Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
Domingo de ramos
1. Domingo de Ramos AÑO/ A Mateo 21, 1-11
Primera lectura Is 50, 4-7 “No me tapé el rostro ante Segunda lectura Flp 2, 6-11 “Se rebajó, por eso
los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado”. Dios lo levantó sobre todo”.
Salmo responsorial: Evangelio Mt 21, 1-11 “Bendito el que viene en
“Dios mío, Dios mío, nombre del Señor”.
¿por qué me has abandonado?”
C uando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al mon-
te de los Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles: «Id a
la aldea de enfrente, encontraréis en seguida una borrica ata-
da con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo
contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto».
Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta:
«Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey que viene a ti humilde,
montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila».
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado
Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron sus mantos
por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfom-
braban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás grita-
ba: «°Viva el Hijo de David! °Bendito el que viene en nom-
bre del Señor! Viva el Altísimo»
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborota-
da: «¿Quién es este?»
La gente que venía con él decía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».
E
ciudad de Jerusalén que po- paso de Jesús duró bien poco.
ste domingo comenzamos
cos días después le rechazará Los gritos de entusiasmo con
la Semana Santa, tan im-
y le llevará a la cruz. los que el pueblo le aclamaba
portante para los cristianos.
“Bendito el que viene en el
Estamos hoy en el pórtico de Y lo hace no como los impor-
nombre del Señor” se convir-
la Semana Santa. tantes del momento montado
tieron bien pronto en el “cru-
sobre un caballo. No entra
Y en su comienzo tenemos el cifícale” de la condena. ¡Qué
como vencedor y dominador,
Domingo de Ramos en el que misterioso es el ser humano!
sino que entra en Jerusalén
recordamos la entrada triun- Los que le aclaman, días más
montado en una borrica, no
fal de Jesús en Jerusalén. Día tarde, a lo mejor, estarían pi-
con el caballo, animal de los ri-
de palmas y ramos con lo que diendo su crucifixión. Así so-
cos, de los conquistadores sino
lleva de jolgorio y vistosidad; mos de volubles.
con el animal de un trabaja-
día de niños y padres que
dor.”Id a la aldea de enfrente, Pero ahora, al principio de esta
participan de la fiesta.
encontraréis en seguida una Semana Santa, hay que tener
Por lo que vemos en los evan- borrica atada con su pollino. presente la meta final: la resu-
gelios Jesús siempre fue reacio Desatadlo y traedlos” Todo un rrección. Todo concluyó con la
a cualquier manifestación de símbolo de lo que fue su vida, victoria de la resurrección. El
exteriorizar el apoyo a su per- del estilo que impuso a su próximo domingo la celebrare-
sona; más bien buscaba la dis- existencia SERVIR NO MAN- mos, recordaremos la victoria
creción “no se lo digas a nadie”, DAR. El Dios que nos muestra de Jesús sobre la muerte. Esa
acostumbraba a decir cuando Jesús no es un Dios de poder, es también nuestra meta
realizaba algún milagro. de autoridad sino un Dios de
En el relato unos cortan ra-
humildad, de solidaridad, de
Por una vez, a las puertas de mas, otros adornan el camino
compasión, de amor. Así nos
su crucifixión, antes de que por el que tenía que pasar Je-
quiere también a nosotros.
pasase por el suplicio de la sús y todos vitorean a Jesús.
cruz, Jesús deja hacer y entra Todos sabemos la historia y Una fiesta se organiza que
de una forma solemne, entre conocemos que aquella fies- está corroborada por el testi-
gritos de aclamación en la ta: aquellos ramos, aquellos monio de la palabra:”Es Jesús
mantos que adornaron el el profeta de Nazaret de Gali-
2. lea”. Es el profeta de Nazaret Jesús es el profeta de Nazaret bía estado. ¿Cómo lo acoge-
el que ha llegado a la ciudad que viene a Jerusalén, donde mos en nuestras vidas?
¿cómo será acogido? en tantas otras ocasiones ha-
S an Ireneo dice que el Hijo y el Espíritu Santo son como las dos manos con
las que el Padre modela al ser humano a lo largo de la historia. Pidamos
la ayuda del Espíritu Santo para que nos haga comprender lo que Dios quiere
decirnos por medio de este texto.
Miro los personajes que aparecen en el relato y me detengo en lo que dicen
y hacen.
Me pregunto también ¿por qué hacen y dices estas cosas?
¿Qué es lo que Dios Padre nos revela en este texto de Jesús? ¿Qué es lo que
Dios Padre nos revela de la originalidad de la vida cristina en nuestro mundo?
Se pregunta hoy también la gente ¿quién es Jesús?
¿Qué respuesta le daría yo?
Llamadas
Diálogo con el Señor a partir de lo que he orado: Contemplo
detenidamente la escena de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén,
le doy gracias, le pido al Señor por el mundo, por la Iglesia, por el movimiento,
por los cristianos.
el paso de la muerte a la vida,
Hoy eres aclamado en Jerusalén, la victoria de Dios.
el jueves te recordaré en el cenáculo
dándote como comida Estamos, Señor Jesús,
y teniendo presente tu mandamiento: en la recta final de tu vida,
“Amaos los unos a los otros que sintetiza toda tu existencia.
como yo os he amado”.
Gracia, Señor Jesús.
El viernes recorreré Gracias por tu vida y por tu muerte
el camino del calvario, y sobre todo
para llegar al Gólgota gracias por tu resurrección.
y estar contigo al pie de tu cruz.
Ayúdanos a vivir tu pasión
Así llegaré al domingo, como nuestra pasión
la Pascua del Señor, para participar de tu resurrección.
3. BENDITO ELQUE VIENE Pero ¿de qué salvación se trata? La que Tú les ofreces
¿es la que ellos esperan?
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!
El pueblo se quita sus mantos, se despoja de sus
adornos y con ellos alfombra el camino por donde
Señor Jesús, ¿qué quieres decirnos cuando te mon- transitarías; te acompaña con cantos y gritos de júbi-
tas en una borrica para entrar en Jerusalén? °Qué lo: °Viva el Hijo de David! °Bendito el que viene en
ocurrencia! Pero seguro que algo quieres decirnos. nombre del Señor! °Viva el Altísimo!
Estás en el final de tu vida en este mundo. Ya casi lo ¿Qué pesarías de todo ello, Señor Jesús? Tú el prota-
has hecho todo. Sólo faltaban los últimos detalles, gonista de una fiesta, organizada sin el consenti-
poner la firma a tu vida: darte y resucitar. miento de las autoridades competentes. Tú intuirías
que aquello era flor de un día y que pronto estarías
Esta semana que comenzamos condensa lo que fue en un lugar bien distinto, en el calvario crucificado.
tu existencia: Amor, entrega hasta el final, vaciarte to-
talmente, victoria de la vida sobre la muerte, victoria Me viene a la mente aquello de la tele de hace años:
de Dios, cumplir siempre la voluntad de Dios, eso es “Reina por un día”. El caso es que tu reinado, el tuyo,
lo que Tú dices muriendo: “Todo lo he cumplido”. Tú el de verdad, el que el Padre te ha concedido aún
has hecho siempre lo que Dios te ha pedido. dura, pero no es ese el que ellos esperaban. ¿Cuál es
el que nosotros esperamos? La gente del pueblo es-
Y se te ocurre, Señor Jesús, en estos últimos días taba harta de sacrificios y de humillaciones y ansiaba
buscar un animal de carga para presentarte, monta- paz, libertad y autonomía. Tu reinado es más que
do sobre él, en la ciudad, donde está el gran Templo todo eso: es también fraternidad, filiación divina y
de Jerusalén, donde residen las autoridades religio- además paz, libertad y protagonismo, todo.
sas y políticas del país, los poderos y entendidos de
este mundo. Yo quiero hoy, Señor Jesús, poner toda mi vida a tus
pies, alfombrar tu camino antes de recordar tu pa-
El pueblo, la gente sencilla te reconoce y organiza sión. Quiero despojarme de todos mis apegos desor-
espontáneamente un recibimiento, una fiesta en tu denados, dejar de lado mi egoísmo, mis cobardías,
honor. mi insolidaridad y mis personalismos para que seas
El pueblo oprimido esperaba algo nuevo, deseaba Tú quien reines en mi vida.
una salida a su triste situación. El pueblo estaba an- Tú, Señor Jesús, en lo poco que sabemos de tu vida
sioso de terminar una etapa. ¿Serás Tú su salvación? fuiste excelente por que fuiste presencia de Dios en-
¿Qué buscaría con ese recibimiento? tre nosotros.
..
“Creo, Señor.
Ver Juzgar Actuar mento?”
¿en todo mo
VER
on ocasión de fiestas patronales, o algún san-
C to o advocación de la Virgen de especial re-
nombre, es común que a los actos religiosos asis-
ta una gran cantidad de personas. Personas que,
ese día, se ponen sus mejores galas y no tienen
problema en participar en la procesión, incluso se
emocionan, algunas personas también asisten a la
Eucaristía... pero el resto del año no vuelven a pi-
sar el templo excepto si tienen alguna boda, bau-
tizo, comunión o funeral. Les resulta agradable
pasar un día de fiesta participando en actos reli-
giosos entre música, tracas, comidas... Pero luego
ya es más difícil continuar viviendo la fe, con todo
lo que implica (celebración, formación, compro-
miso) en la normalidad del día a día, y muchas
personas no quieren asumir ese compromiso y li-
mitan su vivencia de fe a una religiosidad expresa-
da en ocasiones puntuales que, además, les resul-
ten gratificantes, pero sin que la fe llegue a influir
en lo que viven y celebran.
4. JUZGAR
se contraste es el que hemos contemplado en
E las dos partes de la liturgia de hoy. Ante la lle-
gada de Jesús a Jerusalén, todo es entusiasmo: la
multitud extendió sus mantos por el camino; algu-
nos cortaban ramas de árboles y alfombraban la
calzada... La gente gritaba: “°Viva el Hijo de David!
°Bendito el que viene en nombre del Señor!... Es
Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea. Pero esas
mismas personas, pocos días después, como es-
cucharemos el Viernes Santo, serán las que pidan
a Pilato: °Crucifícalo!
Los dos últimos domingos de Cuaresma, tanto el cie-
go de nacimiento como Marta, la hermana de Láza-
ro, afirmaron: “Creo, Señor”. Una afirmación de fe
que hay que mantener y testimoniar en toda circuns-
tancia. Porque es fácil decir: “Creo, Señor” en una
ocasión puntual, más aún cuando las circunstancias
son favorables; pero la vida de fe no consiste sólo en
una “fiesta” tal como nosotros lo entendemos.
Nuestra fe consiste en ser “seguidores de Jesús”, se- calumnias, mentiras, difamaciones, injusticias, bur-
guir su ejemplo. Y eso implica aceptar el papel del las, vejaciones, insultos; padeció el rechazo de la
Siervo, como hemos escuchado en la 1ª lectura: sa- opinión pública manipulada para volverla en su
ber decir al abatido una palabra de aliento, “sin rebe- contra; incluso la angustia de la oscuridad de la fe,
larse ni echarse atrás”; implica comprometerse por el aparente alejamiento de Dios: Dios mío, Dios
los demás como Jesús, que se despojó de su rango y mío, ¿por qué me has abandonado?
tomó la condición de esclavo, pasando por uno de Jesús expiró como un derrotado, un fracasado re-
tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, chazado por quienes antes lo habían aclamado.
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte.
Pero durante su Pasión, Jesús también nos da
Nuestra fe consiste en seguir a Jesús también en ejemplo de fe y fidelidad, al Padre y a su misión:
su Pasión, y entonces ser capaces de decir: “Creo, nos dejó la Eucaristía; con su oración se refugió
Señor”. Porque para eso Jesús llegó hasta la muer- en el Padre; mantuvo su coherencia sin temor
te de cruz. ante las agresiones; no rechazó a nadie; aceptó
Jesús, para que cualquiera de nosotros se pueda ver ser cargado con la Cruz; y hasta en el momento fi-
reflejado en Él, supo lo que era ser primero traicio- nal, en total oscuridad, Jesús no reniega del Padre
nado por uno de sus amigos, y luego abandonado sino que se abandona “a ciegas” en Él.
por el resto, excepto Juan; supo lo que era ser nega-
do por quien se las daba de fuerte y valiente; expe-
rimentó la soledad en medio de su tristeza; sufrió ACTUAR
a Semana Santa, influenciados por el capitalismo-
L ateo de la sociedad consumista, podemos vivirla
como unos días de fiesta, de folclore, de simple sen-
timentalismo religioso sin ir más allá... o podemos
aprovechar los aspectos externos para vivirla como
una ocasión para reforzar nuestra fe, como unos días
de aprendizaje para afirmar con mayor convenci-
miento: “Creo, Señor”, en todo momento, en toda
ocasión, asumiendo lo que significa seguir a Jesús y
sus implicaciones en todas las dimensiones de la
vida. Él nos dio ejemplo, por nosotros se rebajó has-
ta someterse a la muerte de cruz y por eso Dios lo le-
vantó sobre todo, abriendo para todos los que quie-
ran seguirle las puertas de la gran esperanza que no
defrauda. ¿Estamos dispuestos a seguirle?
Acción Católica General
Alfonso XI, 4 5º
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