1. Oración por un Proceso de Corte
Pasos
Nro 1. Salmos 32:1-2
“Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le
borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad
y en cuyo espíritu no hay engaño”.
Salmos 32:6-8 (Nueva Versión Internacional)
“Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas
podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. Tú eres mi refugio; tú me
protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. El Señor dice: Yo
te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y
velaré por ti”.
Salmos 70:1-4 (Nueva Versión Internacional)
“Apresúrate, oh Dios, a rescatarme; ¡apresúrate, Señor, a socorrerme! Que
sean avergonzados y confundidos los que procuran matarme. Que retrocedan
humillados todos los que desean mi ruina. Que vuelvan sobre sus pasos,
avergonzados, todos los que se burlan de mí. Pero que todos los que te buscan se
alegren en ti y se regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: ¡Sea
Dios exaltado!”.
Salmos 143:1 (Nueva Versión Internacional)
“Escucha, Señor, mi oración; atiende a mi súplica. Por tu fidelidad y tu
justicia, respóndeme”.
2. Salmos 42:8 (Nueva Versión Internacional)
“Ésta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y
de noche su canto me acompañe”.
Isaías 42:12-13 (Nueva Versión Internacional)
“Den gloria al Señor y proclamen su alabanza en las costas lejanas. El Señor
marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos
y alaridos se lanzará al combate, y triunfará sobre sus enemigos”.
Salmos 142 (Reina-Valera Antigua)
“Con mi voz clamaré al Eterno, Con mi voz pediré á mi Padre misericordia.
Delante de él derramaré mi querella; Delante de él denunciaré mi angustia.
Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el
camino en que andaba, me escondieron lazo. Clamé á ti, oh mi Dios Altísimo, Dije:
Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi
clamor, que estoy muy afligido; Líbrame de los que me persiguen, porque son más
fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu nombre: Me rodearán
los justos, Porque tú me serás propicio”.
Salmos 124 (Reina-Valera Antigua)
“A NO haber estado el Señor por nosotros, Diga ahora Israel; A no haber
estado el Señor por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
Vivos nos habrían entonces tragado, Cuando se encendió su furor en nosotros.
Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma hubiera pasado el
torrente: Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
Bendito Eterno Elohim, Que no nos dio por presa á sus dientes. Nuestra alma
escapó cual ave del lazo de los cazadores: Quebróse el lazo, y escapamos
nosotros. Nuestro socorro es en el nombre del Señor, Que hizo el cielo y la tierra”.
3. Salmos 119:153-154 La Biblia de las Américas (LBLA)
“Mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de tu ley. Defiende mi
causa y redímeme; vivifícame conforme a tu palabra”.
Proverbios 31:8-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
“Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados.
Abre tu boca, juzga con justicia y defiende los derechos del afligido y del
necesitado”.
Nro 2. Confesión de fe
Señor Jesús yo creo firmemente que tu eres el Hijo de Dios. Tu eres el
Cristo, el Mesías que vino a deshacer toda obra del diablo, toda obra de maldad.
Diste tu vida en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Padre
te confieso todos mis pecados, pido perdón y me vuelvo a ti en arrepentimiento.
Que mi pecado nunca más esté presente delante de Ti.
Lávame, limpia mi conciencia con tu sangre. Ayúdame a cambiar. Creo que
tu sangre me limpia ahora de toda maldad, de todo pecado. Te pido que te
quedes conmigo, en mi corazón y seas dueño y Señor de mi vida. Te confieso
como mi único y verdadero Dios. Apártame para servirte, amarte, obedecerte.
Dedico y consagro a TI mi vida. Gracias por redimirme, por limpiarme, por
justificarme y santificarme, muchas gracias. TE AMO PADRE SANTO. Amén.
Nro 3. Tomar toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18)
Me fortalezco con el gran poder del Señor Jesucristo. Me pongo toda la
armadura de Dios y hago frente a todas las artimañas del diablo, y cuando llegue
el día malo, permaneceré firme resistiendo hasta que acabe la batalla. Me ciño
con el cinturón de la verdad, y me protejo con la coraza de justicia, y calzo mis
pies con el ánimo de proclamar el Evangelio de la Paz. Ahora tomo el escudo de la
fe con que voy a apagar todos los dardos de fuego del maligno.
4. Tomo el casco de salvación y la espada del espíritu que es la palabra de
Dios. Como guerrero oro todos los días y me mantengo alerta y perseverante en
oración de los unos por los otros.
Nro 4. La Batalla
Oración por un proceso de Corte (Jueces y fiscales)
Padre Altísimo Santo de Israel: suplicamos que tu misericordia este
conmigo en este proceso de corte que tendré próximamente. Suplico tu favor y tu
gracia para delante de los jueces y fiscales. No permitas que Satanás arrebate mi
caso, este caso. La gloria, la alabanza, la exaltación serán solo para ti, Padre
Eterno, en el poderoso nombre de Jesús. Te encomiendo al Juez, al fiscal de mi
caso, sea tu bendita misericordia en sus mentes, sea tu gran sabiduría sobre ellos
para la decisión y resolución de mi proceso legal. Dame tu gracia poderosa y tu
gran favor para delante de ellos y sobre todo, suplico que venga tu Espíritu Santo,
venga y me enseñe y ponga en mi boca las palabras, solo las palabras necesarias y
suficientes, las palabras correctas y acertadas.
Que nada de lo que YO diga, sea usado en mi contra, sino a favor. También
te encomiendo que enseñes y pongas mucha sabiduría y entendimiento en el
abogado que defiende mi caso. Lo bendigo y declaro que mi abogado hace una
defensa excelente, a mi favor. En el nombre de Jesús.
Te suplico en el poderoso nombre de Jesús, encomiendo a Ti Padre este
caso, confío en ti y sé que lo harás. En el nombre de Jesús. Amen y amen.
Salmos 35:1-10 (Nueva Versión Internacional)
“Defiéndeme, Señor, de los que me atacan; combate a los que me
combaten. Toma tu adarga, tu escudo, y acude en mi ayuda. Empuña la lanza y el
hacha, y haz frente a los que me persiguen. Quiero oírte decir: Yo soy tu
salvación. Queden confundidos y avergonzados los que procuran matarme;
retrocedan humillados los que traman mi ruina. Sean como la paja en el viento,
acosados por el ángel del Señor; sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por
el ángel del Señor. Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo
cavaron una fosa para mí, que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su
5. propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron. Así mi alma se alegrará en el
Señor y se deleitará en su salvación; así todo mi ser exclamará: ¿Quién como tú,
Señor? Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras
de aquellos que los explotan”.
Salmos 35: 17-28 (Nueva Versión Internacional)
“¿Hasta cuándo, Señor, vas a tolerar esto? Libra mi vida, mi única vida, de
los ataques de esos leones. Yo te daré gracias en la gran asamblea; ante una
multitud te alabaré. No dejes que de mí se burlen mis enemigos traicioneros; no
dejes que se guiñen el ojo los que me odian sin motivo. Porque no vienen en son
de *paz, sino que urden mentiras contra la gente apacible del país. De mí se ríen a
carcajadas, y exclaman: ¡Miren en lo que vino a parar! Señor, tú has visto todo
esto; no te quedes callado. ¡Señor, no te alejes de mí! ¡Despierta, Dios mío,
levántate! ¡Hazme justicia, Señor, defiéndeme! Júzgame según tu justicia, Señor
mi Dios; no dejes que se burlen de mí. No permitas que piensen: ¡Así queríamos
verlo! No permitas que digan: Nos lo hemos tragado vivo. Queden avergonzados y
confundidos todos los que se alegran de mi desgracia; sean cubiertos de oprobio
y vergüenza todos los que se creen más que yo. Pero lancen voces de alegría y
regocijo los que apoyan mi causa, y digan siempre: Exaltado sea el Señor, quien se
deleita en el bienestar de su siervo. Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo
el día te alabaré”.
EL GRAN obstáculo en las Oraciones
Antes de comenzar con cualquier tipo de oración en Guerra Espiritual, es
SUMAMENTE IMPORTANTE, que TODOS en la familia hagan un compromiso de no
hablar quejas, insultos, criticas, griterías, reclamos, derrota, amargura, sino que
CAMBIE el lenguaje familiar de maldición a BENDICION. Los pleitos, las griterías,
las contiendas, los desacuerdos y la intolerancia deben desaparecer PARA
SIEMPRE del hogar de lo contrario todo será un gran fracaso.
De ahora en adelante cambiara el lenguaje a lenguaje de BENDICION y se
declarara la victoria de Dios en el lenguaje cotidiano. Si el ambiente de pleito y
contienda, y amargura continúan en el hogar, DE NADA SERVIRAN LAS
ORACIONES. Tener un lenguaje negativo, pesimista o de maldición DESACTIVA las
6. oraciones de poder. Los cristianos que oran a Dios por una situación y declaran
victoria y luego más tarde expresan negativismo, amargura, pesimismo, derrota,
maldición, en su lenguaje cotidiano, NUNCA, verán contestadas sus oraciones, por
esto es que hay muchos cristianos que por años oran por una situación que nunca
se resuelve. El lenguaje que utilizamos para orar debe estar en CONCORDANCIA
con nuestro lenguaje cotidiano.