Sociológicamente hablando, el hombre es un ser gregario, al que le gusta vivir en grupo, generando actividades por el bienestar propio y de los suyos; que busca la cooperación para alcanzar metas comunes y que además, lucha porque esas metas den frutos a corto, mediano y largo plazo. La contribución entre seres humanos para mejorar día a día, no es un producto de las sociedades industrializadas, ni de los adelantos del siglo XX, así como tampoco la panacea de los albores de este siglo… viene desde tiempos inmemoriales, desde que el hombre decidió sedentarizarse y congregarse para ayudarse mutuamente de las habilidades y destrezas de los otros.