La guerra civil siria comenzó en 2011 como parte de la Primavera Árabe contra el gobierno autoritario de Bashar al-Assad. Sin embargo, el conflicto se ha complicado con la intervención de potencias extranjeras como Rusia, Irán y Estados Unidos que apoyan a facciones opuestas, así como con la aparición de grupos extremistas como el Estado Islámico. Esto ha convertido a Siria en el escenario de una nueva guerra fría por proxy y ha provocado una grave crisis humanitaria con millones de refugiados.