21. OBRES
. Per a piano:
• Children’s corner
• Preludis (Reflexes dins l’aigua)
• Estudis
• Arabesque
• Suite Bergamasque (Clar de lluna)
. Per a orquestra :
• La mer
• Nocturns (Núvols ,Sirenes)
• Preludi a la migdiada d’un faune
. Música vocal :
Òpera : Pelees i Melissande
23. EL FAUNO. STÉPHANE
MALLARMÉ
¡Estas ninfas quisiera perpetuarlas!
Tan claro,
su ligero encarnado, que en el aire revuela
abatido de espeso letargo.
¿Amaba un sueño?
Montón de antigua noche, mi duda ha terminado
en mucha rama tenue que, habitando las mismas
florestas, prueba, ¡ay!, que sólo me ofrecía
como triunfo la falta ideal de las rosas.
Reflexionemos... glosas
Si las mujeres que
un anhela semejan de tus sentido pródigos,
la ilusión, fauno, escapa de los ojos azules
y fríos, tan llorosa fuente de la más casta:
mas la otra, en suspiros, ¿dices tú que contrasta
como brisa del día cálida en tu toisón?
¡Qué no! por el inmóvil y cansado desmayo
de calor sofocando la matinal frescura,
Inerte, todo arde en la hora encendida,
no murmura agua alguna que no vierta mi flauta
sin decir por cual arte en conjuro partieron
al otero rociado de acordes; sólo el aire
tanto ansiados hímenes por la que busca el la:
pronto a exhalarse fuera de los dos tubos, antes
me levantaré, ¡lirios!, al naciente fervor,
que disperse el sonido en infecunda lluvia,
recto y solo, bajo hondas antiguas de fulgor,
es, en el horizonte de línea perfecta,
seré uno de vosotros para la ingenuidad.
el invisible y sereno aliento artificial
de toda inspiración que hasta el cielo retorna.
24. L aprés-midi d un faune (La siesta de un Fauno) fue estrenada en el teatro de Châtelet el 29 de
mayo de 1912 por los ballets rusos de Diaghilev e interpretado por ese gran bailarín Nijinski el cual
fue sustituido por Rudolf Nureyev en las últimas décadas del siglo XX, dos balletistas que han
hecho historia.
Cuando en el año 1887 el compositor francés Claude Debussy (1862-1918) regresa a París luego
de una prolongada estadía en Roma se hace asiduo concurrente a las famosas reuniones "de los
martes" en casa del poeta simbolista Stéphane Mallarmé, veinte años mayor que el músico y una
verdadera referencia literaria en toda Francia. Esa relación en un principio sólo "artística se
transforma, con el paso del tiempo, en una profunda amistad de la cual la breve obra Preludio a la
Siesta de un Fauno puede leerse como un símbolo imperecedero
.
Unía a ambos creadores una concepción muy parecida del arte que podría sintetizarse en el ideal
del "misterio" y la "sugerencia". Esto es, tanto la poesía como la pintura y la música deben evitar la
descripción, ya que para alcanzar el "alma de las cosas" que reposa más allá de las apariencias,
será inevitable adentrarse en estados espirituales que superen en profundidad al puramente
racional. Pero además, estaba en el ambiente parisino desde Baudelaire en adelante una verdadera
obsesión por establecer correspondencias entre las diferentes artes.
Los poetas envidiaban la capacidad sugestiva de la música y hacían lo imposible por escribir con
sonidos, mientras que muchos músicos cultivaban con pasión la pintura y la literatura. A veces nos
olvidamos de que Debussy fue, además de gran compositor, un pintor competente y un escritor
avezado.
25. De ahí que pueda verse como casi obvio que, por ejemplo , surgiera en Debussy la idea de
"traducir" a música un texto del maestro Mallarmé, inspirado a su vez en el lenguaje musical. Este
poema fue una égloga de tema mitológico titulada "La Siesta de un Fauno" (L aprés-midi d un
faune) cuya primera versión Mallarmé escribió en 1865, y que como era su costumbre, corrigió mil
veces hasta llegar a la versión definitiva en 1876.
Debussy a su vez, tardó dos años en componer el correlato musical del poema: desde 1892 hasta
1894. Los casi diez minutos que conforman la versión definitiva del "Preludio a la Siesta de un
Fauno".
El estreno fue en París, el 22 de septiembre de 1894, bajo la dirección de Gustave Doret. Luego de
escuchar por primera vez la obra de Debussy, el hiper exigente poeta le dijo con entusiasmo a su
joven amigo: "no esperaba nada de este tipo; esta música prolonga la emoción de mi poema e
ilustra la escena más vívidamente que el color".
Un pequeño texto escrito por el propio Debussy para el programa del estreno explica la intención
de la obra y desarrolla en pocas pinceladas el vago argumento que se desprende de la égloga: "La
música de este preludio constituye una ilustración muy libre de un hermoso poema de Mallarmé.
De ningún modo pretende ser una síntesis de este último. Se trata más bien de las escenas
sucesivas a través de las cuales pasan los deseos y los sueños del fauno en el calor de su siesta.
Luego, cansado de perseguir el tímido vuelo de las ninfas y de las náyades, sucumbe a un sueño
embriagador, en el que por último puede realizar sus sueños de posesión en la naturaleza
universal".