El documento habla sobre el matrimonio como un don del cielo. Brevemente resume que Dios creó a Eva como ayuda adecuada para Adán porque no era bueno que estuviera solo. También menciona que para tener éxito en el matrimonio, las parejas deben permitir que Cristo sea parte de su vida personal y de su hogar, ya que Él es el ejemplo perfecto de amor. Finalmente, la lección invita a enriquecer el propio matrimonio o aprender sobre uniones futuras exitosas, y a entender mejor la relación
1. lección 9
23 febrero al 1º de marzo
El matrimonio.
Un don del cielo
«Luego Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacerle una ayuda adecuada”».
Génesis 2: 18
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2. sábado
23 de febrero
Efesios 5: 22-33
Introducción
Incluyéndolo a él
El matrimonio. Por lo general pensamos en un gran vestido blanco para ella y
en un traje de pingüino para él: una hermosa boda y vivirán felices para siempre.
Pero la realidad es que ese “para siempre” a menudo desaparece después de la
boda. El novio y la novia terminan siendo los peores enemigos, en vez de los me-
jores amigos, y se quedan pensando en qué pudo haber salido mal.
Son muchas las parejas que piensan que pueden danzar a lo largo del matrimo-
nio, y que ser una sola carne es un pan comido. Sin embargo, con frecuencia no
pasa mucho tiempo antes de que el novio y la novia se den cuenta de que el matri-
monio ideal descrito en Efesios 5: 22-23 es algo difícil de alcanzar. Es difícil some-
terse. Es difícil amar a tu pareja «como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella»
(Efe. 5: 25). Aún así, eso es exactamente lo que Dios espera de nosotros.
Cristo es la definición del amor.
Sin embargo, no es suficiente con amar y entregarse al cónyuge. Para edificar un
matrimonio de éxito, para que sea una bendición, el esposo y la esposa deben invitar
al Creador para que sea parte de su vida personal y de su hogar. Eso es precisamente
porque Cristo es la definición del amor: «El amor es paciente, es bondadoso. El amor
no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoís-
ta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino
que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de
lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá» (1 Cor. 13: 4-8). Si no
conocemos a Cristo y a su amor no podremos amar plenamente.
Por tanto, debemos honrar a Dios incluyéndolo en el matrimonio. Debemos
permitir que él nos guíe para encontrar nuestro cónyuge. ¡Sí. Dios es amor. Él es
quien inclinará la balanza, ya que no tan solo nos ayudará en el matrimonio, sino que
hará que él mismo se convierta en un don del cielo.
Esta semana, mientras estudiamos acerca del matrimonio, quizá puedas enri-
quecer el tuyo o aprender la forma exitosa de entrar a una unión futura. Además,
mediante la metáfora del matrimonio, ojalá que esta lección pueda ayudarte a en-
tender mejor la relación que Cristo tiene con su iglesia.
Nejc y Monika Kotnik, Velika Pirešica, Slovenia
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3. domingo
24 de febrero
Logos Génesis 1, 2;
1 Corintios 13;
La primera boda Efesios 5: 22-33
La preparación (Gén. 2: 1-10)
De la misma forma que unos futuros padres se preparan para el nacimiento de
un bebé, así también Dios lo preparó todo para Adán, el primer miembro de la
raza humana. En Génesis 2 leemos acerca de los preparativos que Dios se realizó
El sembró cuidadosamente un huerto y se aseguró de que en el mismo hubiera
agua y comida. Luego colocó al hombre allí. Desde un primer momento Dios le
asignó una tarea a Adán: ponerle nombres a los animales que había creado.
El bien y el mal (Gén. 1: 1, 4, 10, 21, 25;2: 18)
Después que Dios creó al mundo y estableció las condiciones apropiadas para
la vida, declaró que todo lo que había hecho era bueno. Lo único que no le gustó
era que Adán estaba solo. De hecho, el mismo Adán se dio cuenta. El conocimien-
to que Adán adquirió al ir nombrando los animales no satisfizo sus ansias de
compañía. Por lo tanto, debido a que Dios sabía que no era bueno que Adán estu-
viera solo, creó para él una ayuda «adecuada» (Gén. 2: 18). Recordemos que el tér-
mino hebreo para ayuda utilizado en Génesis 2: 18 puede ser tambieen traducido
como «algo que corresponde al hombre, o se le equipara».
Los votos matrimoniales (Gén. 2: 23-25)
La respuesta de Adán después que vio a Eva fue una frase llena de admiración:
«Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne» (Gén. 2: 23). Finalmente había
alguien con quien él podía relacionarse. En cierto sentido sus palabras representaban
el primer voto matrimonial ya que la frase «hueso de mis huesos y carne de mi carne»
es utilizada a menudo en el Antiguo Testamento para describir una declaración de
lealtad y de relación. Su respuesta era un juramento, un pacto y no implicaba una
relación arbitraria de conveniencia.*
El matrimonio perfecto (Efe. 5: 22-33)
Al igual que los matrimonios modernos, el matrimonio de Adán y Eva no era
perfecto. Pablo escribe acerca de una relación matrimonial perfecta en Efesios 5, e
incluso utiliza el símbolo de la carne que aparece en Génesis. El establece un paralelo
entre la unión del esposo la esposa, con Cristo y su iglesia De la misma forma que
Cristo lo dio todo por nosotros, su iglesia, de esa misma manera los cónyuges deben
entregarse el uno al otro. En el matrimonio, tanto la mujer como el hombre deben
reflejar el amor de Cristo.
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4. Normas (1 Cor. 13)
Dos maravillosas instituciones surgen en el Edén y continúan vigentes a pesar del
pecado. Ellas son el sábado y el matrimonio. Al hablar del matrimonio conviene sa-
ber lo que Dios quiso que el mismo fuera cuando él lo creó. El capítulo de 1 Corin-
tios 13 puede ayudarnos al respecto. En ese capítulo encontramos valiosos consejos
para disfrutar de un buen matrimonio. Al leer los versículos cuatro al siete, sustituye
la palabra amor por tu nombre. Al hacerlo, seré sincero respecto a las características
del amor que no posees. Luego pídele a Dios que te ayude a desarrollar dichas carac-
terísticas, que son las mismas de Cristo.
Dios desea que nos ayudemos mutuamente.
En un matrimonio no hay espacio para el egoísmo. Un matrimonio es el am-
biente perfecto para el mejoramiento personal. En ocasiones puede ser difícil vivir
con alguien que abriga diferentes ideas y preferencias y que viene de un distinto en-
torno familiar. Por otro lado, un cónyuge debería considerar dichas diferencias como
oportunidades para crecer, para conocer diferentes formas de vida así como para
descubrir otros rasgos de su personalidad. Lo que aprendemos en un matrimonio
respecto a la forma de crecer y llevarnos bien el uno con el otro será fácilmente trans-
ferible a todas nuestras relaciones. Dios desea que nos ayudemos mutuamente. En
esa forma, cada día puede convertirse en un pequeño pedazo de cielo.
PARA COMENTAR
1. Qué pensamientos, ideas y verdades encontradas en la lección para hoy, po-
¿
drías utilizar en una discusión con alguien que no cree en la importancia del
matrimonio?
2. Cómo puedes ser una ayuda idónea para los demás, ya sea que estés casado,
¿
casada, o no?
3. Qué características del amor de Dios descritas en 1 Corintios13, no posees?
¿
Piensa en los aspectos en que puedes mejorar y pide a Dios que te ayude.
* V. P. Hamilton, Handbook on the Pentateuch (Grand Rapids: Baker Academic, 2006), p. 29.
Veronika Lipohar, Požega, Croacia
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5. lunes
25 de febrero
Testimonio Isaías 54: 4-7;
Jeremías 3: 12;
El matrimonio Efesios 5: 21-33
y el Dios vivo
«Cristo honró también las relaciones matrimoniales al hacerlas símbolo de su
unión con los redimidos. Él es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como
escogida por él, dice: “Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha”
(Cant. 4: 7)».1
«Cristo no vino a este mundo para prohibir el casamiento ni para derribar o
destruir la relación e influencia que existen en el círculo doméstico. Vino para restau-
rar, elevar, purificar y ennoblecer cada corriente de puro afecto, para que la familia
de la tierra pudiera convertirse en un símbolo de la familia celestial».2
«En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contribuir a vuestra
felicidad mutua. Cada uno debe velar por la felicidad del otro. Tal es la voluntad
de Dios para con vosotros. Mas aunque debéis confundiros hasta ser uno, ni el
uno ni el otro debe perder su individualidad. Dios es quien posee vuestra indivi-
dualidad; y a él debéis preguntar: ¿Qué es bueno? ¿qué es malo? y ¿cómo puedo
alcanzar mejor el blanco de mi existencia?
«Dios quiere que el hogar sea el lugar más feliz de la tierra».
»Dios ordenó que hubiera perfecto amor y armonía entre los que asumen la
relación matrimonial. Comprométanse los novios, en presencia del universo celes-
tial, a amarse mutuamente como Dios ordenó que se amen. […] La esposa ha de
respetar y reverenciar a su esposo, y el esposo ha de amar y proteger a su esposa».3
«Dios quiere que el hogar sea el lugar más feliz de la tierra, el mismo símbolo del
hogar celestial. Mientras llevan las responsabilidades matrimoniales en el hogar, y
vinculan sus intereses con Jesucristo, apoyándose en su brazo y en la seguridad de
sus promesas, ambos esposos pueden compartir en esta unión una felicidad que
los ángeles de Dios elogian».4
PARA COMENTAR
1. i el matrimonio nos enseña acerca de la relación de Cristo con su iglesia, ¿en
S
qué forma el trato de Dios con su pueblo nos muestra la forma de tratar a
nuestro cónyuge?
2. i todavía no te has casado, ¿cómo podrías seguir el ejemplo de Cristo en un
S
noviazgo?
1. El ministerio de curación, cap. 29, p. 245.
2. A fin de conocerle, p. 41.
3. El hogar cristiano, cap. 14, p. 88.
4. Ibíd., cap. 15, p. 96.
Matija Kovacevic, Zagreb, Croacia
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6. martes
26 de febrero
Génesis 2: 18
Evidencia
Sencillamente
es un tema debatible
El libro de Génesis es un libro de orígenes: del origen de nuestro mundo y de
los seres humanos, del origen del pecado, de la salvación de la raza humana. Es
asimismo un libro acerca de relaciones interpersonales: la relación entre Dios y su
creación, la relación entre Dios y los seres humanos, la relación entre los esposos.
En el principio Dios creó una relación entre Adán y Eva. Él quiso que esa rela-
ción, así como todos los matrimonios, fuera la más íntima y satisfactoria de todas
las relaciones de los seres humanos. «Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que
el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada» (Gén. 2: 18). Todo lo que
Dios había creado era bueno (Gén. 1: 4, 10, 21, 25, 31), pero respecto a Adán fal-
taba algo. ¿Por qué? Debido a que desde el principio Dios puso en nosotros la ne-
cesidad de compartir nuestras vidas con los demás, la necesidad de consuelo y
misericordia, la necesidad de pertenecer a alguien. Por tanto, Dios formó una
compañera para él (Gén. 2: 21-23).
El matrimonio es un pacto entre un hombre, una mujer y Dios.
Dios unió a la primera pareja en matrimonio, como una sola carne. Es por eso
que Jesús dijo que nadie debe separar al esposo y a la esposa (Mar. 10: 8, 9). Cuan-
do se expresan los votos matrimoniales y una pareja se jura fidelidad, se convierten
en una sola persona en cuerpo y alma. Únicamente Dios puede establecer esa
unión. No siempre es fácil transitar juntos por el mismo sendero. Las parejas tie-
nen sus diferencias y en ocasiones parecería que no las pueden vencer. Sin la inter-
vención divina, es difícil y quizá imposible.
El matrimonio es un pacto entre un hombre, una mujer y Dios. Dios los une,
y si ellos son fieles y se entregan a él, su matrimonio tendrá éxito. Un matrimonio
saludable está edificado en el muto deseo de someterse a las necesidades del otro.
Cristo es nuestro mejor ejemplo. Él nos mostró un amor incondicional, misericor-
dia, gracia así como la forma de someternos a la voluntad de Dios. A través de su
ejemplo aprendemos a tener un buen matrimonio así como la forma de ayudar a
nuestro cónyuge a desarrollar un carácter como el de Cristo. ¿Cuán grande es ese
amor que nos ayuda a vivir de tal forma? Según dice el voto: «Hasta que la muerte
nos separe».
PARA COMENTAR
1. as parejas casadas representan la relación entre Cristo la iglesia. Explica esa
L
comparación (Apoc. 19: 5-9).
2. Cómo explicarías los principios necesarios para tener un matrimonio salu-
¿
dable?
Martina Salajster, Bjelovar, Croacia
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7. miércoles
27 de febrero
Cómo actuar Mateo 22: 37-39;
1 Juan 4: 7-11;
El novio y la novia Apocalipsis 19: 5-9
Dios sabía desde el principio del tiempo la condición en que el mundo estaría
hoy. Las guerras y rumores de guerra están a la orden del día, la gente se desespera
con el fin de conseguir el televisor de pantalla plana más a la moda, mientras que la
economía del mundo se tambalea al borde del colapso.
Sin embargo Dios también sabía desde el mismo principio que Cristo vendría a
mostrarnos la forma en que debemos vivir y amar. También la forma en que pode-
mos esparcir la Palabra de Dios, la forma en que podemos tener matrimonios y fami-
lias estables, la forma en que podemos caminar con él para así un día irnos con él al
cielo. Pero, ¿cuándo se supone que sucederá esto último? En un mundo lleno de
pecado, cuando las cosas no son lo que parecen ser, cuando el mal se disfraza, ¿cómo
podrán los seres humanos encontrar el camino de regreso a casa?
Somos la novia y Cristo el novio.
Mateo 22: 34-39. Cuando colocamos a Dios en el primer lugar de nuestras vidas,
cuando lo amamos por encima de todo lo demás; él podrá ayudarnos a amar en la
forma en que debemos hacerlo. De hecho, no estamos guardando la ley de Dios si
no estamos practicando el amor por los demás.
1 Juan 4: 7-11. Cuando nos convertimos en hijos de Dios amaremos a los demás
como él nos ama a nosotros: desinteresadamente. Él nos amó lo suficiente como
para enviar a su único Hijo con el fin de salvarnos, de igual manera debemos amar
a nuestro cónyuge entregándonos totalmente a él o a ella.
Apocalipsis 19: 5-9. En estos versículos leemos acerca de las bodas del cordero y
de su novia ataviada «de lino fino, limpio y resplandeciente». Este vestido simboliza
las obras santificadas del cristiano así como su vida victoriosa motivada por la gra-
cia de Cristo.*
Debemos amarnos mutuamente más de lo que nos amamos a nosotros mis-
mos; asimismo debemos amar a Dios sobre todas las cosas. Somos la novia y Cristo
el novio. Mediante el matrimonio Dios puede enseñarnos a amar a los demás más
de lo que nos amamos a nosotros mismos.
PARA COMENTAR
¿Cómo le explicarías el propósito del matrimonio a alguien que atraviesa por difi-
cultades con su pareja?
* Comentario bíblico adventista tomo 7. Ver notas sobre Apocalipsis 19.
Bledar y Armanda Barmeta, Durres, Albania
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8. jueves
28 de febrero
Apocalipsis 19: 5-9
Opinión
El matrimonio
de Cristo
Una pareja lleva algún tiempo de novios. Parece que todo les va bien. Ellos
se aman y pasan bastante tiempo juntos. Todo parece marchar a la perfección.
Finalmente él le propone matrimonio. Ella dice que sí. Comienzan a hacer pre-
parativos para la boda. Todo está listo para el gran día. Las invitaciones de boda
han sido enviadas, las flores han sido seleccionadas, los trajes se han alquilado y
el vestido de bodas se ha confeccionado. Pero en esos momentos finales uno de
los contrayentes sorprende al otro en una situación comprometedora con otra
persona. En la confrontación, la persona sorprendida en la falta admite que
aquella relación anómala ha estado vigente durante algún tiempo.
¿Puede el hombre ser Dios?
¿Te imaginas todo lo que implica aquel suceso? ¿Cómo te sentirías si algo pare-
cido te sucediera a ti? Sin embargo, muy a menudo esto es lo que sucede con
Cristo y con su iglesia. La Biblia compara la relación de Cristo con su iglesia a un
matrimonio. Sin embargo, cuando leemos la Biblia y observamos a la iglesia actual
encontramos casos en los que el pueblo de Dios ha sido infiel al Esposo. Ezequiel
16 nos presenta un ejemplo de infidelidad.
Muchas parejas cancelarían su boda al enfrentar circunstancias parecidas, pero
Cristo no lo hace. Aunque su esposa (la iglesia) le es dolorosamente infiel, él anhe-
la que ella se vuelva a él.
Afortunadamente, los esfuerzos de Cristo no son en vano. Cuando él regrese
a la tierra buscará a su novia. «¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya
ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha
concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente» (Apoc. 19: 7, 8). De allí
en adelante la unión de ellos será algo puro. Ella estará lista para marcharse con el
novio, despreciando a todos los demás. Ese matrimonio será celebrado por el cielo
por toda la eternidad.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué la Biblia compara la relación entre Dios y su iglesia con el matrimonio?
2. ¿Acaso Dios se da por vencido respecto a su iglesia?
Santiago Fernández, Lincoln, Nebraska, EE. UU.
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9. viernes
1º de marzo
Exploración Génesis 2: 18
La primera
declaración negativa
PARA CONCLUIR
Un tema recurrente en Génesis 1 es que Dios proclama que su nueva crea-
ción es buena, muy buena y excelente. La primera declaración negativa del relato
ocurre antes de la entrada del pecado al mundo, cuando Dios dijo: «No es bueno
que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada» (Gén. 2: 18). Por
tanto, él creó una compañera para Adán celebrando el primer matrimonio. A lo
largo de la Biblia, la relación matrimonial es reafirmada y utilizada como un
símbolo de la relación íntima entre Dios y su pueblo.
CONSIDERA
• Entrevistar a una pareja que ha estado casada por largo tiempo, preguntándo-
le acerca de su experiencia matrimonial y escuchando cualquier consejo que
puedan dar respecto al buen funcionamiento del matrimonio.
• iseñar un afiche, o preparar un corto video que sirva de promoción al matri-
D
monio. ¿Dónde podrías colocar dicho afiche?
• ensar en algún regalo de bodas que podrías adquirir para algunos amigos que
P
piensan casarse. Si hay alguien que contraerá matrimonio en un futuro cerca-
no, haz planes para adquirir dicho regalo.
• embrar algunas semillas de flores en un pote, o en un jardín. Al regar y cuidar
S
dichas semillas y plantitas, considera las condiciones y los ingredientes necesa-
rios para que dichas plantas florezcan. Del mismo modo una relación matri-
monial demanda condiciones especiales para que prospere. Cuando aparez-
can las flores entrégalas a alguien que ames.
• lanificar una fiesta junto a un grupo de amigos cristianos, donde puedan
P
interactuar varones y hembras en un ambiente sano.
• scribir una carta agradeciendo a Dios por su amor y diciendo lo mucho que
E
aprecias el cuidado que él te prodiga.
PARA COMENTAR
El libro de Cantares.
El hogar cristiano, cap. 3.
Rob Bell, Sex God, cap. 8; C. S. Lewis, Los cuatro amores, cap. 5.
Nathan Brown, Melbourne, Australia
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