Se presenta un resumen-ensay sobre una corriente del pensamiento filosófico, la hermenéutica; y su importancia en un enfoque específico de los estudios literarios.
1. HERMENÉUTICA, LA NUEVA KOINÉ
Lic. Damiana Leyva Loría
BUAP
Durante el curso titulado “Hermenéutica”, el doctor Renato Prada Oropeza
argumentó la necesidad de reflexionar sobre el pensamiento filosófico más
adecuado para el momento histórico que nos ha tocado vivir. El objetivo: poder
analizar las obras literarias desde la perspectiva contemporánea. Por esa
razón, el título de su seminario coincide con la propuesta de una corriente
filosófica que actualmente hace esta reflexión.
En la introducción del curso, el doctor conceptualizó algunos puntos, los
cuales fueron expuestos con amplitud en las sesiones posteriores. Primero
comentó que la Hermenéutica tiene dos divisiones para su estudio: la
Hermenéutica Textual y la Hermenéutica Ontológica. Para nuestro caso, nos
enfocaríamos en la primera, debido a nuestra condición de investigadores de la
literatura. Sin embargo, también precisó que es necesario conocer la segunda
porque, precisamente de ella se deriva la Hermenéutica Textual.
En un breve recorrido histórico, se nos comentó que la Hermenéutica es
un pensamiento que tuvo sus primeros orígenes en el mito, pues éste
personificaba a sus dioses para poder interpretar los acontecimientos del
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2. entorno de las culturas. De ahí surgieron, a su vez, los símbolos, que sólo
algunas personas podían interpretar. De ahí surge la Hermenéutica.
De esta pequeña introducción avanzamos al pensamiento
contemporáneo, específicamente al pensamiento Heideggeriano, pues él
menciona una radical diferencia entre la Hermenéutica y la Metafísica.
Heidegger comenta que la metafísica estudia la sustancia las cosas, esto, en
detrimento del ser de las cosas (Ej. Buscar la esencia de ser “valiente). A partir
de este pensamiento, el filósofo alemán reflexiona sobre la condición del
hombre: puesto que es el único ser que interpreta, es el único que se pregunta
sobre su ser.
Siguiendo esta corriente, se expuso que la identidad de hombre sólo se
da en función de la relación con los demás, cuando hablamos de culturas de la
individualidad (porque se comentó que existen culturas cuya individualidad es
desconocida, desde la propia lengua). Para hacer efectiva esta comunicación
humana el hombre se ha valido de textos que la apoyen. De entre ellos, los que
nos interesan son: el discurso mítico, el discurso religioso, y el discurso
literario; aunque propiamente nos enfocaremos en el último discurso.
Cuando se realizó la lectura del libro Hermenéutica, símbolo y conjetura,
tuvimos como objetivo identificar y reflexionar sobre tres “tipos” de lectores, dos
de ellos representados magistralmente por Jorge Luis Borges en sus cuentos
“Menard, autor del Quijote” y “En busca de Averroes”.
El lector absoluto es configurado por Menard, pues este personaje es el
símbolo de una empresa milenaria: la lectura que se realiza desde una espacio
sociocultural distinto entre el emisor y el receptor. Por esa razón Menard trata
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3. de “hacer” El Quijote de Cervantes pero desde su contexto; quiere eliminar
todos los valores de la obra para instaurar los propios. Para Prada esto es
imposible, debido a que infinitas lecturas de una obra llevaría a la imposibilidad
de entendimiento entre los lectores. Por esta razón se apela a la intentio operis,
es decir, al análisis sistemático de lo que la obra dice por sí misma.
El lector impotente es representado en Averroes, ya que él simboliza una
aberración interpretativa: quiere reducir a nuestros valores los extraños, o los
amenazantes de otra cultura. También muestra otra situación hermenéutica: la
impotencia del mismo personaje de poder imaginar la situación misma.
Frente a estos ejemplos se propone entonces al lector pertinente, o
competente: aquél que realiza una lectura realizando conjeturas en precario
equilibrio, siempre dispuesto a establecerse gracias al desafío constante del
texto estético. La praxis interpretativa se sitúa entonces como una fusión
instauradora del nuevo mundo posible que propone el discurso literario, cuando
el autor implícito converge con el lector implícito en el espacio del sistema
estético. Entonces, se realiza una fusión de horizontes, aunque será siempre
desde mi aquí y ahora que proyectaré, gracias a mi praxis estética, siendo este
el lugar donde el horizonte del discurso original se halla presente, en cierto
modo.
Otro aspecto de suma importancia abordado en el curso fue la
alternativa que ofrece la Hermenéutica frente a otras disciplinas. La
Hermenéutica textual, de acuerdo con palabras de Ricoeur, es abierta,
comprehensiva y abrazadora. Estas características son una alternativa frente a
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4. dos posturas pseudocientíficas de la literatura: la Epistemología Cientificista y
la Postura Epistemológica de las Ciencias Humanísticas y Sociales.
El problema de la primera postura radica en que niega la capacidad de
explicación de las ciencias sociales, y por eso toman como marco teórico los
modelos de las ciencias de la naturaleza (físico-matemáticas). Por otro lado la
postura epistemológica de las ciencias sociales se declara impotente de ofrecer
explicaciones, y se reducen a débiles conjeturas o descripciones impresionistas
e intuitivas.
Por ese motivo se postula a la Hermenéutica Textual como una
alternativa, ya que esta postura científica ofrece dos propuestas. La primera
argumenta que los objetos de la filosofía son los discursos y los textos, y ello
constituye el ser mismo del hombre. Sobre este aspecto María Zambrano
comenta que “la concepción que las sociedades tengan de sus discursos
simbólicos (míticos, religiosos, estéticos), sus modos de praxis para
producirlos, manifiesta el tipo de sociedad que se consideran ser”; y la filosofía
es la ciencia del pensamiento que desentraña ese tipo de ser; por lo tanto es
una labor ontológica, y la filosofía es la ciencia básica de nuestra indagación
teórica.
La segunda propuesta se enfoca al argumento de Umberto Eco, pues él
menciona que ningún texto, simbólico o no, que el hombre produce para
ordenar y comunicarse con su mundo es susceptible de una mínima
descripción, por lo tanto, ésta se encuadra en los linderos de la semiótica. Por
esa razón, el autor postula a la semiótica como una segunda ciencia básica de
los estudios humanísticos (literarios propiamente) pues estudia la articulación
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5. del sentido en las unidades discursivas. Con base en estas dos propuestas
podemos concluir que para realizar estudios literarios tomaremos la
metodología de la semiótica como preparación para nuestro análisis, y
posteriormente, la filosofía será la desembocadura de una indagación en la
literatura.
Por otro lado es conveniente detenernos en un aspecto que es
fundamental cuando realizamos estudios literarios: la ideología presente en las
obras. Es importante aclarar que la ideología siempre formará parte de la
literatura, por ese motivo es fundamental conocer las dos grandes formas en
que ésta se puede presentar.
Llamaremos Discurso Asintomático (siguiendo la propuesta de Culler)
cuando la obra tiene una función predominantemente estética. Por otro lado.
Denominaremos Discurso Sintomático a la obra que presente una función
sociológica, por encima de la estética. Se le denomina así porque presenta
“síntomas” de otra función, que no es predominantemente literaria.
Esta representación literario-ideológica muestra características
específicas: los personajes simbolizan valores cívicos y morales, frente a los
antagonistas, que claramente representan los antivalores. Suele ocurrir una
confrontación entre ambos donde, inevitablemente triunfará el héroe. Acerca de
esta literatura es importante hacer un comentario. Si bien la obra es hasta
cierto punto “pobre” en su construcción estética, sigue siendo importante hacer
un estudio de ella, pues funciona como un índice de la cultura que dio origen a
este discurso; por lo tanto, su estudio enriquecerá la interpretación de su
cultura.
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6. Una vez aclarado este punto de suma importancia, es necesario
continuar con otros puntos importantes respecto a la dialéctica hermenéutica.
Existe un círculo interpretativo denominado comprensión-explicación-
comprensión que es el resultado de nuestro quehacer hermenéutico.
La primera comprensión reside en el momento de leer una obra por vez
primera. Ocurre entonces una captación inicial por parte del receptor, una
primera realización del goce estético, de la recepción estética. Sin embargo,
estamos “predispuestos socioculturalmente” al discurso verbal-estético, debido
a que ya existe un “prejuicio” cuando nos encontramos frente e esta obra. Es
decir, yo sé que me voy a sentar a leer “literatura”; esta situación me lleva a
establece un “pacto” lector, donde acepto la propuesta de la obra en cuestión.
La fase expuesta anteriormente pronto es superada (después de haber
concluido la lectura de la obra) debido a una reformulación que hace el receptor
al comparar su actual experiencia con otras similares, con otras lecturas. A esta
nueva fase se le denomina explicación. Sin embargo, ésta necesita tener
ciertos criterios científicos, y aquí nos apoyaremos en la teoría Hjelmsleviana:
1) debe ser coherente, estar libre de contradicciones y ser autoconsecuente; 2)
debe ser exhaustiva; 3) Esta explicación debe ser tan simple como sea posible;
4) necesita tener un nivel epistemológico que señale los límites conceptuales
de sus axiomas, desarrollos y de sus propios objetos; 5) por último, debe tener
el nivel que controle el valor de su terminología y los elementos de su
metalenguaje (que pueda identificar los elementos de su obra).
La forma ideal de emprender esta fase es comenzando con la
descripción de los elementos del discurso en cuestión; aquí se sugiere utilizar
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7. como método a la semiótica literaria, la narratología o la poética. Lo importante
de esta fase es que sobre ella se ejercitará la interpretación, que pudiera tomar
varias causas: a) de intertextualidad, cuando hay una relación de una situación
accional descrita por otro discurso; b) de la valoración o ponderación de los
elementos o efectos estéticos propiamente; para este aspecto será importante
utilizar la conceptualización que ofrece la Hermenéutica Literaria.
A pesar de los argumentos ofrecidos sobre la importancia de esta fase
interpretativa, existe, aún en los círculos literarios, un gran prejuicio sobre esta
instancia. Estos se “fundamentan” en los siguientes aspectos: 1) existe el
“peligro de disección” que amenaza al discurso estético; 2) este análisis “rompe
el encanto” de la fascinación estética, lograda por la instancia intuitiva. Desde
mi punto de vista, estos argumentos están a favor únicamente de la primera
instancia de comprensión. Sin embargo no debemos olvidar que los estudios
literarios también forman parte de los estudios científicos; por lo tanto, eliminar
los aspectos que le confieren el carácter de ciencia es una aberración.
La última fase de esta dialéctica interpretativa corresponde a la
comprensión intencional. Esta se denomina así porque es más propia a la
situación social del hombre; es una conceptualización cuyo fin es el retorno al
discurso estético. Se le llama también comprensión intelectiva, debido a que
este nivel mental involucra el rescate a nivel intelectivo del goce estético. Este
rescate es llamado también inteligencia sintiente (Xavier Zubiri) debido a que
también se presenta la intuición como la capacidad intelectiva por la cual
captamos el valor de la obra en su integridad.
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8. El círculo hermenéutico, descrito en los párrafos anteriores, nos ofrece la
posibilidad de acceder a la obra literaria a un nivel de comprensión diferente,
en donde se descubre que es necesario tomar parte de la dinámica de los
símbolos si se quiere que la comprensión alcance la dimensión propiamente
crítica de la exégesis y se convierta en verdadera Hermenéutica. Por esa
razón, Ricoeur dice que el símbolo da que pensar, pues es filosófico; y como
tal, tiene el objetivo de descubrir la racionalidad de su fundamento a base de
reflexión y especulación.
El último aspecto a tratar en este resumen de curso será el paradigma
filosófico que rige esta postura interpretativa. De acuerdo con el doctor Prada,
actualmente hay una pérdida de la vigencia de la Metafísica: aquella que
postulaba las esencias universales, unívocas, donde existía un dominio del
Objeto por parte del Sujeto. Esta postura configuraba la absolutización de un
Sujeto trascendental al hombre. La reflexión de esta postulación dio pie para
que filósofos como Kierkegard, Nietzsche, Durkheim y Husserl y Saussure,
entre otros, indaguen sobre la vigencia de ese paradigma de acuerdo al
momento histórico.
El resultado de estas reflexiones postula que vivimos en un período
postmetafísico o posmoderno, el cual se caracteriza por el fin de una época del
pensamiento y de prácticas socioculturales, y el inicio de otra que responde a
los temas de nuestro tiempo. Como ejemplo tenemos, en el plano de los
fenómenos éticos, la disolución del núcleo familiar, la emergencia de diversos
comportamientos sexuales, y el cuestionamiento de la política como
hegemonía del poder central.
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9. Prada no fue ajeno a este momento socio-histórico, y debido a ello
inscribe su proyecto de teoría literaria en esta perspectiva. Por ese motivo toma
como antecedentes teóricos el formalismo ruso, el estructuralismo del Círculo
de Lingüístico de Praga, la semiótica Hjelmsleviana y Greimasiana; así como a
filósofos como Heidegger, Vattimo, Schütz, Berger y Luckmann.
La teoría de Prada postula que “el discurso estético-literario es un
elemento, un factor primordial de la constitución de la realidad sociocultural, y
no un reflejo de la misma”. La gran diferencia entre “elemento” y “reflejo”
radicaría en que el primero se presenta como un aspecto constitutivo que debe
ser comparado, contrastado o complementado con otros discursos que
determinada sociedad construye cuando formula su visión de mundo. El
segundo concepto, por su parte, incluye la postura metafísica, aceptando que
existe un mundo pre-establecido, universal y unívoco, del cual se extraen
algunos elementos que son los reflejados por determinada obra literaria. Por
eso Prada rescata el neologismo de Derrida, la differance, que implica el ser y
no ser del ente, lo cual da paso al símbolo.
Prada propone una estética del discurso narrativo-literario de acuerdo a
las siguientes reflexiones: a) ya no sería adecuado insertar la estética literaria
dentro de otra “estética general”, pues caeríamos en esta visión metafísica de
la univocidad; b) por lo tanto sólo hay una estética particular, válida
exclusivamente para los discursos narrativos, motivados por una
intencionalidad de producir un efecto particular, mediante algunos mecanismos
de construcción que toman como sustancia de expresión la lengua; por ello es
una manifestación verbal a través del discurso escrito.
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10. Con ello nos enfocamos en lo que esta manifestación verbal quiere
decirnos; ya no es un reflejo de algo pre-establecido, sino el diálogo de la obra
literaria con otra serie de discursos. Por lo tanto la aplicación de la dialéctica
hermenéutica sobre estos discursos propiciarán una reflexión sobre lo que el
discurso escrito propone como visión particular de mundo.
Como se ve, esta propuesta de análisis literario resulta gratamente
atractiva, sin embargo, la crítica todavía es prisionera de la tradición clásica,
romántica y realista, que sigue viendo esta metodología como una disección,
un desencanto hacia la obra literaria. Desde mi punto de vista, estas
concepciones lo que provocan es que sigamos teniendo una visión de mundo
desde la metafísica.
Con los argumentos hermenéuticos propuestos anteriormente, Prada ha
identificado una meta en esta nueva perspectiva interpretativa: la producción de
un impacto estético, es decir, una producción articulada de sentido que sólo
cumple su cometido en el circuito de la comunicación. Esta es una conclusión a
la que llegó sobre el discurso estético; sin embargo observa que no es sólo en
lo estético, sino que se ha vuelto un síntoma cultural.
A manera de conclusión puedo decir que el curso “Hermenéutica” ha
sido altamente gratificante, porque a través de las lecturas y reflexiones he
podido comprender cuál es el nuevo paradigma histórico, filosófico y estético
en el que nos encontramos. A título personal puedo decir que esta propuesta
de análisis de la obra literaria me es satisfactoria porque ofrece elementos que
le otorgan validez a los estudios literarios. Y es gracias a estos elementos que
los estudios literarios tienen el carácter científico, es decir, con bases que
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paradigmas culturales.
BIBLIOGRAFÍA
Prada Oropeza, Renato (2003) Hermenéutica, símbolo y conjetura. México:
Universidad Iberoamericana de Torreón-Universidad Iberoamericana de
Puebla-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Prada Oropeza, Renato (2011) Hermenéutica. Curso optativo del cuarto
semestre (febrero-junio). Maestría en Literatura Mexicana. Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla.
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