El documento describe las evidencias de la evolución de la vida a través del tiempo, incluyendo fósiles preservados en sedimentos, carbón, petróleo y ámbar, los cuales son restos o huellas de formas de vida pasadas. Explica que existen fósiles directos que son restos de animales o vegetales, y fósiles de traza que son evidencia indirecta, y que el proceso de fosilización implica la mineralización o carbonización de los restos orgánicos.