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El Clima Cambia,
	 Cambia Tú También
Adaptación al cambio climático
en comunidades locales del Perú
El clima Cambia, Cambia Tú También. Adaptación
al cambio climático en comunidades locales del Perú
Responsables del proyecto
Manuel Ruiz Muller
Thomas J. Müller
Lucía Flórez
Edición de contenidos
Eleana Llosa
Fotografía
Thomas J. Müller
Diseño y diagramación
Renzo Rabanal
Impresión
Primera edición, marzo de 2012
Lima, Perú
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº xxxxxxx
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)
Av. Prolongación Arenales 437, Miraflores
postmast@spda.org.pe
Índice
Presentación...................................................................................................................5
Multiplicando los bosques de quenuales en Huasta (Áncash)...................................7
Huasta: una comunidad de valle interandino............................................................8
Huasta y el valle interandino donde se encuentra....................................................9
La comunidad, su organización y las instituciones locales.....................................10
Cambios sociales contemporáneos en Huasta.......................................................11
Agricultura y ganadería: principales actividades de la población ..........................11
Principales prácticas y tecnologías tradicionales
y recientes para la adaptación al cambio climático..............................................12
Recursos naturales en la comunidad de Huasta.....................................................14
Efectos documentados de las variaciones climáticas en la región ........................15
La población de Huasta percibe las variaciones climáticas....................................16
Los bosques de Polylepis.........................................................................................17
La importancia de los bosques de Polylepis...........................................................19
Los quenuales en Huasta: conservación y reforestación........................................20
El Comité Forestal de Huasta y las prácticas de reforestación...............................20
Principales prácticas y tecnologías tradicionales
para la adaptación al cambio climático...............................................................21
Huasta: Comentarios finales...................................................................................24
Recomendaciones preliminares a nivel de políticas...............................................25
La Comunidad El Chino en Tamshiyacu:
una larga tradición de adaptación a los cambios del clima (Loreto).......................27
Una comunidad en la Amazonía ..................................................................................28
Usando racionalmente los recursos naturales de la Amazonía.................................29
El clima y la diversidad de recursos en El Chino ........................................................30
Actividades económico-productivas: agricultura, comercio, turismo ........................31
El camino de la artesanía de chambira........................................................................32
La creación del Área de Conservación Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo:
	 un proceso exitoso impulsado desde la comunidad..............................................35
Percepción y adaptaciónde la comunidad al clima y a sus cambios...........................37
Las cochas y su manejo................................................................................................38
La persistencia de una adecuada utilización de los recursos naturales.....................40
Conocimientos y tecnologías tradicionales de la población amazónica
	 frente a los cambios del clima................................................................................41
El Chino (Tamshiyacu): Consideraciones finales.........................................................42
Recomendaciones preliminares a nivel de políticas....................................................43
El Proyecto El Clima Cambia, Cambia Tú También es una iniciativa impulsada por la
oficina regional para América del Sur de la Unión Mundial de la Naturaleza (UICN-SUR)
y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), proyecto que busca integrar acti-
vidades de documentación y testimonios sobre adaptación al cambio climático de comu-
nidades rurales y sus conocimientos y saberes, lo mismo que el intercambio de saberes
de diferentes culturas y pensamientos y estrategias empleadas en las políticas de de-
sarrollo. A partir de ello y a través de la convivencia, la comunicación entre comunida-
des, la presencia en medios masivos de comunicación y materiales audiovisuales e
impresos, se busca una mayor incidencia política en relación al cambio climático y las
prácticas de las comunidades respecto a él.
Entre sus objetivos centrales, este proyecto pretende demostrar y hacer visibles y reco-
nocidas las formas de adaptación al cambio climático que las comunidades rurales
aplican, generalmente con éxito. Para ello, se están realizando actividades en cuatro
países andinos con acciones específicas en Huasta en los Andes de Áncash y Tamshiyacu
en la Amazonía de Loreto (Perú), la Chiquitanía y los salares de Uyuni y Coipasa (Bolivia),
San Pedro en Chimborazo (Ecuador) y Araracuara en el Caquetá Medio (Colombia).
Está debidamente corroborado que los conocimientos tradicionales de las comunida-
des y los pueblos indígenas son una fuente inagotable de experiencias y respuestas
Presentación
4
frente a las presiones ambientales. La adaptación y la resiliencia de estas comunidades
y pueblos es, sin duda, su rasgo distintivo. Y, en el contexto actual de cambio climático
global, se empieza a acumular evidencia en el sentido de que tales conocimientos y
saberes son una herramienta central para enfrentar las presiones e impactos de este
cambio. Desde las prácticas de manejo de los agroecosistemas hasta las técnicas de
conservación y selección de semillas, pasando por el manejo de fuentes de recursos
renovables, se hace evidente la necesidad de promover, consolidar y fortalecer estos
verdaderos sistemas de conocimiento.
El proyecto El Clima Cambia, Cambia Tú También espera, pues, generar cambios en
los instrumentos y las políticas públicas en diferentes niveles a partir de información y
evidencia documentada que ayuden a valorar, aplicar y replicar esos saberes colecti-
vos como alternativa para propiciar una adaptación efectiva.
En una primera etapa, se han documentado tales manifestaciones, se han recogido tes-
timonios y se han producido materiales informativos. Se pasa ahora a un momento de
diálogo de saberes y de incidencia política utilizando la evidencia recogida para generar
políticas públicas e instrumentos jurídicos que fortalezcan las actividades de adaptación
de las comunidades y pueblos indígenas.
La presente publicación incluye los casos de las dos comunidades en las que se ha
venido trabajando en el Perú. Para ambas se han elaborado estudios específicos, que
se incluyen en el CD adjunto y que son la base sobre la cual se han elaborado los resú-
menes aquí publicados.
Multiplicando los bosques de
	 quenuales en Huasta (Áncash)
Huasta, zona ubicada en la región andina de Áncash en el centro del Perú, se ha se-
leccionado en razón de la existencia ya conocida de prácticas de adaptación de sus
comunidades, especialmente relacionadas con el manejo y la gestión de agroecosis-
temas. Se trata, en particular, del manejo sostenible de la cobertura pastoril y fo-
restal de los páramos altoandinos, con énfasis en el cuidado de pastos naturales y la
reforestación de los bosques de la especie Polylepis, recursos críticos para la provi-
sión de servicios ambientales para las comunidades de esta zona. La organización
social y los marcos institucionales locales han contribuido a fortalecer actividades
de protección y conservación de estos espacios y ecosistemas. Así, su lenta recupe-
ración apunta a recrear fuentes hídricas que en el futuro reemplazarán a los glacia-
res que están en proceso de desaparición.
En la primera fase de documentación e interpretación de las imágenes y testimonios
asociados a la adaptación en Huasta, el trabajo ha sido llevado a cabo por la Socie-
dad Peruana de Derecho Ambiental
(SPDA), interactuando con los poblado-
res in situ.
En cuanto a la organización y apoyo a
este proyecto y al análisis e interpreta-
ción propiamente dichos, el Instituto de
Montaña (IM) ha jugado un papel funda-
mental al elaborar el estudio de caso del
cual este documento de síntesis se deri-
va, estudio del cual son autores la antro-
póloga Florencia Zapata y el geógrafo
Pablo Dourojeanni. El IM es una organi-
zación de larga trayectoria, reconocida
por sus esfuerzos relacionados a la con-
servación y promoción de la gestión sos-
tenible de los ecosistemas de montaña
en el Perú, especialmente en los Andes
centrales del país. Su sede central se
encuentra en la ciudad de Huaraz.
7
Huasta: una comunidad
de valle interandino
La Comunidad Campesina de Huasta
está ubicada en la vertiente occidental de
la cordillera de los Andes y tiene como
límite en altitud a la cordillera Chaupi
Janca, divisoria de aguas entre oriente y
occidente en la parte sur del Departa-
mento de Áncash. Esta zona es uno de
los más relevantes elementos del paisaje
de Huasta y está ubicada entre la cordi-
llera Blanca y la de Huayhuash. En lo hi-
drográfico, Huasta se encuentra en la
vertiente izquierda de la cuenca alta del
río Pativilca.
Esta comunidad campesina es parte del
distrito del mismo nombre, incluido en la
Provincia de Bolognesi (Áncash), en la
zona centro norte de la sierra del Perú,
bastante cercana a la costa.
Según el censo del año 2007, el distrito
de Huasta tiene 2.425 habitantes, casi
todos los cuales hablan castellano como
lengua materna. Un tercio de su población
se encuentra en situación de pobreza, 9%
en pobreza extrema y 6% son analfabe-
tos. En Huasta existe un colegio de pri-
maria y secundaria y un centro de salud.
Más de la mitad de las viviendas distrita-
les cuentan con electricidad y un porcen-
taje pequeño tiene acceso a la red pública
de agua o desagüe.
La Comunidad Campesina de Huasta tiene
aproximadamente 200 comuneros empa-
dronados, de los cuales 120 están activos.
El número total de pobladores de la comu-
nidad oscila entre 650 habitantes –si nos
referimos solo a los comuneros activos y
sus familias– y 1.775 habitantes –si se in-
cluye a toda la población que vive en el
territorio comunal–.
8
9
Huasta se ubica en una zona estricta-
mente montañosa de los Andes, con alti-
tudes que van desde 2.700 hasta 5.400
msnm. Su relieve alterna laderas escar-
padas y valles en V en la parte baja con
algunas áreas planas donde se practica
la agricultura, ya sea en los fondos de
valle o en terrazas naturales.
En cuanto a clima, las lluvias ocurren en-
tre los meses de octubre y abril, siendo el
promedio anual de precipitaciones de 660
mm; la temperatura, sin embargo, es re-
lativamente constante a lo largo del año,
con una leve disminución entre mayo y
agosto, de manera que el promedio men-
sual es de 8 ºC en julio y 10 ºC en enero.
Los tipos climático-ecológicos en esta
región comprenden una secuencia que va
desde el semi-frío en las partes bajas al
frígido en las altas, dependiendo ello
también del posicionamiento topográfico.
Tomando la clasificación de Javier Pul-
gar Vidal, gran parte de la agricultura se
asienta en la región quechua, en terre-
nos con pendientes de 5˚ a 60˚, y en la
suni, correspondiendo ambas al 29% del
territorio comunal; el resto del territorio
se ubica en puna (68%) y janca (3%). En
la puna (entre 3.800 y 4.800 msnm) el
relieve se suaviza por la erosión genera-
da por glaciares, formando valles am-
plios en forma de U, en cuyas partes
bajas y laderas se practica la ganadería
extensiva; en la zona de janca, por enci-
ma de 4.800 msnm, las laderas se vuel-
ven otra vez muy escarpadas y casi sin
vegetación, hasta llegar a los glaciares
de la cordillera Chaupi Janca.
Huasta y el valle interandino
	 donde se encuentra
La comunidad, su organización y
las instituciones locales
Originalmente, el Distrito de Huasta
—creado en 1863— coincidía en territorio
con la comunidad del mismo nombre,
con excepción de algunos fundos priva-
dos. Con el tiempo, algunos anexos se
separaron para constituirse en comuni-
dades independientes y, posteriormente,
se recuperaron diversos territorios; es
decir, la comunidad se fragmentó y tam-
bién creció, lo cual se relacionó con el
proceso de división política distrital.
El distrito cuenta actualmente con seis
comunidades campesinas (Huasta, Poma-
pata, Pocpa, Mahuay, Machcus, Quero y
Quisipata), de las cuales Huasta es la más
grande y está compuesta de cinco anexos
(Huasta, Pampán, Rampón, Villalta y La
Merced); y tiene varios centros poblados,
los cuales tienden a estar ubicados en las
zonas más bajas, cerca de las vías de ac-
ceso y del río Aynín.
La comunidad cumple diversas funciones
sociales y tiene como órganos de gobierno
a la asamblea general –máxima autori-
dad–, la directiva comunal y los comités
especializados; y en ella se realizan activi-
dades comunales, como faenas para subir
el ganado a las zonas altas o para la lim-
pieza de canales. A nivel de cada familia
se realiza la reproducción básica, mientras
10
11
que la familia extensa organiza recursos y
ayudas mutuas, resuelve algunos conflic-
tos y brinda abastecimientos colectivos.
El distrito, por su parte, es gobernado a
través del concejo municipal, tiene un go-
bernador y tenientes gobernadores, que
son los representantes distritales del go-
bierno nacional. Están presentes también
el juez de paz, la agencia agraria y la Re-
niec, como entidades estatales. Además,
existen diversas organizaciones como la
JASS, la de los ronderos, las asociaciones
productivas y la Apafa; e instituciones como
el Instituto de Montaña, ADRA e Hidrandina
e iglesias, como la católica y la evangélica.
Cambios sociales
contemporáneos en Huasta
En las últimas décadas son varios los pro-
cesos sociales de relevancia que han veni-
do cambiando la vida de la comunidad,
siendo los más importantes los siguientes:
•	 La migración hacia la costa o ciudades
costeñas o serranas, lo que ha llevado
a que muchos de sus integrantes vivan
fuera de la comunidad.
•	 El surgimiento de nuevas ocupaciones
laborales, por lo cual muchos de los
integrantes de la comunidad se con-
vierten en trabajadores asalariados o
en microempresarios rurales.
•	 La creciente urbanización evidente por
la cantidad de nuevos poblados.
•	 El aumento del nivel educativo y la pro-
fesionalización de sus pobladores.
•	 La privatización definitiva de chacras
comunales.
•	 El cambio del control del territorio des-
de uno más vertical (por pisos ecológi-
cos) hacia uno más horizontal, que deja
de lado la comprensión del patrimonio
ecológico comunal como algo integral.
•	 La presencia de la minería como una
nueva actividad en el entorno y con di-
ferentes modalidades: informal, arte-
sanal y gran minería.
Agricultura y ganadería:
principales actividades
de la población
La actividad agropecuaria es la ocupación
principal de la población de Huasta, la
cual es realizada por pequeños producto-
res minifundistas o por comuneros que
trabajan como peones. La ganadería es
Ahora vemos incluso que los nevados ya se van
deshelando, entonces los puquiales también se
van secando, ahí es cuando los quenuales co-
bran importancia. En tiempo de invierno estos
bosques nativos depositan agua, cosa que en
verano, ya de eso que han depositado agua, ba-
jan a la parte baja donde vive la gente. De esa
manera nos alimentamos, pues, de este líquido
que es muy importante para el ser humano
			 Edmundo Morales
La comunidad de Huasta cuenta con título
de propiedad sobre una parte importante
del territorio del distrito, por lo cual tiene
también potestad sobre su destino y su
uso. Existe pues propiedad privada legal,
siendo la titular la comunidad campesina.
No obstante, al interior de ella se recono-
ce que ciertos terrenos son de posesión
privada, en particular los ubicados en la
zona baja de regadío y algunos bosques
de eucaliptos, poseídos por comuneros o
ciudadanos particulares, según el dere-
cho consuetudinario. Estos posesionarios
pueden disponer de tales bienes: vender-
los, arrendarlos o transferirlos en heren-
cia (incluso si ellos no están viviendo en
la comunidad), pero no como propietarios
privados ante la ley nacional y por esta
razón tales terrenos, por ejemplo, no
pueden usarse como garantía bancaria.
Existen también otras formas de pose-
sión: por un lado, la posesión privada
temporal, sobre todo en la zona de seca-
no, donde es posible que los terrenos re-
viertan a la comunidad y sean entregados
a otro posesionario; sin embargo, esta
modalidad está en retroceso frente a la
posesión privada. Por otro lado, hay pas-
tos colectivos en las zonas altas que cual-
quier comunero puede utilizar, aunque
algunos han sido asignados a familias.
Actualmente, la comunidad está privati-
zando legalmente parte de las tierras de
posesión privada, mayormente las de
uso agrícola, que reciben programas de
asistencia técnica y de mercadeo y pue-
den venderse a no comuneros, además
de usarse como prenda crediticia.
El territorio comunal: la propiedad comunal privada
	 y la posesión familiar privada
13
también muy importante, se trabaja en
forma extensiva y está orientada hacia la
crianza especializada de ganado lechero
en las partes bajas y de ovino o rebaños
mixtos en los demás pisos comunales.
Existen algunos pocos camélidos y, ade-
más, se cuenta con equinos para el tras-
lado de productos.
La agricultura se realiza en tierras de se-
cano o en parcelas con riego y su producto
se dirige en su mayor parte al autoconsu-
mo. La parte de la producción que se co-
mercializa consiste principalmente de los
cultivos conocidos como “primerizas”. En
las partes altas predomina el cultivo de
papa, olluco, oca, mashua y habas; mien-
tras que en las partes medias y bajas se
producen habas, trigo, cebada, avena y
arvejas, lo mismo que varios tipos de maíz
(blanco y otros), asociado con frijol y cala-
baza. En las zonas intermedias y altas se
trabaja con rotación de cultivos: empezan-
do con papa y sembrando luego oca, ollu-
co, mashua, para terminar el ciclo con
trigo y cebada, después de lo cual la tierra
descansa y se convierte en zona de pasto-
reo comunal. Mientras tanto, en las partes
bajas se realizan dos campañas agrícolas:
la grande, entre octubre y mayo, y la chica,
entre septiembre y febrero.
En el distrito de Huasta existe un impor-
tante mercado de leche, que brinda una
importante oportunidad de ingresos y es
impulsado por los productores de queso,
quienes la compran en el campo y la pro-
cesan en el pueblo, proveyendo con que-
sos a Chiquián, Huaraz y Lima.
Recursos naturales
en la comunidad de Huasta
En cuanto a agua, en Huasta hay cuatro
microcuencas en torno al río Pativilca y
numerosos riachuelos y ojos de agua. Va-
rios canales de riego y reservorios permi-
ten aprovechar este recurso. Sin embargo,
una preocupación actual es su poca dispo-
nibilidad en la región.
Las zonas bajas y medias de la comunidad
dependen del agua de las zonas altas, en
donde esta se “cosecha” principalmente
mediante infiltración de lluvias. Por esta
razón el manejo de pastizales y bosques
en la zona alta influye en la calidad y vo-
lumen de agua en la zona media y baja,
como es sabido a través de la visión verti-
cal del territorio.
En conjunto, los suelos de Huasta se
destinan tradicionalmente a usos defini-
dos: pastoreo (31%), agricultura (4%) y
superficies boscosas pequeñas; el res-
tante 65% está destinado a protección,
aunque una parte se usa para pastoreo.
Este recurso tiene en Huasta variaciones
importantes en calidad agrológica, lo que
determina mayores potencialidades de
algunas zonas para actividades agríco-
las, ganaderas, forestales o de conserva-
ción. En general, se encuentran suelos
con textura franco-arenosa y Ph ligero o
moderadamente ácido.
Los huastinos desarrollan agricultura de
secano en el 70% de sus áreas cultivables y
solo las áreas restantes cuentan con riego
y están destinadas a forraje para el ganado
vacuno. Sin embargo, estos pastos no son
14
15
suficientes y ello repercute en el aumento
de la crianza de vacunos y en la producción
de leche, dinamizando la economía menos
de lo que podría llegar a hacerse.
Los pastizales constituyen la vegetación
natural que crece en los campos comuna-
les, donde abundan arbustos, pajonales,
bofedades y césped de puna, siendo el prin-
cipal alimento del que disponen los anima-
les en las zonas altas. Como se ha visto,
pues, gran parte de los terrenos de la co-
munidad están destinados al pastoreo, aun-
que el 70% de ellos está muy deteriorado.
En cuanto a bosques, aunque la actividad
forestal no tiene mayor relevancia econó-
mica local es de gran importancia porque
provee madera y leña y cumple un rol
ecológico clave al proteger las laderas de
los cerros de deslizamientos, sobre todo
en épocas de lluvias, además de colabo-
rar en la regulación y retención del agua y
aportar nutrientes. Se trata de pequeños
bosques con árboles nativos (quenual,
quishuar, aliso y sauco) y otros con arbo-
les exóticos (eucaliptos, pinos y cipreses).
Efectos documentados
de las variaciones climáticas
en la región
A pesar de que no existen estudios deta-
llados para la zona, varias proyecciones
regionales indican un incremento en la
temperatura y también, aunque ligero,
en las precipitaciones; además, del au-
mento de eventos extremos, como llu-
vias torrenciales, sequías, heladas y días
de mucho calor.
El efecto más llamativo de la elevación de
la temperatura en la región Áncash es la
desglaciación, que está llevando incluso a
la desaparición o fragmentación de algu-
nos glaciares. Este fenómeno se ha estu-
diado durante más de 30 años en la zona
y se concluye que la masa glaciar total de
la cordillera Blanca se ha reducido en
23% desde la década de 1970. En la cordi-
llera Chaupi Janca, entre 2008 y 2010, el
espesor del glaciar ha disminuido entre
dos y cinco metros.
A este proceso se relacionan la formación
de lagunas glaciares, el desprendimiento
de fragmentos de hielo y el relativo aumen-
to de los caudales en los ríos que surgen de
glaciares. Todo ello es potencialmente muy
peligroso porque puede generar el quiebre
de los diques naturales de las lagunas y su
desbordamiento mediante avenidas de
Antes, cuando era niña, era pues muy distinto.
Cuentan nuestros antepasados, nuestros abue-
los, que había seis meses de lluvia. No había
enfermedad de las plantas, ni de los sembríos,
todo era natural ¿no? Y pastos en abundancia,
todo era bueno.
			 Raquel Fernández
15
La población de Huasta
	 percibe las variaciones climáticas
La mayoría de los huastinos han obser-
vado cambios en los últimos años: au-
mento de la temperatura, alteraciones
en los patrones de lluvias, sequías, frío
intenso y heladas, retroceso de glaciares
y nevados…
Así, ellos advierten con mucha alarma el
retroceso de los glaciares que coronan la
cordillera Chaupi Janca, la notoria varia-
ción en el régimen de lluvias al que esta-
ban acostumbrados porque no llegan en
los períodos usuales y afectan a los culti-
vos en secano y el pasto para sus anima-
les y también eventos extremos: lluvias
torrenciales, fuertes vientos, heladas e
intenso frío nocturno y granizadas. Asi-
mismo, mencionan un fuerte incremento
de temperatura, especialmente durante
los días despejados.
En consecuencia, existe una gran preocu-
pación sobre la producción de algunos
cultivos tradicionales y pastos. Las habas,
papas y otros tubérculos andinos sufren
enfermedades o no maduran bien y des-
aparecen algunas plantas y animales,
como los sapos en las inmediaciones de
los puquiales o aparecen algunas plagas.
Los comuneros, sin embargo, coinciden
en que la mayor preocupación es la falta
de agua, especialmente por el desabas-
tecimiento de los puquiales, algunos de
los cuales se han secado o han disminui-
do su flujo considerablemente en los úl-
timos años debido a los cambios en las
lluvias, de manera que los pastos crecen
poco, se puede regar menos y ha dismi-
nuido la cantidad de truchas en los ríos.
La población también ha identificado en
los últimos años la recurrencia cada vez
más marcada de ciertas enfermedades,
como neumonía, tos, gripe y diarrea.
Muy bien, claro el quenual es un árbol nativo
muy importante para nuestra comunidad por-
que los quenuales son pues árboles que cap-
tan el agua; por ejemplo, en estos momentos
tenemos musgos… entonces estos son colcho-
nes que captan el agua durante el invierno y
para cuando entra el verano ellos sueltan el
agua de poco a poco.
			 Aníbal Loyola
agua, lodo y piedras que afectarían a las
poblaciones asentadas aguas abajo.
El retroceso de los glaciares en la zona de
estudio es la evidencia más palpable del
cambio climático en Huasta y las observacio-
nes registradas científicamente coinciden en
gran parte con las de los pobladores locales.
Sin embargo, no se pueden atribuir automá-
ticamente todos los cambios o impactos per-
cibidos a efectos del cambio climático global,
ya que algunos, por ejemplo, se vinculan a
otros fenómenos climáticos, al alto grado de
variabilidad climática histórica y actual en
los Andes y también a acciones de la pobla-
ción, como la intensificación o el cambio de
uso del suelo o de otros recursos naturales.
Todo esto debe ser estudiado en detalle
para lograr información y explicaciones
respecto al aumento de la temperatura (o
a su disminución) y de la radiación, al
cambio de duración de las temporadas en
el año y al incremento de caudales por el
derretimiento glaciar como proceso si-
multáneo al paulatino secado de los pu-
quiales.
Los bosques de Polylepis
Actualmente, los árboles y bosques por
encima de los 3.000 msnm son muy esca-
sos en los Andes y entre ellos predomi-
nan eucaliptos, pinos y cipreses, especies
importadas. Los bosques naturales se
presentan raramente y están restringidos
a ciertos lugares, como laderas rocosas o
quebradas de difícil acceso. En estos re-
lictos dominan especies del género Po-
lylepis, como el quenual (árbol llamado
también queñoa, queñua, quinawiro o
queuña), de la familia Rosacea, género
endémico de los Andes que incluye entre
15 y 28 diferentes especies.
17
Los árboles de Polylepis poseen una cor-
teza compuesta por múltiples láminas del-
gadas y hojas pequeñas y resinosas, por lo
cual se adaptan en forma admirable a los
hábitats fríos y áridos de los altos Andes.
Son árboles con troncos inclinados y ra-
mas retorcidas que crecen normalmente
entre cinco y diez metros de altura. Ellos
soportan bien las fluctuaciones de tempe-
ratura entre día y noche y se adaptan es-
pecialmente a temperaturas bajas por sus
gruesas cortezas y su crecimiento en coji-
nes, con lo cual resisten el congelamiento.
Además, de estos árboles, en los bosques
de Polylepis existe un número importante
de plantas asociadas: otros árboles y ar-
bustos, musgos, bromeliáceas y algunos
helechos. Además, estos bosques son el
hábitat natural de muchos mamíferos, aves
e insectos, incluyendo especies endémicas
y aves raras. Se observa en todo caso que
la diversidad biológica está altamente
agregada en áreas reducidas, lo que proba-
blemente refleja condiciones ecoclimáticas
estables y especiales en estos lugares.
Una gran parte de los Andes tiene en los
bosques de Polylepis parte de su vegeta-
ción natural en altitudes entre 3.500 y
5.000 msnm. Hasta hace poco se conside-
raba que los lugares rocosos y difíciles
eran microhábitats favorables para el de-
sarrollo de estos árboles, pero reciente-
mente se ha atribuido esto tanto a la pre-
sión de actividades humanas durante mi-
les de años, en relación al pastoreo, como
a cambios bruscos en la vegetación antes
de la expansión humana en los Andes.
Se calcula que solo queda un 5% de su-
perficie de estos bosques en los Andes, la
cual en conjunto en el Perú sumaría solo
unos 1.000 km², apenas un 3% de su área
de expansión potencial. En el ámbito de
las cordilleras Blanca y Huayhuash se
La importancia de los
	 bosques de Polylepis
Los principales atributos y servicios eco-
sistémicos de estos bosques son los que
se mencionan a continuación:
•	 Generación de microclimas húmedos a
nivel local.
•	 Almacenamiento y regulación de agua,
que van liberando lentamente, a partir
de las plantas epífitas y musgos pre-
sentes en los bosques.
•	 Control de la erosión del suelo gracias
a la cobertura vegetal que propician y
a su germinación en suelos desnudos,
en el caso de algunas especies.
•	 Producción de materia orgánica y re-
tención de sedimentos y nutrientes de
zonas más altas.
•	 Generación de madera para leña, he-
rramientas y construcciones.
•	 Desarrollo de especies vegetales útiles
para el hombre, como alimentos, me-
dicinas, alimento para ganado y usos
rituales, entre otros. Todos estos servicios ecológicos y econó-
micos cumplen pues un rol central en la
ecología altoandina como hábitat de mu-
chas especies de plantas y animales y
para la formación de suelos, regulación
de agua y fuente de recursos para los ha-
bitantes locales, sin embargo, los bos-
ques de Polylepis son un ecosistema muy
amenazado actualmente.
calcula el área actual de bosque de Po-
lylepis en unos 200 km².
Los quenuales en Huasta:
conservación y reforestación
Menos del 4% del área de Huasta tiene bos-
ques de Polylepis –siendo los más importan-
tes los bosques de Jurao, Winco y Jupay-
marca–, aunque el distrito puede haber es-
tado cubierto con ellos hasta en un 90% de
su territorio. Sin embargo, esa superficie
actual de bosques es significativamente ma-
yor a las de bosques de los distritos vecinos.
En esos bosques se han identificado cua-
tro especies de Polylepis, siendo Polylepis
weberbaueri la predominante. Además, se
han observado diversas familias de plan-
tas, aves, artrópodos terrestres y mamífe-
ros pequeños, incluyendo entre estos a una
nueva especie para la ciencia pertenecien-
te al género Akodon.
En el bosque de Jurao, los comuneros
reconocieron 28 plantas útiles para ellos,
sin embargo, salvo las familias que inte-
gran los comités forestales, pareciera no
haber una marcada preocupación por
parte de la población con relación a estos
bosques ni a la deforestación. En todo
caso, actualmente, las principales ame-
nazas para su conservación son la mine-
ría informal y formal, el sobrepastoreo y
las quemas no controladas de pastizales.
En los bosques de Polylepis de la zona se
implementó, entre 2005 y 2009, el proyecto
Corredor de conservación de Polylepis en
el sur de los Conchucos, por parte del
Instituto de Montaña, para apoyar a las
comunidades en la restauración y conser-
vación de la biodiversidad andina alta-
mente amenazada. Entre los resultados
logrados por este proyecto se mencionan
la realización de acuerdos con las fami-
lias, la plantación de quenuales, la eva-
luación de la biodiversidad, el trabajo con
pastos naturales, el apoyo al procesa-
miento de leche y la difusión de la impor-
tancia de los bosques, entre otros.
El Comité Forestal de Huasta y
las prácticas de reforestación
En relación al proyecto mencionado, 24
familias de la Comunidad Campesina de
Huasta conformaron el año 2007 un Comité
Ahora, hace cuatro años, hemos estado cui-
dando más que todo el quenual. Sus hojas tie-
nen mucha importancia, las cortezas retienen
el agua de la atmósfera y las raíces absorben
agua en el subsuelo. Todas son importantes
sabiendo que allí existen muchas hierbas me-
dicinales y, bueno, casi la mayoría ya están lle-
gando a entender que tenemos que sembrar
quenuales para tener agua
			 Marilda Julca
20
21
Al igual que en muchas comunidades
altoandinas, en Huasta persisten una
serie de prácticas ancestrales que han
ayudado a sus pobladores a responder a
los desafíos de la variabilidad climática
a lo largo de las generaciones, prácticas
que hoy presentan un particular poten-
cial para la adaptación al cambio climá-
tico y que coexisten hoy en día con tec-
nologías contemporáneas.
Por un lado, con respecto al sistema de
andenes, interesa resaltar la conducción
del agua que proviene del subsuelo, es
decir, la que se almacena y discurre en
forma subterránea desde la Puna Grande,
donde se hallan las praderas naturales y
los bosques, los cuales permiten que el
agua de lluvia y de deshielo se filtre y dis-
curra por el subsuelo, hasta llegar a los
andenes. También, en la parte baja, se ha
construido un barraje o dique que almace-
na el agua y la distribuye a una pampa ad-
yacente, para regar los pastos naturales.
Por otro lado, en la zona de temporal o
ratay existe rotación de cultivos y des-
canso de suelos, lo que posibilita la re-
cuperación de nutrientes en el suelo.
Esta práctica tradicional es un método
de control fitosanitario y una forma de
cuidar terrenos para que no se dañen
irreparablemente, lo que, al mismo
tiempo, posibilita que sigan contribuyen-
do a la filtración de las aguas.
Otra práctica de cuidado de las praderas
se da en la Puna Grande, mediante un
calendario de acceso y sitios asignados,
donde las familias realizan prácticas de
rotación de pastoreo de rebaños.
Sin embargo, también hay que decir que
la quema de pastizales, una práctica tra-
dicional no adecuada para el medio am-
biente y la biodiversidad, se sigue reali-
zando con el objetivo de renovar los pas-
tos y generar rebrotes tiernos de fácil
digestión para el ganado.
Finalmente, existen algunas iniciativas
recientes para la adaptación al cambio
climático:
•	 La creación del Área de Conservación
Privada Microcuenca de Paria en 767
hectáreas de la cabecera de cuenca de
la Comunidad Campesina de Huasta,
que posee grandes bofedales, parches
Principales prácticas y tecnologías tradicionales
	 para la adaptación al cambio climático
de bosques de Polylepis y algunos gla-
ciares que son fuentes de agua y de
regulación hídrica para las partes ba-
jas de la comunidad. Esta ACP ha sido
recientemente reconocida en forma
oficial (29 de diciembre de 2011) y tie-
ne el objetivo de “conservar la diversi-
dad biológica de la microcuenca de
Paria y en especial los bosques de Po-
lylepis como reguladores del recurso
hídrico”, es decir, tanto el paisaje
como la flora y la fauna que se ven
amenazados.
•	 Un programa de conservación de re-
cursos naturales y culturales a través
del proyecto Cumbres-Costa para el
intercambio de conocimientos y el for-
talecimiento del rol de los pobladores
como agentes de cambio.
•	 La Mancomunidad Tres Cuencas, que
asocia a diez municipalidades de las
cabeceras de las cuencas de los ríos
Fortaleza, Pativilca y Santa, para im-
plementar políticas conjuntas sobre
recursos hídricos y gestión territorial.
Forestal, el cual continúa trabajando ac-
tualmente. Es un comité reconocido por la
comunidad y las familias que participan en
él usufructúan pastos en la zona cercana a
los bosques comunales. El Comité Forestal
tiene un reglamento interno, que ha sido
registrado con el Juez de Paz local y su fun-
cionamiento se basa en las estructuras fa-
miliares locales y en el compromiso de fo-
restación que han asumido sus integrantes.
Cada año, este comité se ocupa de cuidar
los bosques y reforestarlos con miles de
quenuales que sus integrantes siembran
en almácigos, para lo cual, sus integran-
tes han recibido entrenamiento en tecno-
logía forestal. De esta manera se está po-
tenciando el conocimiento tradicional so-
bre los bosques y se ha hecho evidente la
relación entre bosque y conservación del
agua y también aspectos como la hume-
dad de los terrenos, la importancia de la
biodiversidad, etc.
Algunos miembros del Comité Forestal
manifiestan que están comenzando a per-
cibir cambios a partir de su actividad de
reforestación, aunque son conscientes de
que es un proceso largo y de que los cam-
bios se irán notando poco a poco, en parte
porque los quenuales son plantas que
crecen lentamente. Ellos también están
decididos a conservar estos bosques y
comprometidos a evitar que se sigan ta-
lando y destruyendo.
Es muy alentador ver que los miembros
del Comité Forestal de Huasta están or-
gullosos de conservar sus bosques de
Polylepis, si bien son conscientes de los
desafíos de la conservación y de la nece-
sidad de involucrar a toda la población.
La experiencia de la Comunidad Campe-
sina de Huasta demuestra cómo las prác-
ticas, tecnologías y saberes ancestrales
han permitido a sus pobladores llevar
adelante una serie de acciones orientadas
a enfrentar presiones ambientales. Es no-
torio que la puna húmeda donde se locali-
za esta comunidad enfrenta un proceso
de intensificación de presiones climáticas
y la expresión de los comuneros en el
sentido de que “el clima está cambiando”
refleja esta percepción.
Tanto la erosión de los suelos y la esca-
sez de agua –que es la preocupación
central–, como lluvias más intensas, se-
quías más frecuentes y deshielo de gla-
ciares, son las manifestaciones más visi-
bles de estos cambios. Además, la pre-
sencia de truenos y el aumento de sis-
mos son fenómenos asociados por los
comuneros al cambio climático.
Huasta ha demostrado a lo largo del tiempo
una activa y dinámica adaptación al cambio
climático, la cual se refleja en el uso de
tecnologías y prácticas locales como la
construcción de andenes, el uso de espe-
cies alimenticias resistentes, la construc-
ción de reservorios y canales y la protec-
ción de bofedales y puquios, entre otras.
En el caso específico de esta comunidad,
los bosques de quenuales en Winco, Jurao
Huasta: Comentarios finales
y Jupaymarca han empezado reciente-
mente a tener un papel importante en los
esfuerzos por enfrentar los retos que im-
pone el cambio climático, ya que los co-
muneros no eran plenamente conscientes
de la relación entre bosques y conserva-
ción-adaptación ni de su papel en la provi-
sión de servicios ecosistémicos, es decir,
almacenamiento y retención de agua en
los bosques, control de la erosión de sue-
los, regulación del flujo de agua y produc-
ción de madera y productos no madera-
bles. Sin embargo, las actividades del Co-
mité Forestal de Huasta y de proyectos
relacionados con la protección de sus bos-
ques han empezado a generar una sensibi-
lización importante entre los pobladores en
cuanto a su relevancia crítica y a la posibili-
dad de revertir problemas relacionados a
la casi desaparición de esos bosques.
En ese sentido, empieza a haber mucha
mayor preocupación y conciencia sobre
cómo los bosques de quenuales pueden
contribuir paulatinamente a mejorar las
condiciones ambientales en la localidad
y, por ello, hay también mayor compro-
miso en actividades de reforestación.
Es interesante notar cómo el caso de la
Comunidad Campesina de Huasta refleja
la forma en que puede verificarse y com-
probarse puntualmente en el ámbito lo-
cal acciones muy notorias de adaptación
al cambio climático, sin apoyo del Estado
e incluso con políticas públicas inexis-
tentes en lo normativo e institucional.
Por otro lado, es también relevante apre-
ciar la manera en que la organización
comunitaria en Huasta ha generado es-
tructuras institucionales –algunas de las
cuales ciertamente provienen de tradi-
ciones y saberes ancestrales– que distri-
buyen las tareas, muchas de las cuales
están dirigidas continuamente a enfren-
tar problemas e impactos ambientales.
Recomendaciones preliminares
a nivel de políticas
En relación a la necesidad de aportar en
los procesos de adaptación al cambio cli-
mático, en Huasta es posible identificar
algunas áreas de trabajo e incidencia,
siendo las principales las siguientes:
•	 Desarrollo de estrategias regionales y
locales de adaptación, gestión y mane-
jo de Polylepis consideradas como par-
te de las estrategias de creciente inte-
racción entre el Ministerio del Ambien-
te y los gobiernos regionales.
•	 Mayor investigación científica sobre los
efectos de reforestación y conservación
con Polylepis como estrategia para
mantener servicios ambientales que
son críticos para la Comunidad Campe-
sina de Huasta.
•	 Difusión de las experiencias del Comi-
té Forestal de Huasta respecto al ma-
nejo y gestión de bosques para contri-
buir a entender mejor cómo la organi-
zación social de base y comunitaria
puede aportar a los procesos de adap-
tación al cambio climático.
25
26
La Comunidad El Chino en Tamshiyacu:
una larga tradición de adaptación
a los cambios del clima (Loreto)
En Tamshiyacu (Loreto), se ha buscado entender, a partir de conversaciones y del
análisis de imágenes con miembros de la Comunidad Campesina El Chino, el accio-
nar cotidiano y tradicional de adaptación al cambio climático. En especial, se trata de
comprender y de mostrar cómo los recursos disponibles, especialmente en cuanto a
flora y fauna en ecosistemas tan diversos, logran ser gestionados a partir de prácti-
cas y conocimientos que históricamente se vienen aplicando para enfrentar las pre-
siones del entorno, incluyendo las relacionadas con el cambio climático. Las
comunidades amazónicas vienen practicando desde hace siglos una economía de
adaptación, recolección y cultivos rudimentarios y han acumulado tal flexibilidad que
en algunos casos su capacidad de adaptarse es tan rápida como los cambios, lo cual
suele ser aprendido también por los colonos inmigrantes. ¿No es justamente la dis-
minución del tiempo entre los cambios y la adaptación nuestra gran preocupación?
En el caso de El Chino la población logró proteger sus recursos contra los invasores que
trabajan para los mercados urbanos, a través de lo cual y después de más de 20 años de
lucha, llevó a proponer y conseguir la
creación del Área de Conservación Regio-
nal Comunal Tamshiyacu Tahuayo (ACR
CTT), que es vigilada por los propios po-
bladores de la zona de amortiguamiento.
La primera fase de documentación e in-
terpretación de las imágenes y testimo-
nios asociados a la adaptación en la
comunidad El Chino fue llevada a cabo
por la Sociedad Peruana de Derecho Am-
biental (SPDA) a través de la interacción
en el lugar con los pobladores. En la or-
ganización y apoyo de este trabajo y en
el análisis de la información resultante,
el Centro Peruano de la Biodiversidad y
la Conservación ha jugado un papel im-
portante. Esta institución, además, ha
elaborado el estudio de caso del cual
27
este documento de síntesis se deriva, lo
cual estuvo a cargo del biólogo Alberto
Giussepe Gagliardi-Urrutia. Adicional-
mente, el Procrel, a través del equipo
que dirige y atiende el ACR CTT, ha apo-
yado el taller realizado por el equipo de
documentalistas.
El Centro Peruano de la Biodiversidad y la
Conservación es una organización que
focaliza sus esfuerzos y capacidades téc-
nicas en la conservación y promoción de
la gestión sostenible de los ecosistemas
amazónicos. Su sede central se encuen-
tra en la ciudad de Iquitos.
Una comunidad
en la Amazonía
La Comunidad Campesina El Chino fue
fundada en 1962, reconocida como tal el
año 2011 y actualmente está realizando el
proceso de titulación comunal de su terri-
torio. Está ubicada en la margen derecha
del río Tahuayo, en el Distrito de Fernan-
do Lores (Provincia de Maynas, Departa-
mento de Loreto) y es parte de la zona de
amortiguamiento del Área de Conserva-
ción Regional Comunal Tamshiyacu Ta-
huayo (ACR CTT).
La población de El Chino habita las plani-
cies de inundación de la cuenca amazóni-
ca de la zona y consiste aproximadamente
de 213 habitantes agrupados en 44 fami-
lias. Esta población es considerada como
ribereña y está formada por grupos mes-
tizos, indígenas y descendientes de inmi-
grantes extranjeros.
La comunidad cuenta con instituciones
educativas de nivel inicial, primario y se-
cundario. También con servicio de electri-
cidad y telefonía, con un bote motorizado y
un equipo de radiofonía. El acceso a ella
La extracción de recursos naturales sil-
vestres mediante pesca, caza y recolec-
ción se realiza en El Chino mayormente
para el autoconsumo y en base a acuerdos
comunales. La principal de estas activida-
des es la pesca, que se lleva a cabo duran-
te todo el año, aunque con diferencias de
acuerdo a la creciente y la vaciante, que
condicionan los lugares y aparejos de
pesca a ser usados. La pesca es además
la más importante fuente de proteínas en
la comunidad y una de las principales
fuentes de ingresos económicos, ya que
se vende pescado tanto en la misma co-
munidad como en Tamshiyacu e Iquitos.
Durante el período de vaciante, la mayor
parte de la pesca tiene lugar en las co-
chas, para lo cual se utilizan trampas
(redes de nylon dejadas en las cochas
durante la noche), arpones (llamados
localmente flechas) y anzuelos. Las prin-
cipales especies pescadas en tiempo de
vaciante son acarahuazu, tucunaré, bo-
quichico, sábalo cola roja y palometa.
Durante la creciente se pesca principal-
mente en las quebradas que fluyen hacia
el río Tahuayo y en los bosques inunda-
dos; en esta época las trampas son deja-
das en medio del bosque o cerca de
árboles frutales y también se usan espi-
neles (series de anzuelos que cuelgan de
un hilo sujetado a dos árboles). En esta
época se pesca sobre todo zúngaro don-
cella, paco y tucunaré.
El producto de la caza (carne y pieles) es
destinado también al autoconsumo y la co-
mercialización. Existen acuerdos comuna-
les que fijan las cuotas de caza por familia y
el tiempo en que puede realizarse esta acti-
vidad. Por sus pieles se caza principalmen-
te sajino y huangana. Para la caza existe un
proyecto piloto de certificación de pieles.
Entre los principales recursos forestales
no maderables aprovechados se encuen-
tran las hojas de irapay (que se usan para
elaborar crisnejas para techos) y diversas
lianas (utilizadas como sogas), semillas y
cortezas de árboles (para confección de
artesanías y artículos domésticos), entre
otros. También se usa madera para la
construcción de viviendas.
Los comuneros de El Chino, adicionalmen-
te, aprovechan diversos frutos del bosque,
como aguaje y camu camu, que son desti-
nados principalmente a la venta en Iquitos,
aunque en los últimos años la disponibili-
dad de estos frutos ha disminuido, lo cual
afecta los ingresos de los comuneros.
Usando racionalmente
	 los recursos naturales de la Amazonía
se realiza mediante vía fluvial, con embar-
caciones de transporte público: los “botes
colectivos” que realizan diariamente la
ruta Iquitos-El Chino a través de Tamshi-
yacu, ruta de 89 kilómetros que tarda nue-
ve horas en recorrerse. También existen
en este trayecto embarcaciones particula-
res, los llamados “rápidos”.
A lo largo del año, el clima somete a la
comunidad a procesos dinámicos, que
cambian las actividades sociales, de sub-
sistencia y de salud. Así, durante los pe-
riodos de inundación, entre noviembre y
mayo, el transporte fluvial se realiza en
canoas, las actividades comunales se
orientan a arreglar los estragos del agua
y la humedad en los bienes comunales y
se incrementan las mingas (trabajos co-
munales) tanto para la cosecha de yuca
como para su procesamiento en fariña;
por otra parte, se incrementan las enfer-
medades infectocontagiosas.
El Chino cuenta con autoridades propias
(el presidente y otras autoridades comu-
nales) y estatales (el teniente gobernador,
el agente municipal y otras). En esta co-
munidad existe un importante nivel de
participación en las decisiones que se to-
man en asambleas comunales, por ejem-
plo, decisiones de gestión respecto al
ingreso de agentes externos (como em-
presas o científicos), a la construcción de
locales comunales, cuotas en materiales
o aprovechamiento de recursos naturales,
etc. En esta comunidad existen también
otras organizaciones, como diversos comi-
tés de artesanas y de manejo del bosque.
El clima y la diversidad
de recursos en El Chino
El clima en esta comunidad presenta dos
temporadas bien definidas: creciente en-
tre noviembre y mayo, con lluvias abun-
30
dantes y tierras y bosques inundados; y
vaciante entre junio y octubre, con menos
lluvias y aguas retiradas hacia el canal
principal del río y de los lagos o cochas.
La precipitación anual varía entre 2.800 y
3.200 mm y la temperatura promedio es
de 26 °C, observándose una tendencia a
su incremento, que ha sido de aproxima-
damente dos grados, según datos obteni-
dos desde hace 15 años. También se
aprecia un aumento de alrededor de 35%
en las precipitaciones en los meses de
más lluvia. La mayor parte de los últimos
años han sido muy cálidos en la región y
se han presentado además sequías extre-
mas los años 2005 y 2010, en las cuales
se incrementa la mortalidad de árboles.
Tanto las sequías como la expansión
agrícola, la deforestación y los incendios
en la cuenca amazónica son importantes
agentes de perturbación y conducen a
cambios y pérdidas de carbono, así como
a cambios climáticos, poniendo en peli-
gro la capacidad de resiliencia de la
Amazonía.
Los recursos naturales de estos territo-
rios son utilizados por los comuneros y,
en su mayor parte, se trata de la flora y
fauna existentes en el ACR CTT que es
muy. En cuanto a flora, se estima que hay
entre 2.500 y 3.500 especies de plantas, y
en fauna silvestre también existe una di-
versidad extraordinaria: se han registrado
240 especies de peces, 92 de anfibios, 65
de reptiles, 530 de aves y gran cantidad
de mamíferos, incluyendo especies ame-
nazadas de extinción. La zona, a pesar de
la fuerte explotación del bosque ocurrida
hacia fines del siglo XIX para la extracción
de caucho, se encuentra realmente en
buen estado de conservación y la vida ani-
mal se ha recuperado.
Actividades económico-
productivas: agricultura,
comercio, turismo
Los pobladores de El Chino llevan a cabo
diversas actividades económicas para su
manutención, muchas de las cuales son
de autosubsistencia: por un lado, agricul-
tura y crianza de animales menores; por
otro, caza, pesca, extracción forestal no
maderable y recolección; también se debe
mencionar que realizan actividad turística
y elaboran artesanías. Todas estas activi-
dades son realizadas en diferentes mo-
mentos y circunstancias durante el año,
en relación al clima y las épocas de cre-
ciente y vaciante de los ríos.
31
Hemos hecho un acuerdo entre la comunidad,
hemos puesto ese cupo de sacar cinco maja-
ces cada dos meses y si es huangano o sajino,
o venado colorado, son cuatro animales gran-
des nomás, tres para negocio y uno es para el
sustento para el hogar.
			 Rister Guevara
Desde inicios de la década del 2000 en El
Chino se elabora artesanía decorativa y
utilitaria en base a fibras vegetales, espe-
cialmente la chambira (Astrocaryum
chambira) que crece en forma silvestre y
se extrae de manera sostenible. Con la
fibra de chambira se producen cestos y
figuras de animales.
La actividad artesanal se inició a través del
comité de artesanas El Guacamayo, que
logró su formalización hacia el año 2002
para poder comercializar sus productos
para turistas en ferias comunales, donde
se empezaron a ofrecer objetos tallados en
madera, dibujos grabados sobre huingo,
collares de semillas, shicras (bolsas), etc.
Más adelante, en el año 2007, se decidió
producir cestos tejidos con fibra de cham-
bira. Para ello, las mujeres se capacitaron
con la idea de mejorar la calidad del tra-
bajo que venían realizando, fortalecer su
organización, lograr prácticas no destruc-
tivas de cosecha del cogollo (hoja terminal
de la chambira) y recuperar técnicas tra-
dicionales de teñido con tintes naturales,
entre otros aspectos. Además, se creó la
empresa comunal Mi Esperanza para ex-
portar los cestos, que está formada por
artesanas de las comunidades El Chino,
Buena Vista, Esperanza y Santa Cruz.
Paralelamente, se implementaron acuer-
dos de manejo de la chambira y sancio-
El camino de la artesanía de chambira
nes a su incumplimiento, estableciendo
que cada artesana debe tener como mí-
nimo una parcela de media hectárea re-
forestada en chacras ya existentes y la
prohibición de la tala de chambira y del
bosque natural en general. El corte del
cogollo de chambira se puede hacer cada
seis meses por un tiempo estimado de
diez años de vida de la planta.
Esta actividad ha fortalecido el rol de
la mujer en la comunidad y en su fami-
lia, ya que ella es la encargada del pro-
ceso productivo en conjunto, aunque
participa también el esposo, que suele
hacer la cosecha de cogollos, y los hijos,
que ayudan en la comercialización de
los productos. Esta artesanía, pues, está
contribuyendo a mejorar los ingresos
económicos de los comuneros y, por lo
tanto, sus condiciones de vida.
Sin embargo, el cambio climático, a tra-
vés de eventos como sequías e inunda-
ciones extremas, está afectando la
reforestación reciente, puesto que algu-
nas parcelas que antes no se inundaban
ahora se suelen cubrir de agua provocan-
do la muerte de los nuevos árboles. Ello
hace necesario reforestar en zonas más
altas. Asimismo, cuando hay sequía los
plantones no se desarrollan adecuada-
mente y requieren un cuidado adicional.
Sin embargo, muchas parcelas fueron
reforestadas con chambira hace varios
años y están disponibles para su aprove-
chamiento.
En el año 2010, un total de 17 mujeres de
El Chino tenían parcelas reforestadas de
media hectárea, cada una con un prome-
dio de 231 plántulas. Asimismo, maneja-
ban 41 hectáreas de rodales naturales de
chambira. A partir de esto, mensualmen-
te, se utilizan 608 cogollos de rodales na-
turales exclusivamente para la confección
de cestos y 35 para otros tipos de arte-
sanía, como shicras, hamacas, etc.
La producción agrícola se lleva a cabo
principalmente en parcelas o chacras
en la planicie inundable durante la épo-
ca de estiaje. Las parcelas agrícolas
tienen alrededor de una hectárea de
extensión y en ellas se siembra yuca,
maíz, plátano, frejol, sandía, melón,
piña, palta y cocona, entre otros culti-
vos. Las chacras son la fuente primor-
dial de obtención de alimentos y de
ingresos económicos, cuando sus pro-
ductos se comercializan. También se
siembra algunas especies en terrazas
altas (llamadas restingas), como umarí,
piña y, recientemente, chambira (Astro-
caryum chambira) para la confección de
diferentes objetos de artesanía.
Los productos que se comercializan –
tanto agrícolas y artesanales como obte-
nidos en el bosque– son trasladados en
los botes colectivos que hacen la ruta por
las comunidades del río Tahuayo, cuyos
conductores también actúan como aco-
piadores de productos. Se realizan ventas
y compras, pero también intercambio de
productos, aunque no siempre mediante
un comercio justo. Por otra parte, los po-
bladores de El Chino venden las arte-
sanías que elaboran mediante una
empresa en la que están involucradas
artesanas de cuatro comunidades del río
Tahuayo y también las ofrecen a los turis-
tas en ferias de artesanías cuando ellos
visitan la zona.
34
Esta área protegida, en cuya zona de
amortiguamiento se encuentra la comuni-
dad El Chino, se encuentra ubicada en el
departamento de Loreto, en los distritos
Fernando Lores (Maynas), Yavarí (Mariscal
Ramón Castilla) y Sapuena y Yaquerana
(Requena). Se trata de terrenos situados
entre las cuencas de los ríos Amazonas,
Ucayali, Yavarí, Tamshiyacu y Tahuayo, en
los que se identifican diferentes zonas:
bosques de llanura aluvial, terrazas bajas,
medias y altas y, especialmente, bosques
de colinas. En los bosques de terrazas
existen pequeñas áreas sobre arena
blanca pobre en nutrientes; asimismo en
las terrazas bajas y llanuras fluviales hay
aguajales o pantanos de la palmera Mauri-
tia flexuosa, que tienen una elevada im-
portancia ecológica y económica.
La gestión del territorio y los recursos
naturales en El Chino tiene una historia
que empieza por lo menos en la década de
1980, cuando los pobladores de la zona
empezaron a proteger recursos naturales
que eran extensivamente explotados por
residentes locales y por personas prove-
nientes de Iquitos. En ese momento, ellos
comenzaron un sistema de control en base
a acuerdos comunales prohibiendo la
La creación del Área de Conservación
Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo: un
proceso exitoso impulsado desde la comunidad
extracción de recursos por foráneos. Esto
fue reconocido e impulsado por diversos
científicos que recomendaron destinar tal
territorio a la conservación.
A partir de esto, en 1991, el entonces
gobierno regional estableció la Reserva
Comunal Tamshiyacu Tahuayo, como
producto de la coalición entre las comuni-
dades locales y los investigadores que
trabajaban en la zona de Tahuayo y Que-
brada Blanco. Sin embargo, ello quedó en
suspenso tras la derogación en 1992 del
código ambiental hasta entonces vigente,
pero no impidió la continuación de las
actividades de conservación bajo la con-
ducción de líderes comunales y, a partir
del 2003, mediante un comité de gestión.
A los esfuerzos de los comuneros, se
sumaron el Gobierno Regional de Loreto y
diversas instituciones estatales y privadas,
de manera que el año 2007 se aprobó la
gestión de la propuesta de la ACR CTT,
cuyo establecimiento se concretó en 2009.
En la actualidad la comunidad El Chino es
apoyada por el PROCREL e instituciones
que trabajan en la zona, para realizar
ajustes técnicos en los acuerdos comuna-
les y las acciones de manejo de los recur-
sos naturales.
Así, las comunidades asentadas en la zona
de amortiguamiento de Tamshiyacu Ta-
huayo tienen una larga historia de manejo
de recursos naturales y un mecanismo
particular de cogestión que las mismas
realizan, utilizando en forma tradicional
los recursos naturales existentes en el
área de conservación, dado que dentro de
ella no habitan grupos humanos.
En la comunidad, adicionalmente, se
brindan diferentes formas de servicios
turísticos: turismo vivencial mediante
alojamiento en casas de comuneros y
desarrollo de actividades cotidianas; tu-
rismo chamánico o místico, que consiste
en la realización de sesiones ceremonia-
les en las cuales se toma ayahuasca; y
también trabajo como personal de lim-
pieza o de servicio para el albergue tu-
rístico ubicado en las cercanías de la
comunidad o como guías locales en la
Reserva Nacional Pacaya Samiria.
Percepción y adaptación de
la comunidad al clima
y a sus cambios
Los pobladores de la Comunidad Campe-
sina El Chino vienen percibiendo los cam-
bios del clima en los últimos años tanto
en las ausencias prolongadas de lluvias
como en las crecientes y vaciantes retra-
sadas y más extremas. Así, cuando llega
la inundación no les da tiempo suficiente
para cosechar e incluso se inundan zonas
donde antes eso no ocurría, de manera
que en algunos casos se ha debido mover
los cultivos a zonas más altas. En cuanto
a las sequías, ellos observan que afectan
a las plantas que siembran: las yucas no
crecen, hay que regar los cultivos y cui-
darlos y algunos frutos no se desarrollan
bien, como la sandía y el camu camu.
A causa de estos cambios, los comuneros
aprovechan otros recursos existentes en el
bosque. Esta facilidad de adecuarse se
debe a los constantes cambios climáticos a
los que ellos son sometidos año tras año.
Las actividades de aprovechamiento y ma-
nejo sostenible de los recursos naturales
en la zona dependen en gran parte de la
fuerza de la organización comunal. Aun-
que existen conflictos que pueden condi-
cionar el accionar de la comunidad, esta
tiene una larga historia de organización y
experiencia en resolución de problemas y
en realización de acuerdos, lo cual redun-
da positivamente en el manejo de sus re-
cursos naturales. Así, la organización
comunal es la principal fortaleza local
para la adaptación al cambio climático.
Una muestra de ello son los mecanismos
de control, vigilancia y sanción, los cuales
se respetan con regularidad y son pues-
tos en práctica por los mismos comune-
ros, de manera que logran una efectiva
protección del ACR CTT y de los territo-
rios comunales para disminuir la presión
sobre la flora y la fauna silvestres, lo que
El clima ha cambiado bastante. En estos últi-
mos años hay mucho sol, mucho verano. An-
tes no se sentía así, ahora el sol demasiado
quema. También hay bastantes vientos y re-
lámpagos ahora en estos tiempos.
			 Romelia Huanaquiri
37
Cocha es la denominación regional que se
da a los cuerpos de agua –similares a la-
gos– que se forman a partir de los mean-
dros abandonados de los ríos. Inicialmente,
las cochas tienen conexión de entrada y
salida con el río, conexión que con el trans-
currir del tiempo se va cerrando, de mane-
ra que años después solo tienen contacto
con el río que les dio origen en las inunda-
ciones grandes. En general, las cochas
tienen gran importancia ecológica y eco-
nómica, puesto que albergan especies de
peces de gran valor, como tucunaré, aca-
rahuazú y gamitana.
En la zona de Tahuayo, el manejo de cochas
tiene una larga historia, inicia en la década
de 1980 mediante acciones comunales en la
comunidad El Chino con el objetivo de prohi-
bir a las personas extrañas ingresar a
ellas a pescar. Esta iniciativa llevó a diver-
sas ONGs y entidades públicas a involucrar-
se e implementar proyectos para mejorar
la capacidad de manejo de recursos natu-
rales por los pobladores. Así, a través de
los años los mecanismos de manejo, con-
trol y vigilancia de las cochas han ido me-
jorando y adaptándose a los cambios.
Actualmente, los comuneros han incorpo-
rado, junto al acompañamiento del equipo
técnico del ACR CTT, el manejo de la con-
servación de las cochas y su categorización
de acuerdo a su uso, con lo cual se han
Las cochas y su manejo
establecido los reglamentos y mecanismos
de control y vigilancia para fijar cuotas
de pesca y definir los tipos de aparejos a
usarse, así como las sanciones por el in-
cumplimiento de los acuerdos comunales.
De tal manera, las cochas han sido clasi-
ficadas en los siguientes tipos:
•	 Cochas de uso múltiple: tienen buena
productividad pesquera; se permite la
pesca y la captura controlada de taricaya.
•	 Cochas para pesca de subsistencia: su
alta explotación comercial o la reduc-
ción del agua ha determinado que solo
se permita pescar en ellas para el sus-
tento diario familiar.
•	 Cochas de uso comercial: son grandes
y en ellas se realiza una importante
actividad de pesca; generalmente se
encuentran alejadas de la comunidad,
por lo que se explotan en visitas de
varios días. Su lejanía las hace difíciles
de controlar.
•	 Cochas en descanso: su productividad
es limitada porque han sido sobreex-
plotadas. Se prohíbe su uso por pe-
riodos de dos a cinco años para que
la población de peces pueda recupe-
rarse.
39
redunda en menor erosión de los suelos y
orillas de la región.
La flexibilidad es algo característico de
los pobladores amazónicos, que ha sido
forjado por los cambios cíclicos del am-
biente, que los han hecho capaces de
adaptarse a las circunstancias en el con-
texto de elevada diversidad biológica en
el medio ambiente que habitan. De esta
manera, ante la ausencia de un recurso
natural, tienen la disponibilidad en el
bosque de reemplazarlo por otro similar
y, ante la prolongación de la temporada
de inundación en una zona, son flexibles
para migrar temporalmente a otras no
inundables.
La persistencia de una
adecuada utilización de los
recursos naturales
Tradicionalmente, como ya se ha visto, los
pobladores de El Chino usan en forma co-
tidiana los recursos naturales de la zona,
tanto de la fauna que consiguen a través
de la pesca y la caza como de especies de
flora que recolectan para diversos usos.
Estos recursos son mayormente obteni-
dos de los bosques ubicados en los alre-
dedores de la comunidad y también en el
ACR CTT, según los acuerdos comunales
existentes.
La extracción de recursos del bosque
amazónico se hace para satisfacer direc-
tamente las necesidades de la población
y también para que ella obtenga el dinero
que necesita para comprar los bienes y
servicios que consume.
Con el objetivo de recuperar y conservar
la fauna silvestre, desde la década de
1980 en la zona del río Tahuayo se llevan
a cabo iniciativas para el manejo comu-
nal de este recurso mediante lineamien-
tos básicos que establecen lo siguiente:
una cantidad definida de animales que
se pueden cazar por persona para su
venta, limitaciones de acceso para per-
sonas foráneas, orientación de la caza a
animales machos, veda de primates
grandes y de sachavaca y vigilancia co-
munitaria sectorial. Para lograr cumplir
con estos lineamientos se realiza un re-
gistro de la caza, el cual es monitoreado,
y también se llevan a cabo censos de
fauna de caza. Ambas actividades son
realizadas por la ONG WCS en coordina-
ción con PROCREL y los comuneros. A
través de estos instrumentos, pues, se
muestra que la caza es sostenible mien-
tras se respeten acuerdos al respecto,
como los que han sido establecidos por
las comunidades de la zona de amorti-
guamiento de la ACR CTT.
Sin embargo, no deja de haber proble-
mas, por ejemplo, la extracción ilegal de
recursos forestales maderables, lo cual
además ha resultado facilitado con los
cambios en el clima de los últimos tiem-
pos. Sucede que, a causa de las altera-
ciones climáticas, las inundaciones
extremas y continuas facilitan el trans-
porte fluvial de los troncos porque cau-
san la crecida de los ríos. De esta
manera, pues, se viene “estimulando” el
incremento de extracción de árboles. Y
esto no puede ser controlado totalmente
con los mecanismos comunales e institu-
cionales existentes.
40
La palmera de chambira para mí no es una
palmera que quizás trae riesgos a la chacra,
a lo contrario, trae economía porque por me-
dio de esa palmera podemos vender nuestras
artesanías y colaborar con la casa.
			 Olivia Lopez
Conocimientos
y tecnologías tradicionales
de la población amazónica
frente a los cambios del clima
Los cambios actuales en el clima están
afectando la vida vegetal y animal al im-
pedir la floración o fructificación adecua-
da de las plantas, tanto naturales como
cultivadas, lo mismo que el desplaza-
miento temporal de la fauna silvestre y
la muerte de peces y pérdida de sus hue-
vos, fenómenos que afectan directamente
la soberanía alimenticia de los poblado-
res de esta región. Hay otros efectos per-
judiciales adicionales del cambio de
clima, por ejemplo, cuando se producen
sequías, el transporte fluvial se inte-
rrumpe o al menos se dificulta y enton-
ces disminuye la posibilidad de
comunicarse para la población.
Sin embargo, los pobladores amazónicos
tradicional y ancestralmente se han adap-
tado a ciclos de inundación y sequía, lo cual
los ayuda en la actualidad a enfrentar los
cambios abruptos que están comenzando a
afectar sus actividades en los últimos años,
cambios que implican reaccionar más rápi-
damente ante su presencia.
Tal proceso de adaptación tiene un funda-
mento básico en la organización comunal,
la cual ha diseñado y establecido planes
de manejo de los recursos naturales ob-
tenidos tradicionalmente para el aprove-
chamiento sostenible de la población. Es
decir, se trata de un manejo que permite
la disponibilidad de unos recursos cuando
otros son afectados por los cambios cli-
máticos.
Todo esto muestra que los comuneros de
El Chino, como históricamente hacen y
han hecho los campesinos de muchas
áreas del mundo, se dan cuenta de la im-
portancia de la decisión que tomaron hace
cerca de treinta años respecto a cuidar
sus bosques, gracias a lo cual ahora tie-
nen abundancia de peces y de animales de
caza, además de rodales naturales. De lo
contrario, en la actualidad estarían como
otras comunidades que ya no tienen re-
cursos naturales para ser aprovechados.
Se hace obvio, pues, que la capacidad de
adaptación y la realización de acciones
que lleven al desarrollo sostenible son
necesarias a corto y a largo plazo para
hacer frente a los impactos del calenta-
miento global. De ahí la importancia de la
creación y gestión de áreas naturales pro-
tegidas y bosques, entre otras acciones
posibles de implementar.
41
El buen estado de conservación de los
bosques y la elevada diversidad biológica
de la zona en la cual se ubica la Comuni-
dad Campesina El Chino juegan un rol de-
terminante en los procesos que en ella se
han establecido para adaptarse al cambio
climático. Además, es un proceso que se
retroalimenta, porque mientras se man-
tengan condiciones saludables del bos-
que, la capacidad de adaptación al cambio
climático mejora. Pero todo ello sucede
también gracias a las características de
adaptabilidad y flexibilidad frente a los
cambios climáticos de la población, lo
cual le ha permitido mantenerse a través
de la historia en la Amazonía.
Se trata, pues, de un proceso continuo y
de larga duración, gracias al cual los po-
bladores se benefician aprovechando en
forma sostenible los recursos naturales y
adaptándose de una manera adecuada al
cambio climático, el cual se manifiesta
en el aumento de la temperatura y las
precipitaciones, lo cual determina inun-
daciones extremas y extemporáneas, lo
mismo que sequías. Todo ello significa
inestabilidad e imposibilidad de predic-
ción y está empezando a generar presio-
nes, por ejemplo, deforestación por la
facilidad que ofrece el transporte fluvial.
En El Chino se realizan actividades de pes-
ca, caza y agricultura, así como recolec-
El Chino (Tamshiyacu):
	 Consideraciones finales
ción y reforestación, estando el manejo de
los recursos naturales basado en la orga-
nización y gestión comunales, con princi-
pios y reglas de reciprocidad y solidaridad
debidamente acordadas como parte de la
organización social.
Frente a las presiones ambientales, los
comuneros tuvieron la iniciativa de imple-
mentar hace tres décadas mecanismos de
adaptación basados en el manejo y la ges-
tión de los recursos y el espacio. Particu-
larmente relevante es el trabajo de gestión
de cochas, que están hoy en día muy afec-
tadas por las inundaciones, de manera
que la vigilancia y el monitoreo desde la
propia comunidad permiten organizar su
acceso y su uso.
En relación a ello, el establecimiento y la
gestión participativa del Área de Conserva-
ción Regional Comunal Tamshiyacu Tahua-
yo contribuye a mejorar las condiciones de
adaptabilidad de la población de El Chino
frente a los impactos generados por el
cambio climático.
Recomendaciones preliminares
a nivel de políticas
•	 Es importante mantener y consolidar el
trabajo que se realiza desde el PROCREL
con relación al manejo del Área de Con-
servación Regional Comunal Tamshiyacu
Tahuayo, lo que incide en las posibilida-
des de continuo aprovechamiento y ma-
nejo de los recursos naturales por parte
de la Comunidad Campesina El Chino.
Esto incluye, por ejemplo, fortalecer el
trabajo del comité de gestión para apo-
yar el manejo y la gestión del espacio y
sus recursos de forma concertada entre
los diferentes actores de la zona.
•	 Se debe hacer lo posible por mantener
niveles bajos (en comparación con otras
regiones) de intervención y presión sobre
el bosque en esta región amazónica, es-
pecialmente en cuanto a extracción fo-
restal. Además, hay que considerar que
ello se basa en conocimientos tradicio-
nales de la comunidad que deben trans-
mitirse a su población joven. Todo esto
ofrece garantía de servicios ambientales
a los ecosistemas de las comunidades de
la zona de amortiguamiento del ACR CTT.
•	 Los procesos marco de ordenamiento
territorial en la Región Loreto deben
tomar en consideración los avances y
progresos en el manejo y gestión de los
recursos de la Comunidad Campesina
de El Chino y propiciar su sostenibilidad
en el tiempo.
•	 Las instituciones públicas y privadas que
apoyan a los comuneros de El Chino en
la gestión y manejo del territorio y los
recursos naturales deben entender que
tales procesos son de largo plazo y que
es importante priorizar el fortalecimien-
to organizacional y la mejora de las ca-
pacidades de los comuneros, lo mismo
que su participación en diversas instan-
cias regionales, especialmente en la co-
gestión del ACR CTT.
43
El año pasado la creciente del río subió hasta la mitad de esta
casa. Este año ha subido casi un metro más. A tapado toda la
cancha de fútbol.
			 Estelita Loayza
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental
www.spda.org.pe/
www.cambia.pe
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
www.iucn.org
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
www.aecid.es

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  • 1. El Clima Cambia, Cambia Tú También Adaptación al cambio climático en comunidades locales del Perú
  • 2.
  • 3. El clima Cambia, Cambia Tú También. Adaptación al cambio climático en comunidades locales del Perú Responsables del proyecto Manuel Ruiz Muller Thomas J. Müller Lucía Flórez Edición de contenidos Eleana Llosa Fotografía Thomas J. Müller Diseño y diagramación Renzo Rabanal Impresión Primera edición, marzo de 2012 Lima, Perú Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº xxxxxxx Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) Av. Prolongación Arenales 437, Miraflores postmast@spda.org.pe
  • 4. Índice Presentación...................................................................................................................5 Multiplicando los bosques de quenuales en Huasta (Áncash)...................................7 Huasta: una comunidad de valle interandino............................................................8 Huasta y el valle interandino donde se encuentra....................................................9 La comunidad, su organización y las instituciones locales.....................................10 Cambios sociales contemporáneos en Huasta.......................................................11 Agricultura y ganadería: principales actividades de la población ..........................11 Principales prácticas y tecnologías tradicionales y recientes para la adaptación al cambio climático..............................................12 Recursos naturales en la comunidad de Huasta.....................................................14 Efectos documentados de las variaciones climáticas en la región ........................15 La población de Huasta percibe las variaciones climáticas....................................16 Los bosques de Polylepis.........................................................................................17 La importancia de los bosques de Polylepis...........................................................19 Los quenuales en Huasta: conservación y reforestación........................................20 El Comité Forestal de Huasta y las prácticas de reforestación...............................20 Principales prácticas y tecnologías tradicionales para la adaptación al cambio climático...............................................................21
  • 5. Huasta: Comentarios finales...................................................................................24 Recomendaciones preliminares a nivel de políticas...............................................25 La Comunidad El Chino en Tamshiyacu: una larga tradición de adaptación a los cambios del clima (Loreto).......................27 Una comunidad en la Amazonía ..................................................................................28 Usando racionalmente los recursos naturales de la Amazonía.................................29 El clima y la diversidad de recursos en El Chino ........................................................30 Actividades económico-productivas: agricultura, comercio, turismo ........................31 El camino de la artesanía de chambira........................................................................32 La creación del Área de Conservación Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo: un proceso exitoso impulsado desde la comunidad..............................................35 Percepción y adaptaciónde la comunidad al clima y a sus cambios...........................37 Las cochas y su manejo................................................................................................38 La persistencia de una adecuada utilización de los recursos naturales.....................40 Conocimientos y tecnologías tradicionales de la población amazónica frente a los cambios del clima................................................................................41 El Chino (Tamshiyacu): Consideraciones finales.........................................................42 Recomendaciones preliminares a nivel de políticas....................................................43
  • 6. El Proyecto El Clima Cambia, Cambia Tú También es una iniciativa impulsada por la oficina regional para América del Sur de la Unión Mundial de la Naturaleza (UICN-SUR) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), proyecto que busca integrar acti- vidades de documentación y testimonios sobre adaptación al cambio climático de comu- nidades rurales y sus conocimientos y saberes, lo mismo que el intercambio de saberes de diferentes culturas y pensamientos y estrategias empleadas en las políticas de de- sarrollo. A partir de ello y a través de la convivencia, la comunicación entre comunida- des, la presencia en medios masivos de comunicación y materiales audiovisuales e impresos, se busca una mayor incidencia política en relación al cambio climático y las prácticas de las comunidades respecto a él. Entre sus objetivos centrales, este proyecto pretende demostrar y hacer visibles y reco- nocidas las formas de adaptación al cambio climático que las comunidades rurales aplican, generalmente con éxito. Para ello, se están realizando actividades en cuatro países andinos con acciones específicas en Huasta en los Andes de Áncash y Tamshiyacu en la Amazonía de Loreto (Perú), la Chiquitanía y los salares de Uyuni y Coipasa (Bolivia), San Pedro en Chimborazo (Ecuador) y Araracuara en el Caquetá Medio (Colombia). Está debidamente corroborado que los conocimientos tradicionales de las comunida- des y los pueblos indígenas son una fuente inagotable de experiencias y respuestas Presentación 4
  • 7. frente a las presiones ambientales. La adaptación y la resiliencia de estas comunidades y pueblos es, sin duda, su rasgo distintivo. Y, en el contexto actual de cambio climático global, se empieza a acumular evidencia en el sentido de que tales conocimientos y saberes son una herramienta central para enfrentar las presiones e impactos de este cambio. Desde las prácticas de manejo de los agroecosistemas hasta las técnicas de conservación y selección de semillas, pasando por el manejo de fuentes de recursos renovables, se hace evidente la necesidad de promover, consolidar y fortalecer estos verdaderos sistemas de conocimiento. El proyecto El Clima Cambia, Cambia Tú También espera, pues, generar cambios en los instrumentos y las políticas públicas en diferentes niveles a partir de información y evidencia documentada que ayuden a valorar, aplicar y replicar esos saberes colecti- vos como alternativa para propiciar una adaptación efectiva. En una primera etapa, se han documentado tales manifestaciones, se han recogido tes- timonios y se han producido materiales informativos. Se pasa ahora a un momento de diálogo de saberes y de incidencia política utilizando la evidencia recogida para generar políticas públicas e instrumentos jurídicos que fortalezcan las actividades de adaptación de las comunidades y pueblos indígenas. La presente publicación incluye los casos de las dos comunidades en las que se ha venido trabajando en el Perú. Para ambas se han elaborado estudios específicos, que se incluyen en el CD adjunto y que son la base sobre la cual se han elaborado los resú- menes aquí publicados.
  • 8.
  • 9. Multiplicando los bosques de quenuales en Huasta (Áncash) Huasta, zona ubicada en la región andina de Áncash en el centro del Perú, se ha se- leccionado en razón de la existencia ya conocida de prácticas de adaptación de sus comunidades, especialmente relacionadas con el manejo y la gestión de agroecosis- temas. Se trata, en particular, del manejo sostenible de la cobertura pastoril y fo- restal de los páramos altoandinos, con énfasis en el cuidado de pastos naturales y la reforestación de los bosques de la especie Polylepis, recursos críticos para la provi- sión de servicios ambientales para las comunidades de esta zona. La organización social y los marcos institucionales locales han contribuido a fortalecer actividades de protección y conservación de estos espacios y ecosistemas. Así, su lenta recupe- ración apunta a recrear fuentes hídricas que en el futuro reemplazarán a los glacia- res que están en proceso de desaparición. En la primera fase de documentación e interpretación de las imágenes y testimonios asociados a la adaptación en Huasta, el trabajo ha sido llevado a cabo por la Socie- dad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), interactuando con los poblado- res in situ. En cuanto a la organización y apoyo a este proyecto y al análisis e interpreta- ción propiamente dichos, el Instituto de Montaña (IM) ha jugado un papel funda- mental al elaborar el estudio de caso del cual este documento de síntesis se deri- va, estudio del cual son autores la antro- póloga Florencia Zapata y el geógrafo Pablo Dourojeanni. El IM es una organi- zación de larga trayectoria, reconocida por sus esfuerzos relacionados a la con- servación y promoción de la gestión sos- tenible de los ecosistemas de montaña en el Perú, especialmente en los Andes centrales del país. Su sede central se encuentra en la ciudad de Huaraz. 7
  • 10. Huasta: una comunidad de valle interandino La Comunidad Campesina de Huasta está ubicada en la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y tiene como límite en altitud a la cordillera Chaupi Janca, divisoria de aguas entre oriente y occidente en la parte sur del Departa- mento de Áncash. Esta zona es uno de los más relevantes elementos del paisaje de Huasta y está ubicada entre la cordi- llera Blanca y la de Huayhuash. En lo hi- drográfico, Huasta se encuentra en la vertiente izquierda de la cuenca alta del río Pativilca. Esta comunidad campesina es parte del distrito del mismo nombre, incluido en la Provincia de Bolognesi (Áncash), en la zona centro norte de la sierra del Perú, bastante cercana a la costa. Según el censo del año 2007, el distrito de Huasta tiene 2.425 habitantes, casi todos los cuales hablan castellano como lengua materna. Un tercio de su población se encuentra en situación de pobreza, 9% en pobreza extrema y 6% son analfabe- tos. En Huasta existe un colegio de pri- maria y secundaria y un centro de salud. Más de la mitad de las viviendas distrita- les cuentan con electricidad y un porcen- taje pequeño tiene acceso a la red pública de agua o desagüe. La Comunidad Campesina de Huasta tiene aproximadamente 200 comuneros empa- dronados, de los cuales 120 están activos. El número total de pobladores de la comu- nidad oscila entre 650 habitantes –si nos referimos solo a los comuneros activos y sus familias– y 1.775 habitantes –si se in- cluye a toda la población que vive en el territorio comunal–. 8
  • 11. 9 Huasta se ubica en una zona estricta- mente montañosa de los Andes, con alti- tudes que van desde 2.700 hasta 5.400 msnm. Su relieve alterna laderas escar- padas y valles en V en la parte baja con algunas áreas planas donde se practica la agricultura, ya sea en los fondos de valle o en terrazas naturales. En cuanto a clima, las lluvias ocurren en- tre los meses de octubre y abril, siendo el promedio anual de precipitaciones de 660 mm; la temperatura, sin embargo, es re- lativamente constante a lo largo del año, con una leve disminución entre mayo y agosto, de manera que el promedio men- sual es de 8 ºC en julio y 10 ºC en enero. Los tipos climático-ecológicos en esta región comprenden una secuencia que va desde el semi-frío en las partes bajas al frígido en las altas, dependiendo ello también del posicionamiento topográfico. Tomando la clasificación de Javier Pul- gar Vidal, gran parte de la agricultura se asienta en la región quechua, en terre- nos con pendientes de 5˚ a 60˚, y en la suni, correspondiendo ambas al 29% del territorio comunal; el resto del territorio se ubica en puna (68%) y janca (3%). En la puna (entre 3.800 y 4.800 msnm) el relieve se suaviza por la erosión genera- da por glaciares, formando valles am- plios en forma de U, en cuyas partes bajas y laderas se practica la ganadería extensiva; en la zona de janca, por enci- ma de 4.800 msnm, las laderas se vuel- ven otra vez muy escarpadas y casi sin vegetación, hasta llegar a los glaciares de la cordillera Chaupi Janca. Huasta y el valle interandino donde se encuentra
  • 12. La comunidad, su organización y las instituciones locales Originalmente, el Distrito de Huasta —creado en 1863— coincidía en territorio con la comunidad del mismo nombre, con excepción de algunos fundos priva- dos. Con el tiempo, algunos anexos se separaron para constituirse en comuni- dades independientes y, posteriormente, se recuperaron diversos territorios; es decir, la comunidad se fragmentó y tam- bién creció, lo cual se relacionó con el proceso de división política distrital. El distrito cuenta actualmente con seis comunidades campesinas (Huasta, Poma- pata, Pocpa, Mahuay, Machcus, Quero y Quisipata), de las cuales Huasta es la más grande y está compuesta de cinco anexos (Huasta, Pampán, Rampón, Villalta y La Merced); y tiene varios centros poblados, los cuales tienden a estar ubicados en las zonas más bajas, cerca de las vías de ac- ceso y del río Aynín. La comunidad cumple diversas funciones sociales y tiene como órganos de gobierno a la asamblea general –máxima autori- dad–, la directiva comunal y los comités especializados; y en ella se realizan activi- dades comunales, como faenas para subir el ganado a las zonas altas o para la lim- pieza de canales. A nivel de cada familia se realiza la reproducción básica, mientras 10
  • 13. 11 que la familia extensa organiza recursos y ayudas mutuas, resuelve algunos conflic- tos y brinda abastecimientos colectivos. El distrito, por su parte, es gobernado a través del concejo municipal, tiene un go- bernador y tenientes gobernadores, que son los representantes distritales del go- bierno nacional. Están presentes también el juez de paz, la agencia agraria y la Re- niec, como entidades estatales. Además, existen diversas organizaciones como la JASS, la de los ronderos, las asociaciones productivas y la Apafa; e instituciones como el Instituto de Montaña, ADRA e Hidrandina e iglesias, como la católica y la evangélica. Cambios sociales contemporáneos en Huasta En las últimas décadas son varios los pro- cesos sociales de relevancia que han veni- do cambiando la vida de la comunidad, siendo los más importantes los siguientes: • La migración hacia la costa o ciudades costeñas o serranas, lo que ha llevado a que muchos de sus integrantes vivan fuera de la comunidad. • El surgimiento de nuevas ocupaciones laborales, por lo cual muchos de los integrantes de la comunidad se con- vierten en trabajadores asalariados o en microempresarios rurales. • La creciente urbanización evidente por la cantidad de nuevos poblados. • El aumento del nivel educativo y la pro- fesionalización de sus pobladores. • La privatización definitiva de chacras comunales. • El cambio del control del territorio des- de uno más vertical (por pisos ecológi- cos) hacia uno más horizontal, que deja de lado la comprensión del patrimonio ecológico comunal como algo integral. • La presencia de la minería como una nueva actividad en el entorno y con di- ferentes modalidades: informal, arte- sanal y gran minería. Agricultura y ganadería: principales actividades de la población La actividad agropecuaria es la ocupación principal de la población de Huasta, la cual es realizada por pequeños producto- res minifundistas o por comuneros que trabajan como peones. La ganadería es Ahora vemos incluso que los nevados ya se van deshelando, entonces los puquiales también se van secando, ahí es cuando los quenuales co- bran importancia. En tiempo de invierno estos bosques nativos depositan agua, cosa que en verano, ya de eso que han depositado agua, ba- jan a la parte baja donde vive la gente. De esa manera nos alimentamos, pues, de este líquido que es muy importante para el ser humano Edmundo Morales
  • 14. La comunidad de Huasta cuenta con título de propiedad sobre una parte importante del territorio del distrito, por lo cual tiene también potestad sobre su destino y su uso. Existe pues propiedad privada legal, siendo la titular la comunidad campesina. No obstante, al interior de ella se recono- ce que ciertos terrenos son de posesión privada, en particular los ubicados en la zona baja de regadío y algunos bosques de eucaliptos, poseídos por comuneros o ciudadanos particulares, según el dere- cho consuetudinario. Estos posesionarios pueden disponer de tales bienes: vender- los, arrendarlos o transferirlos en heren- cia (incluso si ellos no están viviendo en la comunidad), pero no como propietarios privados ante la ley nacional y por esta razón tales terrenos, por ejemplo, no pueden usarse como garantía bancaria. Existen también otras formas de pose- sión: por un lado, la posesión privada temporal, sobre todo en la zona de seca- no, donde es posible que los terrenos re- viertan a la comunidad y sean entregados a otro posesionario; sin embargo, esta modalidad está en retroceso frente a la posesión privada. Por otro lado, hay pas- tos colectivos en las zonas altas que cual- quier comunero puede utilizar, aunque algunos han sido asignados a familias. Actualmente, la comunidad está privati- zando legalmente parte de las tierras de posesión privada, mayormente las de uso agrícola, que reciben programas de asistencia técnica y de mercadeo y pue- den venderse a no comuneros, además de usarse como prenda crediticia. El territorio comunal: la propiedad comunal privada y la posesión familiar privada
  • 15. 13 también muy importante, se trabaja en forma extensiva y está orientada hacia la crianza especializada de ganado lechero en las partes bajas y de ovino o rebaños mixtos en los demás pisos comunales. Existen algunos pocos camélidos y, ade- más, se cuenta con equinos para el tras- lado de productos. La agricultura se realiza en tierras de se- cano o en parcelas con riego y su producto se dirige en su mayor parte al autoconsu- mo. La parte de la producción que se co- mercializa consiste principalmente de los cultivos conocidos como “primerizas”. En las partes altas predomina el cultivo de papa, olluco, oca, mashua y habas; mien- tras que en las partes medias y bajas se producen habas, trigo, cebada, avena y arvejas, lo mismo que varios tipos de maíz (blanco y otros), asociado con frijol y cala- baza. En las zonas intermedias y altas se trabaja con rotación de cultivos: empezan- do con papa y sembrando luego oca, ollu- co, mashua, para terminar el ciclo con trigo y cebada, después de lo cual la tierra descansa y se convierte en zona de pasto- reo comunal. Mientras tanto, en las partes bajas se realizan dos campañas agrícolas: la grande, entre octubre y mayo, y la chica, entre septiembre y febrero. En el distrito de Huasta existe un impor- tante mercado de leche, que brinda una importante oportunidad de ingresos y es impulsado por los productores de queso,
  • 16. quienes la compran en el campo y la pro- cesan en el pueblo, proveyendo con que- sos a Chiquián, Huaraz y Lima. Recursos naturales en la comunidad de Huasta En cuanto a agua, en Huasta hay cuatro microcuencas en torno al río Pativilca y numerosos riachuelos y ojos de agua. Va- rios canales de riego y reservorios permi- ten aprovechar este recurso. Sin embargo, una preocupación actual es su poca dispo- nibilidad en la región. Las zonas bajas y medias de la comunidad dependen del agua de las zonas altas, en donde esta se “cosecha” principalmente mediante infiltración de lluvias. Por esta razón el manejo de pastizales y bosques en la zona alta influye en la calidad y vo- lumen de agua en la zona media y baja, como es sabido a través de la visión verti- cal del territorio. En conjunto, los suelos de Huasta se destinan tradicionalmente a usos defini- dos: pastoreo (31%), agricultura (4%) y superficies boscosas pequeñas; el res- tante 65% está destinado a protección, aunque una parte se usa para pastoreo. Este recurso tiene en Huasta variaciones importantes en calidad agrológica, lo que determina mayores potencialidades de algunas zonas para actividades agríco- las, ganaderas, forestales o de conserva- ción. En general, se encuentran suelos con textura franco-arenosa y Ph ligero o moderadamente ácido. Los huastinos desarrollan agricultura de secano en el 70% de sus áreas cultivables y solo las áreas restantes cuentan con riego y están destinadas a forraje para el ganado vacuno. Sin embargo, estos pastos no son 14
  • 17. 15 suficientes y ello repercute en el aumento de la crianza de vacunos y en la producción de leche, dinamizando la economía menos de lo que podría llegar a hacerse. Los pastizales constituyen la vegetación natural que crece en los campos comuna- les, donde abundan arbustos, pajonales, bofedades y césped de puna, siendo el prin- cipal alimento del que disponen los anima- les en las zonas altas. Como se ha visto, pues, gran parte de los terrenos de la co- munidad están destinados al pastoreo, aun- que el 70% de ellos está muy deteriorado. En cuanto a bosques, aunque la actividad forestal no tiene mayor relevancia econó- mica local es de gran importancia porque provee madera y leña y cumple un rol ecológico clave al proteger las laderas de los cerros de deslizamientos, sobre todo en épocas de lluvias, además de colabo- rar en la regulación y retención del agua y aportar nutrientes. Se trata de pequeños bosques con árboles nativos (quenual, quishuar, aliso y sauco) y otros con arbo- les exóticos (eucaliptos, pinos y cipreses). Efectos documentados de las variaciones climáticas en la región A pesar de que no existen estudios deta- llados para la zona, varias proyecciones regionales indican un incremento en la temperatura y también, aunque ligero, en las precipitaciones; además, del au- mento de eventos extremos, como llu- vias torrenciales, sequías, heladas y días de mucho calor. El efecto más llamativo de la elevación de la temperatura en la región Áncash es la desglaciación, que está llevando incluso a la desaparición o fragmentación de algu- nos glaciares. Este fenómeno se ha estu- diado durante más de 30 años en la zona y se concluye que la masa glaciar total de la cordillera Blanca se ha reducido en 23% desde la década de 1970. En la cordi- llera Chaupi Janca, entre 2008 y 2010, el espesor del glaciar ha disminuido entre dos y cinco metros. A este proceso se relacionan la formación de lagunas glaciares, el desprendimiento de fragmentos de hielo y el relativo aumen- to de los caudales en los ríos que surgen de glaciares. Todo ello es potencialmente muy peligroso porque puede generar el quiebre de los diques naturales de las lagunas y su desbordamiento mediante avenidas de Antes, cuando era niña, era pues muy distinto. Cuentan nuestros antepasados, nuestros abue- los, que había seis meses de lluvia. No había enfermedad de las plantas, ni de los sembríos, todo era natural ¿no? Y pastos en abundancia, todo era bueno. Raquel Fernández 15
  • 18. La población de Huasta percibe las variaciones climáticas La mayoría de los huastinos han obser- vado cambios en los últimos años: au- mento de la temperatura, alteraciones en los patrones de lluvias, sequías, frío intenso y heladas, retroceso de glaciares y nevados… Así, ellos advierten con mucha alarma el retroceso de los glaciares que coronan la cordillera Chaupi Janca, la notoria varia- ción en el régimen de lluvias al que esta- ban acostumbrados porque no llegan en los períodos usuales y afectan a los culti- vos en secano y el pasto para sus anima- les y también eventos extremos: lluvias torrenciales, fuertes vientos, heladas e intenso frío nocturno y granizadas. Asi- mismo, mencionan un fuerte incremento de temperatura, especialmente durante los días despejados. En consecuencia, existe una gran preocu- pación sobre la producción de algunos cultivos tradicionales y pastos. Las habas, papas y otros tubérculos andinos sufren enfermedades o no maduran bien y des- aparecen algunas plantas y animales, como los sapos en las inmediaciones de los puquiales o aparecen algunas plagas. Los comuneros, sin embargo, coinciden en que la mayor preocupación es la falta de agua, especialmente por el desabas- tecimiento de los puquiales, algunos de los cuales se han secado o han disminui- do su flujo considerablemente en los úl- timos años debido a los cambios en las lluvias, de manera que los pastos crecen poco, se puede regar menos y ha dismi- nuido la cantidad de truchas en los ríos. La población también ha identificado en los últimos años la recurrencia cada vez más marcada de ciertas enfermedades, como neumonía, tos, gripe y diarrea. Muy bien, claro el quenual es un árbol nativo muy importante para nuestra comunidad por- que los quenuales son pues árboles que cap- tan el agua; por ejemplo, en estos momentos tenemos musgos… entonces estos son colcho- nes que captan el agua durante el invierno y para cuando entra el verano ellos sueltan el agua de poco a poco. Aníbal Loyola
  • 19. agua, lodo y piedras que afectarían a las poblaciones asentadas aguas abajo. El retroceso de los glaciares en la zona de estudio es la evidencia más palpable del cambio climático en Huasta y las observacio- nes registradas científicamente coinciden en gran parte con las de los pobladores locales. Sin embargo, no se pueden atribuir automá- ticamente todos los cambios o impactos per- cibidos a efectos del cambio climático global, ya que algunos, por ejemplo, se vinculan a otros fenómenos climáticos, al alto grado de variabilidad climática histórica y actual en los Andes y también a acciones de la pobla- ción, como la intensificación o el cambio de uso del suelo o de otros recursos naturales. Todo esto debe ser estudiado en detalle para lograr información y explicaciones respecto al aumento de la temperatura (o a su disminución) y de la radiación, al cambio de duración de las temporadas en el año y al incremento de caudales por el derretimiento glaciar como proceso si- multáneo al paulatino secado de los pu- quiales. Los bosques de Polylepis Actualmente, los árboles y bosques por encima de los 3.000 msnm son muy esca- sos en los Andes y entre ellos predomi- nan eucaliptos, pinos y cipreses, especies importadas. Los bosques naturales se presentan raramente y están restringidos a ciertos lugares, como laderas rocosas o quebradas de difícil acceso. En estos re- lictos dominan especies del género Po- lylepis, como el quenual (árbol llamado también queñoa, queñua, quinawiro o queuña), de la familia Rosacea, género endémico de los Andes que incluye entre 15 y 28 diferentes especies. 17
  • 20. Los árboles de Polylepis poseen una cor- teza compuesta por múltiples láminas del- gadas y hojas pequeñas y resinosas, por lo cual se adaptan en forma admirable a los hábitats fríos y áridos de los altos Andes. Son árboles con troncos inclinados y ra- mas retorcidas que crecen normalmente entre cinco y diez metros de altura. Ellos soportan bien las fluctuaciones de tempe- ratura entre día y noche y se adaptan es- pecialmente a temperaturas bajas por sus gruesas cortezas y su crecimiento en coji- nes, con lo cual resisten el congelamiento. Además, de estos árboles, en los bosques de Polylepis existe un número importante de plantas asociadas: otros árboles y ar- bustos, musgos, bromeliáceas y algunos helechos. Además, estos bosques son el hábitat natural de muchos mamíferos, aves e insectos, incluyendo especies endémicas y aves raras. Se observa en todo caso que la diversidad biológica está altamente agregada en áreas reducidas, lo que proba- blemente refleja condiciones ecoclimáticas estables y especiales en estos lugares. Una gran parte de los Andes tiene en los bosques de Polylepis parte de su vegeta- ción natural en altitudes entre 3.500 y 5.000 msnm. Hasta hace poco se conside- raba que los lugares rocosos y difíciles eran microhábitats favorables para el de- sarrollo de estos árboles, pero reciente- mente se ha atribuido esto tanto a la pre- sión de actividades humanas durante mi- les de años, en relación al pastoreo, como a cambios bruscos en la vegetación antes de la expansión humana en los Andes. Se calcula que solo queda un 5% de su- perficie de estos bosques en los Andes, la cual en conjunto en el Perú sumaría solo unos 1.000 km², apenas un 3% de su área de expansión potencial. En el ámbito de las cordilleras Blanca y Huayhuash se
  • 21. La importancia de los bosques de Polylepis Los principales atributos y servicios eco- sistémicos de estos bosques son los que se mencionan a continuación: • Generación de microclimas húmedos a nivel local. • Almacenamiento y regulación de agua, que van liberando lentamente, a partir de las plantas epífitas y musgos pre- sentes en los bosques. • Control de la erosión del suelo gracias a la cobertura vegetal que propician y a su germinación en suelos desnudos, en el caso de algunas especies. • Producción de materia orgánica y re- tención de sedimentos y nutrientes de zonas más altas. • Generación de madera para leña, he- rramientas y construcciones. • Desarrollo de especies vegetales útiles para el hombre, como alimentos, me- dicinas, alimento para ganado y usos rituales, entre otros. Todos estos servicios ecológicos y econó- micos cumplen pues un rol central en la ecología altoandina como hábitat de mu- chas especies de plantas y animales y para la formación de suelos, regulación de agua y fuente de recursos para los ha- bitantes locales, sin embargo, los bos- ques de Polylepis son un ecosistema muy amenazado actualmente.
  • 22. calcula el área actual de bosque de Po- lylepis en unos 200 km². Los quenuales en Huasta: conservación y reforestación Menos del 4% del área de Huasta tiene bos- ques de Polylepis –siendo los más importan- tes los bosques de Jurao, Winco y Jupay- marca–, aunque el distrito puede haber es- tado cubierto con ellos hasta en un 90% de su territorio. Sin embargo, esa superficie actual de bosques es significativamente ma- yor a las de bosques de los distritos vecinos. En esos bosques se han identificado cua- tro especies de Polylepis, siendo Polylepis weberbaueri la predominante. Además, se han observado diversas familias de plan- tas, aves, artrópodos terrestres y mamífe- ros pequeños, incluyendo entre estos a una nueva especie para la ciencia pertenecien- te al género Akodon. En el bosque de Jurao, los comuneros reconocieron 28 plantas útiles para ellos, sin embargo, salvo las familias que inte- gran los comités forestales, pareciera no haber una marcada preocupación por parte de la población con relación a estos bosques ni a la deforestación. En todo caso, actualmente, las principales ame- nazas para su conservación son la mine- ría informal y formal, el sobrepastoreo y las quemas no controladas de pastizales. En los bosques de Polylepis de la zona se implementó, entre 2005 y 2009, el proyecto Corredor de conservación de Polylepis en el sur de los Conchucos, por parte del Instituto de Montaña, para apoyar a las comunidades en la restauración y conser- vación de la biodiversidad andina alta- mente amenazada. Entre los resultados logrados por este proyecto se mencionan la realización de acuerdos con las fami- lias, la plantación de quenuales, la eva- luación de la biodiversidad, el trabajo con pastos naturales, el apoyo al procesa- miento de leche y la difusión de la impor- tancia de los bosques, entre otros. El Comité Forestal de Huasta y las prácticas de reforestación En relación al proyecto mencionado, 24 familias de la Comunidad Campesina de Huasta conformaron el año 2007 un Comité Ahora, hace cuatro años, hemos estado cui- dando más que todo el quenual. Sus hojas tie- nen mucha importancia, las cortezas retienen el agua de la atmósfera y las raíces absorben agua en el subsuelo. Todas son importantes sabiendo que allí existen muchas hierbas me- dicinales y, bueno, casi la mayoría ya están lle- gando a entender que tenemos que sembrar quenuales para tener agua Marilda Julca 20
  • 23. 21 Al igual que en muchas comunidades altoandinas, en Huasta persisten una serie de prácticas ancestrales que han ayudado a sus pobladores a responder a los desafíos de la variabilidad climática a lo largo de las generaciones, prácticas que hoy presentan un particular poten- cial para la adaptación al cambio climá- tico y que coexisten hoy en día con tec- nologías contemporáneas. Por un lado, con respecto al sistema de andenes, interesa resaltar la conducción del agua que proviene del subsuelo, es decir, la que se almacena y discurre en forma subterránea desde la Puna Grande, donde se hallan las praderas naturales y los bosques, los cuales permiten que el agua de lluvia y de deshielo se filtre y dis- curra por el subsuelo, hasta llegar a los andenes. También, en la parte baja, se ha construido un barraje o dique que almace- na el agua y la distribuye a una pampa ad- yacente, para regar los pastos naturales. Por otro lado, en la zona de temporal o ratay existe rotación de cultivos y des- canso de suelos, lo que posibilita la re- cuperación de nutrientes en el suelo. Esta práctica tradicional es un método de control fitosanitario y una forma de cuidar terrenos para que no se dañen irreparablemente, lo que, al mismo tiempo, posibilita que sigan contribuyen- do a la filtración de las aguas. Otra práctica de cuidado de las praderas se da en la Puna Grande, mediante un calendario de acceso y sitios asignados, donde las familias realizan prácticas de rotación de pastoreo de rebaños. Sin embargo, también hay que decir que la quema de pastizales, una práctica tra- dicional no adecuada para el medio am- biente y la biodiversidad, se sigue reali- zando con el objetivo de renovar los pas- tos y generar rebrotes tiernos de fácil digestión para el ganado. Finalmente, existen algunas iniciativas recientes para la adaptación al cambio climático: • La creación del Área de Conservación Privada Microcuenca de Paria en 767 hectáreas de la cabecera de cuenca de la Comunidad Campesina de Huasta, que posee grandes bofedales, parches Principales prácticas y tecnologías tradicionales para la adaptación al cambio climático
  • 24. de bosques de Polylepis y algunos gla- ciares que son fuentes de agua y de regulación hídrica para las partes ba- jas de la comunidad. Esta ACP ha sido recientemente reconocida en forma oficial (29 de diciembre de 2011) y tie- ne el objetivo de “conservar la diversi- dad biológica de la microcuenca de Paria y en especial los bosques de Po- lylepis como reguladores del recurso hídrico”, es decir, tanto el paisaje como la flora y la fauna que se ven amenazados. • Un programa de conservación de re- cursos naturales y culturales a través del proyecto Cumbres-Costa para el intercambio de conocimientos y el for- talecimiento del rol de los pobladores como agentes de cambio. • La Mancomunidad Tres Cuencas, que asocia a diez municipalidades de las cabeceras de las cuencas de los ríos Fortaleza, Pativilca y Santa, para im- plementar políticas conjuntas sobre recursos hídricos y gestión territorial.
  • 25. Forestal, el cual continúa trabajando ac- tualmente. Es un comité reconocido por la comunidad y las familias que participan en él usufructúan pastos en la zona cercana a los bosques comunales. El Comité Forestal tiene un reglamento interno, que ha sido registrado con el Juez de Paz local y su fun- cionamiento se basa en las estructuras fa- miliares locales y en el compromiso de fo- restación que han asumido sus integrantes. Cada año, este comité se ocupa de cuidar los bosques y reforestarlos con miles de quenuales que sus integrantes siembran en almácigos, para lo cual, sus integran- tes han recibido entrenamiento en tecno- logía forestal. De esta manera se está po- tenciando el conocimiento tradicional so- bre los bosques y se ha hecho evidente la relación entre bosque y conservación del agua y también aspectos como la hume- dad de los terrenos, la importancia de la biodiversidad, etc. Algunos miembros del Comité Forestal manifiestan que están comenzando a per- cibir cambios a partir de su actividad de reforestación, aunque son conscientes de que es un proceso largo y de que los cam- bios se irán notando poco a poco, en parte porque los quenuales son plantas que crecen lentamente. Ellos también están decididos a conservar estos bosques y comprometidos a evitar que se sigan ta- lando y destruyendo. Es muy alentador ver que los miembros del Comité Forestal de Huasta están or- gullosos de conservar sus bosques de Polylepis, si bien son conscientes de los desafíos de la conservación y de la nece- sidad de involucrar a toda la población.
  • 26. La experiencia de la Comunidad Campe- sina de Huasta demuestra cómo las prác- ticas, tecnologías y saberes ancestrales han permitido a sus pobladores llevar adelante una serie de acciones orientadas a enfrentar presiones ambientales. Es no- torio que la puna húmeda donde se locali- za esta comunidad enfrenta un proceso de intensificación de presiones climáticas y la expresión de los comuneros en el sentido de que “el clima está cambiando” refleja esta percepción. Tanto la erosión de los suelos y la esca- sez de agua –que es la preocupación central–, como lluvias más intensas, se- quías más frecuentes y deshielo de gla- ciares, son las manifestaciones más visi- bles de estos cambios. Además, la pre- sencia de truenos y el aumento de sis- mos son fenómenos asociados por los comuneros al cambio climático. Huasta ha demostrado a lo largo del tiempo una activa y dinámica adaptación al cambio climático, la cual se refleja en el uso de tecnologías y prácticas locales como la construcción de andenes, el uso de espe- cies alimenticias resistentes, la construc- ción de reservorios y canales y la protec- ción de bofedales y puquios, entre otras. En el caso específico de esta comunidad, los bosques de quenuales en Winco, Jurao Huasta: Comentarios finales
  • 27. y Jupaymarca han empezado reciente- mente a tener un papel importante en los esfuerzos por enfrentar los retos que im- pone el cambio climático, ya que los co- muneros no eran plenamente conscientes de la relación entre bosques y conserva- ción-adaptación ni de su papel en la provi- sión de servicios ecosistémicos, es decir, almacenamiento y retención de agua en los bosques, control de la erosión de sue- los, regulación del flujo de agua y produc- ción de madera y productos no madera- bles. Sin embargo, las actividades del Co- mité Forestal de Huasta y de proyectos relacionados con la protección de sus bos- ques han empezado a generar una sensibi- lización importante entre los pobladores en cuanto a su relevancia crítica y a la posibili- dad de revertir problemas relacionados a la casi desaparición de esos bosques. En ese sentido, empieza a haber mucha mayor preocupación y conciencia sobre cómo los bosques de quenuales pueden contribuir paulatinamente a mejorar las condiciones ambientales en la localidad y, por ello, hay también mayor compro- miso en actividades de reforestación. Es interesante notar cómo el caso de la Comunidad Campesina de Huasta refleja la forma en que puede verificarse y com- probarse puntualmente en el ámbito lo- cal acciones muy notorias de adaptación al cambio climático, sin apoyo del Estado e incluso con políticas públicas inexis- tentes en lo normativo e institucional. Por otro lado, es también relevante apre- ciar la manera en que la organización comunitaria en Huasta ha generado es- tructuras institucionales –algunas de las cuales ciertamente provienen de tradi- ciones y saberes ancestrales– que distri- buyen las tareas, muchas de las cuales están dirigidas continuamente a enfren- tar problemas e impactos ambientales. Recomendaciones preliminares a nivel de políticas En relación a la necesidad de aportar en los procesos de adaptación al cambio cli- mático, en Huasta es posible identificar algunas áreas de trabajo e incidencia, siendo las principales las siguientes: • Desarrollo de estrategias regionales y locales de adaptación, gestión y mane- jo de Polylepis consideradas como par- te de las estrategias de creciente inte- racción entre el Ministerio del Ambien- te y los gobiernos regionales. • Mayor investigación científica sobre los efectos de reforestación y conservación con Polylepis como estrategia para mantener servicios ambientales que son críticos para la Comunidad Campe- sina de Huasta. • Difusión de las experiencias del Comi- té Forestal de Huasta respecto al ma- nejo y gestión de bosques para contri- buir a entender mejor cómo la organi- zación social de base y comunitaria puede aportar a los procesos de adap- tación al cambio climático. 25
  • 28. 26
  • 29. La Comunidad El Chino en Tamshiyacu: una larga tradición de adaptación a los cambios del clima (Loreto) En Tamshiyacu (Loreto), se ha buscado entender, a partir de conversaciones y del análisis de imágenes con miembros de la Comunidad Campesina El Chino, el accio- nar cotidiano y tradicional de adaptación al cambio climático. En especial, se trata de comprender y de mostrar cómo los recursos disponibles, especialmente en cuanto a flora y fauna en ecosistemas tan diversos, logran ser gestionados a partir de prácti- cas y conocimientos que históricamente se vienen aplicando para enfrentar las pre- siones del entorno, incluyendo las relacionadas con el cambio climático. Las comunidades amazónicas vienen practicando desde hace siglos una economía de adaptación, recolección y cultivos rudimentarios y han acumulado tal flexibilidad que en algunos casos su capacidad de adaptarse es tan rápida como los cambios, lo cual suele ser aprendido también por los colonos inmigrantes. ¿No es justamente la dis- minución del tiempo entre los cambios y la adaptación nuestra gran preocupación? En el caso de El Chino la población logró proteger sus recursos contra los invasores que trabajan para los mercados urbanos, a través de lo cual y después de más de 20 años de lucha, llevó a proponer y conseguir la creación del Área de Conservación Regio- nal Comunal Tamshiyacu Tahuayo (ACR CTT), que es vigilada por los propios po- bladores de la zona de amortiguamiento. La primera fase de documentación e in- terpretación de las imágenes y testimo- nios asociados a la adaptación en la comunidad El Chino fue llevada a cabo por la Sociedad Peruana de Derecho Am- biental (SPDA) a través de la interacción en el lugar con los pobladores. En la or- ganización y apoyo de este trabajo y en el análisis de la información resultante, el Centro Peruano de la Biodiversidad y la Conservación ha jugado un papel im- portante. Esta institución, además, ha elaborado el estudio de caso del cual 27
  • 30. este documento de síntesis se deriva, lo cual estuvo a cargo del biólogo Alberto Giussepe Gagliardi-Urrutia. Adicional- mente, el Procrel, a través del equipo que dirige y atiende el ACR CTT, ha apo- yado el taller realizado por el equipo de documentalistas. El Centro Peruano de la Biodiversidad y la Conservación es una organización que focaliza sus esfuerzos y capacidades téc- nicas en la conservación y promoción de la gestión sostenible de los ecosistemas amazónicos. Su sede central se encuen- tra en la ciudad de Iquitos. Una comunidad en la Amazonía La Comunidad Campesina El Chino fue fundada en 1962, reconocida como tal el año 2011 y actualmente está realizando el proceso de titulación comunal de su terri- torio. Está ubicada en la margen derecha del río Tahuayo, en el Distrito de Fernan- do Lores (Provincia de Maynas, Departa- mento de Loreto) y es parte de la zona de amortiguamiento del Área de Conserva- ción Regional Comunal Tamshiyacu Ta- huayo (ACR CTT). La población de El Chino habita las plani- cies de inundación de la cuenca amazóni- ca de la zona y consiste aproximadamente de 213 habitantes agrupados en 44 fami- lias. Esta población es considerada como ribereña y está formada por grupos mes- tizos, indígenas y descendientes de inmi- grantes extranjeros. La comunidad cuenta con instituciones educativas de nivel inicial, primario y se- cundario. También con servicio de electri- cidad y telefonía, con un bote motorizado y un equipo de radiofonía. El acceso a ella
  • 31. La extracción de recursos naturales sil- vestres mediante pesca, caza y recolec- ción se realiza en El Chino mayormente para el autoconsumo y en base a acuerdos comunales. La principal de estas activida- des es la pesca, que se lleva a cabo duran- te todo el año, aunque con diferencias de acuerdo a la creciente y la vaciante, que condicionan los lugares y aparejos de pesca a ser usados. La pesca es además la más importante fuente de proteínas en la comunidad y una de las principales fuentes de ingresos económicos, ya que se vende pescado tanto en la misma co- munidad como en Tamshiyacu e Iquitos. Durante el período de vaciante, la mayor parte de la pesca tiene lugar en las co- chas, para lo cual se utilizan trampas (redes de nylon dejadas en las cochas durante la noche), arpones (llamados localmente flechas) y anzuelos. Las prin- cipales especies pescadas en tiempo de vaciante son acarahuazu, tucunaré, bo- quichico, sábalo cola roja y palometa. Durante la creciente se pesca principal- mente en las quebradas que fluyen hacia el río Tahuayo y en los bosques inunda- dos; en esta época las trampas son deja- das en medio del bosque o cerca de árboles frutales y también se usan espi- neles (series de anzuelos que cuelgan de un hilo sujetado a dos árboles). En esta época se pesca sobre todo zúngaro don- cella, paco y tucunaré. El producto de la caza (carne y pieles) es destinado también al autoconsumo y la co- mercialización. Existen acuerdos comuna- les que fijan las cuotas de caza por familia y el tiempo en que puede realizarse esta acti- vidad. Por sus pieles se caza principalmen- te sajino y huangana. Para la caza existe un proyecto piloto de certificación de pieles. Entre los principales recursos forestales no maderables aprovechados se encuen- tran las hojas de irapay (que se usan para elaborar crisnejas para techos) y diversas lianas (utilizadas como sogas), semillas y cortezas de árboles (para confección de artesanías y artículos domésticos), entre otros. También se usa madera para la construcción de viviendas. Los comuneros de El Chino, adicionalmen- te, aprovechan diversos frutos del bosque, como aguaje y camu camu, que son desti- nados principalmente a la venta en Iquitos, aunque en los últimos años la disponibili- dad de estos frutos ha disminuido, lo cual afecta los ingresos de los comuneros. Usando racionalmente los recursos naturales de la Amazonía
  • 32. se realiza mediante vía fluvial, con embar- caciones de transporte público: los “botes colectivos” que realizan diariamente la ruta Iquitos-El Chino a través de Tamshi- yacu, ruta de 89 kilómetros que tarda nue- ve horas en recorrerse. También existen en este trayecto embarcaciones particula- res, los llamados “rápidos”. A lo largo del año, el clima somete a la comunidad a procesos dinámicos, que cambian las actividades sociales, de sub- sistencia y de salud. Así, durante los pe- riodos de inundación, entre noviembre y mayo, el transporte fluvial se realiza en canoas, las actividades comunales se orientan a arreglar los estragos del agua y la humedad en los bienes comunales y se incrementan las mingas (trabajos co- munales) tanto para la cosecha de yuca como para su procesamiento en fariña; por otra parte, se incrementan las enfer- medades infectocontagiosas. El Chino cuenta con autoridades propias (el presidente y otras autoridades comu- nales) y estatales (el teniente gobernador, el agente municipal y otras). En esta co- munidad existe un importante nivel de participación en las decisiones que se to- man en asambleas comunales, por ejem- plo, decisiones de gestión respecto al ingreso de agentes externos (como em- presas o científicos), a la construcción de locales comunales, cuotas en materiales o aprovechamiento de recursos naturales, etc. En esta comunidad existen también otras organizaciones, como diversos comi- tés de artesanas y de manejo del bosque. El clima y la diversidad de recursos en El Chino El clima en esta comunidad presenta dos temporadas bien definidas: creciente en- tre noviembre y mayo, con lluvias abun- 30
  • 33. dantes y tierras y bosques inundados; y vaciante entre junio y octubre, con menos lluvias y aguas retiradas hacia el canal principal del río y de los lagos o cochas. La precipitación anual varía entre 2.800 y 3.200 mm y la temperatura promedio es de 26 °C, observándose una tendencia a su incremento, que ha sido de aproxima- damente dos grados, según datos obteni- dos desde hace 15 años. También se aprecia un aumento de alrededor de 35% en las precipitaciones en los meses de más lluvia. La mayor parte de los últimos años han sido muy cálidos en la región y se han presentado además sequías extre- mas los años 2005 y 2010, en las cuales se incrementa la mortalidad de árboles. Tanto las sequías como la expansión agrícola, la deforestación y los incendios en la cuenca amazónica son importantes agentes de perturbación y conducen a cambios y pérdidas de carbono, así como a cambios climáticos, poniendo en peli- gro la capacidad de resiliencia de la Amazonía. Los recursos naturales de estos territo- rios son utilizados por los comuneros y, en su mayor parte, se trata de la flora y fauna existentes en el ACR CTT que es muy. En cuanto a flora, se estima que hay entre 2.500 y 3.500 especies de plantas, y en fauna silvestre también existe una di- versidad extraordinaria: se han registrado 240 especies de peces, 92 de anfibios, 65 de reptiles, 530 de aves y gran cantidad de mamíferos, incluyendo especies ame- nazadas de extinción. La zona, a pesar de la fuerte explotación del bosque ocurrida hacia fines del siglo XIX para la extracción de caucho, se encuentra realmente en buen estado de conservación y la vida ani- mal se ha recuperado. Actividades económico- productivas: agricultura, comercio, turismo Los pobladores de El Chino llevan a cabo diversas actividades económicas para su manutención, muchas de las cuales son de autosubsistencia: por un lado, agricul- tura y crianza de animales menores; por otro, caza, pesca, extracción forestal no maderable y recolección; también se debe mencionar que realizan actividad turística y elaboran artesanías. Todas estas activi- dades son realizadas en diferentes mo- mentos y circunstancias durante el año, en relación al clima y las épocas de cre- ciente y vaciante de los ríos. 31 Hemos hecho un acuerdo entre la comunidad, hemos puesto ese cupo de sacar cinco maja- ces cada dos meses y si es huangano o sajino, o venado colorado, son cuatro animales gran- des nomás, tres para negocio y uno es para el sustento para el hogar. Rister Guevara
  • 34. Desde inicios de la década del 2000 en El Chino se elabora artesanía decorativa y utilitaria en base a fibras vegetales, espe- cialmente la chambira (Astrocaryum chambira) que crece en forma silvestre y se extrae de manera sostenible. Con la fibra de chambira se producen cestos y figuras de animales. La actividad artesanal se inició a través del comité de artesanas El Guacamayo, que logró su formalización hacia el año 2002 para poder comercializar sus productos para turistas en ferias comunales, donde se empezaron a ofrecer objetos tallados en madera, dibujos grabados sobre huingo, collares de semillas, shicras (bolsas), etc. Más adelante, en el año 2007, se decidió producir cestos tejidos con fibra de cham- bira. Para ello, las mujeres se capacitaron con la idea de mejorar la calidad del tra- bajo que venían realizando, fortalecer su organización, lograr prácticas no destruc- tivas de cosecha del cogollo (hoja terminal de la chambira) y recuperar técnicas tra- dicionales de teñido con tintes naturales, entre otros aspectos. Además, se creó la empresa comunal Mi Esperanza para ex- portar los cestos, que está formada por artesanas de las comunidades El Chino, Buena Vista, Esperanza y Santa Cruz. Paralelamente, se implementaron acuer- dos de manejo de la chambira y sancio- El camino de la artesanía de chambira
  • 35. nes a su incumplimiento, estableciendo que cada artesana debe tener como mí- nimo una parcela de media hectárea re- forestada en chacras ya existentes y la prohibición de la tala de chambira y del bosque natural en general. El corte del cogollo de chambira se puede hacer cada seis meses por un tiempo estimado de diez años de vida de la planta. Esta actividad ha fortalecido el rol de la mujer en la comunidad y en su fami- lia, ya que ella es la encargada del pro- ceso productivo en conjunto, aunque participa también el esposo, que suele hacer la cosecha de cogollos, y los hijos, que ayudan en la comercialización de los productos. Esta artesanía, pues, está contribuyendo a mejorar los ingresos económicos de los comuneros y, por lo tanto, sus condiciones de vida. Sin embargo, el cambio climático, a tra- vés de eventos como sequías e inunda- ciones extremas, está afectando la reforestación reciente, puesto que algu- nas parcelas que antes no se inundaban ahora se suelen cubrir de agua provocan- do la muerte de los nuevos árboles. Ello hace necesario reforestar en zonas más altas. Asimismo, cuando hay sequía los plantones no se desarrollan adecuada- mente y requieren un cuidado adicional. Sin embargo, muchas parcelas fueron reforestadas con chambira hace varios años y están disponibles para su aprove- chamiento. En el año 2010, un total de 17 mujeres de El Chino tenían parcelas reforestadas de media hectárea, cada una con un prome- dio de 231 plántulas. Asimismo, maneja- ban 41 hectáreas de rodales naturales de chambira. A partir de esto, mensualmen- te, se utilizan 608 cogollos de rodales na- turales exclusivamente para la confección de cestos y 35 para otros tipos de arte- sanía, como shicras, hamacas, etc.
  • 36. La producción agrícola se lleva a cabo principalmente en parcelas o chacras en la planicie inundable durante la épo- ca de estiaje. Las parcelas agrícolas tienen alrededor de una hectárea de extensión y en ellas se siembra yuca, maíz, plátano, frejol, sandía, melón, piña, palta y cocona, entre otros culti- vos. Las chacras son la fuente primor- dial de obtención de alimentos y de ingresos económicos, cuando sus pro- ductos se comercializan. También se siembra algunas especies en terrazas altas (llamadas restingas), como umarí, piña y, recientemente, chambira (Astro- caryum chambira) para la confección de diferentes objetos de artesanía. Los productos que se comercializan – tanto agrícolas y artesanales como obte- nidos en el bosque– son trasladados en los botes colectivos que hacen la ruta por las comunidades del río Tahuayo, cuyos conductores también actúan como aco- piadores de productos. Se realizan ventas y compras, pero también intercambio de productos, aunque no siempre mediante un comercio justo. Por otra parte, los po- bladores de El Chino venden las arte- sanías que elaboran mediante una empresa en la que están involucradas artesanas de cuatro comunidades del río Tahuayo y también las ofrecen a los turis- tas en ferias de artesanías cuando ellos visitan la zona. 34
  • 37. Esta área protegida, en cuya zona de amortiguamiento se encuentra la comuni- dad El Chino, se encuentra ubicada en el departamento de Loreto, en los distritos Fernando Lores (Maynas), Yavarí (Mariscal Ramón Castilla) y Sapuena y Yaquerana (Requena). Se trata de terrenos situados entre las cuencas de los ríos Amazonas, Ucayali, Yavarí, Tamshiyacu y Tahuayo, en los que se identifican diferentes zonas: bosques de llanura aluvial, terrazas bajas, medias y altas y, especialmente, bosques de colinas. En los bosques de terrazas existen pequeñas áreas sobre arena blanca pobre en nutrientes; asimismo en las terrazas bajas y llanuras fluviales hay aguajales o pantanos de la palmera Mauri- tia flexuosa, que tienen una elevada im- portancia ecológica y económica. La gestión del territorio y los recursos naturales en El Chino tiene una historia que empieza por lo menos en la década de 1980, cuando los pobladores de la zona empezaron a proteger recursos naturales que eran extensivamente explotados por residentes locales y por personas prove- nientes de Iquitos. En ese momento, ellos comenzaron un sistema de control en base a acuerdos comunales prohibiendo la La creación del Área de Conservación Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo: un proceso exitoso impulsado desde la comunidad
  • 38. extracción de recursos por foráneos. Esto fue reconocido e impulsado por diversos científicos que recomendaron destinar tal territorio a la conservación. A partir de esto, en 1991, el entonces gobierno regional estableció la Reserva Comunal Tamshiyacu Tahuayo, como producto de la coalición entre las comuni- dades locales y los investigadores que trabajaban en la zona de Tahuayo y Que- brada Blanco. Sin embargo, ello quedó en suspenso tras la derogación en 1992 del código ambiental hasta entonces vigente, pero no impidió la continuación de las actividades de conservación bajo la con- ducción de líderes comunales y, a partir del 2003, mediante un comité de gestión. A los esfuerzos de los comuneros, se sumaron el Gobierno Regional de Loreto y diversas instituciones estatales y privadas, de manera que el año 2007 se aprobó la gestión de la propuesta de la ACR CTT, cuyo establecimiento se concretó en 2009. En la actualidad la comunidad El Chino es apoyada por el PROCREL e instituciones que trabajan en la zona, para realizar ajustes técnicos en los acuerdos comuna- les y las acciones de manejo de los recur- sos naturales. Así, las comunidades asentadas en la zona de amortiguamiento de Tamshiyacu Ta- huayo tienen una larga historia de manejo de recursos naturales y un mecanismo particular de cogestión que las mismas realizan, utilizando en forma tradicional los recursos naturales existentes en el área de conservación, dado que dentro de ella no habitan grupos humanos.
  • 39. En la comunidad, adicionalmente, se brindan diferentes formas de servicios turísticos: turismo vivencial mediante alojamiento en casas de comuneros y desarrollo de actividades cotidianas; tu- rismo chamánico o místico, que consiste en la realización de sesiones ceremonia- les en las cuales se toma ayahuasca; y también trabajo como personal de lim- pieza o de servicio para el albergue tu- rístico ubicado en las cercanías de la comunidad o como guías locales en la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Percepción y adaptación de la comunidad al clima y a sus cambios Los pobladores de la Comunidad Campe- sina El Chino vienen percibiendo los cam- bios del clima en los últimos años tanto en las ausencias prolongadas de lluvias como en las crecientes y vaciantes retra- sadas y más extremas. Así, cuando llega la inundación no les da tiempo suficiente para cosechar e incluso se inundan zonas donde antes eso no ocurría, de manera que en algunos casos se ha debido mover los cultivos a zonas más altas. En cuanto a las sequías, ellos observan que afectan a las plantas que siembran: las yucas no crecen, hay que regar los cultivos y cui- darlos y algunos frutos no se desarrollan bien, como la sandía y el camu camu. A causa de estos cambios, los comuneros aprovechan otros recursos existentes en el bosque. Esta facilidad de adecuarse se debe a los constantes cambios climáticos a los que ellos son sometidos año tras año. Las actividades de aprovechamiento y ma- nejo sostenible de los recursos naturales en la zona dependen en gran parte de la fuerza de la organización comunal. Aun- que existen conflictos que pueden condi- cionar el accionar de la comunidad, esta tiene una larga historia de organización y experiencia en resolución de problemas y en realización de acuerdos, lo cual redun- da positivamente en el manejo de sus re- cursos naturales. Así, la organización comunal es la principal fortaleza local para la adaptación al cambio climático. Una muestra de ello son los mecanismos de control, vigilancia y sanción, los cuales se respetan con regularidad y son pues- tos en práctica por los mismos comune- ros, de manera que logran una efectiva protección del ACR CTT y de los territo- rios comunales para disminuir la presión sobre la flora y la fauna silvestres, lo que El clima ha cambiado bastante. En estos últi- mos años hay mucho sol, mucho verano. An- tes no se sentía así, ahora el sol demasiado quema. También hay bastantes vientos y re- lámpagos ahora en estos tiempos. Romelia Huanaquiri 37
  • 40. Cocha es la denominación regional que se da a los cuerpos de agua –similares a la- gos– que se forman a partir de los mean- dros abandonados de los ríos. Inicialmente, las cochas tienen conexión de entrada y salida con el río, conexión que con el trans- currir del tiempo se va cerrando, de mane- ra que años después solo tienen contacto con el río que les dio origen en las inunda- ciones grandes. En general, las cochas tienen gran importancia ecológica y eco- nómica, puesto que albergan especies de peces de gran valor, como tucunaré, aca- rahuazú y gamitana. En la zona de Tahuayo, el manejo de cochas tiene una larga historia, inicia en la década de 1980 mediante acciones comunales en la comunidad El Chino con el objetivo de prohi- bir a las personas extrañas ingresar a ellas a pescar. Esta iniciativa llevó a diver- sas ONGs y entidades públicas a involucrar- se e implementar proyectos para mejorar la capacidad de manejo de recursos natu- rales por los pobladores. Así, a través de los años los mecanismos de manejo, con- trol y vigilancia de las cochas han ido me- jorando y adaptándose a los cambios. Actualmente, los comuneros han incorpo- rado, junto al acompañamiento del equipo técnico del ACR CTT, el manejo de la con- servación de las cochas y su categorización de acuerdo a su uso, con lo cual se han Las cochas y su manejo
  • 41. establecido los reglamentos y mecanismos de control y vigilancia para fijar cuotas de pesca y definir los tipos de aparejos a usarse, así como las sanciones por el in- cumplimiento de los acuerdos comunales. De tal manera, las cochas han sido clasi- ficadas en los siguientes tipos: • Cochas de uso múltiple: tienen buena productividad pesquera; se permite la pesca y la captura controlada de taricaya. • Cochas para pesca de subsistencia: su alta explotación comercial o la reduc- ción del agua ha determinado que solo se permita pescar en ellas para el sus- tento diario familiar. • Cochas de uso comercial: son grandes y en ellas se realiza una importante actividad de pesca; generalmente se encuentran alejadas de la comunidad, por lo que se explotan en visitas de varios días. Su lejanía las hace difíciles de controlar. • Cochas en descanso: su productividad es limitada porque han sido sobreex- plotadas. Se prohíbe su uso por pe- riodos de dos a cinco años para que la población de peces pueda recupe- rarse. 39
  • 42. redunda en menor erosión de los suelos y orillas de la región. La flexibilidad es algo característico de los pobladores amazónicos, que ha sido forjado por los cambios cíclicos del am- biente, que los han hecho capaces de adaptarse a las circunstancias en el con- texto de elevada diversidad biológica en el medio ambiente que habitan. De esta manera, ante la ausencia de un recurso natural, tienen la disponibilidad en el bosque de reemplazarlo por otro similar y, ante la prolongación de la temporada de inundación en una zona, son flexibles para migrar temporalmente a otras no inundables. La persistencia de una adecuada utilización de los recursos naturales Tradicionalmente, como ya se ha visto, los pobladores de El Chino usan en forma co- tidiana los recursos naturales de la zona, tanto de la fauna que consiguen a través de la pesca y la caza como de especies de flora que recolectan para diversos usos. Estos recursos son mayormente obteni- dos de los bosques ubicados en los alre- dedores de la comunidad y también en el ACR CTT, según los acuerdos comunales existentes. La extracción de recursos del bosque amazónico se hace para satisfacer direc- tamente las necesidades de la población y también para que ella obtenga el dinero que necesita para comprar los bienes y servicios que consume. Con el objetivo de recuperar y conservar la fauna silvestre, desde la década de 1980 en la zona del río Tahuayo se llevan a cabo iniciativas para el manejo comu- nal de este recurso mediante lineamien- tos básicos que establecen lo siguiente: una cantidad definida de animales que se pueden cazar por persona para su venta, limitaciones de acceso para per- sonas foráneas, orientación de la caza a animales machos, veda de primates grandes y de sachavaca y vigilancia co- munitaria sectorial. Para lograr cumplir con estos lineamientos se realiza un re- gistro de la caza, el cual es monitoreado, y también se llevan a cabo censos de fauna de caza. Ambas actividades son realizadas por la ONG WCS en coordina- ción con PROCREL y los comuneros. A través de estos instrumentos, pues, se muestra que la caza es sostenible mien- tras se respeten acuerdos al respecto, como los que han sido establecidos por las comunidades de la zona de amorti- guamiento de la ACR CTT. Sin embargo, no deja de haber proble- mas, por ejemplo, la extracción ilegal de recursos forestales maderables, lo cual además ha resultado facilitado con los cambios en el clima de los últimos tiem- pos. Sucede que, a causa de las altera- ciones climáticas, las inundaciones extremas y continuas facilitan el trans- porte fluvial de los troncos porque cau- san la crecida de los ríos. De esta manera, pues, se viene “estimulando” el incremento de extracción de árboles. Y esto no puede ser controlado totalmente con los mecanismos comunales e institu- cionales existentes. 40
  • 43. La palmera de chambira para mí no es una palmera que quizás trae riesgos a la chacra, a lo contrario, trae economía porque por me- dio de esa palmera podemos vender nuestras artesanías y colaborar con la casa. Olivia Lopez Conocimientos y tecnologías tradicionales de la población amazónica frente a los cambios del clima Los cambios actuales en el clima están afectando la vida vegetal y animal al im- pedir la floración o fructificación adecua- da de las plantas, tanto naturales como cultivadas, lo mismo que el desplaza- miento temporal de la fauna silvestre y la muerte de peces y pérdida de sus hue- vos, fenómenos que afectan directamente la soberanía alimenticia de los poblado- res de esta región. Hay otros efectos per- judiciales adicionales del cambio de clima, por ejemplo, cuando se producen sequías, el transporte fluvial se inte- rrumpe o al menos se dificulta y enton- ces disminuye la posibilidad de comunicarse para la población. Sin embargo, los pobladores amazónicos tradicional y ancestralmente se han adap- tado a ciclos de inundación y sequía, lo cual los ayuda en la actualidad a enfrentar los cambios abruptos que están comenzando a afectar sus actividades en los últimos años, cambios que implican reaccionar más rápi- damente ante su presencia. Tal proceso de adaptación tiene un funda- mento básico en la organización comunal, la cual ha diseñado y establecido planes de manejo de los recursos naturales ob- tenidos tradicionalmente para el aprove- chamiento sostenible de la población. Es decir, se trata de un manejo que permite la disponibilidad de unos recursos cuando otros son afectados por los cambios cli- máticos. Todo esto muestra que los comuneros de El Chino, como históricamente hacen y han hecho los campesinos de muchas áreas del mundo, se dan cuenta de la im- portancia de la decisión que tomaron hace cerca de treinta años respecto a cuidar sus bosques, gracias a lo cual ahora tie- nen abundancia de peces y de animales de caza, además de rodales naturales. De lo contrario, en la actualidad estarían como otras comunidades que ya no tienen re- cursos naturales para ser aprovechados. Se hace obvio, pues, que la capacidad de adaptación y la realización de acciones que lleven al desarrollo sostenible son necesarias a corto y a largo plazo para hacer frente a los impactos del calenta- miento global. De ahí la importancia de la creación y gestión de áreas naturales pro- tegidas y bosques, entre otras acciones posibles de implementar. 41
  • 44. El buen estado de conservación de los bosques y la elevada diversidad biológica de la zona en la cual se ubica la Comuni- dad Campesina El Chino juegan un rol de- terminante en los procesos que en ella se han establecido para adaptarse al cambio climático. Además, es un proceso que se retroalimenta, porque mientras se man- tengan condiciones saludables del bos- que, la capacidad de adaptación al cambio climático mejora. Pero todo ello sucede también gracias a las características de adaptabilidad y flexibilidad frente a los cambios climáticos de la población, lo cual le ha permitido mantenerse a través de la historia en la Amazonía. Se trata, pues, de un proceso continuo y de larga duración, gracias al cual los po- bladores se benefician aprovechando en forma sostenible los recursos naturales y adaptándose de una manera adecuada al cambio climático, el cual se manifiesta en el aumento de la temperatura y las precipitaciones, lo cual determina inun- daciones extremas y extemporáneas, lo mismo que sequías. Todo ello significa inestabilidad e imposibilidad de predic- ción y está empezando a generar presio- nes, por ejemplo, deforestación por la facilidad que ofrece el transporte fluvial. En El Chino se realizan actividades de pes- ca, caza y agricultura, así como recolec- El Chino (Tamshiyacu): Consideraciones finales
  • 45. ción y reforestación, estando el manejo de los recursos naturales basado en la orga- nización y gestión comunales, con princi- pios y reglas de reciprocidad y solidaridad debidamente acordadas como parte de la organización social. Frente a las presiones ambientales, los comuneros tuvieron la iniciativa de imple- mentar hace tres décadas mecanismos de adaptación basados en el manejo y la ges- tión de los recursos y el espacio. Particu- larmente relevante es el trabajo de gestión de cochas, que están hoy en día muy afec- tadas por las inundaciones, de manera que la vigilancia y el monitoreo desde la propia comunidad permiten organizar su acceso y su uso. En relación a ello, el establecimiento y la gestión participativa del Área de Conserva- ción Regional Comunal Tamshiyacu Tahua- yo contribuye a mejorar las condiciones de adaptabilidad de la población de El Chino frente a los impactos generados por el cambio climático. Recomendaciones preliminares a nivel de políticas • Es importante mantener y consolidar el trabajo que se realiza desde el PROCREL con relación al manejo del Área de Con- servación Regional Comunal Tamshiyacu Tahuayo, lo que incide en las posibilida- des de continuo aprovechamiento y ma- nejo de los recursos naturales por parte de la Comunidad Campesina El Chino. Esto incluye, por ejemplo, fortalecer el trabajo del comité de gestión para apo- yar el manejo y la gestión del espacio y sus recursos de forma concertada entre los diferentes actores de la zona. • Se debe hacer lo posible por mantener niveles bajos (en comparación con otras regiones) de intervención y presión sobre el bosque en esta región amazónica, es- pecialmente en cuanto a extracción fo- restal. Además, hay que considerar que ello se basa en conocimientos tradicio- nales de la comunidad que deben trans- mitirse a su población joven. Todo esto ofrece garantía de servicios ambientales a los ecosistemas de las comunidades de la zona de amortiguamiento del ACR CTT. • Los procesos marco de ordenamiento territorial en la Región Loreto deben tomar en consideración los avances y progresos en el manejo y gestión de los recursos de la Comunidad Campesina de El Chino y propiciar su sostenibilidad en el tiempo. • Las instituciones públicas y privadas que apoyan a los comuneros de El Chino en la gestión y manejo del territorio y los recursos naturales deben entender que tales procesos son de largo plazo y que es importante priorizar el fortalecimien- to organizacional y la mejora de las ca- pacidades de los comuneros, lo mismo que su participación en diversas instan- cias regionales, especialmente en la co- gestión del ACR CTT. 43
  • 46. El año pasado la creciente del río subió hasta la mitad de esta casa. Este año ha subido casi un metro más. A tapado toda la cancha de fútbol. Estelita Loayza
  • 47.
  • 48. Sociedad Peruana de Derecho Ambiental www.spda.org.pe/ www.cambia.pe Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza www.iucn.org Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo www.aecid.es