2. Al iniciarse la administración del Lic. Luis Echeverría Álvarez, el 1° de diciembre
del 1970, que culminaría en 1976, la imagen que sé tenia de México en los
círculos económicos era de un país muy afortunado y privilegiado, por las
condiciones del crecimiento económico, solidez monetaria, solvencia crediticia y
además solidez política, naturales para el aumento de las inversiones. La
transformación de la revolución de 1910, el crecimiento sostenido a partir de 1935,
la estabilidad monetaria de los precios. A partir de 1935, la estabilidad monetaria
de los precios a partir de 1956, fueron las nuevas posibilidades del desarrollo
tenían los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.
México había llegado a su madurez como sistema capitalista con predominio
industrial y un sector monopolístico de estado.
Los principales objetivos fueron:
1. Mejorar la distribución del ingreso.
2. Elevar la generación del empleo.
3. Incrementar la participación del estado en la economía.
4. Reducir el desequilibrio que presenta la economía mexicana en relación
con el comercio internacional.
5. Aprovechar de manera óptima los recursos naturales.
6. Fortalecer el sistema de economía mixta.
7. Mejorar la calidad de vida de toda la población.
A diferencia del desarrollo estabilizador, la política económica del desarrollo
compartido trató de generar progreso para todos por igual. El desarrollo compartido
pretendía, distribuir la riqueza generada por el progreso equitativamente entre todos
los miembros de la sociedad.
Se instrumentaron programas de fomento, estímulos fiscales, subsidios, evasiones
de impuestos, depreciación acelerada de los activos fijos, entre otros, para
promover la participación de la iniciativa privada en la industria nacional. El gasto
público fue el motor del crecimiento económico en dicho periodo, no obstante, los
mayores ingresos públicos provenientes del petróleo y de la recaudación generada
por el crecimiento económico del país fueron insuficientes para financiar su
expansión, en razón de ello se empleó una política monetaria expansiva y se
contrataron importantes montos de deuda pública externa, como forma de financiar
los crecientes y elevados niveles de déficit fiscal alcanzados a lo largo del periodo.
Política social del desarrollo compartido:
Fue marcado por el descontento social que se vio traducido en movimientos
guerrilleros rurales y urbanos. El presidente no dudo en hacer uso del
ejército y represión, como elementos necesarios para ahuyentar los
fantasmas revolucionarios.
3. (1976 – 1982)
Con Echeverría, el Estado se había convertido en un auténtico seguro del
fracaso de los negocios privados, ya que para evitar cierre de empresas las
asumía el gobierno. Con el tiempo, acumuló un gran número de empresas
quebradas e ineficientes, que contribuían al crecimiento del déficit público.
Ante la resistencia y presión empresariales, encontró que la única salida era
el endeudamiento público externo, ruta que después magnificó López
Portillo. Sin embargo, nunca mejoró la distribución del ingreso; más bien
empeoró. Finalmente, la inflación y la inestabilidad de la balanza de pagos
provocaron la primera devaluación en 22 años, situación en la cual asumió la
presidencia López Portillo.
Ya como presidente, su primera tarea era atender y controlar la crisis que se
había desatado por la devaluación y los desequilibrios tanto de la balanza de
pagos y el presupuesto público. Se llegó a un acuerdo con el FMI para
instrumentar un programa de estabilización. Propuso dividir su sexenio en
dos años de recuperación, dos de consolidación y dos de crecimiento más
acelerado.
Auge petrolero:
Sin embargo, se encontró con reservas crecientes de petróleo justo cuando
escaseaba en el mundo. Por lo mismo, en vez de resolver los desequilibrios
existentes, se apostó a un precio elevado permanente en el petróleo.
El aumento exagerado del precio del petróleo llevó a una acumulación
descomunal de dólares por parte de los países árabes, que a su vez se
depositaban en los bancos norteamericanos. Este exceso de liquidez los
llevó a incrementar sus préstamos también en forma acelerada. Ante las
promesas de abundancia en México, el gobierno cayó víctima de un
sobreendeudamiento que en pocos lugares se había visto. López Portillo jugó
con el bienestar mexicano un albur de que el precio del petróleo
permanecería por encima de 40 dólares por muchos años.
Política social:
El periodo de 1930 a 1970 fue denominado por los historiadores económicos
como el "Milagro Económico", una etapa de crecimiento económico
acelerado estimulado por el modelo industrialización con la substitución de
importaciones (ISI) el cual protegía y promovía el desarrollo de la industria
nacional. A través del modelo ISI, el país experimentó un auge económico en
el que las industrias expandieron rápidamente su producción. Algunos
cambios importantes en la estructura económica incluyeron la distribución
gratuita de la tierra a campesinos bajo el concepto del ejido, la
nacionalización de las industrias petrolera y ferroviaria, la incorporación de
4. los derechos sociales en la constitución, el nacimiento de los grandes
sindicatos de obreros y la modernización de la infraestructura.
Especulación financiera, inflación y devaluación:
El modelo ISI llegó a su última expansión a finales de la década de 1960,
culminando en el reconocimiento del desarrollo mexicano en la selección de
la ciudad de México como sede de los juegos olímpicos de verano. Frente a
una posible recesión económica, y al tratar de dar una respuesta a las
demandas sociales de la población, durante la década de 1970 las
administraciones de Echeverría y López Portillo trataron de reavivar la
economía a la vez que introducían el desarrollo social en sus políticas lo cual
requería un mayor gasto público. En los 1970 se formaron instituciones
financieras del gobierno para apoyar a los trabajadores, como INFONAVIT y
FONACOT. Con el descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros cuando
los precios del petróleo se encontraban en máximos históricos y las tasas de
interés en mínimos -incluso negativas- el gobierno aceptó préstamos de los
mercados internacionales para invertir en la compañía estatal petrolera, la
cual parecía proveer un ingreso de largo plazo para financiar el bienestar
social en un plan que nombró plan de desarrollo compartido. De hecho, este
método produjo un aumento considerable del gasto social, y el presidente
López Portillo anunció que había llegado el tiempo para "administrar la
prosperidad".
Nacionalización bancaria:
Para detener la especulación financiera y fuga de capitales, López Portillo,
en su último informe de gobierno, expide dos decretos:
1. La banca privada mexicana se nacionaliza.
2. El gobierno mexicano controlaría la paridad cambiaria.