Assn. EUA.
28
-2003: se re-edita “Cuestiones de Doctrina”.
-2006: todo un folleto de escuela sabática es dedicado al tema: Dios Espíritu Santo,
presentándolo como una persona separada y distinta del Padre y de su Hijo Jesucristo.
-2007: se edita en castellano “La Trinidad” de los autores de “The Trinity” antes mencionados.
Vale destacar que luego de la publicación en ingles de este libro, como repuesta a las
publicaciones no trinitarias adventistas que circulaban en EUA, la publicación llego a Brasil,
pues allí se gestaron los primeros grupos de adventistas no trinitarios en Sudamérica; y por
supuesto la respuesta, tanto en portugués como en español fue para hacer frente a las
envestidas de los grupos no trinitarios de la región interamericana y sudamericana.
-2010: luego de un impresionante avance de los grupos no trinitarios en las regiones
mencionadas, la ACES publica un número especial de la Revista Adventista en noviembre de
2010 titulada “Deidad”, donde se enfatiza el cambio de la creencia respecto a Dios, como que
esto es alcanzar la madures teológica cristiana en repuesta al avance progresivo de la
comprensión de la verdad bíblica.
- 2011: En Foz de Iguazú (sur de Brasil) se realizó el mayor encuentro para pastores de
Sudamérica sobre la Trinidad, teniendo la presencia de sus máximos líderes a nivel Asoc.
General (Ted Wilson, Ángel M. Rodríguez, Mark Finley, George Knight) en procura de traer
unidad sobre doctrina y disciplina eclesiástica. (http://www.concilio2011.org/es/)
Invito a todos aquellos que no están al tanto de estos hechos a corroborarlos directamente de
los sitios y publicaciones oficiales de la IASD como este servidor lo ha hecho. Creo que la mejor
manera de contrastar esto con la realidad es que cada persona que lea este trabajo así lo haga
y verá que llegará a la misma conclusión que ya muchos, en el mundo, han llegado y por lo cual
esas voces se han levantado.
Luego de haber bosquejado algunos aspectos históricos relevantes en el desarrollo de la
doctrina de la trinidad y cómo los teólogos adventistas insisten en el establecimiento de ella
dentro del remanente; veamos los detalles que cada adventista debería saber sobre este
asunto.
Desde que surgió el Cristianismo la fe en Dios y su Hijo ha sido el centro del evangelio. Esto
implica que los cristianos del primer siglo tenían un conjunto de creencias que los
caracterizaban del resto de los judíos, pero sostenían otras que los ponían en un origen
común; pues si hay algo que no podemos negar, ya que es un hecho histórico, es que ese
cristianismo tuvo sus raíces en la religión judía.
Cristo era un judío y sus apóstoles también lo fueron, entonces si nos preguntamos cuál es el
concepto que ellos tenían respecto a Dios y el Mesías, la respuesta es simple: el Dios de los
israelitas era el mismo Dios en quien creían los cristianos; y el Mesías era el “Ungido de
Jehová” predicho por los profetas. Este hecho esta registrado en las Escrituras, pues en una
ocasión un escriba le pregunto a Jesús “cuál mandamiento es el más importante de todos” y
Jesús le dijo: “El más importante de todos es: Escucha Israel el Señor nuestro Dios es un solo
Señor…”; y continuando con la conversación el escriba le refirió “bien Maestro con verdad has
dicho que hay un solo Dios y que no hay otro sino El” (véase Marcos 12:28-34). Este hecho,
29. que de por cierto no es para nada menor en el ministerio de Jesús, tiene un significado muy
importante a la hora de fundamentar cuál era la postura de Cristo y sus discípulos respecto a
las creencias sostenidas por ellos, pues es evidente que ellos estaban de acuerdo al menos en
la creencia de que existe un solo Dios y no hay más que Él.
Si notamos bien, Jesús fundamenta su respuesta en el texto de Deuteronomio 6:4 el cual dice:
“Escucha Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Con el sólo hecho de indagar sobre como
entendían los hebreos este pasaje nos podemos remitir a todo el Antiguo Testamento (en
adelante AT), y veríamos que este concepto de un solo Dios es lo que hizo a Israel un pueblo
singular que se diferenciaba de todas las naciones restantes de la tierra. En este punto todos
los autores están de acuerdo sobre esta idea, no así cuando entra en juego los postulados de la
doctrina de la trinidad, la cual establecería que ese Dios de los judíos y ese Dios de los
cristianos no es en realidad tal cual se lo describe en el AT; sino más bien cómo se lo entendió
a partir de lo expuesto en el Nuevo Testamento (en adelante NT). Con esto estamos diciendo
entonces que los judíos tendrían un concepto errado respecto a quien y como es ese Dios…
pero tal argumento no es compatible con lo registrado en el evangelio de Marcos tal cual lo
hemos mencionado anteriormente.
Todos los autores concuerdan que después de la muerte de Jesús y de la dispersión del
evangelio en toda Asia y Europa surgieron ciertos interrogantes en cuanto a la naturaleza de
Dios y de su Hijo. Precisamente las discusiones sostenidas respecto a la naturaleza de Cristo
generaron una serie de problemas los cuales fueron resueltos con la aceptación de la plena
Deidad del Hijo como co-eterno con el Padre y por lo cual este Hijo solo sería un Hijo funcional
y no real del Padre, surgiendo así una terminología nueva para caracterizar a Jesús, esto es “la
persona divina del Hijo” y más adelante llevándola a la expresión “segunda persona de la
Trinidad”. Este punto se terminó de afianzar en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C.
Posteriormente en el Concilio de Constantinopla se estableció la plena deidad del Espíritu
Santo, acuñando el término “tercera persona de la Trinidad”, en el año 381 d.C. Lo más
llamativo de todo esto es que ninguna de tales expresiones son bíblicas, es decir no se las
encuentra en las Escrituras. Lo que sí es bíblico estrictamente es “Dios”, “Jehová”, “Espíritu de
Jehová”, “Santo Espíritu”, “el Espíritu de Dios”, “Ángel de Jehová”, “Dios Padre”, “el Padre”, “el
Hijo”, “Hijo de Dios”, “Mesías”, “Cristo”, “Espíritu Santo”, “Espíritu de Dios”, “Espíritu de
Cristo” y aun declaraciones tales como “el Padre y Yo una sola cosa somos” o “Yo y el Padre
uno somos”, pero nunca encontramos la declaración “el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son
uno” o la expresión “Dios Padre, Dios Hijo y Dios el Espíritu Santo son un solo Dios”.
Ahora bien cuando se organizó la IASD ésta se caracterizó por ajustarse estrictamente a lo que
las Escrituras dicen y es así como los pioneros rechazaron todo aquello que tenía raíces en las
creencias de la ICAR y aun en las Iglesias Protestantes, pues entendían que el Catolicismo
Romano era “Babilonia, la Madre de todas las Rameras de la ti erra” y vale destacar que estas
“Rameras” son todas las Iglesias Protestantes que han acuñado para si las creencias del
Catolicismo Romano. Notemos lo expuesto por Jaime White (esposo de Ellen White) en la
Review and Herald (R&H) del 7 de febrero de 1857: “La mayor falta de reforma fue que los
reformadores pararon de reformar. Ellos debieron avanzar y no haber dejado el menor vestigio
del papado atrás, como la inmortalidad del alma, el bautismo por aspersión, la Trinidad y la
observancia del Domingo; y las Iglesias ahora estarían libres de errores Escriturísticos”. Note
que esto lo dijo tres años después de haber publicado en la misma revista el 12 de septiembre
de 1854, lo siguiente: “Como errores fundamentales, podemos clasificar junto al falso sábado,
otros errores que los protestantes han arrastrado de la Iglesia Católica, tales como la aspersión
para el bautismo, la Trinidad, la conciencia de los muertos y la vida eterna de tormento. La
mayoría ha sostenido estos errores fundamentales, sin duda lo han hecho en forma ignorante,
29
30. pero ¿puede suponerse que la Iglesia de Cristo seguirá adelante con estos errores hasta que
las escenas del juicio irrumpan sobre el mundo? No lo creemos”.
Estas son algunas de las declaraciones que aparecieron a lo largo de las publicaciones
adventistas durante más de 50 años… Estrictamente hablando la primera declaración acerca
de la trinidad como creencia de los asd apareció en la R&H el 9 de octubre de 1913 bajo la
autoría de F.M. Wilcox, diciendo: “…los adventistas del séptimo día creen: 1- En la divina
Trinidad: esta trinidad consiste en el Padre Eterno, un ser personal, espiritual, benigno,
omnipotente, infinito en poder….; en el Señor Jesucristo, el Hijo del Padre eterno….; en el
Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad…”. Aquí es importante notar que aun en esta
declaración acerca de la Trinidad es totalmente diferente a la actual creencia nº 2 de la IASD
actual, basta con comparar esta cita con lo que está publicado en los libros denominacionales
que tratan sobre el asunto.
Sobre esta hecho retomaremos más adelante, por ahora como para que el lector tenga más o
menos un panorama de la situación, voy a avanzar sobre otros puntos que están ligados a este
tópico. Quisiera sólo hacer notar que para esta fecha la Sra. White estaba viva, y en las
declaraciones de los anuarios de la Iglesia tal punto doctrinal no aparece como tal, y aun los
ministros, profesores de Biblia y administradores, entre ellos sus hijos Edson y William White
sostenían una creencia no trinitaria. Una situaci ón bastante singular… ¿verdad?
Una vez que se produjo el deceso de la Sra. White en 1915, sólo habían quedado aquellos
ministros que habían tenido contacto con los fundadores de la IASD y por supuesto con la
Mensajera del Señor. La primera crisis surgió en la Conferencia Bíblica del 1919, la cual fue
precedida por A. Daniells. La agenda a desarrollar en ella era: “la persona de Cristo, la obra
mediadora de Cristo, la naturaleza y obra del Espíritu Santo, los dos pactos, principios de
interpretación profética, la cuestión del oriente, el poder de la bestia en Apocalipsis, los 1260
días, los Estados Unidos en la profecía, las siete trompetas y Mateo 24” (Mensajera del Señor,
pg.442, nota nº 12). Ahora bien, digo “crisis” porque se produjo un fuerte debate re specto a la
Trinidad: “Es de sumo interés que la sugerencia del presidente (que eventualmente se acató)
fue hecha después de una discusión fogosa respecto a temas tales como la cuestión del oriente
y la controversia sobre el arrianismo y la trinidad.” (Mensajera del Señor, pg. 434). Es evidente
que al estar en la agenda temas como la persona de Cristo y la naturaleza y obra del Espíritu
Santo, surgiría sí o sí esta crisis, ya que para ese entonces algunos de nuestros pastores
estaban sosteniendo un marco teológico ajeno al de los pioneros. Uno de ellos fue W.W.
Prescott, el cual había presentado una serie de estudios titulado “La Persona de Cristo”
promoviendo conceptos trinitarios entre los delegados de la Conferencia, esto es lo que desató
el debate en cuanto a la divinidad de Jesús pues para sorpresa nuestra los asd sí creían en la
Divinidad de Cristo pero dentro del marco no trinitario pues ese era “el punto medio” entre las
dos corrientes predominantes de ese momento: el Unitarismo, por un lado y el Trinitarismo
por el otro. Esto está fundamentado en un artículo que ya había sido publicado en la R&H el 10
de noviembre de 1863 bajo la autoría de J.H. Waggoner (padre de E.J. Waggoner autor del
libro “Cristo y su Justicia”), diciendo lo siguiente: “Las Escrituras enseñan abundantemente
acerca de la preexistencia de Cristo y su divinidad, pero se encuentran enteramente
silenciadas con respecto a una trinidad.” Es evidente que el entendimiento de nuestros
pioneros era totalmente radical a las ideas predominantes tanto de los protestantes como de
los unitarios radicales, los cuales niegan la preexistencia de Jesús en los cielos antes de su
encarnación en la tierra. Y lo más sorprendente de esto es que para 1863 la Mensajera del
Señor nunca sancionó esta postura referida por el Hno. Waggoner.
Más aun en cuanto a lo que se refiere al Espíritu de Dios en Sings of the Times ( Señales de los
Tiempos, en español) en 1911 M.C. Wilcox ( no confundir con F.M. Wilcox) quien estaba a
cargo de la sección de preguntas y respuesta de los lectores de esta revista, ya que la misma
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