1. lección 2
Octubre 6 al 12
el Dios
revelado
«Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros
antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días
finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó
heredero de todo, y por medio de él hizo el universo».
Hebreos 1: 1, 2
2. Introducción
sábado
6 de octubre
Hebreos 1: 1, 2 Una revelación confiable
Dios le asignó a María una tarea que parecía imposible. La reacción de ella no
fue tan gozosa como Gabriel esperaba que fuera. Al principio ella se sintió atemori-
zada por la aparición del ángel y confundida respecto a lo que sucedería. Luego
María muestra su aceptación: «Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—.
Que él haga conmigo como me has dicho» (Luc. 1: 38). Mediante aquella declara-
ción, ella acepta la más importante tarea en la historia de la humanidad: Criar al
hijo de Dios, al rey eterno y a su propio Salvador. María sabía con certeza quién era
Jesús. Pero se aferró con fe a las señales que rodearon el nacimiento de él: la promesa
de un Salvador, los ángeles cantando, y la adoración de los magos. Ella observó con
detenimiento la forma en que Jesús se convirtió en un joven prudente, justo y sen-
cillo; mientras echaba por tierra las ideas preconcebidas respecto a la función del
Mesías (Luc. 2: 19, 51).
Las verdades de las Escrituras
no poseen ningún valor en sí mismas.
María, al igual que los discípulos que aún luchaban para entender la misión de
Jesús incluso después de la resurrección (Luc. 24: 21), tuvo que observar a Jesús y
descubrir la forma en que él daba cumplimiento a las profecías del Antiguo Testa-
mento. Durante toda su vida, ella creyó en las promesas de Dios. Elizabeth su prima
profetizó acerca de ella: «Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha
dicho se cumplirá!» (Luc. 1: 45). En numerosas ocasiones Jesús se hizo eco de esta
idea que enfatizaba el poder de la fe (Mar. 9: 23, 24; Juan 3: 12; 20: 29).
Las verdades de las Escrituras no poseen ningún valor en sí mismas. Tenemos
la Biblia que nos habla acerca de Dios. Tenemos a Jesucristo, el cumplimiento de las
profecías. Pero debemos atesorar esas cosas en nuestros corazones. Necesitamos ate-
sorar lo que Jesús ha hecho y continúa realizando en nuestras vidas. Este es el mayor
y el mejor don que se nos ha concedido.
PARA COMENTAR
1. ¿Qué aspectos de tu experiencia con Dios han afectado en mayor medida tu vida
y por qué? ¿Puede una persona que abriga dudas respecto a Dios, recibir el poder
sanador divino? Motiva tu respuesta.
3. ¿Has escuchado a Dios invitarte a esparcir la verdad?
Jimmy Self, Etawah, Tennessee, EE. UU. 17
3. domingo
7 de octubre
Génesis 1: 1;
Logos Malaquías 3: 6;
Mateo 4: 4, 7; 28: 19;
El Dios de los Juan 3: 16, 17;
2 Timoteo 3: 16, 17;
misterios revelado 2 Pedro 1: 19-21
Se ha dicho que Dios debe ocultarse para que no nos detengamos en algún as-
pecto particular de él. No es por tanto motivo de asombro que Dios sea un miste-
rio, en nuestro mundo de pequeñas distracciones. Aunque no podemos disfrutar de
una comunión cara a cara con él, como la tuvieron Adán y Eva o los discípulos
de Jesús, contamos con las Escrituras y con el Espíritu Santo para que ellos nos
guíen y nos instruyan.
Una fuente antigua (Gén. 1: 1)
Las porciones más antiguas de la Biblia tienen más de tres mil años. Las más
recientes tienen menos de dos mil años. A pesar de su edad, la arqueología ha en-
contrado que la Biblia ha permanecido sin cambios a través de los siglos. Los eru-
ditos se asombraron al encontrar que los manuscritos del Mar Muerto, fechados en
el siglo I a. C. Estos revelaron muchas menos variaciones textuales que los manus-
critos de cualquier otra literatura antigua, incluyendo muchos que fueron redacta-
dos en fechas más cercanas a nuestra era. La Biblia ha sido bien resguardada y pro-
tegida.
¿En qué consiste la inspiración? (2 Tim. 3: 16, 17)
En 2 Timoteo 2: 16, 17 encontramos versículos muy inspiradores. Sin embargo,
la naturaleza de dicha inspiración, y la forma de interpretar las palabras escritas para
diversas audiencias que demanda diferentes enfoques, continúan suscitando acalora-
dos debates.
Los libros históricos del Antiguo Testamento, a menudo citan fuentes históricas
(por ejemplo, 2 Rey. 13: 12). Mateo, Marcos y Lucas se copian entre sí (probablemen-
te Marcos fue el primero en ser escrito), sin embargo, presentan muy diferentes ras-
gos respecto Jesús. Eclesiastés 12: 9, 10 describe cómo su autor selecciona cuidadosa-
mente algunos proverbios, buscando «las palabras apropiadas» para expresar sus ideas.
La Biblia no refleja una «inspiración verbal», en la que Dios le dicta cada palabra a
alguien mientras que el receptor la va copiando. Más bien el Espíritu Santo inspiró a
los escritores con el fin de que expresaran determinadas verdades en el marco de algu-
nos acontecimientos históricos. Al colocarlo todo en el contexto total de las Escritu-
ras, se muestra un increíble tapete.
2 Pedro 1: 20, 21 dice que «la profecía no ha tenido su origen en la voluntad
humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios». El papel del Espíritu
Santo respecto a la inspiración no puede ser subestimado. Desde un primer día
(Gén. 1: 2), el Espíritu se ha esforzado para conectar al cielo con la tierra.
La naturaleza de Dios (Mat. 28: 19)
Quizá la última de las doctrinas más importantes en ser ampliamente aceptada
en el adventismo fue la de la Trinidad. Durante mucho tiempo la dimos por senta-
do. Sin embargo, cuando Ellen G. White escribió acerca del papel del Espíritu Santo
18
4. y de Jesús como un ser no creado igual a su Padre, en obras como El camino a
Cristo y El Deseado de todas las gentes, eso constituyó una declaración impactante res-
pecto a una doctrina que había sido descuidada. El judaísmo se edifica en la decla-
ración encontrada en Deuteronomio 6: 4 donde se afirma que «el Señor es uno». El
papel o función de Jesús fue uno de los conceptos más importantes que captaron los
cristianos primitivos. Algunos textos como Mateo 28: 19, que presentan a la Trinidad
como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en desempeños únicos, complementa-
rios e interrelacionados, continúan desafiando nuestra forma de pensar.
Desde un primer día el Espíritu se ha esforzado
para conectar al cielo con la tierra.
¿Cómo es Dios? (2 Crón. 6: 18)
En 2 Crónicas 6: 18, Salomón se pregunta: «Pero ¿será posible que tú, Dios mío,
habites en la tierra con la humanidad? Si los cielos, por altos que sean, no pueden
contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!». Sin embargo, Jesús deci-
dió vivir con nosotros. Sintió el peso de toda la humanidad y cuando lo creyó con-
veniente, su divinidad se mostró. El siempre asequible Jesús nos asegura que si sabe-
mos cómo él es, conoceremos quién es el aparentemente inasequible Padre.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué a la unión de la Deidad se le llama Trinidad? ¿Qué nos dice esa unión
respecto a la naturaleza y al carácter divino?
2. ¿Por qué Dios no dicta cada palabra de la Biblia, como lo hizo con los Diez Man-
damientos?
3. ¿Cómo deberíamos considerar las diferentes partes de la Escritura que parecen
contradecirse entre sí?
Tompaul Wheeler, Nashville, Tennessee, EE. UU. 19
5. lunes
8 de octubre Testimonio
«Toda Escritura 2 Timoteo 3: 16, 17
es inspirada por Dios»
«Los elementos que se coligarán en esta lucha contra la verdad y la justicia, están
ya obrando activamente. La Palabra santa de Dios que nos ha sido transmitida a
costa de tanto padecimiento, de tanta sangre de los mártires, no es apreciada debi-
damente. La Biblia está al alcance de todos, pero pocos son los que la aceptan ver-
daderamente por guía de la vida. La incredulidad predomina de modo alarmante,
no solo en el mundo sino también en la iglesia. Muchos han llegado al punto de
negar doctrinas que son el fundamento mismo de la fe cristiana. Los grandes hechos
de la creación como los presentan los escritores inspirados, la caída del hombre, la
expiación y el carácter perpetuo de la ley de Dios son en realidad rechazados entera
o parcialmente por gran número de los que profesan ser cristianos. Miles de perso-
nas que se envanecen de su sabiduría y de su espíritu independiente, consideran
como una debilidad el tener fe implícita en la Biblia; piensan que es prueba de talen-
to superior y científico argumentar con las Sagradas Escrituras y espiritualizar y eli-
minar sus más importantes verdades. Muchos ministros enseñan a sus congregacio-
nes y muchos profesores y doctores dicen a sus estudiantes que la ley de Dios ha sido
cambiada o abrogada, y a los que tienen los requerimientos de ella por válidos y dig-
nos de ser obedecidos literalmente, se los considera como merecedores tan solo de
burla o desprecio.
«La Biblia está al alcance de todos».
»Al rechazar la verdad, los hombres rechazan al Autor de ella. Al pisotear la ley
de Dios, se niega la autoridad del Legislador. Es tan fácil hacer un ídolo de las falsas
doctrinas y teorías como tallar un ídolo de madera o piedra. Al representar falsa-
mente los atributos de Dios, Satanás induce a los hombres a que se formen un falso
concepto con respecto a él. Muchos han entronizado un ídolo filosófico en lugar de
Jehová, mientras que el Dios viviente, tal cual está revelado en su Palabra, en Cristo
y en las obras de la creación, no es adorado más que por un número relativamente
pequeño. Miles y miles deifican la naturaleza al paso que niegan al Dios de ella.
Aunque en forma diferente, la idolatría existe en el mundo cristiano de hoy tan cier-
tamente como existió entre el antiguo Israel en tiempos de Elías. El Dios de muchos
así llamados sabios, o filósofos, poetas, políticos, periodistas—el Dios de los círculos
selectos y a la moda, de muchos colegios y universidades y hasta de muchos centros
de teología—no es mucho mejor que Baal, el dios Sol de los fenicios».*
______________
*El conflicto de los siglos, cap. 37, pp. 570, 571.
Devon March, Washington, D. C., EE. UU.
20
6. martes
9 de octubre
Evidencia
Mateo 4: 4, 7, 10;
2 Timoteo 3: 16, 17; Más que palabras
2 Pedro 1: 19-21
En 2 Pedro 1: 19-21 se nos dice que las palabras pronunciadas por un profeta no
son las suyas. El término profeta proviene del griego y significa «alguien que habla en
nombre de otro». La tarea de un profeta bíblico era entregar un mensaje que le había
sido dado por el Espíritu Santo. En términos prácticos, un profeta era un vocero de
Dios. Y aunque era una tarea muy importante, también era algo peligroso. Veamos
por ejemplo Jeremías 11: 18-23.
Pero la Biblia es mucho más que palabras.
El Espíritu Santo canalizó los mensajes de Dios a sus hijos a través de instru-
mentos humanos, aunque estos tuvieran una pobre memoria, un pobre dominio del
idioma y mostraran cobardía. La Biblia, al igual que un profeta, afirma que su con-
tenido proviene de Dios. En 2 Timoteo 3: 16, 17 se afirma que todos los escritos de
la Biblia provienen de Dios. Podemos preocuparnos por el origen de sus libros, e in-
cluso preguntarnos si los mismos pertenecen al canon establecido. Sin embargo, en
todo ello identificaremos una presencia constante. La permanente presencia de Dios
puede observarse en un conjunto de libros que fueron escritos, estudiados y atesora-
dos durante varios miles de años. Pero la Biblia es mucho más que palabras o un regis-
tro de acciones y milagros sorprendentes. Lo que la Biblia nos enseña acerca de Dios
quien la inspiró, se pone de manifiesto en Santiago 1: 17. ¿Cual es ese consistente
mensaje? Dios es nuestro bondadoso proveedor y el que nos cuida de manera con-
sistente.
Pensemos en los escribas que copiaban los códices y la Tora, los autores y los pro-
fetas a quienes se les encomendó la tarea de revelar a Dios por escrito. ¡Qué gran
tarea! Sin embargo, en forma milagrosa ese bondadoso Creador es fácilmente revela-
do en dichos escritos. Al brillar a través de las edades de la inspiración bíblica, el Dios
que se nos revela, nos extiende hoy su mano. Al igual que los profetas del pasado,
debemos escuchar con la mente y el corazón el mensaje que él tiene para nosotros.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué es importante que la Biblia ponga de manifiesto su inspiración?
2. ¿Cómo es que la Biblia, escrita por tantas personas diferentes, puede definir a
Dios de manera consistente?
Ben Protasio, Salem, Oregón, EE. UU. 21
7. miércoles
10 de octubre Cómo actuar
2 Timoteo 3: 16, 17;
Colocando las piezas 2 Pedro 1: 19-21
en su lugar
Recuerdo el día que me convencí que mi futuro esposo me amaba con un
amor que perduraría por el resto de nuestras vidas. Estaba en el último año de mi
carrera universitaria y la mayor parte de mis amigos, así como mi novio, se habían
graduado. Me sentía muy sola, y muy insegura respecto a la próxima etapa de mi
vida. Entonces, un día recibí de parte de mi novio un paquete que contenía varias
canciones y un poema. Releí el poema unas cien veces, y escuchaba las canciones
a diario. Luego, nuestras conversaciones parecieron adquirir un diferente signifi-
cado; y todo fue cayendo en su lugar.
Tu Biblia es un valioso libro que proviene de Dios.
De forma parecida, cuando conocemos a Dios y aceptamos su sacrificio por
nosotros; cuando recordamos el gran conflicto en medio del cual vivimos; todo
comienza a adquirir sentido. Lucifer es un experto en el arte de la distracción, es
como si estuviera hecho de humo y de espejos. Mientras más nos distrae de la rea-
lidad, menos inclinados estaremos a vivir vidas con un propósito. A continuación
te sugerimos algunas formas en que podemos colocar los aspectos espirituales en
su lugar.
Lee la Biblia a diario. En 2 Timoteo 3: 16, 17 se nos dice que toda Escritura
proviene de Dios. Tu Biblia es un valioso libro que proviene de Dios.
Mantén tu relación con Dios en un primer plano. Mantén tus ojos en la
recompensa. Si no sabemos adónde nos dirigimos podríamos extraviarnos. Si tú
hablas con Dios y lo escuchas a diario, tu relación con él mejorará. Imagina que
conoces tan bien a Dios que podrías obsequiarle algo que a él le guste. Únicamen -
te a través de una relación activa con él podría lograrse lo anterior.
Disponte a ser utilizado o utilizada por Dios. Jesús nos dio la tarea de ir y
hacer discípulos (Mat. 28: 19). A menudo Dios creará una oportunidad para que
hagamos precisamente eso. Por tanto, debes estar a la expectativa.
Reconoce que el fin de todo no es la vida actual. En el libro de Job, Dios le
dice con paciencia y amor a su siervo «recto e intachable» (Job 1: 1) que aunque
no conocemos las respuestas a los misterios del mundo, él sí las conoce. Cuando
nos sentemos a los pies de Jesús, sabremos la forma en que hemos contribuido a
hacer del mundo un mejor lugar.
PARA COMENTAR
1. ¿De qué manera el gran conflicto ha afectado tu vida?
2. ¿Qué distracciones te impiden alcanzar tu pleno potencial? ¿Qué puedes hacer
para librarte de esas distracciones?
Lisa D. Hermann, Nashville, Tennessee, EE. UU.
22
8. jueves
Malaquías 3: 6
Opinión 11 de octubre
Una deidad bipolar:
La extraña naturaleza
de Dios
El mayor rompecabezas comercial jamás fabricado salió a la venta en marzo del
2007. El pasatiempo de veinticuatro mil piezas presenta imágenes de la tierra, del mar,
del espacio así como imágenes celestiales. Mide aproximadamente unos setenta pies
cuadrados.* Francamente no soy aficionada a los rompecabezas. De hecho, el único
rompecabezas que me ha preocupado es el relacionado con el carácter de Dios. ¿Cómo
podemos ser a la vez perfectamente justos y misericordiosos? ¿Cómo puede la Biblia
enseñar que son «bienaventurados los misericordiosos», mientras que en Deutero -
nomio se nos dice que Dios ordenó a su pueblo eliminar totalmente a los heteos, a los
amorreos y otras naciones? ¿Cómo puede Dios permitir que una prostituta se salve
cuando Josué conquista a Jericó; pero no intervino a favor de toda una ciudad forma-
da por sacerdotes, sus familias y su ganado cuando Saúl ordenó masacrarlos (1 Sam.
22)? ¿Por qué no hizo más esfuerzos Jesús para abolir la esclavitud o para establecer los
derechos de las mujeres? Encuentro difícil entender que Jesús se llamara a sí mismo un
Dios de amor en algunos lugares (1 Juan 4: 7, 8), y que ponga de manifiesto su ira o su
indiferencia en otros lugares (Gén. 1: 1; 2: 1, 2; 7; Deut. 4: 32; Sal. 100: 3; 139: 14;
Isa. 42: 5; 45: 18; Jer. 33: 22; Juan 1: 1–3; Heb. 1: 2, 8).
Estudia, ora y ten fe en que las piezas caerán en su lugar.
Sin embargo, sé que puedo confiar en las Escrituras cuando dicen que Dios
es un ser estable y confiable (Mal. 3: 6; 2 Tim. 3: 16). Después de varias horas de de-
batir esas preguntas con amigos y mentores, de investigar el significado histórico de
diferentes relatos y de estudiar los textos griegos y hebreos originales; he descubier-
to una analogía provechosa. En lo que respecta a entender el carácter de Dios, esta-
mos conectando las piezas del rompecabezas. Nosotros y su misericordia somos pie-
zas importantes. Su ira, es otra pieza, y así por el estilo. Encontramos nuestras pie-
zas en las Escrituras, el Espíritu, la experiencia personal y de fuentes extra Bíblicas
confiables. Aunque ninguna pieza no es todo, cuanto más piezas reunamos, más
exacto será nuestro cuadro. Jesús no es o justo o misericordioso; sino, ambas cosas
a la vez.
El problema surge cuando intentamos ver cada pieza como si fuera un todo. Es
como si alguien llamara a la policía al ver que golpean a una ancianita, antes de darse
cuenta de que ella había sacado una pistola de su bolso para asaltar a la cajera de un
supermercado. No llames a la policía para quejarte en contra de Dios. Estudia, ora
y ten fe en que las piezas caerán en su lugar.
______________
*Royce B. McClure, «LIFE: The Great Challenge», www.worldslargestpuzzle.com (consultado el 3 de Julio del 2011).
Amie Regester, Greenbrier, Arkansas, EE. UU. 23
9. viernes
12 de octubre Exploración 2 Pedro 1: 20, 21
Convencido gracias
a las profecías y a las Escrituras
PARA CONCLUIR
Si no fuera por las Escrituras, nuestro conocimiento y comprensión de Dios
y de su Hijo Jesús, sería muy limitado; quizás ni existiría. Sin embargo, dicho tema
no deja de ser importante. En realidad, la Biblia es un don mediante el cual Dios
se revela a sí mismo y su maravilloso plan para nuestras vidas, tanto para ahora
como para la eternidad. La interconexión de los temas que muchos de los autores
que fueron escogidos para ser voceros de Dios, así como el hecho de que la Biblia
ha sido apropiadamente conservada a través del tiempo, nos muestra la forma en
que Dios desea relacionarse con nosotros y lo que está dispuesto a hacer para lograrlo.
CONSIDERA
• Escribir tres «palabras» fundamentales que resuman el mensaje de la Biblia.
Ilustrarlas por medio de colores o de texturas que reflejen su significado.
• Investigar los métodos específicos utilizados por los escribas al copiar las Es-
crituras, con el fin de asegurarse de la exactitud de su labor.
• Escuchar y leer las palabras de un himno que ensalce a la Biblia, y haz de él tu
oración para el día de hoy.
• Utilizar arcilla, plantas, piedras u otros materiales naturales con el fin de pre-
parar un montaje que represente la forma en que Dios se revela a través del
Espíritu de Profecía.
• Diseñar un plan de acción personal cuya meta sea entender mejor las pro-
fecías bíblicas.
• Preparar una grabación que conteste la pregunta: ¿Acaso son las profecías rele-
vantes para nosotros?
PARA CONECTAR
Salmo 119: 105; Mateo 24: 35; 1 Tesalonicenses 2: 13.
Los hechos de los apóstoles, cap. 57.
Herbert E. Douglass, La mensajera del Señor, pp. 68-79.
Nina Atcheson, Margate, Australia
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