1. La intuición del instante
Gastón bachelard.
Seminario: epistemología de la ciencia.
2. Introducción
Cuando un alma sensible y culta recuerda sus esfuerzos por
trazar, según su propio destino intelectual, las grandes líneas
de la razón, cuando estudia, por medio de la memoria, la
historia de su propia cultura, se da cuenta de que en base de
sus certidumbres intimas queda aún el recuerdo de una
ignorancia esencial. En el reino del conocimiento mismo hay
una falta original, la de tener un origen; la de perderse la
gloria de ser intemporal; la de no despertar siendo uno
mismo para permanecer como uno mismo, sino esperar del
mundo oscuro la lección de la luz.
3. Samuel Butler dice: “Si una verdad no es lo suficientemente
solida para soportar que se le desnaturalice o se le maltrate
no es una especie muy robusta”
La idea metafísica de Roupnel es la siguiente: El tiempo solo
tiene una realidad la del Instante. En otras palabras, el tiempo
es una realidad afianzada en el instante y suspendida entre
dos nadas. No hay duda de que el tiempo podrá renacer pero
antes tendrá que morir.
4. EL INSTANTE
¿Qué es el instante para Bergson?
Una ruptura artificial que ayuda al pensamiento esquemático del
geómetra. En su falta de aptitud para seguir lo vital, la
inteligencia inmoviliza el tiempo en un presente facticio. Ese
presente es una nada pura que ni siquiera logra separar
realmente el pasado y el porvenir.
5. Volvamos pues al punto de partida idealista, aceptemos
tomar como campo de experiencia nuestro propio espíritu en
su esfuerzo de conocimiento. El conocimiento en su obra
temporal por excelencia. Tratemos de desligar nuestro espíritu
de los lazos de la carne y de las prisiones materiales.
6. Tratar de comprender el pasado mediante el presente, lejos
de esforzarse sin cesar por explicar el presente mediante el
pasado. Sin duda luego habrá de esclarecerse la sensación de
duración.
Se ha llegado a decir que la duración era la vida.
7. Para Roupnel, la verdadera realidad del tiempo es un instante;
la duración es solo una construcción, sin ninguna realidad
absoluta. Esta hecha desde el exterior por una memoria,
fuerza de imaginación por excelencia, que quiere soñar y
revivir, pero no comprender. Por tanto, representaríamos
adecuadamente el tiempo roupneliano mediante una recta
blanca toda ella de fuerza, de posibilidad, en que, de pronto,
como un accidente imprevisible, fuera a inscribirse un punto
negro, símbolo de una opaca realidad.
8. La vida del espíritu es ilusión antes de ser pensamiento.
Comprendemos también nuestras ilusiones constantes,
encontradas sin cesar, no son más que ilusión pura y que al
meditar nuestro error nos acercamos a la verdad. La Fontaine
tiene razón cuando nos habla de las ilusiones “que jamás se
equivocan mintiéndonos siempre”.
9. Por tanto, es sufrimiento y consuelo para el corazón que
acepta al mismo tiempo el sufrimiento y el recuerdo. Lo que
equivale a decir que un amor permanente, signo de un alma
durable, es otra cosa que sufrimiento y felicidad, y que,
trascendiendo la contradicción afectiva, un sentimiento que
dura adquiere un sentimiento metafísico. Un alma amante en
verdad experimenta la solidaridad de los instantes repetidos
con regularidad. Recíprocamente, un ritmo uniforme de
instantes es una forma a priori de la simpatía.
10. Toda alma es melodía que se debe renovar. MALLARMÉ.
Hemos negado la existencia del pasado; hemos demostrado
que el pasado estaba totalmente muerto cuando el instante
afirmaba la realidad.
11. Conclusión
La amargura de la vida es el lamento de no poder esperar, de
no oír más los ritmos que nos solicita para tocar nuestra
sinfonía del devenir. Es entonces cuando el “lamento
sonriente” nos aconseja invitar a la Muerte y aceptar, como
una canción de cuna, los ritmos monótonos de la Materia.
12. La POESÍA es una metafísica instantánea. Es un breve poema,
debe dar una visión del universo y el secreto de un alma, un
ser y unos objetos, todo al mismo tiempo.
La poesía se niega a los preámbulos, a los principios, a los
métodos y a la pruebas. Se niega a la duda. Cuando mucho
necesita un preludio de silencio. Antes que nada, golpeando
contra palabras huecas, hace callar la prosa o el canturreo que
dejarían en el alma del lector una continuidad de
pensamiento o murmullo.
13. La poética de Bachelard.
“Método, Método, ¿Qué quieres de mi? Sabes bien que he
probado el fruto de lo inconsciente”. LAFORGUE
¡Nosotros te afirmamos, método! No olvidamos que ayer
glorificaste nuestras épocas. ¿Habrá un método de lo
inconsciente? O antes bien, si se quiere pasar a un
inconsciente enteramente psicológico, ¿habrá un método
imaginario?
14. De la imaginación productora deben deducirse todas las
facultades, todas las actividades del mundo interior y del
mundo exterior.