2. • No se puede desaprovechar
esta hora de gracia. ¡Se
necesita un
“Nuevo Pentecostés”
3. ¡Es necesario salir al
encuentro de las personas,
las familias, las
comunidades y los pueblos
para comunicarles y
compartir el don del
encuentro con Cristo, que
ha llenado nuestras vidas
de “sentido”, de verdad y
amor, de alegría y de
esperanza!
4. ¿Qué es la Misión Continental?
Es un estado de misión
permanente, que implica el
“envío” (misión) personal y
eclesial de todos los
bautizados, anunciar a
Jesucristo y compartir su
Evangelio con cada persona,
empezando por los que se han alejado de la
comunidad de la iglesia ofreciéndolo también
a quienes se confiesan indiferentes, e incluso
contrarios a la fe.
5. 1) Entusiasmo interior.
2) Confianza plena en el Señor.
3) Continuidad en los procesos.
4) Firmeza ante la adversidad.
5) Constancia para llevar nuestras naves mar
adentro.
6) Creatividad, para encontrar respuestas adecuadas
a los desafíos.
7) Disponibilidad a repensar y reformar algunas
estructuras pastorales.
8) Espiritualidad de la comunión.
9) Audacia misionera.
10) Apertura a la acción del Espíritu Santo.
7. “Un hombre bajaba de Jerusalén a
Jericó…” (Lc 10,30)
La narración del Buen Samaritano se
ha convertido en la metáfora más
expresiva de la Pastoral de la Salud,
actuada por los creyentes y grupos
eclesiales.
8. La narración se desarrolla “en la calle”,
y no en lugares cerrados y protegidos.
Esta narración nos sugiere la necesidad
de dejar las comodidades para ir hacia el
necesitado.
Esta narración bosqueja una pastoral
misionera y evangelizadora (DA)
9. Acercarse
- Ver – detectar
- Compasión
- Vendar
- Cuidar
- La posada: involucrar
- Pagar
- Volver: continuidad
10. Discípulos misioneros
en el mundo de la salud
CONCLUSIÓN
Con gran alegría asumimos la preocupación
que nuestra Iglesia, experta en humanidad,
manifiesta por el mundo de la salud, en medio
de la amenaza permanente de una "cultura de
muerte".
11. Deseamos fervientemente que, a
nivel de todas las Conferencias
Episcopales, se promueva e
implemente una pastoral de la salud
eficaz y en favor de una salud
integral, al servicio de los que más
sufren.
12. Queremos expresar nuestro
reconocimiento y estímulo, así
como nuestro compromiso
solidario, a todos los agentes de la
pastoral de la salud que,
especialmente con su testimonio,
anuncian, en el nombre de Jesús, el
Evangelio de la esperanza y de la
vida.
13. A nuestros hermanos que viven una
situación de dolor y de sufrimiento
recordamos que la Iglesia siempre
estará atenta a su clamor, al de todos
y cada uno, será presencia cercana y
esperanzadora del Cristo resucitado
que vino para que tengamos vida y
vida en abundancia.
14. Nuestro pensamiento también se dirige a
los responsables de las políticas de salud
de nuestros pueblos, para que se trabaje
por lograr un sistema equitativo y solidario
que garantice el ejercicio del derecho a la
salud de todos los ciudadanos.
María, Salud de los Enfermos, nos ayude a
testimoniar al mundo la ternura de Dios y
a proclamar con valentía el Evangelio de
la vida.
15. Los Documentos de la Iglesia nos
iluminan sobre lo que significa misión.
No se trata solo de “misión a las
gentes”, como misión entre los que
todavía no conocen a Jesucristo. La
Encíclica Redemtoris Missio propone
una visual más amplia, un abanico de
posibles misiones:
16. la misión a las gentes, la primera
evangelización y constitución de las
iglesias locales, el ministerio pastoral
entre los fieles, la nueva evangelización
de personas o grupos o ámbitos
descristianizados, inculturación y
diálogo con las culturas, promoción de la
justicia, ecumenismo, diálogo entre las
religiones, ministerio con los medios de
comunicación social, etc. (RM 33, 34)
17. En el mundo de la salud se van
delineando de manera siempre más
clara varios fenómenos, algunos de
ellos se sintetizan aquí:
- Una nueva sensibilidad frente a los
fenómenos de la vida, la salud y la
calidad de vida
18. El concepto de salud ha cambiada.
No se relaciona de hecho únicamente a
factores orgánicos, sino que conjuga las
dimensiones física y espiritual de la
persona, extendiéndose al ambiente
físico, afectivo, social y moral en el que
la persona vive y trabaja. Entre la
salud y la calidad de vida y bienestar
del hombre se establece una relación
nueva y profunda.
19. - Una nueva concepción de la
enfermedad, donde esta no es ya
considerada una simple patología, sino
como un malestar existencial, biográfico,
consecuencia de determinados hábitos de vida, de
cambio de valores y de manejos equivocados del
ambiente natural. Por todo esto la
enfermedad ya no se considera como
una calamidad que tenemos que aceptar
pasivamente o como una fatalidad.
20. - La tutela de la salud no es más una
tarea del individuo, sino de la
comunidad civil. Se está pasando de la
curación de la enfermedad a la tutela
de la salud, organizada con servicios
básicos territoriales y con estructuras
especializadas.
21. - La profesionalización de los
operadores de la salud.
- Una creciente demanda de
participación ciudadana en la gestión
de la salud, también con formas de
voluntariado.
- Una sensibilidad más aguda al
enfrentamiento de las situaciones de
deshumanización.
22. - El riesgo de marginación de algunas
categorías de pacientes (enfermos
terminales, crónicos y ancianos,
discapacitados físicos y mentales,
enfermos mentales, drogadictos,
alcohólicos, enfermos de Sida).
23. Desde el punto de vista socio-religioso
el fenómeno de la secularización se está
convirtiendo en un fenómeno masivo.
Con este término se indica la tendencia a
afirmar la autonomía de la realidad
mundana de toda religión. Podemos ver
como el cristianismo ha dejado de ser, para
mucha gente, el punto de referencia y la
norma de los pensamientos, de las decisiones
y de los comportamientos.
24. Este fenómeno ha atropellado de
manera quizás más perceptible
respecto de otros campos, el sector
de la salud y en particular en los
hospitales. La revolución
tecnológica en la salud, ha
modificado profundamente el
rostro de la medicina y de las
estructuras
25. La actitud de la población en relación
con la realidad de la enfermedad y la
muerte se ha modificado bastante: en
muchos casos éticos (como el aborto, la
eutanasia, la anticoncepción, esterilización,
fecundación artificial) prevalecen
orientaciones muy distantes u opuestas a
aquellas que propone la Iglesia católica.
En fin, las profesiones han perdido su
carácter vocacional.
26. Toda la Iglesia, y con ella todo
bautizado, tiene la tarea
misional: dar a conocer a
Cristo entre sus hermanos.
27. Cuando se trata de traducir a la
práctica (de hacer pastoral) la tarea
misional conoce diversidad de
opiniones, de opciones; surgen también
conflictos entre varias tendencias. Esto
no debe maravillarnos: la pastoral está
siempre sujeta a la dinámica de la
historia.
28. Estas diversidades brotan de
diferentes perspectivas o imágenes
generales de cómo deba
desarrollarse la evangelización.
Algunas de estas imágenes más
difundidas pueden sintetizarse
así:
29. como enseñanza (la atención
está puesta sobre la fe como un
complejo de verdades que se
deben comunicar; la Iglesia es
Maestra),
30. misión como cruzada - la
insistencia está puesta sobre
la negatividad del mundo
31. como conversión (la insistencia está
puesta sobre la dimensión personal; la
Iglesia es el Arca de Noé en un mundo
perverso),
32. como liberación (la insistencia se
pone sobre el desarrollo, la
justicia y la liberación social),
33. como testimonio (se orienta la
vida cristiana hacia una forma
de presencia activa y silenciosa
según el modelo de la vida
monástica),
35. como diálogo (las otras
religiones son consideradas
como elementos positivos en
el proyecto de Dios).
36. Estas imágenes no son
alternativas, sino que cada una
trae en sí misma algunos
elementos importantes de
verdad. El riesgo es el
absolutizar una perspectiva,
olvidando los posibles aportes de
las demás.
38. La superación del iglesiocentrismo.
La iglesia no puede encerrarse en sí
misma, preocupándose únicamente
de su conservación y expansión;
tiene que asumir una perspectiva
evangelizadora.
Esto implica la solicitud para todas
las personas, y no sólo para los
creyentes practicantes.
39. - La actitud del diálogo que supere una
pastoral centrípeta. El pluralismo
ideológico y cultural es un hecho. Aparece
siempre más necesario un diálogo abierto y
respetuoso con todas las personas. No
podemos ya comportarnos como si todos
fuéramos cristianos: muchos lo son
sociológicamente, pero no por
convencimiento y madurez; con todos se
debe dialogar.
40. - La atención a la promoción y liberación
integral de las personas, superando
aspectos típicos de una pastoral
sacramentalista y devocional. El divorcio
entre la fe y la vida y la desproporción
entre las masas de los fieles oficialmente
cristianos y la realidad de nuestras
comunidades eclesiales, imponen una
estrategia pastoral más atenta a las
necesidades de la persona.
41. El desarrollo de actitudes y
modalidades de comunión que superen
el clericalismo, el infantilismo y el
machismo en la Iglesia. Se trata de
mostrar el rostro de la Iglesia como pueblo
de Dios, de ayudar a los bautizados a
convertirse en sujetos adultos en la fe, de
valorar cada vez más la presencia y los
carismas de las mujeres.
42. - Actitudes que muestren la
naturaleza misterio - profética y
carismática de la Iglesia frente a
estilos y actividades que subrayan el
componente institucional. Esto
implica la valoración de todos los
ministerios, la apertura y la fe en el
futuro, una diferente impostación de
los organismos de decisión y de la
modalidad de gestión de la autoridad.
43. “En una época de transformaciones grandes y
rápidas, la Iglesia, los creyentes, tienen que pensar
más en el futuro que en la conservación y nostalgia
del pasado… En su conjunto, la praxis eclesial debe
preocuparse más de convencer y atraer a los
jóvenes y los constructores del futuro, que de
satisfacer ante todo y siempre las peticiones de los
conservadores y de los nostálgicos. En un mundo
en estado de aceleración no se puede seguir
caminando volviéndose atrás, sino se impone el
valor del riesgo, la prudencia de la audacia…”
(Alberich E.).
44. Lucas 24
Camino a Emaús
Situación existencial de Cleofás y
compañero
45. Es el domingo de Pascua por la
mañana. Dos discípulos, de ellos se
conoce el nombre de uno, Cleofás, están
caminando de Jerusalén hacia Emáus.
Probablemente, después del día sábado,
en el que los Judíos no podían caminar,
están volviendo a su casa y a su trabajo
46. La aventura con el maestro se ha
terminado trágicamente. Lo dicen:
“Esperábamos..., pero…”.
Están tristes, decepcionados, todos sus
sueños se han roto. El fracaso es total.
Quizás tienen también miedo que
alguien quiera hacer a ellos lo mismo
que hicieron a su maestro.
47. El desánimo, el desaliento, la tristeza y
la duda son las emociones que les
acompañan.
Han perdido la esperanza.
... Y sin esperanza no se puede ir lejos...
48. Jesús se acerca a estos viajeros, pero
tiene una identidad diferente de la que
ellos habían conocido y, por esto, no lo
reconocen.
Este acompañante afirma que no sabe
nada de lo que sucedió y de su historia.
Muestra interés en sus acontecimientos,
los provoca a la plática, los escucha
49. El acercamiento a los que sufren
psicológicamente empieza con estas
actitudes: acercamiento, preguntas
adecuadas para que el enfermo se abra
y comience a hablar, escuchar
50. En la narración evangélica casi parece
que el Señor pida permiso: “Disculpen,
¿puedo hacer este camino con ustedes?
¿No les molesto?”. Parece un gesto de
extrema delicadeza. La compañía no se
impone, se pide con educación y
respeto.
51. Muestra interés por su situación. Esta
actitud nos recuerda la importancia de
un verdadero interés para todas las
personas y su historia.
El Señor acepta también una
provocación: “Eres tú el único que no
sabe lo que sucedió?”. Jesús no
reacciona, acepta este juicio negativo
sin quejarse o defenderse, sin expresar
su verdadera identidad y sabiduría
52. Lo que verdaderamente le importa es
ayudar a estos pobres discípulos.
Los escucha con atención, sin muchas
preguntas. Permite que se aclaren…
despacio. No muestra nerviosismo.
Esta actitud de paciencia, de escucha
atenta y de respeto por sus
impertinencias, hace brotar la
confianza
53. Nadie puede bloquearlos, parecen un río
en plena corriente. Y hablan, cuentan su
historia.
Estaban viviendo una historia de
salvación, pero no se daban cuenta, no
estaban conscientes.
54. Luego de escucharlos, el Señor
Resucitado los ayuda en una verdadera
relación de ayuda. Se pone como en una
actitud de ayuda a la clarificación de sus
vivencias. A través de la Sagrada
Escritura, citada y comentada, los
conduce a “abrir los ojos”, a ver más
claro en su situación.
55. Hace surgir en sus corazones una nueva
vitalidad; los corazones empiezan a
“calentarse”, a vibrar con nuevos
motivos para seguir caminando en la
esperanza.
El acompañamiento permite que
puedan encontrar los motivos profundos
y reales (no fantásticos o falsos) para
seguir esperando y luchando por su
felicidad
56. Se trata de subrayar que el Señor no da
juicios morales sobre su
comportamiento (estaban huyendo y
muestran poca fe), ni señala soluciones
inmediatas de sus problemas con
consejos tan fáciles de brindar como
tan inútiles en situaciones
problemáticas, ni ofrece palabras de
fácil consuelo
57. El Señor Resucitado espera los tiempos
de maduración de los dos, los deja
libres, no los manipula con su
inteligencia y no juega con chantajes
emocionales para convencerlos
58. Llama la atención el hecho de que Jesús,
cuando lo reconocen, desaparezca de su
vista. La ayuda, para que sea
verdaderamente noble y genuina, tiene
que encontrar su fin