El documento habla sobre la importancia de considerar las perspectivas sociopolíticas y culturales en el diseño curricular para permitir que los estudiantes se sientan parte de las expectativas individuales y grupales. También discute la necesidad de salvaguardar, mejorar y transmitir la cultura cotidiana a través del currículo y de establecer fundamentos curriculares flexibles centrados en los objetivos de aprendizaje.