1. Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote DARES
Lectura
Contribución al Alivio
de la Pobreza
Mesa de Concertación para la
Lucha Contra la Pobreza
MESA DE CONCERTACION PARA LA LUCHA CONTRA LA POBREZA
La Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza fue creada en enero de 2001,
durante el Gobierno de Transición del presidente Paniagua, como un espacio de diálogo y
acuerdo entre el Estado y la sociedad civil. Desde entonces, la Mesa ha mantenido una
continuidad que expresa la voluntad de los jefes de Estado de los periodos que sucedieron al
Gobierno de Transición —Alejandro Toledo y Alan García— y de los diversos sectores de la
sociedad civil para respaldarla y fortalecerla.
Desde la Carta Social —su primer documento— hasta las propuestas que se presentan en este
balance prospectivo, el centro de atención de la Mesa y de su enfoque ha sido —y es— la persona
y su aspiración a un desarrollo integral. Es indispensable entender que la concertación de voluntades
de los diferentes integrantes de la sociedad peruana para conseguir resultados en la lucha contra la
pobreza solo será posible si está animada por una profunda convicción ética en el valor de cada ser
humano, en su dignidad y en el derecho y la obligación de ejercer su ciudadanía.
Comprender la pobreza como una carencia que afecta múltiples dimensiones de la existencia humana
ha sido fundamental en el camino recorrido. Junto a la precariedad material, las diversas
discriminaciones, la exclusión y las barreras que impiden participar como ciudadanos y ciudadanas,
la falta de oportunidades y de acceso a servicios de calidad hacen que la experiencia de vivir en
pobreza signifique un recorte profundo de libertades para más de la mitad de la población de
nuestro país.
Desde su nacimiento, la Mesa apostó a una presencia nacional y descentralizada. Las 26 mesas
regionales, 122 provinciales y 372 distritales han permitido promover canales de participación e
involucramiento entre muy diversos actores, desde sus propias realidades locales, para impulsar el
desarrollo regional y local, articular propuestas concertadas y generar una mayor comunicación entre
el Estado —en sus diversos niveles— y la ciudadanía, con el fin de combatir la pobreza.
2. El Enfoque de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP)
En la Carta Social y en el desempeño de su trabajo, la MCLCP ha venido planteando, desde la
perspectiva del desarrollo humano, un nuevo enfoque en la lucha contra la pobreza. Este enfoque
sostiene que la pobreza es, en primer lugar, un problema ético, pues al impedir a las personas
desarrollar sus capacidades básicas, constituye una restricción fundamental a la libertad. Esta
restricción se manifiesta en la perpetuación de relaciones económicas, sociales, culturales y
políticas injustas.
Desde esta visión de la pobreza, se afirma la necesidad de estrategias integrales en la lucha para
su superación y de una articulación entre la política económica y las políticas sociales. Asimismo, se
afirma que la superación de la pobreza es responsabilidad de todos y que, en ese sentido, todos
debemos participar en las decisiones y propuestas para lograrla, en particular las personas en
situación de pobreza. Por eso, la participación y concertación de los diversos actores del Estado,
del sector privado y de la sociedad civil son fundamentales
La pobreza en el Perú es antigua, pero se ha expandido y profundizado en las últimas décadas.
El desmedido aumento del número de pobres en los últimos veinticinco años del siglo XX se debe,
principalmente, al deterioro del poder adquisitivo de los sueldos y salarios. Lo que ha sucedido
con la economía en este periodo es que los sectores de mayor productividad, que obtienen
mayor valor agregado por trabajador, en lugar de expandir su riqueza a más sectores del país, se
han defendido de la crisis ajustando las remuneraciones salariales, el componente que más
importa para el sostenimiento y crecimiento de los mercados internos. Así, la pobreza invadió las
ciudades: los nuevos pobres se encuentran sobre todo en ellas, pero la más profunda sigue siendo
la rural.
Objetivos y funciones de la MCLCP:
El mandato de la Mesa establece que sus objetivos son:
1. Concertar las políticas sociales en una perspectiva de desarrollo humano con enfoque de
equidad y de género.
2. Lograr mayor eficiencia en la ejecución de los programas de lucha contra la pobreza.
3. Institucionalizar la participación de la ciudadanía en el diseño, toma de decisiones y
fiscalización de la política social del Estado.
4. Lograr la transparencia e integridad en los programas de lucha contra la pobreza.
Funciones de la Mesa de Dialogo:
Las funciones de la Mesa buscan plasmar su enfoque concertador. Se trata de funciones de
coordinación facilitación y evaluación —no de ejecución— vinculadas con el ámbito de su
competencia: la lucha contra la pobreza.
3. 1. Promover un diálogo nacional para alcanzar la articulación coherente de los esfuerzos del
Estado, la sociedad civil y el sector privado destinados a la lucha contra la pobreza.
2. Establecer los mecanismos de coordinación entre los sectores del Gobierno y de estos con la
sociedad civil, para lograr la transparencia, eficiencia y sistemas de información veraz y
oportuna sobre la inversión social pública, en el marco de los objetivos sociales establecidos.
3. Servir de espacio de coordinación para evitar la superposición de programas de ayuda social,
para alcanzar una racional y oportuna utilización de los recursos comprometidos, y definir
prioridades geográficas o temáticas para la asignación de los recursos.
4. Servir de instancia de consulta para la formulación de planes nacionales, departamentales y
locales referidos a políticas de desarrollo y promoción social, así como en la definición de las
prioridades presupuestales.
El Papel desempeñado por la MCLCP:
En este espacio se reseña las principales características del papel desempeñado por la MCLCP.
Como ya ha sido señalado, su función es concertadora. La Mesa no tiene a su cargo la ejecución de
programas o proyectos orientados a luchar contra la pobreza. Su papel, diseñado a grandes rasgos
en el decreto supremo de su creación, ha ido perfilándose en su práctica de trabajo a lo largo de
estos cinco años. Hoy la Mesa se revela como:
a. Un espacio de articulación y concertación entre el Estado y la sociedad civil.
b. Un espacio que aporta un nuevo enfoque en la lucha contra la pobreza.
c. Una red nacional de participación y desarrollo de capacidades.
d. Un espacio de mediación y diálogo frente a los conflictos sociales.
1. Un espacio de articulación y concertación entre el Estado y la sociedad civil.
Una de las primeras afirmaciones que surge al reflexionar sobre el papel de la Mesa es que se ha
constituido en un espacio para la concertación entre el Estado y la sociedad, articulador de
actores, iniciativas y posibilidades de intervención. Como parte de ello, se reconoce que la
Mesa cumple un papel impulsor de procesos, un papel facilitador, y un papel de incidencia
desde su mandato específico.
La primera y mayor expresión de este papel de articulación y concertación cumplido por la
MCLCP se expresa en la Carta Social. Este documento, suscrito en junio de 2001, contiene los
compromisos asumidos ante la nación por los representantes del Estado, la sociedad civil, las
Iglesias y los organismos internacionales de cooperación que la integran en la lucha contra la
pobreza. Estos compromisos tienen que ver, fundamentalmente, con la promoción de valores
éticos, la construcción de un sistema de bienestar que incluya equitativamente a todos los
ciudadanos, apoye y proteja a la población más pobre y vulnerable, y contribuya a la
democratización de la sociedad y del Estado, institucionalizando la descentralización y
promoviendo canales de participación y concertación.
4. En 2003, un nuevo hito en la construcción de consensos al interior de la Mesa se expresa en
el documento “Desarrollo humano y superación de la pobreza”, aprobado en el VI Encuentro
Nacional que se llevó a cabo en el mes de noviembre. Consolidar una cultura de concertación
en nuestro país no es una tarea fácil ni de logros inmediatos. La experiencia de la Mesa, sin
embargo, señala que estamos dando pasos en esa dirección. El recuadro 2 recoge los
resultados de una encuesta aplicada por la Mesa Regional del Puno que permite vislumbrar
algunos logros en este terreno.
La presencia activa de la MCLCP en el país le ha permitido ser identificada como el espacio
más conocido de concertación entre el Estado y la sociedad, según la encuesta realizada por
Calandria en doce ciudades importantes a propósito del referéndum sobre la conformación de
regiones, en septiembre de 2005.
2. Un espacio que aporta un nuevo enfoque en la lucha contra la pobreza
Este enfoque fue desarrollado en la Carta Social, aprobada por la MCLCP en junio de
2001. La Carta Social afirma el valor de la vida y la dignidad de toda persona, y sostiene
que la pobreza es, en primer lugar, un problema ético, pues al impedir a las personas
desarrollar sus capacidades básicas, constituye una restricción fundamental de la libertad
por medio de la perpetuación de relaciones económicas, sociales, culturales y políticas
básicamente injustas. Desde esta visión de la pobreza, se afirma también la necesidad
de estrategias integrales en la lucha para su superación y de una articulación entre la
política económica y las políticas sociales.
En este enfoque, la participación y concertación de los diversos actores del Estado, la
sociedad civil y la Cooperación Internacional resultan fundamentales. La superación de la
pobreza es responsabilidad de todos, y todos debemos tomar parte en las decisiones y pro-
puestas para alcanzarla, en particular las personas en situación de pobreza.
Tal enfoque y la manera de entender la función de los distintos actores, han convertido hoy
a la MCLCP en un espacio privilegiado de diálogo y encuentro entre el Estado y la sociedad
civil. Como hemos señalado se precisan, entonces, los cuatro lineamientos estratégicos que
orientan el trabajo de la Mesa desde ese momento:
Asegurar un abordaje integral de las políticas públicas que permita articular los objetivos
económicos con los sociales.
Garantizar la participación de la sociedad en el diseño, ejecución y evaluación de las
políticas, en sus ámbitos nacional, regional y local.
Garantizar el acceso universal a servicios básicos de salud, educación de calidad y
condiciones para un empleo digno.
5. Priorizar una actitud preventiva para evitar la pérdida de capacidades humanas, en
particular protegiendo del daño a la primera infancia, asegurando el mantenimiento de
los activos comunales y apoyando la generación de oportunidades económicas.
3. Una red nacional de participación y desarrollo de capacidades
El enfoque de la MCLCP orientó desde el inicio su apuesta por una estructura descentralizada.
Ello respondía a una clara intención de contrarrestar el centralismo y superar la dificultad, tanto
del Estado como de las instituciones de la sociedad civil, para tener una cobertura nacional. La
propia organización descentralizada de la MCLCP fue también una apuesta por la autonomía de
cada una de sus instancias, sin dejar de fomentar el intercambio de experiencias y la coordinación
de acciones entre sus distintos niveles. Si bien es cierto que aún es difícil sostener un
funcionamiento adecuado de todas las mesas instaladas en los distritos, debido a la debilidad de
los actores sociales locales y la precariedad de re- cursos a ese nivel, la red nacional que
constituye hoy la MCLCP es una sus principales fortalezas y aportes. Al funcionar de manera
descentralizada, y a la vez coordina- da, la MCLCP ha hecho posible, con recursos limitados,
socializar información y articular esfuerzos colectivos, así como canalizar consultas ciudadanas en
todo el país.
La posibilidad de estar presente en el territorio nacional y mantener una articulación básica
entre sus instancias ha constituido una importante herramienta para fortalecer liderazgos y
desarrollar capacidades, todo lo cual ha contribuido en forma significativa con el avance del
proceso de descentralización, y también con la generación de mejores condiciones para
concertar enfoques y propuestas, tanto en el ámbito nacional como, en particular, en las
regiones del país.
4. Un espacio de mediación y diálogo frente a los conflictos sociales
Desde los primeros años, y en razón al reconocimiento de su pluralismo y neutralidad, la
MCLCP ha sido solicitada en muy diversas circunstancias para mediar o promover el diálogo
en situaciones de conflicto. Estas situaciones han ido desde desacuerdos entre actores al
interior de los espacios de concertación, problemas en la ejecución de programas y servicios
sociales, reivindicaciones gremiales o sociales no atendidas, corrupción y/o diferencias
políticas entre actores regionales y/o lo- cales y la población o incumplimiento de
compromisos acordados, hasta conflictos por la oposición a la presencia de determinadas
inversiones privadas y el rechazo a políticas sectoriales o medidas gubernamentales
específicas.
La intervención de la Mesa ha tenido características diversas: desde facilitadora del diálogo
entre las partes, difusora de información, intermediaria para el contacto con interlocutores
nacionales, generadora de propuestas y alternativas, mediadora en la búsqueda de acuerdos,
6. garante de los acuerdos logrados, hasta responsable del seguimiento al cumplimiento de los
acuerdos.
La Mesa ha actuado en estos casos fundamentalmente para propiciar el diálogo y se den las
condiciones para llegar a acuerdos antes de que los conflictos se presenten de manera
abierta. Es decir, ha buscado desempeñar un rol efectivo en la prevención antes que en la
resolución de los conflictos. En esa perspectiva, y entendiendo que esta no es una función
exclusiva ni principal de la Mesa, la coordinación con la Defensoría del Pueblo y con los
propios sectores del Estado involucrados en los conflictos ha sido permanente.
¿Qué hacer para superar la Pobreza?
La superación de la pobreza es fruto de la voluntad humana y, por tanto, del
compromiso de toda la sociedad. Así mismo, la pobreza no es igualmente importante
para todos los miembros de la sociedad. Quienes la sufren, tienen mayor urgencia
de superarla que quienes no la sufren.
Por esa razón, los principales actores en la lucha contra la pobreza son los propios
pobres, hombres y mujeres concretos que cotidianamente enfrentan la
insensibilidad del resto de la sociedad. En efecto, para muchos ciudadanos que ocupan
cargos públicos y privados la reducción de la pobreza es un objetivo sin urgencia,
comparado con la realización de sus propios intereses.
Esta situación, que es acompañada de una profunda incomunicación, tiene sus raíces en
factores culturales, sociales y económicos que traban la cooperación e impiden la
suma de esfuerzos efectivos para construir un futuro sin pobreza. La Mesa de
Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP) busca, justamente, contribuir a
abrir cauces democráticos mediante la concertación, la cual supone la unión de
voluntades y la orientación de los medios necesarios para materializarla en cambios reales
y sensibles.
Una apuesta por la equidad en la lucha contra la pobreza
La pobreza expresa relaciones de discriminación y de desigualdad de oportunidades que
actúan y se reproducen constantemente en la sociedad. “La situación de pobreza es una
situación de restricción de la libertad que proviene de reacciones económicas, sociales,
culturales y políticas injustas".
El reconocimiento de derechos y la construcción de capacidades
El enfoque de derechos, considera a la persona como un fin, de allí que es sujeto de
derechos. Los derechos de las personas nos hacen recordar que las personas son fines y
no instrumentos. La Constitución Política del Perú, reconoce a la persona humana como
fin supremo y precisa sus derechos y responsabilidades fundamentales.
7. Este enfoque supone considerar al pobre como ciudadano. Supone reconocer que la
pobreza vulnera derechos y que el cumplimiento y el ejercicio de esos derechos por
todos los peruanos y peruanas, es un objetivo primordial de las políticas públicas. Los
derechos no son negociables en el mercado, según la dinámica de la oferta y la
demanda, ni se deben a las características étnicas o sociales de las personas.
A su vez, la pobreza significa pérdida de capacidades, de allí que para superarla,
más que políticas de alivio, se requiere implementar políticas habilitadoras y
ampliadoras de oportunidades (que rompan barreras y restricciones y creen condiciones
favorables), para que las personas y familias enfrenten su propio desarrollo.
La participación política, la concertación y la construcción de una institucionalidad
democrática incluyente
La participación social en las decisiones que afectan a la sociedad y, sobre todo, a
las propias personas en pobreza, es parte constitutiva y no solo instrumento del
desarrollo. Es medio y es fin. En un país diverso y fuertemente fragmentado como el
Perú, con altos niveles de desigualdad y de pobreza, se plantea como indispensable, el
desarrollo de espacios y procesos de concertación en la definición de las políticas
públicas, con la participación de las propias poblaciones en situación de pobreza.
“La concertación como instrumento, también sirve para construir la democracia,
sirve para idear las formas de convivencia social, aceptadas consensualmente y
también es como una escuela de formación ciudadana y de liderazgos socialmente
compartidos; sirve para construir el poder democrático, de manera legítima en
concordancia con el desarrollo de la ciudadanía”.
En la construcción de la institucionalidad democrática es necesario combinar las formas
de la democracia representativa con formas y mecanismos de democracia participativa.
"Actualmente el Estado y la política no son los únicos campos en los que se
toman decisiones públicas importantes, hay un peso muy grande de los actores
económicos y, a su manera, de muchos actores sociales. Por eso no habrá avances hacia
la democracia real, si dejamos sola a la democracia electoral y representativa. Es
necesario organizar las instituciones públicas y el Estado, de modo que la gente esté
asociada cotidianamente a su funcionamiento. Hay que vigilar, hay que contribuir, hay
que evaluar periódicamente. Ello requiere organización, capacitación técnica,
legislación especial, pero sobre todo, compromiso entre el ciudadano común y las
autoridades."
8. LAS CIFRAS OFICIALES DE LA POBREZA
Evolución de la pobreza a Nivel nacional
Nivel de pobreza por años
Año % pobreza % pobreza
extrema
2004 48.6 17.1
2005 48.7 17.4
2006 44.5 16,1
2007 39.3 13.7
2008 36.2 12.6
Fuente: INEI Encuesta Nacional de Hogares 2004-2008
Incidencia de la pobreza por áreas
Año % pobreza urbana % pobreza rural
2004 37.1 69.8
2005 36.8 70.9
2006 31.2 69.3
2007 25.7 64.6
2008 23.5 59.8
Fuente: INEI Encuesta Nacional de Hogares 2004-2008
Las Regiones más pobres 2007
Región % pobreza
Cajamarca 64.5
Lotero 54.6
Puno 67.2
Ancash 42.6
Junín 43.0
Piura 41.4
Huancavelica 82.1
Ayacucho 64.8
Huánuco 61.5
La Libertad 36.7