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NACIONAL
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN HÁBITAT
Asentamientos humanos,
agua y territorio
En el proceso de expansión
del sur de Bogotá
Gloria Esperanza Narváez Tafur
NACIONAL
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN HÁBITAT
Asentamientos humanos, agua y territorio
En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Financiado por la DIB-2007 (CÓD. 20101009724)
Gloria Esperanza Narváez Tafur
Trabajo de grado presentado para optar al título de Magíster en Hábitat - Estudios en vivienda
Director: Carlos Alberto Torres Tovar
Rector
Moises Wasserman Lerner
Vicerrector sede Bogotá
Fernando Montenegro Lizarralde
Decano
Jaime Franky Rodríguez
Director del Centro de Divulgación y Medios
Alfonso Espinosa Parada
Coordinador Académico Maestría en Hábitat
Carlos Alberto Torres Tovar
NACIONAL
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN HÁBITAT
©	Universidad Nacional de Colombia
	 Sede Bogotá
	 Facultad de Artes
	 Maestría en Hábitat
	 Bogotá, Colombia, 2009
	 ISBN: 978-958-719-507-1
A mi hija, Ana María, porque me permite la irreverencia, y me
da la fuerza del día a día, a ella le quiero regalar el sueño, el conoci-
miento y la risa, un patrimonio que nadie le podrá arrebatar.
A la mujer más tierna y linda, mi madre, Edelmira Tafur y a la
memoria de mi padre Audino Narváez de quien heredé la terquedad.
A los líderes sociales de Usme, Ciudad Bolívar y el municipio
de Soacha, por su amor a un territorio que fue obra de su propio
esfuerzo, por su compromiso comunitario y su valiosa información,
sin la cual este trabajo no se hubiese realizado.
Agradecimientos
A La Universidad Nacional de Colombia y a la División de Investigación de la
sede Bogotá, por la calidad de la educación que brinda, por creer en los procesos
de investigación y por su apoyo económico.
A su compañero de vida Fredy Antonio Castiblanco, por su ternura, prudencia
y solidaridad.
Al arquitecto Carlos Alberto Torres director de la Maestría y de esta tesis por sus
oportunos comentarios, su insistencia y sus valiosos aportes.
A los lectores por la generosidad con el tiempo y la pertinencia de sus aportes, la
economista Mercedas Castillo y al sociólogo Hernán Darío Correa.
A sus amigos Mariela Osorno (bióloga), Arturo Sánchez Andrade (ambientalis-
ta), David Doncel (ingeniero catastral), César Sánchez (economista), David Alba
(antropólogo) y a Sergio Ballén (arquitecto), Jorge Correa (arquitecto), por sus
valiosos aportes desde sus disciplinas de formación académica y además porque
generaron espacios de encuentro y camaradería en muchas madrugadas de trabajo
y en momentos de preocupación.
A sus asistentes de investigación de la Universidad Nacional de Colombia a: Da-
vid López (estudiante de arquitectura) y Ángela Pedraza (estudiante de ciencias
políticas) y Ricardo Quintero (estudiante de arquitectura).
A Rosita Narváez que me cuidó con cariño.
ASENTAMIENTOS HUMANOS, AGUA Y TERRITORIO
EN EL PROCESO DE EXPANSIÓN DEL SUR DE BOGOTA
R e s u m e n
Esta tesis interpreta desde la perspectiva ambiental comple-
ja la construcción social del territorio a partir de la relación
entre los procesos ecológicos, socio-económicos y políticos
presentes en la provisión y el acceso al agua, como compo-
nente esencial del hábitat, en las dinámicas de ocupación de
las localidades de Usme y Ciudad Bolívar, en Bogotá, y el mu-
nicipio de Soacha. Estos dos territorios sufrieron los mayores
impactos en las oleadas de crecimiento al extremo de conur-
barse la ciudad de Bogotá en este punto.
Con la revisión de contexto de la ciudad se identifican las
causas simultáneas que provocaron la generación de asen-
tamientos informales. En el análisis del territorio se toman
como referencia nueve barrios que fueron seleccionados de
acuerdo con criterios temporales, espaciales y de origen. La
investigación concluye que la urgencia de la población estaba
puesta en cualquier solución habitacional y no en el agua,
aunque ésta fue determinante en la consolidación del tejido
y de la construcción social del territorio, con la paradoja de
tener una cuenca rica en recursos naturales, que a pesar de
ser proveedora de agua y materiales de construcción a la ciu-
dad, su población ha tenido dificultades para acceder al agua
potable y a un hábitat digno.
Este trabajo hace una lectura del territorio a partir de la re-
lación que establece la población con el agua, más allá de lo
morfológico y lo tipológico. Toma como punto de referencia
para el análisis los aportes de los actores de las luchas sociales
y los procesos organizativos gestados en el sur de Bogotá. Se
puede afirmar, entonces, que el derecho a la ciudad está de-
terminado por la forma como se accede al agua, se llega a la
ciudad y se construye el hábitat.
Palabras claves: erritorio, hábitat, agua, ambiental, derecho
a la ciudad.
Índice
Índice de tablas.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 6
Índice de cuadros. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 6
Índice de gráficas.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 7
Índice de mapas. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 7
Índice de imágenes. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 8
Introducción .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 10
Capítulo 1. Marco teórico. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 15
1.1 La perspectiva ambiental como síntesis de los
procesos ecológicos, económicos, sociales y políticos.  .  .  .  .  . 16
1.2 El agua en los procesos ecológicos. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 18
1.2.1 La perspectiva del hábitat en la construcción social del
territorio y en los procesos ecológicos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 19
1.2.2 El papel del agua en la construcción del hábitat.  .  .  .  .  .  . 22
1.3 El agua y los procesos socio-económicos. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 23
1.3.1 La accesibilidad y la asequibilidad del agua determinan la
relación con los servicios públicos y el derecho a la ciudad. . . . 25
1.4 El agua y los procesos políticos .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 26
1.4.1 Agua, hábitat y derecho a la ciudad.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 28
Capítulo 2. Marco de referencia. Antecedentes de
ocupación de usme, Ciudad Bolívar y Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 32
2.1 Los procesos de planeación que influyeron de manera
directa o indirecta en la ocupación fragmentada del
territorio hasta los años ochenta.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 33
2.2 Ciudad informal como parte de la ciudad. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 34
2.3 Producción del suelo y las lógicas de ocupación.  .  .  .  .  .  . 37
2.4 El proceso de expansión urbana en las localidades de
usme y ciudad bolívar y en el municipio de soacha. .  .  .  .  .  .  . 40
2.5 La conurbación Bogotá-Soacha .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 46
Capítulo 3. Procesos ecológicos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 55
3.1 Caracterización ecológica del territorio de Usme,
Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 57
3.1.1 Ubicación espacial de Usme, Ciudad Bolívar y Soacha.  .  .  . 58
3.1.2 Comprensión territorial de la cuenca del río Tunjuelo. .  .  .  .  . 60
3.1.3 Caracterización espacial de la cuenca del río Tunjuelito
y las cuencas del municipio de Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 61
3.2 Estructura ecológica de Usme-Ciudad Bolívar
y Soacha en el plan de ordenamiento territorial. .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 63
3.3 Caracterización de la zona conurbada .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 63
3.3.1 Impactos ambientales de la conurbación.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 64
3.4 Agua y procesos de ocupación.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 65
3.4.1 Procesos de ocupación de Usme. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 67
3.4.2 Procesos de ocupación de Ciudad Bolívar.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 70
3.4.3 Procesos de ocupación de Soacha.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 74
3.5 Barrios de estudio. Relación entre el proceso de
ocupación y el acceso al agua.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 77
3.5.1 Barrios de estudio en la localidad de Usme.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 78
3.5.2 Barrios de estudio en la localidad de Ciudad Bolívar . . 82
3.5.3 Barrios de estudio en el municipio de Soacha.  .  .  .  .  .  .  .  .  . 88
3.5.4 Diversas tecnologías que facilitaron el acceso al agua. .  . 91
Capítulo 4. Procesos socio-económicos. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 102
4.1 Caracterización socio-económica y calidad de vida. . . 103
4.1.1 Aspectos laborales y económicos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 106
4.1.2 Calidad de vida, pobreza y desigualdad.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 114
4.2 Agua, servicios públicos y producción del hábitat.  .  .  . 120
4.2.1 Esquemas de prestación y desarticulación de políticas
de servicios públicos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 120
4.2.2 Agua y legalización de barrios. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 125
4.2.3 La complejidad del pago y del suministro de agua
en Soacha.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 129
4.2.4 La complejidad del suministro de agua en Bogotá .  .  .  . 130
4.2.5 Análisis de disponibilidad de servicios públicos en
Usme, Ciudad Bolívar y Soacha .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 131
Capítulo 5. Procesos políticos. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 134
5.1 Los procesos sociales como parte de los movimientos
territoriales .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 134
5.2 Conflictos en torno al agua y al territorio.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 136
5.2.1 Escalas de interpretación de los conflictos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 137
5.2.2 Conflictos urbanos en relación con el agua en el sur
de Bogotá. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 137
5.2.3 Conflictos por el acceso al agua potable. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 139
5.3 Las reivindicaciones sociales giraron alrededor de la
búsqueda del agua.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 144
5.3.1 La participación empieza a ser cooptada por la
institucionalidad.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 145
5.3.2 Aparece el territorio como escenario de interpretación . 147
5.3.3 La relación entre el proceso organizativo y el acceso al
agua en los barios del área de estudio. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 148
5.3.4 Grandes acciones construidas a partir del territorio. .  .  . 149
5.4 Usme, Ciudad Bolívar y Soacha son producto de los
sucesivos modelos de ciudad. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 150
5.4.1 Reflexión sobre el significado del derecho a la ciudad
en el sur de Bogotá y Soacha.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 153
5.4.2 Los habitantes de los sectores periféricos reclaman el
derecho a pertenecer a la ciudad.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 154
5.4.3 Percepción de los líderes comunitarios en relación con el
derecho a la ciudad. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 156
Conclusiones. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 159
Procesos ecológicos: vistos a partir de la relación entre
producción del hábitat y los valores ecológicos. .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 160
Procesos socio-económicos: entre la paradoja de la
inclusión social urbana en torno al agua en relación con
la legalización y la regularización del servicio del agua. .  .  . 160
Procesos políticos: en la interrelación entre los marcos
de la planeación y la intervención del Estado y las
dinámicas políticas.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 161
Anexos.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 163
Anexo marco de referencia Capitulo 2.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 163
Anexos Capítulo socio económico.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 164
Bibliografía. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 168
6 
Tabla 1 – Áreas de origen ilegal y su participación en el
suelo urbano.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 38
Tabla 2 - Valor Real del Suelo en Zonas Residenciales
Populares Expansión del Sur de Bogotá (zona estudiada) -
(1990 - 2005) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 40
Tabla 3 - Población Total (Evolución Intercensal).
Municipio de Soacha - (1973, 1985, 1993 y 2005).  .  .  .  .  .  . 47
Tabla 4 - Crecimiento Asentamientos Urbanos
Informales. Bogotá D.C. (1950 - 2000) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 163
Índice de tablas
Índice de cuadros
Cuadro 1 - Población Total Censada (evolución
intercensal). Expansión del Sur de Bogotá (Usme - Ciudad
Bolívar y Soacha) - (1973, 1985, 1993 y 2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 42
Cuadro 2 - Expansión del Sur de Bogotá (Usme - Ciudad
Bolívar y Soacha) - (1973, 1985, 1993 y 2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 43
Cuadro 3 - síntesis ocupación y potencial ecosistémico
afectado.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 77
Cuadro 4 - Tecnologías utilizadas.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 91
Cuadro 5 - Tecnologías utilizadas por barrio.  .  .  .  .  .  .  .  .  . 95
Cuadro 6 El Alcantarillado en los barrios de origen
informal. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 97
Cuadro 7 – Etapas Constructivas y de tipologías
edificatorias.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 100
Cuadro 8 - Variables e Indicadores de la Fuerza Laboral.
Expansión del Sur de Bogotá - (2003 y 2007).  .  .  .  .  .  .  .  .  . 107
Cuadro 9 - Unidades económicas por tipo (según
territorios y áreas) (participación %). Expansión del Sur
de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005.  .  .  .  . 110
Cuadro 10 - Unidades económicas por tipo
(participación % entes territoriales y áreas).
Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar
y Soacha) – 2005. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 111
Cuadro 11 - Unidades Económicas Asociadas a
Vivienda, por actividad económica (según territorios
y áreas) (participación %) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 112
Cuadro 12 - Unidades Económicas Asociadas a Vivienda,
por actividad económica (participación % de territorios
y áreas) - Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad
Bolívar y Soacha) – 2005. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 113
Cuadro 13 - Distribución de Personas y Hogares por
Indicadores de NBI - Expansión del Sur de Bogotá
(2003 y 2007) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 115
Cuadro 14 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares por factores - Expansión del Sur de Bogotá (Usme
y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 117
Cuadro 15 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares (Factor 1: Acceso y Calidad de Servicios).
Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) -
(2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Cuadro 16 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares (Factor 4: Calidad de la Vivienda). Expansión del
Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar ) - (2003 y 2007).120
Cuadro 17 - Viviendas ocupadas con personas presentes,
por disponibilidad de servicios públicos (según territorios
y áreas) (participación %). Expansión del Sur de Bogotá
(Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 132
Cuadro 18 - Viviendas ocupadas con personas presentes,
que no disponen de servicios públicos (según territorios
y áreas) (participación %). Expansión del Sur de Bogotá
(Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 133
Cuadro 19 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de
Usme) - (1993 - 2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 164
Cuadro 20 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad) - (participación y variación %). Expansión del Sur
de Bogotá (Localidad de Usme) - (1993 - 2005) .  .  .  .  .  .  .  . 164
Cuadro 21 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de
Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 165
Cuadro 22 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad) - (participación y variación %) Expansión del Sur
de Bogotá (Localidad de Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005).165
Cuadro 23 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad) Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de
Soacha) - (2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 166
Cuadro 24 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad). Expansión del Sur de Cuadro 13 - Bogotá
(Municipio de Soacha - Localidad 4) - (2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  . 166
Cuadro 25 - Población Total Censada (por sexo y grupos
de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de
Soacha - Localidad 6) - (2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 167
7 
Índice de gráficas
Gráfica 1 - Crecimiento Asentamientos Urbanos
Informales (Ha). Bogotá D.C. (1950 - 2000).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 36
Gráfica 2 – Áreas de origen ilegal. (Ha) por localidad. .  . 39
Gráfica 3 – Comparativo Trimestral.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 39
Gráfica 4 -Valor Real del Suelo en Zonas Residenciales
Populares. Expansión del Sur de Bogotá (zona estudiada) -
(1990 - 2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 39
Gráfica 5 - Población Total Censada (evolución
intercensal). Expansión del Sur de Bogotá (Usme -
Ciudad Bolívar y Soacha) – (1973, 1985, 1993 y 2005) .  .  . 41
Gráfica 6 - Población Total (evolución intercensal)
Municipio de Soacha - (1973, 1985, 1993 y 2005).  .  .  .  .  .  . 47
Gráfica 7 de Representación del uso de tecnologías.  .  .  . 96
Gráfica 8 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de
edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de
Usme) - (1993 - 2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 104
Gráfico 9 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de
edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de
Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 104
Gráfica 10 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de
edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de
Soacha) - (2005). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 105
Gráfica 11 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de
edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de
Soacha - Localidad 4 y 6) - (2005).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 105
Gráfica 12 Variables poblacionales e Indicadores de
Fuerza Laboral Expansión del Sur de Bogotá (Usme y
Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 106
Gráfica 13 – Tipo de Unidades económicas por
territorio. Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad
Bolívar y Soacha) - 2005 .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 109
Gráfica 14 - Distribución de Personas y Hogares por
Indicadores de NBI - Expansión del Sur de Bogotá
(2003 y 2007) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 115
Gráfica 15 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares por factores - Expansión del Sur de Bogotá
(Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 116
Gráfica 16 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares (Factor 1: Acceso y Calidad de Servicios).
Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) -
(2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Gráfica 17 - Índice de Condiciones de Vida de los
Hogares (Factor 4: Calidad de la Vivienda). Expansión
del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar ) -
(2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Gráfica 18 – Sistemas de Abastecimiento de Bogotá
y la Región. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 130
Grafica 19 - Conflictos entorno al agua y al territorio. 137
Índice de mapas
Mapa 1 – Asentamientos de origen ilegal.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 36
Mapa 2 - Estructura Ecológica Principal en conexión
con el ciclo I.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 38
Mapa 3- Mosaico: Crecimiento Urbano en las localidades
de Usme y Ciudad Bolívar de Bogotá D.C. y el
municipio de Soacha durante el periodo 1980-2006 .  .  .  .  . 45
Mapa 4 – Aerofotografía Ciudad Bolívar y Municipio
deSoacha años 1990 y 2005 .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 49
Anexo Mapa 5 - Crecimiento Urbano Hasta el año 1980
en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio
de Soacha .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 50
Anexo Mapa 6: Crecimiento Urbano Durante el Periodo
1980-1990 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el
Municipio de Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 51
Anexo Mapa 7 - Crecimiento Urbano Durante el Periodo
1990-2000 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el
Municipio de Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 52
Anexo Mapa 8 - Crecimiento Urbano Hasta el Año
2000 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el
Municipio de Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 53
Anexo Mapa 9 - Crecimiento Urbano Durante el
periodo 2004-2006 en las Localidades de Usme,
Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 54
Mapa 10 – División política localidades Ciudad Bolívar
y Usme Bogotá D.C. y el Municipio de Soacha 2007.  .  .  .  . 58
Mapa 11 – Estructura Hídrica localidades Ciudad
Bolívar y Usme Bogotá D.C. Municipio de Soacha.  .  .  .  .  . 60
Mapa 12 – Cuencas del Área de Estudio .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 61
Mapa 13 – Barrios de Estudio de la localidad Usme
(Danubio azul). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 79
Mapa 14 – Barrios de Estudio de la localidad Usme
(El Triangulo) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 81
8 
Mapa 16 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad
Bolívar (Jerusalen).  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 84
Mapa 17 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad
Bolívar (Caracolí) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 85
Mapa 18 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad
Bolívar (Verbenal Quiba) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 87
Mapa 19 – Barrios de Estudio Municipio de Soacha
(Altos de Cazucá). .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 89
Mapa 20 – Barrios de Estudio Municipio de Soacha
(Los Olivos III) .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 90
Índice de imágenes
Imagen 1. Tipos de construcción de la vivienda.. . . . . . . 82
Imagen 2. Barrio consolidado y densificado en Potosí.  .  . 83
Imagen 3. Tipos de vivienda en el barrio Caracolí.  .  .  .  .  . 85
Imagen 4. Sistema flauta de donde toma el agua del
Tanque de Sierra Morena el barrio Caracolí y barrios
de Soacha .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 86
Imagen 5. Vivienda en desarrollo progresivo en
Verbenal Quiba. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 87
Imagen 6: Barrio Altos de Cazucá.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 88
“Una gota de agua poderosa basta para crear
un mundo y disolver la noche.
Para soñar, el poder,
basta una gota imaginada en profundidad.
El agua así dinamizada es un germen;
otorga a la vida un ímpetu inagotable”.
Gaston Bachelard
10 
Los años ochenta marcaron la expansión de la ciudad
hacia el borde sur presionando la ocupación en el mu-
nicipio de Soacha, por lo cual la población se estable-
ció en las rondas del sistema hídrico y las laderas del
sistema orográfico, lo que ocasionó el crecimiento de
grandes asentamientos por fuera del perímetro dotado
de servicios públicos y con total desconexión del plan
vial. Así, se consolidó una periferia1
densa, de difícil
accesibilidad, con alto déficit en equipamiento e infra-
estructura, mala calidad en la prestación de los servi-
cios públicos, con viviendas de desarrollo progresivo y
con alto nivel de precariedad.
Las localidades de Usme y Ciudad Bolívar en Bo-
gotá y las comunas 4 y 6 del municipio de Soacha
no fueron objeto de un proceso planificado del te-
rritorio. Han sido producto de la exclusión y de las
relaciones de inequidad que ha generado Bogotá.
No obstante, su proceso de crecimiento continúa
siendo promovido por la urbanización pirata o por
disposiciones de ley, al definirle áreas de expansión
urbana para vivienda social en los respectivos planes
de ordenamiento territorial. De esta forma se acen-
túa la fragmentación sobre la cual han crecido estos
territorios con topografía de alta pendiente y gran
deterioro ambiental, que se expresa en carencias del
trazado urbano sin compatibilidad con los sistemas
naturales.
El área de estudio fue seleccionada por ser parte
de territorios que históricamente han concentra-
do los mayores índices de pobreza y miseria en la
ciudad, expresados en el deterioro de la calidad de
vida de la población por las dificultades de acceso al
agua por su condición de origen informal en los pri-
meros años de conformación de los asentamientos.
En esas condiciones las luchas sociales en el sur de
Bogotá se dieron por el acceso al agua potable y por
los altos costos en los servicios públicos; estas lu-
chas fueron prácticas reivindicativas desconectadas
de los parámetros configuradores de la espacialidad
urbana, de los usos del territorio y de las potenciali-
dades ambientales y productivas que éste ofrece.
La tesis Asentamientos humanos, agua y territorio,
tiene como objetivo analizar la construcción social
del territorio a partir de la relación entre los proce-
sos ecológicos, socio-económicos y políticos presen-
tes en la provisión y el acceso al agua, considerada
como componente esencial del hábitat, a partir de
una lectura de los procesos de ocupación en las lo-
calidades de Usme, Ciudad Bolívar, en Bogotá, y
en el municipio de Soacha desde los años ochen-
ta. El área de estudio se encuentra ubicada entre
la cuenca del río Tunjuelo que cuenta con una ri-
queza hídrica importante en el área sur-oriental de
la ciudad, por su cercanía al páramo de Sumapaz, y
en la zona-occidental de la Sabana de Bogotá que
cierra la cuenca alta del río Bogotá aunque presenta
el drama de la escasez y de las dificultades de acce-
so al agua en la dinámica de conurbación Bogotá-
Soacha.
Esta investigación busca principalmente: (1)
Precisar conceptos y enfoques que permitan in-
terpretar las relaciones determinantes entre los
procesos ecológicos, socio-económicos y políticos
del agua en relación con el acceso al hábitat, (2)
Analizar la relación entre el acceso y la disposición
del agua en los procesos sociales de ocupación del
territorio en función de su disponibilidad a partir
de los años ochenta (3) Identificar los principales
conflictos sociales y las políticas públicas definidas
en la construcción social de los territorios a partir
del acceso al agua.
Esta investigación se hace a partir del papel que
ha cumplido el agua en las dinámicas de crecimiento
poblacional en áreas de expansión en el sur de la ciu-
dad. Profundiza en que no es lo mismo el instalarse
en los barrios legalmente constituidos de la ciudad, a
Introducción
1	 Sobre zonas suburbanas y rurales.
11  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
hacerlo en estos lugares que son fruto del crecimiento
informal. Esto indica que el tipo de ocupación que se
ha gestado en Usme, Ciudad Bolívar y el municipio
de Soacha ha sido una manera en que la población
responde a sus propias necesidades, mediante la arti-
culación de unas dinámicas determinadas por sus lu-
chas para sobrevivir a la exclusión social y espacial.
La pregunta que orientó esta tesis fue formulada
de la siguiente manera: ¿la búsqueda por el acceso
al agua dinamizó la construcción social del hábitat y
articuló los procesos ecológicos, socio-económicos
y políticos?
Para dar curso a esta pregunta se tomó como base
de referencia el análisis cualitativo e interpretativo,
desarrollado en la metodología de Interpretación So-
cial y Apropiación Territorial2
– ISAT–, que facilita,
ante todo, la posibilidad de contar con nuevos refe-
rentes de interpretación de la realidad territorial, al-
gunos de ellos aportados por los mismos sujetos de la
acción, que posibilitan la construcción social del co-
nocimiento.
El enfoque utilizado por la metodología ISAT es
el cualitativo interpretativo, fundado epistemológica-
mente en la fenomenología pues considera la perspec-
tiva del sujeto que vive la problemática en su propio
mundo, y en la hermenéutica que permite realizar una
interpretación de los discursos construidos por los su-
jetos relevantes así como la delimitación del campo
temático. Éste se hace a partir del abordaje de la inda-
gación en un contexto de ocurrencia delimitado por el
territorio donde se encuentran las personas que parti-
cipan en los acontecimientos que se estudian (De Te-
zanos, 1998: 42). Bajo este enfoque el investigador se
acerca a la situación tal como la encuentra, sin inter-
venir en su forma de generarse o producirse, al tomar
el análisis y la interpretación del discurso realizado por
los sujetos motivo de estudio.
Esta metodología alude a la necesidad de com-
binar de una manera sistemática un conjunto de
procesos, esencialmente participativos, a partir de
los cuales una comunidad, territorialmente definida
y socialmente articulada en unos planes y formas de
organización, desarrolla su potencial de actuación
sobre las variables más decisivas en la configura-
ción y definición estructural del espacio urbano, así
como la capacidad de gestión en la orientación del
ordenamiento territorial, en función de la satisfac-
ción de sus necesidades vitales.
Los elementos que configuran la metodología
ISAT están enraizados en las prácticas de la educa-
ción popular, al tener afinidad epistemológica con la
Investigación Acción Participativa –IAP– y el diálo-
go de saberes los cuales se enmarcan en el paradigma
crítico hermenéutico3
bajo las cuales se procuraba
que las comunidades fueran gestoras de su propio de-
sarrollo y de su propio destino. Pero, la educación po-
pular4
, profundamente interesada en la constitución
de sujetos sociales y políticos, no pudo dar cuenta
de los aspectos territoriales inherentes al desarrollo,
por estar prioritariamente preocupada por enfrentar
las contradicciones sociales que hicieron descargar el
peso histórico de las problemáticas de estos sectores.
El conocimiento es un proceso de construcción
social, en donde cada individuo posee parte de él:
“En la vida cotidiana el conocimiento aparece dis-
tribuido socialmente, vale decir que diferentes in-
dividuos y tipos de individuos lo poseen en grados
diferentes. La sociología del conocimiento debe
ocuparse en cómo éste interpreta y construye la rea-
lidad, fundamentalmente la realidad de los procesos
de la vida cotidiana, determinada por sus propias
objetivaciones, a través de un análisis fenomeno-
lógico de la vida cotidiana” (Berger y Luckmann,
1999: 65), por tanto, este conocimiento se debe te-
jer y en la articulación de elementos y de versiones
se construye otra noción de la realidad.
A partir de reconocer que el conocimiento es un
proceso, esta investigación implementó tres perspec-
tivas de análisis, que se han construido para efecto
de integrar los conceptos sobre ambiente, territorio,
2	 Esta metodología se empezó a construir en el marco de la ejecución
del proyecto Río Tunjuelito o la construcción del ambientalismo popu-
lar urbano, para siete localidades en el sur de Bogotá, con la Funda-
ción FIDHAP, realizado entre 1998 y 2001 bajo la coordinación del
proyecto de la autora de esta investigación. El proceso generado fue
sistematizado con este enfoque metodológico del ISAT.
3	 De acuerdo con la identificación de paradigmas en ciencias sociales
que hace la escuela de Frankfurt, o Teoría crítica.
4	 Una de sus principales figuras es el brasilero Paulo Freire. El propó-
sito central de este paradigma se vincula con la necesidad de que el
proceso de cambio sea asumido por el pueblo.
12  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
hábitat y derecho a la ciudad, así: la primera: la pers-
pectiva ambiental como síntesis de los procesos eco-
lógicos, socio-económicos y políticos; la segunda: la
perspectiva del hábitat en la construcción social del
territorio y en los procesos ecológicos; la tercera: la
perspectiva del agua en los derechos humanos y en el
derecho a la ciudad.
Esta investigación fue desarrollada en
cuatro fases así:
(1) Construcción del marco teórico y del marco de re-
ferencia. En ellos se definieron conceptos teóricos
y enfoques orientadores del proceso de indagación,
que permitieron deducir categorías de análisis y
subcategorías, y se precisaron puntos de referencia
para la interpretación de la información.
(2) Identificación de escenarios y actores relevan-
tes. Se hizo la definición de criterios para la selec-
ción de los barrios así: en lo temporal: que fuera
un barrio por década en cada localidad de estudio
y el municipio de Soacha, para un total de nueve;
en lo espacial: que al menos un barrio por locali-
dad o municipio estuviera ubicado en el área de
expansión y en la zona de ladera; y por el origen:
que fueran barrios informales y en ellos se identifi-
caron los actores relevantes.
(3) Delimitación del contexto de ocurrencia. Se
realizó el trabajo de campo con aplicación de die-
ciocho entrevistas semiestructuradas en profundi-
dad, dirigidas a líderes comunitarios que estuvieron
en la dinámica fundacional del barrio y que promo-
vieron las demandas de su comunidad por agua, así
como a funcionaros de entidades públicas y acadé-
micos, todos con amplio conocimiento en el área
de estudio. También se realizaron conversatorios
con especialistas en tres temas: agua y perspectiva
ambiental; agua y territorio; y agua y derecho a la
ciudad. Ello permitió que los expertos dieran pistas
que aportaran a la sistematización y análisis del tra-
bajo de campo.
(4) Análisis e interpretación de la información. Po-
sibilitó el ejercicio de teorización en donde la mente
inicia un auténtico juego con las categorías: perci-
be, contrasta, compara, agrega y ordena categorías
o grupos de categorías y sus propiedades, establece
nexos, enlaces o relaciones y especulaciones. Este
procedimiento permitió identificar el papel del agua
en la construcción social del hábitat en tres com-
ponentes: teórico y de análisis (se precisaron las
categorías de interpretación); análisis de los textos
y discursos empíricos alrededor del territorio y del
hábitat (se validaron las categorías identificadas); y
análisis del poder político en torno al agua (se ana-
lizó la utilidad de las categorías en relación con la
acción social).
Este procedimiento posibilitó la revisión de los
asentamientos humanos en el sur de Bogotá en los
últimos veinte cinco años5
en relación con el tipo
de vivienda producida, sujetos públicos y privados,
individuales y colectivos propios de la gestión pú-
blica; definición de instrumentos de la gestión téc-
nicos y políticos para la gestión integral del hábitat;
articulación de la política pública en concordancia
con las propuestas de desarrollo, planes de ordena-
miento territorial y políticas sectoriales.
La tesis por capítulos
La tesis Asentamientos humanos, agua y territorio está
conformada por cinco capítulos así:
El capítulo del “Marco teórico” expone las bases
conceptuales para comprender la interrelación entre
el agua y los procesos ecológicos, socio-económicos
y políticos desde la perspectiva ambiental compleja.
Profundiza en conceptos que no son definiciones
acabadas, porque se codifican de acuerdo con la óp-
tica con la que se aborden el territorio, el hábitat o
los derechos. Reflexiona sobre el papel del agua en
los procesos ecológicos, mediante el reconocimiento
del valor de las perspectivas ambientales de diversos
autores que tienen en común la mirada de la comple-
jidad. Interioriza desde diversas posturas el hábitat
relacionado con otras formas de vida o de construc-
ción cultural. Desarrolla el papel del agua en la cons-
trucción social del territorio, y de los límites que tiene
5	 Esta fue la época en la que se aceleró significativamente el proceso
de ocupación informal del territorio escogido como área de estudio,
cuya tendencia se ha mantenido hasta el día de hoy.
13  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
la misma naturaleza. Complejiza la relación del agua
con la accesibilidad y la asequibilidad en relación con
los servicios públicos y con el derecho a la ciudad.
El capítulo de “Marco de referencia”, construye
unos puntos de contexto sobre lo que acontece en
la ciudad, que inciden en la forma de ocupación del
área de estudio, indaga sobre las relaciones políticas
que permiten comprender las causas estructurales
de la planeación y el costo del suelo, que junto con
la crisis de inquilinatos y la presencia de los desplaza-
dos en la periferia fueron elementos determinantes
en la construcción de la espacialidad del sur como
producto de una planeación fragmentada y exclu-
yente, que incidió en las dinámicas de crecimiento
de la ciudad y la conurbación Bogotá-Soacha.
El capítulo titulado “Procesos ecológicos” hace una
caracterización del territorio que permite identificar
las potencialidades hídricas y ambientales del área de
estudio así como sus limitaciones. A partir de la com-
prensión de sus condiciones climáticas en la relación
agua-hábitat, relaciona fuentes naturales, cuencas hi-
drográficas y dinámicas de ocupación, además tiene
en cuenta los impactos ambientales generados por la
conurbación, analiza las transformaciones ecológicas
dadas a partir de las dinámicas de ocupación, identi-
fica los valores ecosistémicos, el acceso al agua y pro-
ducción social del hábitat en los barrios de estudio.
El capítulo llamado “Procesos socio-económi-
cos” analiza el elemento natural agua como servicio
público en la construcción del hábitat, los costos
de ésta y la incidencia en los sectores más pobres
en razón al modelo de regulación económica, para
inducir a la reflexión sobre la pertinencia del deba-
te entre lo público y lo colectivo. Diferencia entre
lograr el acceso al agua y la formalización de esos
sectores al cuestionar la incidencia que tiene tanto
el crecimiento informal como la legalización. Pro-
fundiza sobre las condiciones de vida de la pobla-
ción del área de estudio y su relación con el acceso
al servicio del agua.
Elcapítuloidentificadocomo“Procesospolíticos”
hace una reflexión sobre el papel de los movimientos
sociales en la transformación de la espacialidad de la
ciudad, a partir de procesos de resistencia, marcados
por lógicas de actuación de las que no fueron muy
conscientes en su momento, como la lucha reivin-
dicativa, la institucionalización de la participación y
la reflexión del territorio como escenario de inter-
pretación. Establece la relación entre los procesos
organizativos y el acceso al agua. Profundiza sobre
el contenido, la escala de actuación y los conflictos
que acontecen en el área de estudio. Con el análisis
normativo identifica los modelos de ciudad sobre los
cuales creció el sur de Bogotá.
A manera de conclusión
Se logró constatar que el proceso de ocupación en el
área de estudio, no se hizo de manera consiente en
referencia al tema del agua, pero sin este elemento
escaso, la consolidación de los asentamientos huma-
nos no se hubiese dado. El agua fue determinante
en la consolidación del tejido social y de la cons-
trucción social del territorio en las áreas periféri-
cas de la ciudad, es decir, ha sido fundamental para
imprimirle el carácter social a la construcción del
territorio, puesto que ha sido reivindicación, moti-
vación, detonante y movilizadora de la comunidad,
y dio como resultado la construcción de identidad,
organización y sentido de pertenencia.
No obstante, la búsqueda en el sur de Bogotá
ha sido por el techo y no por el agua, aunque han
existido varias razones que motivan poblar determi-
nado lugar como es el transporte, el agua y la tierra
a bajo costo. Los procesos de ocupación en las loca-
lidades de Usme y Ciudad Bolívar y en el municipio
de Soacha, estuvieron determinados por la necesi-
dad de tener un lugar donde vivir. La urgencia de
la población estaba puesta en cualquier solución
habitacional y no en el agua; en la búsqueda por
un sitio de abrigo para los hijos, para proyectar el
futuro y considerar que en estos territorios podían
lograr otros niveles de “desarrollo”.
Entonces la reflexión giró alrededor de la para-
doja de una cuenca, que tiene unas características
particulares como proveedora del agua a la ciudad,
y simultáneamente tiene una gran dificultad para
que sus propios habitantes locales accedan al agua
potable. Si bien, hoy este no es el problema, dado
que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
14  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Bogotá –EAAB– logró construir las redes de provi-
sión y sistemas de abastecimiento, sí lo fue durante
varias décadas con la permisividad del Estado, que
de alguna manera lo manejó como un mecanismo
de bajarle la tensión a los procesos de ocupación,
ante la incapacidad de construir alternativas reales
de vivienda a la población de bajos ingresos. Esto se
fue expresando en una ausencia de política pública
y de planes de ordenamiento que hubieran posibi-
litado unas mejores condiciones de habitabilidad y
de vida para esta población.
La dualidad también la expresó la relación de
tres territorios con potencialidades físicas y ecológi-
cas distintas: Usme representa la riqueza hídrica, en
cambio Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha re-
presentan la escasez de este valioso recurso, dadas sus
condiciones climáticas, la infertilidad de los suelos y
la poca vegetación. No obstante, estos dos últimos
territorios sufrieron los mayores impactos en las olea-
das de crecimiento al extremo de que se dio la conur-
bación con la ciudad en este punto. Lo complejo es
que en Usme, a pesar de tener agua en abundancia,
sus habitantes tuvieron los mismos conflictos por el
acceso al agua, incluso tuvieron más problemas de
salud pública por consumir agua no potable que en
los otros dos territorios mencionados.
15  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Una consideración lógica de esta investigación es que
centra la preocupación en el significado del agua en la
construcción del hábitat. Es claro que sin agua no hay
hábitat humano, no obstante, siendo un elemento tan
evidentemente necesario tiende a ser desconocido en
la comprensión del territorio, en los procesos de formu-
lación de políticas públicas de hábitat y en las dinámi-
cas culturales. Justamente por ser el agua un elemento
determinante debería ser abordado y comprendido en
toda su complejidad, teniendo en cuenta las fuentes
generadoras, el funcionamiento del ciclo hidrológico y
la forma como es afectada por la acción antrópica.
Lo cierto es que la forma como se accede al agua
determina el nivel de inclusión o de exclusión en la
construcción del hábitat y la relación con el derecho a
la ciudad, lo cual implica integrar diversas perspectivas
de análisis que se complementan, como la ambiental
en la interrelación de los procesos ecológicos, socio-
económicos y políticos; el hábitat en la construcción
social del territorio y en los procesos ecológicos; el
agua como derecho humano y derecho a la ciudad.
Desde una perspectiva ambiental y con un abor-
daje conceptual de los procesos ecológicos, socio-
económicos y políticos se analiza el acceso al agua
como componente esencial del hábitat, entendien-
do éste como construcción social y el reconoci-
miento de múltiples territorios; y con el enfoque del
derecho a la ciudad como escenario de inclusión y
de igualdad ante los procesos de ordenamiento y de
formulación de políticas públicas.
El abordaje teórico desde la perspectiva ambien-
tal en tanto integra la complejidad, posibilita la cons-
trucción epistemológica rica en diferentes elementos
de análisis al reconocer la importancia de la interdis-
ciplinariedad en la construcción del conocimiento y
el valor propio de todas las formas de conocer, ofrece
múltiples posibilidades de análisis y de interpretación
a los hechos ambientales en relación con el territorio
y la cultura, reconoce la multicausalidad y multidi-
mensionalidad en una noción de totalidad que inclu-
ye lo físico, lo biótico, lo humano y lo social.
El concepto de hábitat es muy cercano a la no-
ción de territorio a partir de la relación de una se-
rie de condiciones físicas integrales que aseguran
la pervivencia de un ser en un lugar determinado.
Pero esas condiciones también están ligadas con la
proyección cultural que va más allá de los elemen-
tos netamente materiales, al establecer interrela-
ciones complejas entre la cultura y la naturaleza de
manera indisoluble.
El territorio es entendido aquí como “concepto
relacional que insinúa un conjunto de vínculos de
dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación
entre una porción o la totalidad del espacio geo-
gráfico y un determinado sujeto individual o colec-
tivo” (Montañez, 2001: 20). Complementado por
la noción dada por Raúl Zibechi, en el sentido de
que “los territorios que construyen los movimientos
indígenas en áreas donde habitan desde hace siglos
no pueden compararse con las experiencias urbanas
de los sectores populares” (Zibechi, 2008: 7). Existe
una forma distinta de habitar, construir y apropiar
el territorio por parte de las comunidades indígenas
porque desarrollan una cosmogonía propia, estable-
ciendo una: el territorio es su vida. En cambio, en
los sectores populares el territorio es un medio para
sobrevivir que con el tiempo aprenden a apropiarlo
y lo hacen a través de la lucha, la confrontación, la
cotidianidad, es decir, de la construcción social.
El derecho a la ciudad posibilita el debate de la in-
clusión y de la igualdad de los asentamientos humanos
urbanos informales que se asumen por fuera del marco
jurídico y de la planificación formal del territorio. Posi-
bilita enriquecer los componentes de un concepto que
continúa en construcción, como es el del hábitat.
La interrelación de las tres perspectivas, la ecoló-
gica, socio-económica y política, indican la interde-
pendencia y la totalidad, y posibilitan la comprensión
compleja del proceso de ocupación del área de estudio,
circunscrito a las localidades de Usme, Ciudad Bolívar
y el municipio de Soacha. El esquema 1 da cuenta de
los elementos centrales que aborda este marco teórico.
Capítulo 1
Marco teórico
16  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Esquema 1- Factores interactivos de la perspectiva ambiental compleja en la comprensión del territorio
Fuente: Elaboración propia
1.1 La perspectiva ambiental como síntesis
de los procesos ecológicos, económicos,
sociales y políticos
Toda vida en la tierra depende del suelo, el agua
y el aire del planeta; y la calidad general del am-
biente influye en todos los aspectos de la actividad
humana como la salud y el bienestar, el empleo y la
recreación, los asentamientos, la industria y la agri-
cultura. Pero la actividad humana, especialmente
durante las últimas cinco décadas, ha influido en el
aumento del deterioro del medio ambiente del pla-
neta en forma significativa con un costo muy alto
para la misma humanidad, incluso con consecuen-
cias sociales y económicas catastróficas.
Lo ambiental, como una perspectiva de aná-
lisis en la construcción del conocimiento, orienta
una lógica de comprensión del mundo y de los fe-
nómenos que en él acontecen, distintos a la lógica
formal dominada por la racionalidad económica6
.
Convoca al ejercicio analítico interdisciplinario,
incluyendo el proceso de construcción normativa
como elemento vinculante y protector para cruzar
las posibles interrelaciones entre el ambiente y los
llamados factores antrópicos.
La perspectiva ambiental en tanto desarrolla
el pensamiento complejo, permite comprender
las dinámicas de ocupación de origen informal7
y la función del agua, afectada ésta por los de-
sarrollos de asentamientos poblacionales. Esto
significa que el agua cumple con una doble fun-
ción, como estabilizador del ecosistema y como
elemento determinante de la construcción del
6	 El concepto de la racionalidad económica e instrumental de la mo-
dernidad, es utilizado por Leff, 2000: 127.
7	 Tema central de esta investigación que se asocia al origen del área
de estudio en el borde sur de Bogotá.
17  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
hábitat. Según Carrizosa “el aporte del pensa-
miento ambiental al concepto de hábitat: es el
enfoque interdisciplinario”8
. Y como dice Morin,
el pensamiento complejo “está animado por una
tensión permanente entre la aspiración a un sa-
ber no parcelado, no dividido, no reduccionista,
y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto
de todo conocimiento, (…) asume el pensamiento
complejo como un mecanismo de resistir ante mi-
radas totalizantes, la articulación entre lo físico y
lo biológico se complejiza, y complejiza, a su vez, a
lo cultural” (Morin, 2001: 13).
La pertinencia del pensamiento ambiental com-
plejo lleva a preguntarse por qué es imperativo hoy
en el mundo hablar de lo ambiental, como una ur-
gencia de la humanidad a partir de la mirada ética.
Sin duda la respuesta está en los hechos que han
llevado a reconocer que el modelo de sociedad do-
minante basado en la acumulación y el consumismo
ha provocado una profunda crisis ambiental, al ex-
tremo de considerar que el agua pueda ser privati-
zada9
. Consideración que amenaza la sostenibilidad
ecológica y ambiental del territorio y acentúa la in-
equidad y exclusión social.
8	 Son comentarios de Julio Carrizosa Umaña en el IV Encuentro In-
ternacional Hábitat Colombia, Medellín, marzo 11 al 15 de 1996.
Tomado de las memorias del seminario especializado: Producción,
uso y consumo de ciudad.
9	 Privatizar el agua es una de las grandes conclusiones del “Consen-
so de Washington”, que fue impulsado a partir de 1990 por John
Williamson, del Instituto de Economía Internacional pora el FMI,
BM y se convirtió en la ideología oficial del nuevo orden mundial
(Maude y Clarke, 2002: 137).
Esquema 2: Articulación de autores que posibilitan la construcción de la perspectiva ambiental compleja desde
los procesos ecológicos, económicos sociales y políticos.
Fuente: Elaboración propia
18  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
1.2 El agua en los procesos ecológicos
Para efecto de esta investigación interesa el agua en
dos sentidos: uno, como estabilizador de los ecosiste-
mas, en referencia a las fuentes generadoras de agua
y a ésta en su estado natural como parte del ciclo
hidrológico con sus afectaciones por acción antrópi-
ca; y dos, como elemento determinante en la cons-
trucción del hábitat en donde se establece la relación
con la accesibilidad al agua potable por parte de la
población humana, en particular en las ciudades. Las
malas condiciones en su tratamiento han afectado
no solo su cantidad sino su calidad, siendo perjudica-
da principalmente la población más pobre.
“El ciclo actual del agua es obra, al menos en parte,
de la evolución misma de la vida y es la estructura
de la vida la que colabora en su regulación. Puede
decirse que el agua es parte de la vida (…) el hom-
bre, según Odum, no está preparado todavía para
remedar el ciclo hidrológico global. Sin duda alguna
existen salidas tecnológicas para suplir la escasez del
agua, pero estas salidas pueden tener consecuencias
ecológicas irreversibles” (Ángel, 1995: 37).
Y el agua como elemento determinante en la
construcción del hábitat, obliga a reconocer que la
ciudad no logra ser autosuficiente, debe acudir al
ámbito de la región, constituyéndose en un punto
de sostenibilidad o de conflicto en el territorio. “La
cantidad de agua que se inyecta en una región, es
agua que se le está restando a las regiones vecinas.
Mientras sembramos humedad, estamos producien-
do simultáneamente desiertos” (Ángel, 1998: 37). El
manejo dado a las fuentes proveedoras de agua, la
disposición final de las aguas residuales y la concen-
tración poblacional son el reflejo de la insostenibili-
dad territorial que, seguramente, no se podrá resolver
con medidas tecnológicas o con la privatización.
Según (Bettini, 1998: 208) La ciudad no es un sis-
tema cerrado, y su sostenibilidad está todavía por
demostrar. Como los sistemas naturales (o ecosis-
temas) la ciudad debe ser considerada un sistema
abierto que intercambia energía e informaciones con
el ambiente que le rodea. De hecho Eugene P. Odum
definió la ciudad como un sistema heterótrofo o in-
completo dependiente de amplias zonas limítrofes y
no limítrofes para la energía, los alimentos y el agua.
La cantidad de recursos naturales que mantienen a
la población y a la actividad urbana es enormemente
superior a la que la ciudad es capaz de producir. Las
ciudades importan grandes cantidades de alimentos,
agua y energía que son transformadas en bienes y ser-
vicios y parcialmente restituidas al ambiente en for-
ma de residuos y emisiones.
La lectura ecológica del territorio implica revi-
sar los postulados teóricos de diversos autores, que
en común construyen su base de análisis desde la
complejidad reconociendo las interacciones que este
pensamiento provoca, como según se explica a con-
tinuación. Van Der Hammen (1998) establece la re-
lación integral del agua entre fuentes generadoras y
su recorrido a partir del análisis presentando del río
Bogotá y sus afluentes principales. Comienzan en los
páramos y partes altas de los cerros de donde provie-
ne la mayor parte de sus aguas y donde empieza la
contaminación por venenos agrícolas, ganado y dese-
chos del hombre, contaminación que se agrava en su
paso por pueblos y ciudades. La insostenibilidad del
recurso hídrico se incrementa con prácticas como la
extracción de agua subterránea de los acuíferos, que
es una de las causas principales del descenso del nivel
freático, principalmente en los cerros, la desaparición
de buena parte de las fuentes y quebradas en el área y
en general de una disminución considerable del agua
superficial del sistema del río Bogotá y sus afluentes.
Para dimensionar el impacto ambiental genera-
do por la acción humana es necesario estudiar las
bases ecológicas como requisito para comprender
los cambios introducidos por el ser humano en el
ecosistema. De acuerdo con el planteamiento de
Ángel (1998) en el problema ambiental hay que
comprender tanto el ecosistema como los modelos
culturales construidos sobre la transformación de la
naturaleza. El modelo de interpretación ambiental
tiene que ser, por tanto, necesariamente interdisci-
plinario. Es el instrumento teórico que requiere la
construcción de una sociedad ambiental.
Carrizosa (2001) dice que esta perspectiva se
fundamenta en lo que ha llamado el paradigma
de la complejidad o del pensamiento complejo, la
19  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
aproximación filosófica y científica que insiste en
afrontar con la mayor valentía posible una visión no
reduccionista y no simplificante, explícita y cons-
ciente, en la que se acepta que vivimos en un mun-
do pleno de variables e interrelaciones, que nuestra
visión no es nada diferente a una percepción subjeti-
va, y que lo que llamamos causa es siempre el efecto
de algo más, que a su vez está interrelacionado con
otras variables. Su percepción ambiental compleja
no se restringe a lo holístico, incluye necesariamen-
te la percepción detallada de las partes producida
por el análisis profundo de la realidad. Solo así es
posible pensar compleja y ambientalmente; solo así
se evita que lo ambiental se convierta en otro nom-
bre para lo superficial o para lo ligero.
La relación multicausal es la posibilidad del aná-
lisis profundo de la realidad, que posibilita la rela-
ción hombre naturaleza. Ost (1996) argumenta que
el fracaso, tanto teórico como práctico, del modelo
que separa al hombre de la naturaleza y del medio
en lugar de la identificación entre ambos, exige
hoy en día la adopción de una epistemología de la
complejidad. Diferencia la idea de globalidad y la
idea de procesualidad. La primera enseña que en la
naturaleza todo forma parte de un sistema, y la se-
gunda, para comprender de la naturaleza, concede
más importancia a los procesos que a los elementos
y a las funciones que a las sustancias, demostrando
que la integralidad de los medios de vida descansa
en equilibrios complejos. Reivindica el sentido de
lo ambiental como proyecto, porque logra la super-
posición del sujeto y del objeto, a partir de una red
de relaciones denominadas medio. Precisa que la
relación del hombre con la naturaleza es de doble
vía en donde así como hay un proyecto del hombre
para la naturaleza, también hay un proyecto de la
naturaleza para el hombre. El hombre es producto
de la naturaleza y este mismo hombre, tras haber
destruido mucho, también puede reconstruir.
Elsentidodeloambientalcomoproyecto,encuen-
tra una forma de expresión en lo que Leff (2000a)
denomina el saber ambiental como una complejidad
emergente donde se reencuentran el pensamiento y
el mundo, la sociedad y la naturaleza, la biología y la
tecnología, la vida y el lenguaje. El concepto de am-
biente resignifica las concepciones del progreso, del
desarrollo y del crecimiento sin límite, para configu-
rar una nueva racionalidad social. El saber ambiental,
crítico y complejo, se va construyendo en un diálogo
de saberes y en un intercambio interdisciplinario de
conocimientos; va construyendo un campo epistémi-
co que problematiza los paradigmas establecidos para
construir una nueva racionalidad social.
Los autores mencionados tienen diferentes énfa-
sis para aproximarse al análisis ecológico. Van Der
Hammen centra su preocupación en la forma como
se están degradando los ecosistemas, en el caso del
agua advierte que la forma como se está utilizando
va a incidir en la insostenibilidad del recurso hídri-
co; Ost reconoce en la epistemología de la comple-
jidad una fuente de interpretación de la relación
hombre naturaleza; Leff encuentra en el saber am-
biental un campo epistémico de construcción de
la complejidad; para Ángel el modelo de interpre-
tación ambiental construye su comprensión en la
interdisciplinariedad; y Carrizosa concluye que la
percepción ambiental compleja es la única que po-
sibilita el análisis profundo de la realidad.
Este trabajo, con base en las posturas de los au-
tores presentados, reconoce la perspectiva compleja
como la más enriquecedora para abordar las pro-
blemáticas ambientales y territoriales precisamente
por la multiplicidad de factores e interrelaciones, de
naturaleza biológica, política, económica, social y
cultural que simultáneamente concurren para com-
prender las problemáticas ambientales.
1.2.1 La perspectiva del hábitat en la
construcción social del territorio y en los
procesos ecológicos
La noción de hábitat, hunde sus raíces en la esencia
de la ecología10
haciendo referencia al lugar donde
viven los seres vivos. En esta investigación se asume
el hábitat humano que se desarrolla en un contexto
10	 El término hábitat es definido por la ecología como parte integran-
te del ecosistema; se refiere a la habitación o lugar donde residen
los seres vivos (Vásquez, 1993: 291).También es definido como el
ambiente en el que vive un organismo, puede referirse al bioma
o al microhábitat del organismo (por ejemplo: bajo las rocas, en
epifitismo) (Ángel, 1996: 73).
20  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
urbano y que valida la noción de ecología humana
que “(…) se ocupa específicamente de estudiar los
aspectos ecológicos de la comunidad en que vivimos”
(Vásquez, 1993: 4). Es decir, esta noción incluye el
sentido que tiene el territorio como una construc-
ción social y cultural, que es producto de la cotidia-
nidad, en el conflicto y en la diferencia, a través de
ejercicios de territorialidad; resalta la interacción hu-
mana, pues de lo contrario solo se estaría pensando
en términos de ecosistema. La ecología social hace
alusión a “(…) unas relaciones justas que propicien
vida, bien común no solamente para los humanos,
hombres y mujeres, sino también para la naturaleza y
todos sus seres y relaciones” (Boff, 1996: 93).
El concepto de hábitat ha sido abordado en las
conferencias de Naciones Unidas como un asunto
de agenda política que debe dar razón de la vivien-
da y las necesidades básicas, sin una consideración
clara en relación con el territorio y su soporte natu-
ral. Esto se ve claramente evidenciado en las decla-
raciones emitidas así:
Hábitat I (1976) se centra en recomendaciones
a los gobiernos y las organizaciones internacionales
con el fin de adelantar acciones urgentes para con-
trarrestar la pobreza, a través de planes estratégicos
y la adopción de políticas encaminadas a promover
el desarrollo desde una perspectiva socio-económica;
Hábitat II (1996) va un poco más allá, pues no solo
apela a recomendaciones, sino que se pactan com-
promisos entre los gobiernos y se toca puntualmen-
te el problema de la vivienda. Entre los objetivos y
principios está la búsqueda de que todas las personas
tengan acceso a la vivienda adecuada, como compo-
nente importante para acceder a un mayor nivel de
calidad de vida y promueven el acceso de todos al
agua potable y al saneamiento adecuado.
Como se observa, el agua no hace parte de los
factores apropiados de calidad de medio ambiente,
sino que le impone una relación funcional como
parte de la infraestructura básica. En ese sentido,
los elementos ecosistémicos del territorio no son
tenidos en cuenta en las diversas declaraciones de
hábitat. El agua como elemento esencial en la cons-
trucción del hábitat aparece en estas conferencias
como un elemento funcional en términos de calidad
y no como determinante en la relación naturaleza y
sociedad. El concepto de hábitat es abordado como
un aspecto que se resuelve a partir de lo físico-
espacial, de allí que el énfasis predominante sea el
tema de la vivienda, con ello pierde la oportunidad
de asumir el hábitat desde la dimensión territorial
o de las interacciones que este concepto posibilita,
como lo presenta el “modelo triádico compuesto de
interacciones habitante-naturaleza y sociedad”11
(Sánchez, 2007: 2).
Desde otra perspectiva, Segre, (citado por Bár-
cenas, 1999) define que el concepto de hábitat en
la disciplina de la arquitectura es relativamente re-
ciente, pues procede tanto de las ciencias naturales
como de las sociales, en particular de la biología, la
ecología y de la antropología en la que es usado para
asignar el espacio de vida de una especie animal o
vegetal así:
“(…) el Hábitat como el medio geográfico, el lugar
que reúne las condiciones favorables para la vida en
general y al Hábitat humano como el lugar, el ‘topos’
que mantiene las condiciones de vida y de reproduc-
ción de la especie humana, dado el hecho de que
mantener las condiciones de vida en general es ase-
gurar del mismo modo la vida de la especie humana
como tal. Actualmente al hablar del hábitat implica
hacerlo a partir de lo humano y su relación con otras
formas de vida.
El hábitat da significado al espacio construido
social, político, económica y culturalmente. El es-
pacio no es solo su dimensión física, de hecho los
procesos de ocupación del territorio están marcados
por las relaciones espacio-tiempo. Al respecto plan-
tea (Fals, 2000: 1) “(…) es necesario derruir la idea
clásica y concebir el espacio como un ente flexible y
variante, con impulsiones que van y vienen, no solo
por el principio antrópico sino por el de la construc-
ción social en el tiempo que ha venido enmarcando
la explicación sociológica contemporánea”.
11	 “Esta visión del hábitat como una organizaciones de procesos di-
námicos, finalmente, nos llevará a entender que el hábitat (cosas)
conjuntamente con el habitar (acciones) y el habitante (ideas, sen-
timientos, cultura, etc.), se dan de manera integrada e indisoluble”
(Sánchez, 2007: 2).
21  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Reconociendo el espacio como ente flexible, es
un buen punto de entrada a la reflexión del terri-
torio como construcción social, en donde los seres
humanos constantemente están modificando un
fragmento o la totalidad. El espacio también es tota-
lidad, De Sousa Santos (1991: 51) lo define “como
un conjunto de sistemas de objetos y sistemas de ac-
ciones, que forman el espacio de manera insepara-
ble, solidario y contradictorio”. Esta enunciación la
interpreta Mancano12
(2008), cuando asevera que
en la definición está contemplada la naturaleza y
la sociedad. Por sistemas de objetos se comprenden
los naturales o elementos naturales y los objetos so-
ciales, o los objetos producidos por mediación de
las relaciones sociales, que modifican y transforman
la naturaleza, lo que explica su inseparabilidad. Esa
relación indisoluble entre naturaleza y sociedad ha
sido trabajada en esta investigación desde la pers-
pectiva ambiental compleja.
Mancano(2008)aportamuchaspistasparaenten-
der la complejidad misma que encierra el territorio,
analiza las acepciones de éste, desde las relaciones de
poder, su concepto, además del significado ya clásico
de espacio de gobernancia, propone el debate sobre
tipos de territorios y disputas territoriales visto por el
Estado, el capital y diferentes sujetos, instituciones y
relaciones, y sustenta que la esencia del concepto de
territorio está en sus principales atributos: totalidad,
soberanía, multidimensionalidad y multiescalariedad
como lo indica en el siguiente aparte:
“Cada institución, organización, sujeto, construye su
propio territorio y el contenido de su concepto y poder
político para mantenerlo. Esos creadores de territo-
rios exploran someramente alguna de sus dimensio-
nes. Esto también es una decisión política. Todavía,
al explorar una dimensión del territorio, afectan a
todas las otras por causa de los principios de la tota-
lidad, multiescalaridad y la multidimensionalidad. La
comprensión de cada tipo de territorio como una to-
talidad, con su multidimensionalidad y organizada en
diferentes escalas, a partir de sus desiguales usos, nos
posibilita entender el concepto de multiterritorialidad.
Considerando que cada tipo de territorio tiene su te-
rritorialidad, los tipos de relaciones e interrelaciones
nos muestran las múltiples territorialidades. Es por esa
razón que las políticas en un territorio como propiedad
impactan al territorio como espacio de gobernancia y
viceversa. En este sentido, para pensar en las políticas
territoriales es necesario comprender sus multiescala-
riedad y su multidimensionalidad. Cuando un territo-
rio es concebido como uno solo, o sea como espacio de
gobernancia y se ignora los diferentes territorios que
existen al interior del espacio de gobernancia, tene-
mos entonces una concepción ‘reduccionista’ del terri-
torio, concepto éste que sirve más como instrumento
de dominación por medio de las políticas neoliberales”
(Mancano, 2008: 6).
El territorio al cual se quiere hacer referencia no
es el suelo, no son los límites, ni las fronteras, no es
el “espacio de gobernanza”, aunque éstos sean un
punto de referencia importante que incide. El terri-
torio al que se hace alusión no está marcado por lo
físico, lo material o lo espacial propiamente dicho,
sino que está asociado con el papel que cumplen
cada uno de los creadores de territorios que son los
mismos sujetos sociales de la historia.
No se puede hablar de un solo territorio sino de
que se construye la noción de territorios, que implica
muchas lógicas de abordaje sobre el mismo espacio;
se comparte las nociones de las autoras Echeverría
y Rincón (2000: 22) en el sentido que es necesario
interpretar el territorio en su doble papel: como so-
porte material y básico del desarrollo social y como
producción social derivada de la actividad humana
que transforma ese territorio que le sirve de base.
“El territorio, como concepto, cobra relevancia en la
sociedad contemporánea. La nueva visión sobre las
relaciones socioespaciales se desarrolla en el escenario
territorial y el desafío es entender la conexión entre la
lógica espacial de los intereses y las fuerzas económi-
cas globales, de una parte, y la lógica territorial de los
grupos regionales y locales, las identidades e identifica-
ciones culturales, los procesos sociales territorialmente
organizados y las demandas correspondientes, de otra”
(M. C. Echeverría y A. Rincón, 2000: 22).
12	 Es geógrafo, profesor del Programa de Post-Graduación en Geogra-
fía de la Universidad Estadual Paulista –UNESP–. En conferencia
2008. En Bogotá, Colombia.
22  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
El territorio, como construcción social, contie-
ne elementos simbólicos e identitarios, así como
diferentes percepciones y usos culturalmente prees-
tablecidos por él, pueden identificarse varios ima-
ginarios de territorio en un mismo espacio físico,
sobre el cual se pueden hacer lecturas ecológicas,
políticas, sociales, culturales y económicas. Pero el
interés particular es comprender cómo se dan las
relaciones de los procesos ecológicos y el hábitat,
desde una comprensión biofísica del territorio, al-
rededor del acceso y uso del agua, como elemento
estructural en esta construcción. Para Leff (2000b)
el hábitat es el lugar en el que se construye y se
define la territorialidad de una cultura, la espacia-
lidad de una sociedad y de una civilización, don-
de se constituyen los sujetos sociales que diseñan
el espacio geográfico apropiándoselo, habilitándolo
con sus significaciones y prácticas, con sus sentidos
y sensibilidades, con sus gustos y goces.
Tanto en la noción de territorio, de territoriali-
dad, como en la noción de hábitat, hay un recono-
cimiento por el lugar y por el papel que cumplen los
sujetos sociales en interacción con múltiples ámbitos
de actuación, como las escalas que van desde lo local
hasta lo global. También en la forma como se cimien-
ta la territorialidad a partir de la apropiación cultu-
ral. Es allí donde se inscribe la construcción social
del hábitat y la producción de la vivienda13
, como
“fruto del esfuerzo diario y permanente por definir su
habitar, es construcción de la huella propia en cada
espacio” (Romero y Rosendo, 2004: 30).
La forma de aproximarse al territorio lo definen
los elementos de análisis con los que se cuenta para
entenderlo, no solo en términos físicos o naturales,
sino en el conjunto de intereses y acciones que le
imprime la huella humana, que a su vez deja huella
ecológica, y aunque parezca contradictorio, el te-
rritorio como soporte natural también cuenta, es
decir, es soporte y condición que está en constante
proceso de territorialización14
. “Cuando el concep-
to de territorio se construye a partir de las territo-
rialidades que lo definen, éste se comprende como
proceso y construcción, se le reconocen cualidades
constituyentes: la heterogeneidad, la simultaneidad,
el movimiento, la variación y el conflicto” (Echeve-
rría y Rincón, 2000: 19), que a su vez son elementos
propios de la complejidad, lo cual amerita que la
lectura que se haga del hábitat como territorio, sea
necesario hacerla desde una mirada compleja tal
como se desarrolló en los párrafos anteriores.
1.2.2 El papel del agua en la construcción 	
del hábitat
La cosmogonía indígena y la historia de las diferen-
tes civilizaciones han sido determinadas significati-
vamente en torno al acceso y control del agua. Sin
embargo, en la construcción de los asentamientos
humanos, este elemento de vida no ha estado pre-
sente en la definición de los referentes naturales
y culturales de la población de las urbes. Es decir,
la relación agua-hábitat no se ha destacado como
elemento determinante en la sostenibilidad de la
construcción social del territorio. Contrario de lo
que sucede en la cosmogonía indígena.
Pese a que los procesos fundacionales de las ciu-
dades se hicieron en torno a sus fuentes hídricas, las
dinámicas de crecimiento y de expansión de éstas
se han dado de espalda a sus ríos y los han conver-
tido en vertederos de aguas residuales. En el pasa-
do, ante las emergencias sanitarias, la opción fue
construir canales, llevando a los ríos y quebradas
a convertirse en espacios de adecuación hidráulica
mal llamados caños. Durante mucho tiempo en los
procesos de planeación de las ciudades la noción de
cuenca y de territorio no contaron en la construc-
ción de los imaginarios urbanos, ni fueron puntos
de referencia en la definición del hábitat, este con-
cepto tampoco había sido desarrollado.
Las cuencas urbanas, como parte integral de la
ciudad, fueron negadas para el disfrute del espacio
público, para la construcción de las representacio-
nes e imaginarios sociales, para el encuentro entre
13	 Se desarrolla a partir de la necesidad de generar estrategias para en-
cauzar y potenciar los esfuerzos que realizan los pobladores al produ-
cir su propio espacio habitable (Romero y Rosendo, 2004: 30).
14	La territorialización “como el proceso, devenir, acontecer, movi-
miento hacia la autonomía, dependencia o interdependencia, que
fluye hacia la desterritorialización o reterritorialización (codifica-
ción y descodificación, establecimiento y fugas, destrucción y re-
constitución de nuevos procesos de sedimentación, hacia nuevas
marcas y planos de consistencia)” (Echeverría, 2000: 28).
23  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
la sociedad y la naturaleza, para el fortalecimiento
de una cultura ambientalista que reconociera el va-
lor del agua y de lo público. Estas carencias fueron
sustituidas por las grandes obras de infraestructura,
la adecuación hidráulica de los ríos, la construcción
de jarillones, primando la perspectiva ingenieril,
antes que el reconocimiento de las potencialidades
ambientales que éstas reportaban.
Muchas ciudades pagaron y aún tienen pen-
diente un precio alto, por haber crecido sin una
consideración de su formación natural, esto las ha
llevado a reiteradas inundaciones en temporada
de alta precipitación. Los excesos de caudales que
antes eran descargados en zonas de humedales y
en la ronda de los ríos, hoy son recibidos en los
barrios que se han construido en zonas de amor-
tiguamiento, lo que afecta el almacenamiento de
los excesos por alta pluviosidad y los reservorios en
época seca, y crea un conflicto social y económico
que se expresa en el deterioro del hábitat y de la
calidad de vida de la población.
El agua determina las prácticas humanas del
habitar y del cómo se habita en función de la pro-
tección a los ecosistemas estratégicos y del ciclo
hidrológico, esto ha generado el debate sobre la
obligatoriedad ética con los ciudadanos de garan-
tizar a todas las personas un mínimo vital gratuito.
Naciones Unidas y la Organización Mundial de la
Salud se han pronunciado al respecto planteando
que una persona necesita por día mínimo 20 litros
para su sobrevivencia y si incluye el aseo personal y
de la casa necesita 50 litros en total.
1.3 El agua y los procesos socio-económicos
Desde la década de los años setenta15
se comenzó a
advertir sobre los límites al crecimiento basados no
solamente en el hecho de que los recursos naturales
se empezaban a agotar, sino también en la capacidad
de asimilación de los residuos por parte de los ecosis-
temas. Estos límites naturales indudablemente han
obligado a revisar la capacidad de carga del territorio.
La ecología política ha desarrollado significa-
tivamente la capacidad de carga como límite a la
acción humana, así ha llegado a la conclusión de
que el capitalismo contemporáneo ha desarrollado
una “segunda contradicción”, además de la primera
suficientemente explicada por el marxismo clásico
que puede sintetizarse como la “ley general abso-
luta de la acumulación capitalista” que expresa
“el poder social y político del capital sobre el tra-
bajo y hace inevitable la tendencia inherente en
el capitalismo a una crisis de realización, es decir,
a una crisis motivada por la sobreproducción del
capital” (O´Connor, 1992: 111). Esta ley muestra
cómo todo intento de los capitales individuales de
defender o restablecer sus ganancias, por cualquie-
ra de los métodos posibles, termina reduciendo la
demanda final de bienes de consumo. La segunda
contradicción ataca al capital por el lado de los cos-
tos y se puede explicar de la siguiente manera:
“La causa básica de la segunda contradicción es la
apropiación y usos autodestructivos por el capitalismo
de la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura
urbana y de la naturaleza o el medio ambiente. Digo
‘autodestructivos’ porque los costos de salud y educa-
ción, de transporte urbano, las rentas de las viviendas
y locales comerciales, y los costos de extraer los ele-
mentos del capital de la naturaleza aumentan cuando
los costos privados se convierten en costos sociales
(…) Los capitalistas individuales continúan bajando
los costos de todas las maneras imaginables; al hacer
esto, hacen aumentar sin querer los costos del capital
en su conjunto” (O´Connor, 1992: 111-112).
Es decir, la apropiación y uso autodestructivo de
la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura
urbana y de la naturaleza por parte del capital tiende
a destruir “las condiciones de producción” de las que
depende. La empresa capitalista a través de los efec-
tos acumulativos de este desplazamiento de costes
tiende a destruir las condiciones de producción de
las que depende (entre las que se encuentra el agua)
y esto implica unos costes mayores de producción
para el capital en su conjunto. Esta crisis de costos se
pone de manifiesto cuando los movimientos sociales
reclaman un mejor nivel de vida. En este sentido,
15	 En 1972 se realizó la reunión del Club de Roma, ampliamente co-
nocida por su informe titulado Los límites del crecimiento.
24  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
la institucionalización del derecho del agua refleja el
poder de los movimientos ecologistas y movimientos
sociales urbanos respecto al capital.
Tanto la primera como en la segunda contra-
dicciones del capitalismo son posibles tras una
comprensión limitada y unilateral de la economía,
cuya sostenibilidad presupondría un sistema po-
lítico y económico global capaz de identificarlas y
regularlas, sin embargo, lejos de ello se asumen los
recursos naturales, el agua entre ellos, como recur-
sos infinitos, con “fe en las capacidades ilimitadas
del hombre para modificar a voluntad los procesos
de creación y perfeccionamiento de la materia, ésta
se revelaba como el complemento indispensable de
la creencia más general en un progreso indefinido
basado en un crecimiento continuo de la población
y las riquezas” (Naredo, 1992: 118).
Esta fe ilimitada en la capacidad de la tecnología
que surge con todos los descubrimientos científicos
que apuntalaron la revolución industrial y el origen
y consolidación del capitalismo, condujo al estable-
cimiento en la economía de uno de sus principales
supuestos, y que a su vez fundamenta la idolatría
del mecanismo del mercado como gran ordenador
automático de la economía: la falacia de la sustitu-
ción sin fin de los recursos. De esta manera el uni-
verso de lo económico se separó del mundo físico y
biológico, prácticamente el sistema económico ya
no depende del mundo físico y biológico gracias a
la falacia de la sustitución: la idea de una materia
universalmente maleable y, por tanto, manipulable
por el hombre, hacía creer en una transmutación y
reciclaje infinito sin coste.
A partir de aquí el tema de los recursos naturales
se convirtió en un asunto incómodo para la ciencia
económica clásica, pues no encajaban en el edificio
conceptual establecido por ésta. La visión de los clá-
sicos que había advertido los límites del crecimien-
to es abandonada por la visión de los neoclásicos a
finales del siglo XIX. El ejercicio del poder econó-
mico liberado de ataduras morales y físicas, despojó
a la relación hombre-naturaleza del antiguo tono de
respeto y colaboración e impuso su instrumentaliza-
ción por parte de los humanos que actuando como
átomos guiados por su propia fuerza, en este caso,
cada uno actuando orientado por su propio interés
económico, cuyos impulsos competitivos canaliza-
ban y sumaban el marcado capitalista, conducía al
equilibrio; “la mano invisible” equilibra los impulsos
del “homo economicus”.
“El interés propio, pasó, según Helvetius, a desem-
peñar en el mundo económico un papel similar a la
gravitación universal en el mundo físico, impulsando
el movimiento sin fin de la producción y el gasto. Se
extendió así la idea de que la lucha de intereses, que
agita a los hombres entre sí, establece naturalmente
un equilibrio que jamás podrían alcanzar las leyes. La
fe en la Divina Providencia (…) se vio sustituida por
la confianza en que la ‘mano invisible’ del mercado
garantizaría la mejor situación económica para el con-
junto social (…) La fe en la buena nueva del mercado
tuvo unos efectos comparables –al decir de Polanyi– a
la más violenta explosión de fervor religioso que haya
conocido la historia” (Naredo, 1992: 118).
La relación entre el agua y las dinámicas econó-
micas y sociales devela la fragilidad de la naturaleza y
los límites que ésta tiene, dado el modelo económico
que se le impone no solo a la sociedad sino también a
los recursos naturales. Este modelo está basado sobre
el crecimiento del Producto Interno Bruto –PIB–,
desarrollo tecnológico orientado para la competiti-
vidad y la venta de bienes y servicios. Tinbergen y
Hueting (1997: 64) plantean que el crecimiento eco-
nómico, que es la prioridad en la política económica,
ha arrojado la siguiente reflexión:
“La producción de bienes manufacturados y de servi-
cios ha experimentado un aumento sin precedentes,
pero ha ido acompañado de una destrucción, también
sin precedentes, del bien más fundamental, escaso y,
en consecuencia, de mayor importancia económica
de que disponemos los seres humanos: el medio am-
biente (…) el crecimiento en la producción procede
en gran parte de un aumento en la productividad en
el que no se ha tenido en cuenta la pérdida de bienes
medioambientales escasos (…) la degradación del
medio ambiente es consecuencia de la producción y
de su crecimiento. Paradójicamente las actividades
que suponen una carga mayor para el medio ambien-
te son las que más contribuyen a la formación del
PIB” (Tinbergen y Hueting, 1997: 65).
25  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
Un modelo basado en el crecimiento económico
que destruye el medio ambiente ha llevado a pri-
vatizar los bienes comunes de los que dispone la
humanidad. Esa ha sido la historia de explotación
de los recursos naturales, que para avanzar en los
procesos de privatización y justificar la intervención
del sector privado empiezan a anunciarlos como es-
casos, este panorama se repite con el agua.
Justamente para el caso del agua, Barlow y Clarke
(2004: 124) argumentan que la cuestión tal vez más
importante del suministro de agua dulce se refiere al
papel cada día más influyente del sector privado en
el momento de decidir quién la debe recibir y por
qué. Nadie en el mundo se ha hecho más consciente
del valor de agua que el sector privado, que ve los
beneficios que se pueden obtener del hecho de que el
agua sea un bien escaso. El resultado es un fenómeno
completamente nuevo: el negocio del agua.
Ante el afán comercial del sector privado de ha-
cer del agua un recurso escaso, surgen reflexiones
que pareciera ser elementales, pero que tienen un
alto contenido político y ético de la vida, que segu-
ramente la humanidad en otro contexto histórico
menos dominado por la racionalidad económica
no se hubiera hecho y que entidades expertas en el
tema del agua a nivel mundial las plantean: “Si el
agua es esencial para la vida misma ¿es simplemente
una necesidad humana básica o constituye en reali-
dad un derecho fundamental?”, el debate que susci-
ta esta pregunta saltó al Foro Mundial del Agua que
se realizó en la Haya en marzo de 2000, convocado
por organizaciones como la Asociación Global del
Agua (Global Water Partnership) y el Banco Mun-
dial y por empresas líderes en todo el mundo en el
negocio del agua. La polémica, que giró en los si-
guientes términos: “si el agua debía ser considerado
una ‘necesidad’ o un ‘derecho’” no tuvo un interés
puramente semántico y abordó en profundidad la
cuestión de quién debe responsabilizarse de asegu-
rar que los seres humanos tengan acceso al agua: ¿el
mercado o el Estado, las empresas o los gobiernos?
Por supuesto que dependiendo de la determi-
nación que se opte, las implicaciones son diversas,
porque si el agua es declarada una necesidad que
se satisface a través del mercado, entra a mediar el
interés comercial de la ganancia y del lucro, pero si
el agua es reconocida como derecho, la responsa-
bilidad estará en los gobiernos, los cuales deberán
promover que todos los seres humanos sin distin-
ción puedan acceder al agua.
Ante determinaciones de tal magnitud, en don-
de intervienen los grandes intereses económicos a
escala mundial, el debate del agua debe, a su vez
trascender fronteras; no es posible abordarlo úni-
camente desde el escenario local, la dimensión del
problema amerita un tratamiento multiescalar, te-
niendo siempre presente que una de las consecuen-
cias naturales de la privatización es la exclusión,
porque solo pueden acceder quienes la puedan pa-
gar, por lo cual, en primera instancia, la población
de bajos ingresos sería la perjudicada.
Otra consecuencia negativa de la privatización la
constituye el cambio de prioridades de uso que ya no
estarían prescritas por la garantía del derecho sino por
las normas y reglas que fomenten la rentabilidad, con-
dición para que capitales privados inviertan en la ofer-
ta del servicio de agua. Estas prioridades del capital
sobre las del derecho de la gente también afectarían la
valoración de la conservación del agua hacia el futuro,
puesto que aún “no sabemos cómo medir los ‘valores
ecológicos’. El contenido de energía no es una medi-
da satisfactoria” (Punti, 1988: 79). A su vez, ver los
precios como medida de valor no solo dejan de lado
la influencia del grado de monopolio y de la distribu-
ción de ingresos, también significan “aceptar que los
precios actuales (de hecho distorsionados) miden ade-
cuadamente el valor de la escasez futura de recursos e
incorporan el valor de los perjuicios actuales y futuros
de la contaminación” (Punti, 1988: 79), lo cual no
ocurre en nuestras economías donde lo usual es que
los grandes capitales se desentienden de los costos de
la contaminación, el desperdicio y los perjuicios al res-
to de la sociedad, como sucede en Colombia.
1.3.1 La accesibilidad y la asequibilidad del
agua determinan la relación con los servicios
públicos y el derecho a la ciudad
La reivindicación del derecho humano al agua no se
trata simplemente de tener agua. De hecho nuestras
regiones están rodeadas y hasta inundadas de este
26  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá
vital líquido, lo que se busca es que el agua potable,
indispensable para la vida y la salud de las personas,
este disponible y su uso sea sostenible. Esa es, justa-
mente, la conexión que se establece con los servicios
públicos y con el derecho a la ciudad. La lucha por la
búsqueda del agua en las ciudades es específicamente
por el acceso al agua potable, indispensable para lo-
grar una vida digna y es condición previa para la rea-
lización de otros derechos humanos y determinante
en la construcción de un hábitat digno.
De allí la importancia de hacer referencia a que la
accesibilidad es la posibilidad de que todo individuo
pueda contar con agua potable y que se le permita
conectarse a una red de distribución. La accesibi-
lidad (Naciones Unidas, 2003, No. 15, párrafo 12)
presenta cuatro dimensiones interrelacionadas así:
1) Accesibilidad física, lo cual significa que el
agua, las instalaciones y los servicios de agua deben
estar al alcance físico de la población, en especial de
los grupos vulnerables o marginados y de las zonas
rurales. 2) Accesibilidad económica, que es la ase-
quibilidad, lo cual implica que el agua y los servicios
de instalaciones deben de estar al alcance de todos.
Los costos y cargos directos e indirectos asociados
con el abastecimiento de agua deben ser asequibles
y no deben comprometer ni poner en peligro otros
derechos. 3) No discriminación, es decir que deben
ser accesibles a todos de hecho y de derecho, inclu-
so a los sectores más vulnerables y marginados de
la población sin discriminación alguna. 4) Acceso
a la información, la cual comprende el derecho a
solicitar, recibir y difundir información sobre las
cuestiones del agua.
El tema del agua está íntimamente ligado con el
de los residuos líquidos y sólidos, estos dos aspec-
tos, por tratarse de salubridad pública, no se pueden
descuidar pues al no ser tratados adecuadamente
atentan contra la salud y la vida en comunidad. El
acceso al agua potable ha sido reconocido como
una necesidad y, por eso, frente a la tendencia de
privatizar el agua, surgen voces que reclaman su re-
conocimiento como derecho humano fundamental,
“(…) esta tendencia obedece, fundamentalmente,
a la constatación de que el agua es un elemento
indispensable para la vida, es un recurso natural,
vital, limitado y un bien público fundamental para
la salud” (Defensoría del Pueblo, 2005: 18).
1.4 El agua y los procesos políticos
En la reflexión de los procesos políticos se ha priori-
zado, para el análisis, la perspectiva de derechos. Las
dinámicas políticas y los movimientos sociales han
dado un giro en sus plataformas de lucha inspirados
por el reconocimiento, la igualdad y la dignidad. Para
ello han encontrado en los postulados de los derechos
humanos la mejor herramienta emancipadora que les
permite articular sus demandas hacia el Estado.
Dado que la orientación de la privatización del
agua obedece en buena parte a las directrices defi-
nidas por la banca mundial, el debate político debe
incursionar igualmente en esos escenarios de “(…)
los ordenamientos jurídicos supraestatales, transna-
cionales, que coexisten en el sistema mundial, tanto
con el Estado como con los ordenamientos jurídicos
infraestatales” (De Sousa Santos, 1998: 27).
En la consolidación del Estado liberal a mediados
del siglo XIX, se le dio a los derechos humanos la
función de mantener al Estado “bajo control demo-
crático y evitar la tentación autoritaria” (De Sousa
Santos, 1998: 212). No obstante, la interpretación
de los derechos humanos ha sido ambivalente por las
partes en contienda, por un lado, los Estados-nación
en su condición de garantes y de violadores al mismo
tiempo de los derechos humanos, y por otro, la po-
blación que pide protección para el ejercicio político
y demanda al mismo tiempo al Estado como respon-
sable de los derechos. “Cualquier análisis superficial
de los derechos humanos a través de las generaciones
mostrará sin duda que fueron puestos al servicio de
las necesidades reguladoras del Estado. Pero también
fueron el marco de la política progresista de las cla-
ses populares, cuyas luchas de hecho contribuyeron
mucho en los avances de la política de los derechos
humanos” (de Sousa Santos, 1998: 212). Aquellas
cartas escritas en la posguerra (la Declaración Uni-
versal de los Derechos Humanos, 1948; el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, 1966; y el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, 1966), conforman el
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Asentamientos humanos, agua y territorio.

  • 1. NACIONAL FACULTAD DE ARTES MAESTRÍA EN HÁBITAT Asentamientos humanos, agua y territorio En el proceso de expansión del sur de Bogotá Gloria Esperanza Narváez Tafur
  • 2. NACIONAL FACULTAD DE ARTES MAESTRÍA EN HÁBITAT Asentamientos humanos, agua y territorio En el proceso de expansión del sur de Bogotá Financiado por la DIB-2007 (CÓD. 20101009724) Gloria Esperanza Narváez Tafur Trabajo de grado presentado para optar al título de Magíster en Hábitat - Estudios en vivienda Director: Carlos Alberto Torres Tovar
  • 3. Rector Moises Wasserman Lerner Vicerrector sede Bogotá Fernando Montenegro Lizarralde Decano Jaime Franky Rodríguez Director del Centro de Divulgación y Medios Alfonso Espinosa Parada Coordinador Académico Maestría en Hábitat Carlos Alberto Torres Tovar NACIONAL FACULTAD DE ARTES MAESTRÍA EN HÁBITAT © Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Artes Maestría en Hábitat Bogotá, Colombia, 2009 ISBN: 978-958-719-507-1
  • 4. A mi hija, Ana María, porque me permite la irreverencia, y me da la fuerza del día a día, a ella le quiero regalar el sueño, el conoci- miento y la risa, un patrimonio que nadie le podrá arrebatar. A la mujer más tierna y linda, mi madre, Edelmira Tafur y a la memoria de mi padre Audino Narváez de quien heredé la terquedad. A los líderes sociales de Usme, Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha, por su amor a un territorio que fue obra de su propio esfuerzo, por su compromiso comunitario y su valiosa información, sin la cual este trabajo no se hubiese realizado. Agradecimientos A La Universidad Nacional de Colombia y a la División de Investigación de la sede Bogotá, por la calidad de la educación que brinda, por creer en los procesos de investigación y por su apoyo económico. A su compañero de vida Fredy Antonio Castiblanco, por su ternura, prudencia y solidaridad. Al arquitecto Carlos Alberto Torres director de la Maestría y de esta tesis por sus oportunos comentarios, su insistencia y sus valiosos aportes. A los lectores por la generosidad con el tiempo y la pertinencia de sus aportes, la economista Mercedas Castillo y al sociólogo Hernán Darío Correa. A sus amigos Mariela Osorno (bióloga), Arturo Sánchez Andrade (ambientalis- ta), David Doncel (ingeniero catastral), César Sánchez (economista), David Alba (antropólogo) y a Sergio Ballén (arquitecto), Jorge Correa (arquitecto), por sus valiosos aportes desde sus disciplinas de formación académica y además porque generaron espacios de encuentro y camaradería en muchas madrugadas de trabajo y en momentos de preocupación. A sus asistentes de investigación de la Universidad Nacional de Colombia a: Da- vid López (estudiante de arquitectura) y Ángela Pedraza (estudiante de ciencias políticas) y Ricardo Quintero (estudiante de arquitectura). A Rosita Narváez que me cuidó con cariño.
  • 5. ASENTAMIENTOS HUMANOS, AGUA Y TERRITORIO EN EL PROCESO DE EXPANSIÓN DEL SUR DE BOGOTA R e s u m e n Esta tesis interpreta desde la perspectiva ambiental comple- ja la construcción social del territorio a partir de la relación entre los procesos ecológicos, socio-económicos y políticos presentes en la provisión y el acceso al agua, como compo- nente esencial del hábitat, en las dinámicas de ocupación de las localidades de Usme y Ciudad Bolívar, en Bogotá, y el mu- nicipio de Soacha. Estos dos territorios sufrieron los mayores impactos en las oleadas de crecimiento al extremo de conur- barse la ciudad de Bogotá en este punto. Con la revisión de contexto de la ciudad se identifican las causas simultáneas que provocaron la generación de asen- tamientos informales. En el análisis del territorio se toman como referencia nueve barrios que fueron seleccionados de acuerdo con criterios temporales, espaciales y de origen. La investigación concluye que la urgencia de la población estaba puesta en cualquier solución habitacional y no en el agua, aunque ésta fue determinante en la consolidación del tejido y de la construcción social del territorio, con la paradoja de tener una cuenca rica en recursos naturales, que a pesar de ser proveedora de agua y materiales de construcción a la ciu- dad, su población ha tenido dificultades para acceder al agua potable y a un hábitat digno. Este trabajo hace una lectura del territorio a partir de la re- lación que establece la población con el agua, más allá de lo morfológico y lo tipológico. Toma como punto de referencia para el análisis los aportes de los actores de las luchas sociales y los procesos organizativos gestados en el sur de Bogotá. Se puede afirmar, entonces, que el derecho a la ciudad está de- terminado por la forma como se accede al agua, se llega a la ciudad y se construye el hábitat. Palabras claves: erritorio, hábitat, agua, ambiental, derecho a la ciudad.
  • 6. Índice Índice de tablas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Índice de cuadros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Índice de gráficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Índice de mapas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Índice de imágenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 Capítulo 1. Marco teórico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 1.1 La perspectiva ambiental como síntesis de los procesos ecológicos, económicos, sociales y políticos. . . . . . 16 1.2 El agua en los procesos ecológicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 1.2.1 La perspectiva del hábitat en la construcción social del territorio y en los procesos ecológicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 1.2.2 El papel del agua en la construcción del hábitat. . . . . . . 22 1.3 El agua y los procesos socio-económicos. . . . . . . . . . . . . . . 23 1.3.1 La accesibilidad y la asequibilidad del agua determinan la relación con los servicios públicos y el derecho a la ciudad. . . . 25 1.4 El agua y los procesos políticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 1.4.1 Agua, hábitat y derecho a la ciudad. . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Capítulo 2. Marco de referencia. Antecedentes de ocupación de usme, Ciudad Bolívar y Soacha. . . . . . . . . . . . 32 2.1 Los procesos de planeación que influyeron de manera directa o indirecta en la ocupación fragmentada del territorio hasta los años ochenta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 2.2 Ciudad informal como parte de la ciudad. . . . . . . . . . . . . 34 2.3 Producción del suelo y las lógicas de ocupación. . . . . . . 37 2.4 El proceso de expansión urbana en las localidades de usme y ciudad bolívar y en el municipio de soacha. . . . . . . . 40 2.5 La conurbación Bogotá-Soacha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Capítulo 3. Procesos ecológicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 3.1 Caracterización ecológica del territorio de Usme, Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . 57 3.1.1 Ubicación espacial de Usme, Ciudad Bolívar y Soacha. . . . 58 3.1.2 Comprensión territorial de la cuenca del río Tunjuelo. . . . . . 60 3.1.3 Caracterización espacial de la cuenca del río Tunjuelito y las cuencas del municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 3.2 Estructura ecológica de Usme-Ciudad Bolívar y Soacha en el plan de ordenamiento territorial. . . . . . . . . . . 63 3.3 Caracterización de la zona conurbada . . . . . . . . . . . . . . . . 63 3.3.1 Impactos ambientales de la conurbación. . . . . . . . . . . . . . 64 3.4 Agua y procesos de ocupación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 3.4.1 Procesos de ocupación de Usme. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 3.4.2 Procesos de ocupación de Ciudad Bolívar. . . . . . . . . . . . . 70 3.4.3 Procesos de ocupación de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 3.5 Barrios de estudio. Relación entre el proceso de ocupación y el acceso al agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 3.5.1 Barrios de estudio en la localidad de Usme. . . . . . . . . . . . 78 3.5.2 Barrios de estudio en la localidad de Ciudad Bolívar . . 82 3.5.3 Barrios de estudio en el municipio de Soacha. . . . . . . . . . 88 3.5.4 Diversas tecnologías que facilitaron el acceso al agua. . . 91 Capítulo 4. Procesos socio-económicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 4.1 Caracterización socio-económica y calidad de vida. . . 103 4.1.1 Aspectos laborales y económicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 4.1.2 Calidad de vida, pobreza y desigualdad. . . . . . . . . . . . . . 114 4.2 Agua, servicios públicos y producción del hábitat. . . . 120 4.2.1 Esquemas de prestación y desarticulación de políticas de servicios públicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 4.2.2 Agua y legalización de barrios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 4.2.3 La complejidad del pago y del suministro de agua en Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 4.2.4 La complejidad del suministro de agua en Bogotá . . . . 130 4.2.5 Análisis de disponibilidad de servicios públicos en Usme, Ciudad Bolívar y Soacha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Capítulo 5. Procesos políticos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 5.1 Los procesos sociales como parte de los movimientos territoriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 5.2 Conflictos en torno al agua y al territorio. . . . . . . . . . . . 136 5.2.1 Escalas de interpretación de los conflictos. . . . . . . . . . . . 137 5.2.2 Conflictos urbanos en relación con el agua en el sur de Bogotá. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 5.2.3 Conflictos por el acceso al agua potable. . . . . . . . . . . . . . 139 5.3 Las reivindicaciones sociales giraron alrededor de la búsqueda del agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 5.3.1 La participación empieza a ser cooptada por la institucionalidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 5.3.2 Aparece el territorio como escenario de interpretación . 147 5.3.3 La relación entre el proceso organizativo y el acceso al agua en los barios del área de estudio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 5.3.4 Grandes acciones construidas a partir del territorio. . . . 149 5.4 Usme, Ciudad Bolívar y Soacha son producto de los sucesivos modelos de ciudad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 5.4.1 Reflexión sobre el significado del derecho a la ciudad en el sur de Bogotá y Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 5.4.2 Los habitantes de los sectores periféricos reclaman el derecho a pertenecer a la ciudad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
  • 7. 5.4.3 Percepción de los líderes comunitarios en relación con el derecho a la ciudad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 Conclusiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 Procesos ecológicos: vistos a partir de la relación entre producción del hábitat y los valores ecológicos. . . . . . . . . . . 160 Procesos socio-económicos: entre la paradoja de la inclusión social urbana en torno al agua en relación con la legalización y la regularización del servicio del agua. . . . 160 Procesos políticos: en la interrelación entre los marcos de la planeación y la intervención del Estado y las dinámicas políticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 Anexos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Anexo marco de referencia Capitulo 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Anexos Capítulo socio económico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
  • 8. 6  Tabla 1 – Áreas de origen ilegal y su participación en el suelo urbano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Tabla 2 - Valor Real del Suelo en Zonas Residenciales Populares Expansión del Sur de Bogotá (zona estudiada) - (1990 - 2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 Tabla 3 - Población Total (Evolución Intercensal). Municipio de Soacha - (1973, 1985, 1993 y 2005). . . . . . . 47 Tabla 4 - Crecimiento Asentamientos Urbanos Informales. Bogotá D.C. (1950 - 2000) . . . . . . . . . . . . . . 163 Índice de tablas Índice de cuadros Cuadro 1 - Población Total Censada (evolución intercensal). Expansión del Sur de Bogotá (Usme - Ciudad Bolívar y Soacha) - (1973, 1985, 1993 y 2005). . . . . . . . . . . 42 Cuadro 2 - Expansión del Sur de Bogotá (Usme - Ciudad Bolívar y Soacha) - (1973, 1985, 1993 y 2005). . . . . . . . . . . 43 Cuadro 3 - síntesis ocupación y potencial ecosistémico afectado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Cuadro 4 - Tecnologías utilizadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Cuadro 5 - Tecnologías utilizadas por barrio. . . . . . . . . . 95 Cuadro 6 El Alcantarillado en los barrios de origen informal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Cuadro 7 – Etapas Constructivas y de tipologías edificatorias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 Cuadro 8 - Variables e Indicadores de la Fuerza Laboral. Expansión del Sur de Bogotá - (2003 y 2007). . . . . . . . . . 107 Cuadro 9 - Unidades económicas por tipo (según territorios y áreas) (participación %). Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005. . . . . 110 Cuadro 10 - Unidades económicas por tipo (participación % entes territoriales y áreas). Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) – 2005. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 Cuadro 11 - Unidades Económicas Asociadas a Vivienda, por actividad económica (según territorios y áreas) (participación %) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Cuadro 12 - Unidades Económicas Asociadas a Vivienda, por actividad económica (participación % de territorios y áreas) - Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) – 2005. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Cuadro 13 - Distribución de Personas y Hogares por Indicadores de NBI - Expansión del Sur de Bogotá (2003 y 2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Cuadro 14 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares por factores - Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Cuadro 15 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares (Factor 1: Acceso y Calidad de Servicios). Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Cuadro 16 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares (Factor 4: Calidad de la Vivienda). Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar ) - (2003 y 2007).120 Cuadro 17 - Viviendas ocupadas con personas presentes, por disponibilidad de servicios públicos (según territorios y áreas) (participación %). Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005. . . . . . . . . . . . . . 132 Cuadro 18 - Viviendas ocupadas con personas presentes, que no disponen de servicios públicos (según territorios y áreas) (participación %). Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005. . . . . . . . . . . . . . 133 Cuadro 19 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Usme) - (1993 - 2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 Cuadro 20 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad) - (participación y variación %). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Usme) - (1993 - 2005) . . . . . . . . 164 Cuadro 21 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 Cuadro 22 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad) - (participación y variación %) Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005).165 Cuadro 23 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad) Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de Soacha) - (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Cuadro 24 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Cuadro 13 - Bogotá (Municipio de Soacha - Localidad 4) - (2005). . . . . . . . . . 166 Cuadro 25 - Población Total Censada (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de Soacha - Localidad 6) - (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
  • 9. 7  Índice de gráficas Gráfica 1 - Crecimiento Asentamientos Urbanos Informales (Ha). Bogotá D.C. (1950 - 2000). . . . . . . . . . . 36 Gráfica 2 – Áreas de origen ilegal. (Ha) por localidad. . . 39 Gráfica 3 – Comparativo Trimestral. . . . . . . . . . . . . . . . 39 Gráfica 4 -Valor Real del Suelo en Zonas Residenciales Populares. Expansión del Sur de Bogotá (zona estudiada) - (1990 - 2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Gráfica 5 - Población Total Censada (evolución intercensal). Expansión del Sur de Bogotá (Usme - Ciudad Bolívar y Soacha) – (1973, 1985, 1993 y 2005) . . . 41 Gráfica 6 - Población Total (evolución intercensal) Municipio de Soacha - (1973, 1985, 1993 y 2005). . . . . . . 47 Gráfica 7 de Representación del uso de tecnologías. . . . 96 Gráfica 8 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Usme) - (1993 - 2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 Gráfico 9 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Localidad de Ciudad Bolívar) - (1993 - 2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 Gráfica 10 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de Soacha) - (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Gráfica 11 - Pirámide Poblacional (por sexo y grupos de edad). Expansión del Sur de Bogotá (Municipio de Soacha - Localidad 4 y 6) - (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Gráfica 12 Variables poblacionales e Indicadores de Fuerza Laboral Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Gráfica 13 – Tipo de Unidades económicas por territorio. Expansión del Sur de Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar y Soacha) - 2005 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Gráfica 14 - Distribución de Personas y Hogares por Indicadores de NBI - Expansión del Sur de Bogotá (2003 y 2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Gráfica 15 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares por factores - Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . 116 Gráfica 16 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares (Factor 1: Acceso y Calidad de Servicios). Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Gráfica 17 - Índice de Condiciones de Vida de los Hogares (Factor 4: Calidad de la Vivienda). Expansión del Sur de Bogotá (Usme y Ciudad Bolívar ) - (2003 y 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 Gráfica 18 – Sistemas de Abastecimiento de Bogotá y la Región. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Grafica 19 - Conflictos entorno al agua y al territorio. 137 Índice de mapas Mapa 1 – Asentamientos de origen ilegal. . . . . . . . . . . . . 36 Mapa 2 - Estructura Ecológica Principal en conexión con el ciclo I. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Mapa 3- Mosaico: Crecimiento Urbano en las localidades de Usme y Ciudad Bolívar de Bogotá D.C. y el municipio de Soacha durante el periodo 1980-2006 . . . . . 45 Mapa 4 – Aerofotografía Ciudad Bolívar y Municipio deSoacha años 1990 y 2005 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Anexo Mapa 5 - Crecimiento Urbano Hasta el año 1980 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Anexo Mapa 6: Crecimiento Urbano Durante el Periodo 1980-1990 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Anexo Mapa 7 - Crecimiento Urbano Durante el Periodo 1990-2000 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Anexo Mapa 8 - Crecimiento Urbano Hasta el Año 2000 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Anexo Mapa 9 - Crecimiento Urbano Durante el periodo 2004-2006 en las Localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el Municipio de Soacha. . . . . . . . . . . . . . 54 Mapa 10 – División política localidades Ciudad Bolívar y Usme Bogotá D.C. y el Municipio de Soacha 2007. . . . . 58 Mapa 11 – Estructura Hídrica localidades Ciudad Bolívar y Usme Bogotá D.C. Municipio de Soacha. . . . . . 60 Mapa 12 – Cuencas del Área de Estudio . . . . . . . . . . . . . 61 Mapa 13 – Barrios de Estudio de la localidad Usme (Danubio azul). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Mapa 14 – Barrios de Estudio de la localidad Usme (El Triangulo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
  • 10. 8  Mapa 16 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad Bolívar (Jerusalen). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Mapa 17 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad Bolívar (Caracolí) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Mapa 18 – Barrios de Estudio de la localidad Ciudad Bolívar (Verbenal Quiba) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Mapa 19 – Barrios de Estudio Municipio de Soacha (Altos de Cazucá). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Mapa 20 – Barrios de Estudio Municipio de Soacha (Los Olivos III) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Índice de imágenes Imagen 1. Tipos de construcción de la vivienda.. . . . . . . 82 Imagen 2. Barrio consolidado y densificado en Potosí. . . 83 Imagen 3. Tipos de vivienda en el barrio Caracolí. . . . . . 85 Imagen 4. Sistema flauta de donde toma el agua del Tanque de Sierra Morena el barrio Caracolí y barrios de Soacha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Imagen 5. Vivienda en desarrollo progresivo en Verbenal Quiba. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Imagen 6: Barrio Altos de Cazucá. . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
  • 11. “Una gota de agua poderosa basta para crear un mundo y disolver la noche. Para soñar, el poder, basta una gota imaginada en profundidad. El agua así dinamizada es un germen; otorga a la vida un ímpetu inagotable”. Gaston Bachelard
  • 12. 10  Los años ochenta marcaron la expansión de la ciudad hacia el borde sur presionando la ocupación en el mu- nicipio de Soacha, por lo cual la población se estable- ció en las rondas del sistema hídrico y las laderas del sistema orográfico, lo que ocasionó el crecimiento de grandes asentamientos por fuera del perímetro dotado de servicios públicos y con total desconexión del plan vial. Así, se consolidó una periferia1 densa, de difícil accesibilidad, con alto déficit en equipamiento e infra- estructura, mala calidad en la prestación de los servi- cios públicos, con viviendas de desarrollo progresivo y con alto nivel de precariedad. Las localidades de Usme y Ciudad Bolívar en Bo- gotá y las comunas 4 y 6 del municipio de Soacha no fueron objeto de un proceso planificado del te- rritorio. Han sido producto de la exclusión y de las relaciones de inequidad que ha generado Bogotá. No obstante, su proceso de crecimiento continúa siendo promovido por la urbanización pirata o por disposiciones de ley, al definirle áreas de expansión urbana para vivienda social en los respectivos planes de ordenamiento territorial. De esta forma se acen- túa la fragmentación sobre la cual han crecido estos territorios con topografía de alta pendiente y gran deterioro ambiental, que se expresa en carencias del trazado urbano sin compatibilidad con los sistemas naturales. El área de estudio fue seleccionada por ser parte de territorios que históricamente han concentra- do los mayores índices de pobreza y miseria en la ciudad, expresados en el deterioro de la calidad de vida de la población por las dificultades de acceso al agua por su condición de origen informal en los pri- meros años de conformación de los asentamientos. En esas condiciones las luchas sociales en el sur de Bogotá se dieron por el acceso al agua potable y por los altos costos en los servicios públicos; estas lu- chas fueron prácticas reivindicativas desconectadas de los parámetros configuradores de la espacialidad urbana, de los usos del territorio y de las potenciali- dades ambientales y productivas que éste ofrece. La tesis Asentamientos humanos, agua y territorio, tiene como objetivo analizar la construcción social del territorio a partir de la relación entre los proce- sos ecológicos, socio-económicos y políticos presen- tes en la provisión y el acceso al agua, considerada como componente esencial del hábitat, a partir de una lectura de los procesos de ocupación en las lo- calidades de Usme, Ciudad Bolívar, en Bogotá, y en el municipio de Soacha desde los años ochen- ta. El área de estudio se encuentra ubicada entre la cuenca del río Tunjuelo que cuenta con una ri- queza hídrica importante en el área sur-oriental de la ciudad, por su cercanía al páramo de Sumapaz, y en la zona-occidental de la Sabana de Bogotá que cierra la cuenca alta del río Bogotá aunque presenta el drama de la escasez y de las dificultades de acce- so al agua en la dinámica de conurbación Bogotá- Soacha. Esta investigación busca principalmente: (1) Precisar conceptos y enfoques que permitan in- terpretar las relaciones determinantes entre los procesos ecológicos, socio-económicos y políticos del agua en relación con el acceso al hábitat, (2) Analizar la relación entre el acceso y la disposición del agua en los procesos sociales de ocupación del territorio en función de su disponibilidad a partir de los años ochenta (3) Identificar los principales conflictos sociales y las políticas públicas definidas en la construcción social de los territorios a partir del acceso al agua. Esta investigación se hace a partir del papel que ha cumplido el agua en las dinámicas de crecimiento poblacional en áreas de expansión en el sur de la ciu- dad. Profundiza en que no es lo mismo el instalarse en los barrios legalmente constituidos de la ciudad, a Introducción 1 Sobre zonas suburbanas y rurales.
  • 13. 11  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá hacerlo en estos lugares que son fruto del crecimiento informal. Esto indica que el tipo de ocupación que se ha gestado en Usme, Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha ha sido una manera en que la población responde a sus propias necesidades, mediante la arti- culación de unas dinámicas determinadas por sus lu- chas para sobrevivir a la exclusión social y espacial. La pregunta que orientó esta tesis fue formulada de la siguiente manera: ¿la búsqueda por el acceso al agua dinamizó la construcción social del hábitat y articuló los procesos ecológicos, socio-económicos y políticos? Para dar curso a esta pregunta se tomó como base de referencia el análisis cualitativo e interpretativo, desarrollado en la metodología de Interpretación So- cial y Apropiación Territorial2 – ISAT–, que facilita, ante todo, la posibilidad de contar con nuevos refe- rentes de interpretación de la realidad territorial, al- gunos de ellos aportados por los mismos sujetos de la acción, que posibilitan la construcción social del co- nocimiento. El enfoque utilizado por la metodología ISAT es el cualitativo interpretativo, fundado epistemológica- mente en la fenomenología pues considera la perspec- tiva del sujeto que vive la problemática en su propio mundo, y en la hermenéutica que permite realizar una interpretación de los discursos construidos por los su- jetos relevantes así como la delimitación del campo temático. Éste se hace a partir del abordaje de la inda- gación en un contexto de ocurrencia delimitado por el territorio donde se encuentran las personas que parti- cipan en los acontecimientos que se estudian (De Te- zanos, 1998: 42). Bajo este enfoque el investigador se acerca a la situación tal como la encuentra, sin inter- venir en su forma de generarse o producirse, al tomar el análisis y la interpretación del discurso realizado por los sujetos motivo de estudio. Esta metodología alude a la necesidad de com- binar de una manera sistemática un conjunto de procesos, esencialmente participativos, a partir de los cuales una comunidad, territorialmente definida y socialmente articulada en unos planes y formas de organización, desarrolla su potencial de actuación sobre las variables más decisivas en la configura- ción y definición estructural del espacio urbano, así como la capacidad de gestión en la orientación del ordenamiento territorial, en función de la satisfac- ción de sus necesidades vitales. Los elementos que configuran la metodología ISAT están enraizados en las prácticas de la educa- ción popular, al tener afinidad epistemológica con la Investigación Acción Participativa –IAP– y el diálo- go de saberes los cuales se enmarcan en el paradigma crítico hermenéutico3 bajo las cuales se procuraba que las comunidades fueran gestoras de su propio de- sarrollo y de su propio destino. Pero, la educación po- pular4 , profundamente interesada en la constitución de sujetos sociales y políticos, no pudo dar cuenta de los aspectos territoriales inherentes al desarrollo, por estar prioritariamente preocupada por enfrentar las contradicciones sociales que hicieron descargar el peso histórico de las problemáticas de estos sectores. El conocimiento es un proceso de construcción social, en donde cada individuo posee parte de él: “En la vida cotidiana el conocimiento aparece dis- tribuido socialmente, vale decir que diferentes in- dividuos y tipos de individuos lo poseen en grados diferentes. La sociología del conocimiento debe ocuparse en cómo éste interpreta y construye la rea- lidad, fundamentalmente la realidad de los procesos de la vida cotidiana, determinada por sus propias objetivaciones, a través de un análisis fenomeno- lógico de la vida cotidiana” (Berger y Luckmann, 1999: 65), por tanto, este conocimiento se debe te- jer y en la articulación de elementos y de versiones se construye otra noción de la realidad. A partir de reconocer que el conocimiento es un proceso, esta investigación implementó tres perspec- tivas de análisis, que se han construido para efecto de integrar los conceptos sobre ambiente, territorio, 2 Esta metodología se empezó a construir en el marco de la ejecución del proyecto Río Tunjuelito o la construcción del ambientalismo popu- lar urbano, para siete localidades en el sur de Bogotá, con la Funda- ción FIDHAP, realizado entre 1998 y 2001 bajo la coordinación del proyecto de la autora de esta investigación. El proceso generado fue sistematizado con este enfoque metodológico del ISAT. 3 De acuerdo con la identificación de paradigmas en ciencias sociales que hace la escuela de Frankfurt, o Teoría crítica. 4 Una de sus principales figuras es el brasilero Paulo Freire. El propó- sito central de este paradigma se vincula con la necesidad de que el proceso de cambio sea asumido por el pueblo.
  • 14. 12  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá hábitat y derecho a la ciudad, así: la primera: la pers- pectiva ambiental como síntesis de los procesos eco- lógicos, socio-económicos y políticos; la segunda: la perspectiva del hábitat en la construcción social del territorio y en los procesos ecológicos; la tercera: la perspectiva del agua en los derechos humanos y en el derecho a la ciudad. Esta investigación fue desarrollada en cuatro fases así: (1) Construcción del marco teórico y del marco de re- ferencia. En ellos se definieron conceptos teóricos y enfoques orientadores del proceso de indagación, que permitieron deducir categorías de análisis y subcategorías, y se precisaron puntos de referencia para la interpretación de la información. (2) Identificación de escenarios y actores relevan- tes. Se hizo la definición de criterios para la selec- ción de los barrios así: en lo temporal: que fuera un barrio por década en cada localidad de estudio y el municipio de Soacha, para un total de nueve; en lo espacial: que al menos un barrio por locali- dad o municipio estuviera ubicado en el área de expansión y en la zona de ladera; y por el origen: que fueran barrios informales y en ellos se identifi- caron los actores relevantes. (3) Delimitación del contexto de ocurrencia. Se realizó el trabajo de campo con aplicación de die- ciocho entrevistas semiestructuradas en profundi- dad, dirigidas a líderes comunitarios que estuvieron en la dinámica fundacional del barrio y que promo- vieron las demandas de su comunidad por agua, así como a funcionaros de entidades públicas y acadé- micos, todos con amplio conocimiento en el área de estudio. También se realizaron conversatorios con especialistas en tres temas: agua y perspectiva ambiental; agua y territorio; y agua y derecho a la ciudad. Ello permitió que los expertos dieran pistas que aportaran a la sistematización y análisis del tra- bajo de campo. (4) Análisis e interpretación de la información. Po- sibilitó el ejercicio de teorización en donde la mente inicia un auténtico juego con las categorías: perci- be, contrasta, compara, agrega y ordena categorías o grupos de categorías y sus propiedades, establece nexos, enlaces o relaciones y especulaciones. Este procedimiento permitió identificar el papel del agua en la construcción social del hábitat en tres com- ponentes: teórico y de análisis (se precisaron las categorías de interpretación); análisis de los textos y discursos empíricos alrededor del territorio y del hábitat (se validaron las categorías identificadas); y análisis del poder político en torno al agua (se ana- lizó la utilidad de las categorías en relación con la acción social). Este procedimiento posibilitó la revisión de los asentamientos humanos en el sur de Bogotá en los últimos veinte cinco años5 en relación con el tipo de vivienda producida, sujetos públicos y privados, individuales y colectivos propios de la gestión pú- blica; definición de instrumentos de la gestión téc- nicos y políticos para la gestión integral del hábitat; articulación de la política pública en concordancia con las propuestas de desarrollo, planes de ordena- miento territorial y políticas sectoriales. La tesis por capítulos La tesis Asentamientos humanos, agua y territorio está conformada por cinco capítulos así: El capítulo del “Marco teórico” expone las bases conceptuales para comprender la interrelación entre el agua y los procesos ecológicos, socio-económicos y políticos desde la perspectiva ambiental compleja. Profundiza en conceptos que no son definiciones acabadas, porque se codifican de acuerdo con la óp- tica con la que se aborden el territorio, el hábitat o los derechos. Reflexiona sobre el papel del agua en los procesos ecológicos, mediante el reconocimiento del valor de las perspectivas ambientales de diversos autores que tienen en común la mirada de la comple- jidad. Interioriza desde diversas posturas el hábitat relacionado con otras formas de vida o de construc- ción cultural. Desarrolla el papel del agua en la cons- trucción social del territorio, y de los límites que tiene 5 Esta fue la época en la que se aceleró significativamente el proceso de ocupación informal del territorio escogido como área de estudio, cuya tendencia se ha mantenido hasta el día de hoy.
  • 15. 13  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá la misma naturaleza. Complejiza la relación del agua con la accesibilidad y la asequibilidad en relación con los servicios públicos y con el derecho a la ciudad. El capítulo de “Marco de referencia”, construye unos puntos de contexto sobre lo que acontece en la ciudad, que inciden en la forma de ocupación del área de estudio, indaga sobre las relaciones políticas que permiten comprender las causas estructurales de la planeación y el costo del suelo, que junto con la crisis de inquilinatos y la presencia de los desplaza- dos en la periferia fueron elementos determinantes en la construcción de la espacialidad del sur como producto de una planeación fragmentada y exclu- yente, que incidió en las dinámicas de crecimiento de la ciudad y la conurbación Bogotá-Soacha. El capítulo titulado “Procesos ecológicos” hace una caracterización del territorio que permite identificar las potencialidades hídricas y ambientales del área de estudio así como sus limitaciones. A partir de la com- prensión de sus condiciones climáticas en la relación agua-hábitat, relaciona fuentes naturales, cuencas hi- drográficas y dinámicas de ocupación, además tiene en cuenta los impactos ambientales generados por la conurbación, analiza las transformaciones ecológicas dadas a partir de las dinámicas de ocupación, identi- fica los valores ecosistémicos, el acceso al agua y pro- ducción social del hábitat en los barrios de estudio. El capítulo llamado “Procesos socio-económi- cos” analiza el elemento natural agua como servicio público en la construcción del hábitat, los costos de ésta y la incidencia en los sectores más pobres en razón al modelo de regulación económica, para inducir a la reflexión sobre la pertinencia del deba- te entre lo público y lo colectivo. Diferencia entre lograr el acceso al agua y la formalización de esos sectores al cuestionar la incidencia que tiene tanto el crecimiento informal como la legalización. Pro- fundiza sobre las condiciones de vida de la pobla- ción del área de estudio y su relación con el acceso al servicio del agua. Elcapítuloidentificadocomo“Procesospolíticos” hace una reflexión sobre el papel de los movimientos sociales en la transformación de la espacialidad de la ciudad, a partir de procesos de resistencia, marcados por lógicas de actuación de las que no fueron muy conscientes en su momento, como la lucha reivin- dicativa, la institucionalización de la participación y la reflexión del territorio como escenario de inter- pretación. Establece la relación entre los procesos organizativos y el acceso al agua. Profundiza sobre el contenido, la escala de actuación y los conflictos que acontecen en el área de estudio. Con el análisis normativo identifica los modelos de ciudad sobre los cuales creció el sur de Bogotá. A manera de conclusión Se logró constatar que el proceso de ocupación en el área de estudio, no se hizo de manera consiente en referencia al tema del agua, pero sin este elemento escaso, la consolidación de los asentamientos huma- nos no se hubiese dado. El agua fue determinante en la consolidación del tejido social y de la cons- trucción social del territorio en las áreas periféri- cas de la ciudad, es decir, ha sido fundamental para imprimirle el carácter social a la construcción del territorio, puesto que ha sido reivindicación, moti- vación, detonante y movilizadora de la comunidad, y dio como resultado la construcción de identidad, organización y sentido de pertenencia. No obstante, la búsqueda en el sur de Bogotá ha sido por el techo y no por el agua, aunque han existido varias razones que motivan poblar determi- nado lugar como es el transporte, el agua y la tierra a bajo costo. Los procesos de ocupación en las loca- lidades de Usme y Ciudad Bolívar y en el municipio de Soacha, estuvieron determinados por la necesi- dad de tener un lugar donde vivir. La urgencia de la población estaba puesta en cualquier solución habitacional y no en el agua; en la búsqueda por un sitio de abrigo para los hijos, para proyectar el futuro y considerar que en estos territorios podían lograr otros niveles de “desarrollo”. Entonces la reflexión giró alrededor de la para- doja de una cuenca, que tiene unas características particulares como proveedora del agua a la ciudad, y simultáneamente tiene una gran dificultad para que sus propios habitantes locales accedan al agua potable. Si bien, hoy este no es el problema, dado que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
  • 16. 14  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá Bogotá –EAAB– logró construir las redes de provi- sión y sistemas de abastecimiento, sí lo fue durante varias décadas con la permisividad del Estado, que de alguna manera lo manejó como un mecanismo de bajarle la tensión a los procesos de ocupación, ante la incapacidad de construir alternativas reales de vivienda a la población de bajos ingresos. Esto se fue expresando en una ausencia de política pública y de planes de ordenamiento que hubieran posibi- litado unas mejores condiciones de habitabilidad y de vida para esta población. La dualidad también la expresó la relación de tres territorios con potencialidades físicas y ecológi- cas distintas: Usme representa la riqueza hídrica, en cambio Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha re- presentan la escasez de este valioso recurso, dadas sus condiciones climáticas, la infertilidad de los suelos y la poca vegetación. No obstante, estos dos últimos territorios sufrieron los mayores impactos en las olea- das de crecimiento al extremo de que se dio la conur- bación con la ciudad en este punto. Lo complejo es que en Usme, a pesar de tener agua en abundancia, sus habitantes tuvieron los mismos conflictos por el acceso al agua, incluso tuvieron más problemas de salud pública por consumir agua no potable que en los otros dos territorios mencionados.
  • 17. 15  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá Una consideración lógica de esta investigación es que centra la preocupación en el significado del agua en la construcción del hábitat. Es claro que sin agua no hay hábitat humano, no obstante, siendo un elemento tan evidentemente necesario tiende a ser desconocido en la comprensión del territorio, en los procesos de formu- lación de políticas públicas de hábitat y en las dinámi- cas culturales. Justamente por ser el agua un elemento determinante debería ser abordado y comprendido en toda su complejidad, teniendo en cuenta las fuentes generadoras, el funcionamiento del ciclo hidrológico y la forma como es afectada por la acción antrópica. Lo cierto es que la forma como se accede al agua determina el nivel de inclusión o de exclusión en la construcción del hábitat y la relación con el derecho a la ciudad, lo cual implica integrar diversas perspectivas de análisis que se complementan, como la ambiental en la interrelación de los procesos ecológicos, socio- económicos y políticos; el hábitat en la construcción social del territorio y en los procesos ecológicos; el agua como derecho humano y derecho a la ciudad. Desde una perspectiva ambiental y con un abor- daje conceptual de los procesos ecológicos, socio- económicos y políticos se analiza el acceso al agua como componente esencial del hábitat, entendien- do éste como construcción social y el reconoci- miento de múltiples territorios; y con el enfoque del derecho a la ciudad como escenario de inclusión y de igualdad ante los procesos de ordenamiento y de formulación de políticas públicas. El abordaje teórico desde la perspectiva ambien- tal en tanto integra la complejidad, posibilita la cons- trucción epistemológica rica en diferentes elementos de análisis al reconocer la importancia de la interdis- ciplinariedad en la construcción del conocimiento y el valor propio de todas las formas de conocer, ofrece múltiples posibilidades de análisis y de interpretación a los hechos ambientales en relación con el territorio y la cultura, reconoce la multicausalidad y multidi- mensionalidad en una noción de totalidad que inclu- ye lo físico, lo biótico, lo humano y lo social. El concepto de hábitat es muy cercano a la no- ción de territorio a partir de la relación de una se- rie de condiciones físicas integrales que aseguran la pervivencia de un ser en un lugar determinado. Pero esas condiciones también están ligadas con la proyección cultural que va más allá de los elemen- tos netamente materiales, al establecer interrela- ciones complejas entre la cultura y la naturaleza de manera indisoluble. El territorio es entendido aquí como “concepto relacional que insinúa un conjunto de vínculos de dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación entre una porción o la totalidad del espacio geo- gráfico y un determinado sujeto individual o colec- tivo” (Montañez, 2001: 20). Complementado por la noción dada por Raúl Zibechi, en el sentido de que “los territorios que construyen los movimientos indígenas en áreas donde habitan desde hace siglos no pueden compararse con las experiencias urbanas de los sectores populares” (Zibechi, 2008: 7). Existe una forma distinta de habitar, construir y apropiar el territorio por parte de las comunidades indígenas porque desarrollan una cosmogonía propia, estable- ciendo una: el territorio es su vida. En cambio, en los sectores populares el territorio es un medio para sobrevivir que con el tiempo aprenden a apropiarlo y lo hacen a través de la lucha, la confrontación, la cotidianidad, es decir, de la construcción social. El derecho a la ciudad posibilita el debate de la in- clusión y de la igualdad de los asentamientos humanos urbanos informales que se asumen por fuera del marco jurídico y de la planificación formal del territorio. Posi- bilita enriquecer los componentes de un concepto que continúa en construcción, como es el del hábitat. La interrelación de las tres perspectivas, la ecoló- gica, socio-económica y política, indican la interde- pendencia y la totalidad, y posibilitan la comprensión compleja del proceso de ocupación del área de estudio, circunscrito a las localidades de Usme, Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha. El esquema 1 da cuenta de los elementos centrales que aborda este marco teórico. Capítulo 1 Marco teórico
  • 18. 16  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá Esquema 1- Factores interactivos de la perspectiva ambiental compleja en la comprensión del territorio Fuente: Elaboración propia 1.1 La perspectiva ambiental como síntesis de los procesos ecológicos, económicos, sociales y políticos Toda vida en la tierra depende del suelo, el agua y el aire del planeta; y la calidad general del am- biente influye en todos los aspectos de la actividad humana como la salud y el bienestar, el empleo y la recreación, los asentamientos, la industria y la agri- cultura. Pero la actividad humana, especialmente durante las últimas cinco décadas, ha influido en el aumento del deterioro del medio ambiente del pla- neta en forma significativa con un costo muy alto para la misma humanidad, incluso con consecuen- cias sociales y económicas catastróficas. Lo ambiental, como una perspectiva de aná- lisis en la construcción del conocimiento, orienta una lógica de comprensión del mundo y de los fe- nómenos que en él acontecen, distintos a la lógica formal dominada por la racionalidad económica6 . Convoca al ejercicio analítico interdisciplinario, incluyendo el proceso de construcción normativa como elemento vinculante y protector para cruzar las posibles interrelaciones entre el ambiente y los llamados factores antrópicos. La perspectiva ambiental en tanto desarrolla el pensamiento complejo, permite comprender las dinámicas de ocupación de origen informal7 y la función del agua, afectada ésta por los de- sarrollos de asentamientos poblacionales. Esto significa que el agua cumple con una doble fun- ción, como estabilizador del ecosistema y como elemento determinante de la construcción del 6 El concepto de la racionalidad económica e instrumental de la mo- dernidad, es utilizado por Leff, 2000: 127. 7 Tema central de esta investigación que se asocia al origen del área de estudio en el borde sur de Bogotá.
  • 19. 17  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá hábitat. Según Carrizosa “el aporte del pensa- miento ambiental al concepto de hábitat: es el enfoque interdisciplinario”8 . Y como dice Morin, el pensamiento complejo “está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un sa- ber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento, (…) asume el pensamiento complejo como un mecanismo de resistir ante mi- radas totalizantes, la articulación entre lo físico y lo biológico se complejiza, y complejiza, a su vez, a lo cultural” (Morin, 2001: 13). La pertinencia del pensamiento ambiental com- plejo lleva a preguntarse por qué es imperativo hoy en el mundo hablar de lo ambiental, como una ur- gencia de la humanidad a partir de la mirada ética. Sin duda la respuesta está en los hechos que han llevado a reconocer que el modelo de sociedad do- minante basado en la acumulación y el consumismo ha provocado una profunda crisis ambiental, al ex- tremo de considerar que el agua pueda ser privati- zada9 . Consideración que amenaza la sostenibilidad ecológica y ambiental del territorio y acentúa la in- equidad y exclusión social. 8 Son comentarios de Julio Carrizosa Umaña en el IV Encuentro In- ternacional Hábitat Colombia, Medellín, marzo 11 al 15 de 1996. Tomado de las memorias del seminario especializado: Producción, uso y consumo de ciudad. 9 Privatizar el agua es una de las grandes conclusiones del “Consen- so de Washington”, que fue impulsado a partir de 1990 por John Williamson, del Instituto de Economía Internacional pora el FMI, BM y se convirtió en la ideología oficial del nuevo orden mundial (Maude y Clarke, 2002: 137). Esquema 2: Articulación de autores que posibilitan la construcción de la perspectiva ambiental compleja desde los procesos ecológicos, económicos sociales y políticos. Fuente: Elaboración propia
  • 20. 18  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá 1.2 El agua en los procesos ecológicos Para efecto de esta investigación interesa el agua en dos sentidos: uno, como estabilizador de los ecosiste- mas, en referencia a las fuentes generadoras de agua y a ésta en su estado natural como parte del ciclo hidrológico con sus afectaciones por acción antrópi- ca; y dos, como elemento determinante en la cons- trucción del hábitat en donde se establece la relación con la accesibilidad al agua potable por parte de la población humana, en particular en las ciudades. Las malas condiciones en su tratamiento han afectado no solo su cantidad sino su calidad, siendo perjudica- da principalmente la población más pobre. “El ciclo actual del agua es obra, al menos en parte, de la evolución misma de la vida y es la estructura de la vida la que colabora en su regulación. Puede decirse que el agua es parte de la vida (…) el hom- bre, según Odum, no está preparado todavía para remedar el ciclo hidrológico global. Sin duda alguna existen salidas tecnológicas para suplir la escasez del agua, pero estas salidas pueden tener consecuencias ecológicas irreversibles” (Ángel, 1995: 37). Y el agua como elemento determinante en la construcción del hábitat, obliga a reconocer que la ciudad no logra ser autosuficiente, debe acudir al ámbito de la región, constituyéndose en un punto de sostenibilidad o de conflicto en el territorio. “La cantidad de agua que se inyecta en una región, es agua que se le está restando a las regiones vecinas. Mientras sembramos humedad, estamos producien- do simultáneamente desiertos” (Ángel, 1998: 37). El manejo dado a las fuentes proveedoras de agua, la disposición final de las aguas residuales y la concen- tración poblacional son el reflejo de la insostenibili- dad territorial que, seguramente, no se podrá resolver con medidas tecnológicas o con la privatización. Según (Bettini, 1998: 208) La ciudad no es un sis- tema cerrado, y su sostenibilidad está todavía por demostrar. Como los sistemas naturales (o ecosis- temas) la ciudad debe ser considerada un sistema abierto que intercambia energía e informaciones con el ambiente que le rodea. De hecho Eugene P. Odum definió la ciudad como un sistema heterótrofo o in- completo dependiente de amplias zonas limítrofes y no limítrofes para la energía, los alimentos y el agua. La cantidad de recursos naturales que mantienen a la población y a la actividad urbana es enormemente superior a la que la ciudad es capaz de producir. Las ciudades importan grandes cantidades de alimentos, agua y energía que son transformadas en bienes y ser- vicios y parcialmente restituidas al ambiente en for- ma de residuos y emisiones. La lectura ecológica del territorio implica revi- sar los postulados teóricos de diversos autores, que en común construyen su base de análisis desde la complejidad reconociendo las interacciones que este pensamiento provoca, como según se explica a con- tinuación. Van Der Hammen (1998) establece la re- lación integral del agua entre fuentes generadoras y su recorrido a partir del análisis presentando del río Bogotá y sus afluentes principales. Comienzan en los páramos y partes altas de los cerros de donde provie- ne la mayor parte de sus aguas y donde empieza la contaminación por venenos agrícolas, ganado y dese- chos del hombre, contaminación que se agrava en su paso por pueblos y ciudades. La insostenibilidad del recurso hídrico se incrementa con prácticas como la extracción de agua subterránea de los acuíferos, que es una de las causas principales del descenso del nivel freático, principalmente en los cerros, la desaparición de buena parte de las fuentes y quebradas en el área y en general de una disminución considerable del agua superficial del sistema del río Bogotá y sus afluentes. Para dimensionar el impacto ambiental genera- do por la acción humana es necesario estudiar las bases ecológicas como requisito para comprender los cambios introducidos por el ser humano en el ecosistema. De acuerdo con el planteamiento de Ángel (1998) en el problema ambiental hay que comprender tanto el ecosistema como los modelos culturales construidos sobre la transformación de la naturaleza. El modelo de interpretación ambiental tiene que ser, por tanto, necesariamente interdisci- plinario. Es el instrumento teórico que requiere la construcción de una sociedad ambiental. Carrizosa (2001) dice que esta perspectiva se fundamenta en lo que ha llamado el paradigma de la complejidad o del pensamiento complejo, la
  • 21. 19  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá aproximación filosófica y científica que insiste en afrontar con la mayor valentía posible una visión no reduccionista y no simplificante, explícita y cons- ciente, en la que se acepta que vivimos en un mun- do pleno de variables e interrelaciones, que nuestra visión no es nada diferente a una percepción subjeti- va, y que lo que llamamos causa es siempre el efecto de algo más, que a su vez está interrelacionado con otras variables. Su percepción ambiental compleja no se restringe a lo holístico, incluye necesariamen- te la percepción detallada de las partes producida por el análisis profundo de la realidad. Solo así es posible pensar compleja y ambientalmente; solo así se evita que lo ambiental se convierta en otro nom- bre para lo superficial o para lo ligero. La relación multicausal es la posibilidad del aná- lisis profundo de la realidad, que posibilita la rela- ción hombre naturaleza. Ost (1996) argumenta que el fracaso, tanto teórico como práctico, del modelo que separa al hombre de la naturaleza y del medio en lugar de la identificación entre ambos, exige hoy en día la adopción de una epistemología de la complejidad. Diferencia la idea de globalidad y la idea de procesualidad. La primera enseña que en la naturaleza todo forma parte de un sistema, y la se- gunda, para comprender de la naturaleza, concede más importancia a los procesos que a los elementos y a las funciones que a las sustancias, demostrando que la integralidad de los medios de vida descansa en equilibrios complejos. Reivindica el sentido de lo ambiental como proyecto, porque logra la super- posición del sujeto y del objeto, a partir de una red de relaciones denominadas medio. Precisa que la relación del hombre con la naturaleza es de doble vía en donde así como hay un proyecto del hombre para la naturaleza, también hay un proyecto de la naturaleza para el hombre. El hombre es producto de la naturaleza y este mismo hombre, tras haber destruido mucho, también puede reconstruir. Elsentidodeloambientalcomoproyecto,encuen- tra una forma de expresión en lo que Leff (2000a) denomina el saber ambiental como una complejidad emergente donde se reencuentran el pensamiento y el mundo, la sociedad y la naturaleza, la biología y la tecnología, la vida y el lenguaje. El concepto de am- biente resignifica las concepciones del progreso, del desarrollo y del crecimiento sin límite, para configu- rar una nueva racionalidad social. El saber ambiental, crítico y complejo, se va construyendo en un diálogo de saberes y en un intercambio interdisciplinario de conocimientos; va construyendo un campo epistémi- co que problematiza los paradigmas establecidos para construir una nueva racionalidad social. Los autores mencionados tienen diferentes énfa- sis para aproximarse al análisis ecológico. Van Der Hammen centra su preocupación en la forma como se están degradando los ecosistemas, en el caso del agua advierte que la forma como se está utilizando va a incidir en la insostenibilidad del recurso hídri- co; Ost reconoce en la epistemología de la comple- jidad una fuente de interpretación de la relación hombre naturaleza; Leff encuentra en el saber am- biental un campo epistémico de construcción de la complejidad; para Ángel el modelo de interpre- tación ambiental construye su comprensión en la interdisciplinariedad; y Carrizosa concluye que la percepción ambiental compleja es la única que po- sibilita el análisis profundo de la realidad. Este trabajo, con base en las posturas de los au- tores presentados, reconoce la perspectiva compleja como la más enriquecedora para abordar las pro- blemáticas ambientales y territoriales precisamente por la multiplicidad de factores e interrelaciones, de naturaleza biológica, política, económica, social y cultural que simultáneamente concurren para com- prender las problemáticas ambientales. 1.2.1 La perspectiva del hábitat en la construcción social del territorio y en los procesos ecológicos La noción de hábitat, hunde sus raíces en la esencia de la ecología10 haciendo referencia al lugar donde viven los seres vivos. En esta investigación se asume el hábitat humano que se desarrolla en un contexto 10 El término hábitat es definido por la ecología como parte integran- te del ecosistema; se refiere a la habitación o lugar donde residen los seres vivos (Vásquez, 1993: 291).También es definido como el ambiente en el que vive un organismo, puede referirse al bioma o al microhábitat del organismo (por ejemplo: bajo las rocas, en epifitismo) (Ángel, 1996: 73).
  • 22. 20  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá urbano y que valida la noción de ecología humana que “(…) se ocupa específicamente de estudiar los aspectos ecológicos de la comunidad en que vivimos” (Vásquez, 1993: 4). Es decir, esta noción incluye el sentido que tiene el territorio como una construc- ción social y cultural, que es producto de la cotidia- nidad, en el conflicto y en la diferencia, a través de ejercicios de territorialidad; resalta la interacción hu- mana, pues de lo contrario solo se estaría pensando en términos de ecosistema. La ecología social hace alusión a “(…) unas relaciones justas que propicien vida, bien común no solamente para los humanos, hombres y mujeres, sino también para la naturaleza y todos sus seres y relaciones” (Boff, 1996: 93). El concepto de hábitat ha sido abordado en las conferencias de Naciones Unidas como un asunto de agenda política que debe dar razón de la vivien- da y las necesidades básicas, sin una consideración clara en relación con el territorio y su soporte natu- ral. Esto se ve claramente evidenciado en las decla- raciones emitidas así: Hábitat I (1976) se centra en recomendaciones a los gobiernos y las organizaciones internacionales con el fin de adelantar acciones urgentes para con- trarrestar la pobreza, a través de planes estratégicos y la adopción de políticas encaminadas a promover el desarrollo desde una perspectiva socio-económica; Hábitat II (1996) va un poco más allá, pues no solo apela a recomendaciones, sino que se pactan com- promisos entre los gobiernos y se toca puntualmen- te el problema de la vivienda. Entre los objetivos y principios está la búsqueda de que todas las personas tengan acceso a la vivienda adecuada, como compo- nente importante para acceder a un mayor nivel de calidad de vida y promueven el acceso de todos al agua potable y al saneamiento adecuado. Como se observa, el agua no hace parte de los factores apropiados de calidad de medio ambiente, sino que le impone una relación funcional como parte de la infraestructura básica. En ese sentido, los elementos ecosistémicos del territorio no son tenidos en cuenta en las diversas declaraciones de hábitat. El agua como elemento esencial en la cons- trucción del hábitat aparece en estas conferencias como un elemento funcional en términos de calidad y no como determinante en la relación naturaleza y sociedad. El concepto de hábitat es abordado como un aspecto que se resuelve a partir de lo físico- espacial, de allí que el énfasis predominante sea el tema de la vivienda, con ello pierde la oportunidad de asumir el hábitat desde la dimensión territorial o de las interacciones que este concepto posibilita, como lo presenta el “modelo triádico compuesto de interacciones habitante-naturaleza y sociedad”11 (Sánchez, 2007: 2). Desde otra perspectiva, Segre, (citado por Bár- cenas, 1999) define que el concepto de hábitat en la disciplina de la arquitectura es relativamente re- ciente, pues procede tanto de las ciencias naturales como de las sociales, en particular de la biología, la ecología y de la antropología en la que es usado para asignar el espacio de vida de una especie animal o vegetal así: “(…) el Hábitat como el medio geográfico, el lugar que reúne las condiciones favorables para la vida en general y al Hábitat humano como el lugar, el ‘topos’ que mantiene las condiciones de vida y de reproduc- ción de la especie humana, dado el hecho de que mantener las condiciones de vida en general es ase- gurar del mismo modo la vida de la especie humana como tal. Actualmente al hablar del hábitat implica hacerlo a partir de lo humano y su relación con otras formas de vida. El hábitat da significado al espacio construido social, político, económica y culturalmente. El es- pacio no es solo su dimensión física, de hecho los procesos de ocupación del territorio están marcados por las relaciones espacio-tiempo. Al respecto plan- tea (Fals, 2000: 1) “(…) es necesario derruir la idea clásica y concebir el espacio como un ente flexible y variante, con impulsiones que van y vienen, no solo por el principio antrópico sino por el de la construc- ción social en el tiempo que ha venido enmarcando la explicación sociológica contemporánea”. 11 “Esta visión del hábitat como una organizaciones de procesos di- námicos, finalmente, nos llevará a entender que el hábitat (cosas) conjuntamente con el habitar (acciones) y el habitante (ideas, sen- timientos, cultura, etc.), se dan de manera integrada e indisoluble” (Sánchez, 2007: 2).
  • 23. 21  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá Reconociendo el espacio como ente flexible, es un buen punto de entrada a la reflexión del terri- torio como construcción social, en donde los seres humanos constantemente están modificando un fragmento o la totalidad. El espacio también es tota- lidad, De Sousa Santos (1991: 51) lo define “como un conjunto de sistemas de objetos y sistemas de ac- ciones, que forman el espacio de manera insepara- ble, solidario y contradictorio”. Esta enunciación la interpreta Mancano12 (2008), cuando asevera que en la definición está contemplada la naturaleza y la sociedad. Por sistemas de objetos se comprenden los naturales o elementos naturales y los objetos so- ciales, o los objetos producidos por mediación de las relaciones sociales, que modifican y transforman la naturaleza, lo que explica su inseparabilidad. Esa relación indisoluble entre naturaleza y sociedad ha sido trabajada en esta investigación desde la pers- pectiva ambiental compleja. Mancano(2008)aportamuchaspistasparaenten- der la complejidad misma que encierra el territorio, analiza las acepciones de éste, desde las relaciones de poder, su concepto, además del significado ya clásico de espacio de gobernancia, propone el debate sobre tipos de territorios y disputas territoriales visto por el Estado, el capital y diferentes sujetos, instituciones y relaciones, y sustenta que la esencia del concepto de territorio está en sus principales atributos: totalidad, soberanía, multidimensionalidad y multiescalariedad como lo indica en el siguiente aparte: “Cada institución, organización, sujeto, construye su propio territorio y el contenido de su concepto y poder político para mantenerlo. Esos creadores de territo- rios exploran someramente alguna de sus dimensio- nes. Esto también es una decisión política. Todavía, al explorar una dimensión del territorio, afectan a todas las otras por causa de los principios de la tota- lidad, multiescalaridad y la multidimensionalidad. La comprensión de cada tipo de territorio como una to- talidad, con su multidimensionalidad y organizada en diferentes escalas, a partir de sus desiguales usos, nos posibilita entender el concepto de multiterritorialidad. Considerando que cada tipo de territorio tiene su te- rritorialidad, los tipos de relaciones e interrelaciones nos muestran las múltiples territorialidades. Es por esa razón que las políticas en un territorio como propiedad impactan al territorio como espacio de gobernancia y viceversa. En este sentido, para pensar en las políticas territoriales es necesario comprender sus multiescala- riedad y su multidimensionalidad. Cuando un territo- rio es concebido como uno solo, o sea como espacio de gobernancia y se ignora los diferentes territorios que existen al interior del espacio de gobernancia, tene- mos entonces una concepción ‘reduccionista’ del terri- torio, concepto éste que sirve más como instrumento de dominación por medio de las políticas neoliberales” (Mancano, 2008: 6). El territorio al cual se quiere hacer referencia no es el suelo, no son los límites, ni las fronteras, no es el “espacio de gobernanza”, aunque éstos sean un punto de referencia importante que incide. El terri- torio al que se hace alusión no está marcado por lo físico, lo material o lo espacial propiamente dicho, sino que está asociado con el papel que cumplen cada uno de los creadores de territorios que son los mismos sujetos sociales de la historia. No se puede hablar de un solo territorio sino de que se construye la noción de territorios, que implica muchas lógicas de abordaje sobre el mismo espacio; se comparte las nociones de las autoras Echeverría y Rincón (2000: 22) en el sentido que es necesario interpretar el territorio en su doble papel: como so- porte material y básico del desarrollo social y como producción social derivada de la actividad humana que transforma ese territorio que le sirve de base. “El territorio, como concepto, cobra relevancia en la sociedad contemporánea. La nueva visión sobre las relaciones socioespaciales se desarrolla en el escenario territorial y el desafío es entender la conexión entre la lógica espacial de los intereses y las fuerzas económi- cas globales, de una parte, y la lógica territorial de los grupos regionales y locales, las identidades e identifica- ciones culturales, los procesos sociales territorialmente organizados y las demandas correspondientes, de otra” (M. C. Echeverría y A. Rincón, 2000: 22). 12 Es geógrafo, profesor del Programa de Post-Graduación en Geogra- fía de la Universidad Estadual Paulista –UNESP–. En conferencia 2008. En Bogotá, Colombia.
  • 24. 22  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá El territorio, como construcción social, contie- ne elementos simbólicos e identitarios, así como diferentes percepciones y usos culturalmente prees- tablecidos por él, pueden identificarse varios ima- ginarios de territorio en un mismo espacio físico, sobre el cual se pueden hacer lecturas ecológicas, políticas, sociales, culturales y económicas. Pero el interés particular es comprender cómo se dan las relaciones de los procesos ecológicos y el hábitat, desde una comprensión biofísica del territorio, al- rededor del acceso y uso del agua, como elemento estructural en esta construcción. Para Leff (2000b) el hábitat es el lugar en el que se construye y se define la territorialidad de una cultura, la espacia- lidad de una sociedad y de una civilización, don- de se constituyen los sujetos sociales que diseñan el espacio geográfico apropiándoselo, habilitándolo con sus significaciones y prácticas, con sus sentidos y sensibilidades, con sus gustos y goces. Tanto en la noción de territorio, de territoriali- dad, como en la noción de hábitat, hay un recono- cimiento por el lugar y por el papel que cumplen los sujetos sociales en interacción con múltiples ámbitos de actuación, como las escalas que van desde lo local hasta lo global. También en la forma como se cimien- ta la territorialidad a partir de la apropiación cultu- ral. Es allí donde se inscribe la construcción social del hábitat y la producción de la vivienda13 , como “fruto del esfuerzo diario y permanente por definir su habitar, es construcción de la huella propia en cada espacio” (Romero y Rosendo, 2004: 30). La forma de aproximarse al territorio lo definen los elementos de análisis con los que se cuenta para entenderlo, no solo en términos físicos o naturales, sino en el conjunto de intereses y acciones que le imprime la huella humana, que a su vez deja huella ecológica, y aunque parezca contradictorio, el te- rritorio como soporte natural también cuenta, es decir, es soporte y condición que está en constante proceso de territorialización14 . “Cuando el concep- to de territorio se construye a partir de las territo- rialidades que lo definen, éste se comprende como proceso y construcción, se le reconocen cualidades constituyentes: la heterogeneidad, la simultaneidad, el movimiento, la variación y el conflicto” (Echeve- rría y Rincón, 2000: 19), que a su vez son elementos propios de la complejidad, lo cual amerita que la lectura que se haga del hábitat como territorio, sea necesario hacerla desde una mirada compleja tal como se desarrolló en los párrafos anteriores. 1.2.2 El papel del agua en la construcción del hábitat La cosmogonía indígena y la historia de las diferen- tes civilizaciones han sido determinadas significati- vamente en torno al acceso y control del agua. Sin embargo, en la construcción de los asentamientos humanos, este elemento de vida no ha estado pre- sente en la definición de los referentes naturales y culturales de la población de las urbes. Es decir, la relación agua-hábitat no se ha destacado como elemento determinante en la sostenibilidad de la construcción social del territorio. Contrario de lo que sucede en la cosmogonía indígena. Pese a que los procesos fundacionales de las ciu- dades se hicieron en torno a sus fuentes hídricas, las dinámicas de crecimiento y de expansión de éstas se han dado de espalda a sus ríos y los han conver- tido en vertederos de aguas residuales. En el pasa- do, ante las emergencias sanitarias, la opción fue construir canales, llevando a los ríos y quebradas a convertirse en espacios de adecuación hidráulica mal llamados caños. Durante mucho tiempo en los procesos de planeación de las ciudades la noción de cuenca y de territorio no contaron en la construc- ción de los imaginarios urbanos, ni fueron puntos de referencia en la definición del hábitat, este con- cepto tampoco había sido desarrollado. Las cuencas urbanas, como parte integral de la ciudad, fueron negadas para el disfrute del espacio público, para la construcción de las representacio- nes e imaginarios sociales, para el encuentro entre 13 Se desarrolla a partir de la necesidad de generar estrategias para en- cauzar y potenciar los esfuerzos que realizan los pobladores al produ- cir su propio espacio habitable (Romero y Rosendo, 2004: 30). 14 La territorialización “como el proceso, devenir, acontecer, movi- miento hacia la autonomía, dependencia o interdependencia, que fluye hacia la desterritorialización o reterritorialización (codifica- ción y descodificación, establecimiento y fugas, destrucción y re- constitución de nuevos procesos de sedimentación, hacia nuevas marcas y planos de consistencia)” (Echeverría, 2000: 28).
  • 25. 23  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá la sociedad y la naturaleza, para el fortalecimiento de una cultura ambientalista que reconociera el va- lor del agua y de lo público. Estas carencias fueron sustituidas por las grandes obras de infraestructura, la adecuación hidráulica de los ríos, la construcción de jarillones, primando la perspectiva ingenieril, antes que el reconocimiento de las potencialidades ambientales que éstas reportaban. Muchas ciudades pagaron y aún tienen pen- diente un precio alto, por haber crecido sin una consideración de su formación natural, esto las ha llevado a reiteradas inundaciones en temporada de alta precipitación. Los excesos de caudales que antes eran descargados en zonas de humedales y en la ronda de los ríos, hoy son recibidos en los barrios que se han construido en zonas de amor- tiguamiento, lo que afecta el almacenamiento de los excesos por alta pluviosidad y los reservorios en época seca, y crea un conflicto social y económico que se expresa en el deterioro del hábitat y de la calidad de vida de la población. El agua determina las prácticas humanas del habitar y del cómo se habita en función de la pro- tección a los ecosistemas estratégicos y del ciclo hidrológico, esto ha generado el debate sobre la obligatoriedad ética con los ciudadanos de garan- tizar a todas las personas un mínimo vital gratuito. Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud se han pronunciado al respecto planteando que una persona necesita por día mínimo 20 litros para su sobrevivencia y si incluye el aseo personal y de la casa necesita 50 litros en total. 1.3 El agua y los procesos socio-económicos Desde la década de los años setenta15 se comenzó a advertir sobre los límites al crecimiento basados no solamente en el hecho de que los recursos naturales se empezaban a agotar, sino también en la capacidad de asimilación de los residuos por parte de los ecosis- temas. Estos límites naturales indudablemente han obligado a revisar la capacidad de carga del territorio. La ecología política ha desarrollado significa- tivamente la capacidad de carga como límite a la acción humana, así ha llegado a la conclusión de que el capitalismo contemporáneo ha desarrollado una “segunda contradicción”, además de la primera suficientemente explicada por el marxismo clásico que puede sintetizarse como la “ley general abso- luta de la acumulación capitalista” que expresa “el poder social y político del capital sobre el tra- bajo y hace inevitable la tendencia inherente en el capitalismo a una crisis de realización, es decir, a una crisis motivada por la sobreproducción del capital” (O´Connor, 1992: 111). Esta ley muestra cómo todo intento de los capitales individuales de defender o restablecer sus ganancias, por cualquie- ra de los métodos posibles, termina reduciendo la demanda final de bienes de consumo. La segunda contradicción ataca al capital por el lado de los cos- tos y se puede explicar de la siguiente manera: “La causa básica de la segunda contradicción es la apropiación y usos autodestructivos por el capitalismo de la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura urbana y de la naturaleza o el medio ambiente. Digo ‘autodestructivos’ porque los costos de salud y educa- ción, de transporte urbano, las rentas de las viviendas y locales comerciales, y los costos de extraer los ele- mentos del capital de la naturaleza aumentan cuando los costos privados se convierten en costos sociales (…) Los capitalistas individuales continúan bajando los costos de todas las maneras imaginables; al hacer esto, hacen aumentar sin querer los costos del capital en su conjunto” (O´Connor, 1992: 111-112). Es decir, la apropiación y uso autodestructivo de la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura urbana y de la naturaleza por parte del capital tiende a destruir “las condiciones de producción” de las que depende. La empresa capitalista a través de los efec- tos acumulativos de este desplazamiento de costes tiende a destruir las condiciones de producción de las que depende (entre las que se encuentra el agua) y esto implica unos costes mayores de producción para el capital en su conjunto. Esta crisis de costos se pone de manifiesto cuando los movimientos sociales reclaman un mejor nivel de vida. En este sentido, 15 En 1972 se realizó la reunión del Club de Roma, ampliamente co- nocida por su informe titulado Los límites del crecimiento.
  • 26. 24  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá la institucionalización del derecho del agua refleja el poder de los movimientos ecologistas y movimientos sociales urbanos respecto al capital. Tanto la primera como en la segunda contra- dicciones del capitalismo son posibles tras una comprensión limitada y unilateral de la economía, cuya sostenibilidad presupondría un sistema po- lítico y económico global capaz de identificarlas y regularlas, sin embargo, lejos de ello se asumen los recursos naturales, el agua entre ellos, como recur- sos infinitos, con “fe en las capacidades ilimitadas del hombre para modificar a voluntad los procesos de creación y perfeccionamiento de la materia, ésta se revelaba como el complemento indispensable de la creencia más general en un progreso indefinido basado en un crecimiento continuo de la población y las riquezas” (Naredo, 1992: 118). Esta fe ilimitada en la capacidad de la tecnología que surge con todos los descubrimientos científicos que apuntalaron la revolución industrial y el origen y consolidación del capitalismo, condujo al estable- cimiento en la economía de uno de sus principales supuestos, y que a su vez fundamenta la idolatría del mecanismo del mercado como gran ordenador automático de la economía: la falacia de la sustitu- ción sin fin de los recursos. De esta manera el uni- verso de lo económico se separó del mundo físico y biológico, prácticamente el sistema económico ya no depende del mundo físico y biológico gracias a la falacia de la sustitución: la idea de una materia universalmente maleable y, por tanto, manipulable por el hombre, hacía creer en una transmutación y reciclaje infinito sin coste. A partir de aquí el tema de los recursos naturales se convirtió en un asunto incómodo para la ciencia económica clásica, pues no encajaban en el edificio conceptual establecido por ésta. La visión de los clá- sicos que había advertido los límites del crecimien- to es abandonada por la visión de los neoclásicos a finales del siglo XIX. El ejercicio del poder econó- mico liberado de ataduras morales y físicas, despojó a la relación hombre-naturaleza del antiguo tono de respeto y colaboración e impuso su instrumentaliza- ción por parte de los humanos que actuando como átomos guiados por su propia fuerza, en este caso, cada uno actuando orientado por su propio interés económico, cuyos impulsos competitivos canaliza- ban y sumaban el marcado capitalista, conducía al equilibrio; “la mano invisible” equilibra los impulsos del “homo economicus”. “El interés propio, pasó, según Helvetius, a desem- peñar en el mundo económico un papel similar a la gravitación universal en el mundo físico, impulsando el movimiento sin fin de la producción y el gasto. Se extendió así la idea de que la lucha de intereses, que agita a los hombres entre sí, establece naturalmente un equilibrio que jamás podrían alcanzar las leyes. La fe en la Divina Providencia (…) se vio sustituida por la confianza en que la ‘mano invisible’ del mercado garantizaría la mejor situación económica para el con- junto social (…) La fe en la buena nueva del mercado tuvo unos efectos comparables –al decir de Polanyi– a la más violenta explosión de fervor religioso que haya conocido la historia” (Naredo, 1992: 118). La relación entre el agua y las dinámicas econó- micas y sociales devela la fragilidad de la naturaleza y los límites que ésta tiene, dado el modelo económico que se le impone no solo a la sociedad sino también a los recursos naturales. Este modelo está basado sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto –PIB–, desarrollo tecnológico orientado para la competiti- vidad y la venta de bienes y servicios. Tinbergen y Hueting (1997: 64) plantean que el crecimiento eco- nómico, que es la prioridad en la política económica, ha arrojado la siguiente reflexión: “La producción de bienes manufacturados y de servi- cios ha experimentado un aumento sin precedentes, pero ha ido acompañado de una destrucción, también sin precedentes, del bien más fundamental, escaso y, en consecuencia, de mayor importancia económica de que disponemos los seres humanos: el medio am- biente (…) el crecimiento en la producción procede en gran parte de un aumento en la productividad en el que no se ha tenido en cuenta la pérdida de bienes medioambientales escasos (…) la degradación del medio ambiente es consecuencia de la producción y de su crecimiento. Paradójicamente las actividades que suponen una carga mayor para el medio ambien- te son las que más contribuyen a la formación del PIB” (Tinbergen y Hueting, 1997: 65).
  • 27. 25  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá Un modelo basado en el crecimiento económico que destruye el medio ambiente ha llevado a pri- vatizar los bienes comunes de los que dispone la humanidad. Esa ha sido la historia de explotación de los recursos naturales, que para avanzar en los procesos de privatización y justificar la intervención del sector privado empiezan a anunciarlos como es- casos, este panorama se repite con el agua. Justamente para el caso del agua, Barlow y Clarke (2004: 124) argumentan que la cuestión tal vez más importante del suministro de agua dulce se refiere al papel cada día más influyente del sector privado en el momento de decidir quién la debe recibir y por qué. Nadie en el mundo se ha hecho más consciente del valor de agua que el sector privado, que ve los beneficios que se pueden obtener del hecho de que el agua sea un bien escaso. El resultado es un fenómeno completamente nuevo: el negocio del agua. Ante el afán comercial del sector privado de ha- cer del agua un recurso escaso, surgen reflexiones que pareciera ser elementales, pero que tienen un alto contenido político y ético de la vida, que segu- ramente la humanidad en otro contexto histórico menos dominado por la racionalidad económica no se hubiera hecho y que entidades expertas en el tema del agua a nivel mundial las plantean: “Si el agua es esencial para la vida misma ¿es simplemente una necesidad humana básica o constituye en reali- dad un derecho fundamental?”, el debate que susci- ta esta pregunta saltó al Foro Mundial del Agua que se realizó en la Haya en marzo de 2000, convocado por organizaciones como la Asociación Global del Agua (Global Water Partnership) y el Banco Mun- dial y por empresas líderes en todo el mundo en el negocio del agua. La polémica, que giró en los si- guientes términos: “si el agua debía ser considerado una ‘necesidad’ o un ‘derecho’” no tuvo un interés puramente semántico y abordó en profundidad la cuestión de quién debe responsabilizarse de asegu- rar que los seres humanos tengan acceso al agua: ¿el mercado o el Estado, las empresas o los gobiernos? Por supuesto que dependiendo de la determi- nación que se opte, las implicaciones son diversas, porque si el agua es declarada una necesidad que se satisface a través del mercado, entra a mediar el interés comercial de la ganancia y del lucro, pero si el agua es reconocida como derecho, la responsa- bilidad estará en los gobiernos, los cuales deberán promover que todos los seres humanos sin distin- ción puedan acceder al agua. Ante determinaciones de tal magnitud, en don- de intervienen los grandes intereses económicos a escala mundial, el debate del agua debe, a su vez trascender fronteras; no es posible abordarlo úni- camente desde el escenario local, la dimensión del problema amerita un tratamiento multiescalar, te- niendo siempre presente que una de las consecuen- cias naturales de la privatización es la exclusión, porque solo pueden acceder quienes la puedan pa- gar, por lo cual, en primera instancia, la población de bajos ingresos sería la perjudicada. Otra consecuencia negativa de la privatización la constituye el cambio de prioridades de uso que ya no estarían prescritas por la garantía del derecho sino por las normas y reglas que fomenten la rentabilidad, con- dición para que capitales privados inviertan en la ofer- ta del servicio de agua. Estas prioridades del capital sobre las del derecho de la gente también afectarían la valoración de la conservación del agua hacia el futuro, puesto que aún “no sabemos cómo medir los ‘valores ecológicos’. El contenido de energía no es una medi- da satisfactoria” (Punti, 1988: 79). A su vez, ver los precios como medida de valor no solo dejan de lado la influencia del grado de monopolio y de la distribu- ción de ingresos, también significan “aceptar que los precios actuales (de hecho distorsionados) miden ade- cuadamente el valor de la escasez futura de recursos e incorporan el valor de los perjuicios actuales y futuros de la contaminación” (Punti, 1988: 79), lo cual no ocurre en nuestras economías donde lo usual es que los grandes capitales se desentienden de los costos de la contaminación, el desperdicio y los perjuicios al res- to de la sociedad, como sucede en Colombia. 1.3.1 La accesibilidad y la asequibilidad del agua determinan la relación con los servicios públicos y el derecho a la ciudad La reivindicación del derecho humano al agua no se trata simplemente de tener agua. De hecho nuestras regiones están rodeadas y hasta inundadas de este
  • 28. 26  Asentamientos humanos, agua y territorio. En el proceso de expansión del sur de Bogotá vital líquido, lo que se busca es que el agua potable, indispensable para la vida y la salud de las personas, este disponible y su uso sea sostenible. Esa es, justa- mente, la conexión que se establece con los servicios públicos y con el derecho a la ciudad. La lucha por la búsqueda del agua en las ciudades es específicamente por el acceso al agua potable, indispensable para lo- grar una vida digna y es condición previa para la rea- lización de otros derechos humanos y determinante en la construcción de un hábitat digno. De allí la importancia de hacer referencia a que la accesibilidad es la posibilidad de que todo individuo pueda contar con agua potable y que se le permita conectarse a una red de distribución. La accesibi- lidad (Naciones Unidas, 2003, No. 15, párrafo 12) presenta cuatro dimensiones interrelacionadas así: 1) Accesibilidad física, lo cual significa que el agua, las instalaciones y los servicios de agua deben estar al alcance físico de la población, en especial de los grupos vulnerables o marginados y de las zonas rurales. 2) Accesibilidad económica, que es la ase- quibilidad, lo cual implica que el agua y los servicios de instalaciones deben de estar al alcance de todos. Los costos y cargos directos e indirectos asociados con el abastecimiento de agua deben ser asequibles y no deben comprometer ni poner en peligro otros derechos. 3) No discriminación, es decir que deben ser accesibles a todos de hecho y de derecho, inclu- so a los sectores más vulnerables y marginados de la población sin discriminación alguna. 4) Acceso a la información, la cual comprende el derecho a solicitar, recibir y difundir información sobre las cuestiones del agua. El tema del agua está íntimamente ligado con el de los residuos líquidos y sólidos, estos dos aspec- tos, por tratarse de salubridad pública, no se pueden descuidar pues al no ser tratados adecuadamente atentan contra la salud y la vida en comunidad. El acceso al agua potable ha sido reconocido como una necesidad y, por eso, frente a la tendencia de privatizar el agua, surgen voces que reclaman su re- conocimiento como derecho humano fundamental, “(…) esta tendencia obedece, fundamentalmente, a la constatación de que el agua es un elemento indispensable para la vida, es un recurso natural, vital, limitado y un bien público fundamental para la salud” (Defensoría del Pueblo, 2005: 18). 1.4 El agua y los procesos políticos En la reflexión de los procesos políticos se ha priori- zado, para el análisis, la perspectiva de derechos. Las dinámicas políticas y los movimientos sociales han dado un giro en sus plataformas de lucha inspirados por el reconocimiento, la igualdad y la dignidad. Para ello han encontrado en los postulados de los derechos humanos la mejor herramienta emancipadora que les permite articular sus demandas hacia el Estado. Dado que la orientación de la privatización del agua obedece en buena parte a las directrices defi- nidas por la banca mundial, el debate político debe incursionar igualmente en esos escenarios de “(…) los ordenamientos jurídicos supraestatales, transna- cionales, que coexisten en el sistema mundial, tanto con el Estado como con los ordenamientos jurídicos infraestatales” (De Sousa Santos, 1998: 27). En la consolidación del Estado liberal a mediados del siglo XIX, se le dio a los derechos humanos la función de mantener al Estado “bajo control demo- crático y evitar la tentación autoritaria” (De Sousa Santos, 1998: 212). No obstante, la interpretación de los derechos humanos ha sido ambivalente por las partes en contienda, por un lado, los Estados-nación en su condición de garantes y de violadores al mismo tiempo de los derechos humanos, y por otro, la po- blación que pide protección para el ejercicio político y demanda al mismo tiempo al Estado como respon- sable de los derechos. “Cualquier análisis superficial de los derechos humanos a través de las generaciones mostrará sin duda que fueron puestos al servicio de las necesidades reguladoras del Estado. Pero también fueron el marco de la política progresista de las cla- ses populares, cuyas luchas de hecho contribuyeron mucho en los avances de la política de los derechos humanos” (de Sousa Santos, 1998: 212). Aquellas cartas escritas en la posguerra (la Declaración Uni- versal de los Derechos Humanos, 1948; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966; y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, 1966), conforman el