la revelacion de jesucristo, estudio del libro Apocalipsis
12 vida oculta de jesús
1. Vida oculta deVida oculta de
JesúsJesús
1212
LA TOUR, Georges de
Cristo en el taller del carpintero
1645
Musée du Louvre, Paris
2. Compendio del Catecismo
104. ¿Qué nos enseña la vida
oculta de Jesús en Nazaret?
533-534
564
Durante la vida oculta en Nazaret,
Jesús permanece en el silencio de
una existencia ordinaria. Nos
permite así entrar en comunión
con Él en la santidad de la vida
cotidiana, hecha de oración,
sencillez, trabajo y amor familiar.
La sumisión a María y a José, su
padre legal, es imagen de la
obediencia filial de Jesús al Padre.
María y José, con su fe, acogen el
misterio de Jesús, aunque no
siempre lo comprendan.
3. Introducción
En el Credo no se explicita la
vida oculta ni la vida pública. El
Evangelio, en cambio, presta
atención a los misterios de la
infancia y vida oculta,
desarrollando por extenso la
vida pública.
Pero el cristiano ha de imitar la
vida de Jesús, y es importante
conocerla por entero: los treinta
años que vivió en Belén, Egipto
y Nazaret, y los tres años que
pasó predicando el Reino de
Dios.
VERONESE, Paolo
Jesús entre los doctores del templo
1558
Museo del Prado, Madrid
5. 1. La vida de Jesús, una continua enseñanza
Toda la vida de Jesús fue una
continua enseñanza:
su ocultamiento,
su obediencia,
su trabajo,
sus milagros,
su oración,
su amor por los hombres,
su predilección por los más
pequeños y los pobres,
la aceptación total del
sacrificio en la cruz para la
salvación del mundo,
todo cuanto hizo
BEUCKELAER, Joachim
Cristo en casa de Marta y María
1565
Musées Royaux des Beaux-Arts, Bruselas
6. 2. El nacimiento de Jesús en Belén
Jesús nació en Belén de Judá:
Dios enviaba a su Hijo, nacido
de las entrañas purísimas de la
Santísima Virgen.
Nació en un establo humilde,
de una familia pobre.
Son lecciones de humildad, de
pobreza, de sencillez..., que
todos los cristianos hemos de
aprender y seguir.
CORREGGIO
Natividad (Noche Buena)
1528-30
Gemäldegalerie, Dresde
7. 3. El gran acontecimiento de la Navidad
"Aconteció en aquellos días que salió
un edicto de César Augusto para que
se empadronase todo el mundo (...).
José subió de Galilea, de la ciudad
de Nazaret, a Judea, a la ciudad de
David, que se llama Belén, por ser él
de la casa y de la familia de David,
para empadronarse con María, su
esposa, que estaba encinta. Estando
allí, se cumplieron los días de su
parto, y dio a luz a su hijo
primogénito, y lo envolvió en pañales
y lo acostó en un pesebre, por no
haber sitio para ellos en el mesón"
(Lucas 2,1-7).
FRANCESCO DI GIORGIO MARTINI
Natividad
c. 1470
8. 4. Los misterios de la infancia de Jesús
Los grandes acontecimientos o
misterios de la infancia de Jesús
son:
La Circuncisión; era una
ceremonia que prefiguraba el
bautismo.
La Epifanía o manifestación de
Jesús como Mesías de Israel, que
celebra la adoración de los Reyes
Magos.
La Presentación de Jesús en el
Templo. María no estaba obligada
por ser virgen y sin mancha de
pecado, pero quiso someterse en
todo a la ley de Dios.
La Huida a Egipto y la matanza de
los Inocentes.
BATONI, Pompeo
La Virgen y el Niño
c. 1742
Galleria Borghese, Roma
9. 5. La vida oculta de Jesús
La mayor parte de su vida
Jesús vivió como la inmensa
mayoría de los hombres: una
vida corriente sin aparente
importancia, vida de trabajo, la
vida religiosa sometido a la ley
de Dios, vida de comunidad en
su pueblo con los parientes,
amigos y conocidos.
Sólo el acontecimiento de la
pérdida y hallazgo de Jesús en
el templo, a la edad de doce
años, rompe la aparente
monotonía de la vida oculta,
llena por otro lado de sentido y
enseñanzas.
MURILLO, Bartolomé Esteban
La Sagrada Familia del pajarito
1650
Museo del Prado, Madrid
10. 6. El papel de San José
Dios quiso que alguien hiciera
las veces de padre de Jesús
en la tierra.
José, esposo virginal de María
y padre legal de Jesús, ejerció
con Ella y con el Hijo de Dios
los oficios de esposo y de
padre en la tierra.
Con su trabajo de artesano en
el pequeño pueblo de Nazaret
procuró el alimento, cuidó a la
Virgen y a Jesús, y enseñó a
éste su oficio.
GRECO, El
San José y Jesús NIño
1597-99
Capilla de San José, Toledo
11. 7. La santificación en el trabajo ordinario
Imitando el ejemplo de
Jesucristo y también de la
Virgen y San José, los
cristianos nos santificamos en
la realidad ordinaria del propio
trabajo.
Santificarse con el trabajo
quiere decir buscar, encontrar
y amar a Dios en las cosas que
hacemos, sirviendo así a los
demás.
Un cristiano corriente ha de
santificar el trabajo, santificarse
en el trabajo y santificar a otros
con el trabajo profesional.
12. 8. Hay que tratar a la Sagrada Familia
Jesús, María y José formaban
la familia de Nazaret, que
llamamos Sagrada Familia.
Al tratar a José, María y Jesús,
estamos tratando a la Sagrada
Familia; hemos de imitar sus
virtudes y querer vivir según el
ejemplo que nos dieron.
BATONI, Pompeo
Sagrada Familia
1777
The Hermitage, San Petesburgo
14. Un propósito para avanzar
Lee la vida oculta de Jesús tal
como aparece en los
Evangelios, meditándola.
Piensa si aprovechas la vida de
familia, el estudio y el trabajo,
para vivir más cerca de Dios
como Jesús; es decir, para
santificarte.
Trata a San José como cabeza
de la Sagrada Familia, junto
con María y Jesús, para imitar
sus virtudes en el hogar de
Nazaret.
Notas del editor
Al rezar el Credo profesamos con toda claridad los misterios de la Encarnación (concepción y nacimiento de Cristo) y de la Pascua (pasión, crucifixión, muerte, sepultura, descenso a los infiernos, resurrección y ascensión); pero no se explicita la vida oculta ni la vida pública. El Evangelio, en cambio, presta atención -más brevemente- a los misterios de la infancia y vida oculta, desarrollando por extenso la vida pública, en la que sobresale lo que Jesús hizo y enseñó.
Pero el cristiano ha de imitar la vida de Jesús, y es importante conocerla por entero: los treinta años que vivió en Belén, Egipto y Nazaret, y los tres años que pasó predicando el Reino de Dios; su doctrina, sus milagros, su amor a los hombres que le llevó a la pasión y muerte, hasta resucitar y subir a los cielos.
El que conoce bien la vida de Nuestro Señor Jesucristo sabe que toda ella fue una continua enseñanza: su ocultamiento, su obediencia, su trabajo, sus milagros, su oración, su amor por los hombres, su predilección por los más pequeños y los pobres, la aceptación total del sacrificio en la cruz para la salvación del mundo, todo cuanto hizo.
Como habían predicho los profetas, Jesús nació en Belén de Judá después de siglos de preparación. Dios enviaba a su Hijo, nacido hombre de las entrañas purísimas de la Santísima Virgen, para salvar a todos y mostrarnos el camino que conduce al cielo. Nació en un establo humilde, de una familia pobre, dándose a conocer a unos sencillos pastores que fueron los primeros en adorarle. Son lecciones de humildad, de pobreza, de sencillez..., que todos los cristianos hemos de aprender y seguir.
El evangelio cuenta el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, con esta sencillez: "Aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto para que se empadronase todo el mundo (...). José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Estando allí, se cumplieron los días de su parto, y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón" (Lucas 2,1-7). Cada año, el 25 de diciembre, celebramos la Navidad y los acontecimientos relacionados con ella: la Sagrada Familia (domingo después de Navidad), la Solemnidad de Santa María Madre de Dios (1 de enero) y la Epifanía del Señor (6 de enero).
Los grandes acontecimientos o misterios de la infancia de Jesús son:
a) La Circuncisión, al octavo día de su nacimiento, como se hacía con los niños judíos; era una ceremonia que prefiguraba el bautismo.
b) La Epifanía o manifestación de Jesús como Mesías de Israel, que celebra la adoración de los Reyes Magos.
c) La Presentación de Jesús en el Templo. En cumplimiento de la ley de Dios, María y José presentaron a Jesús en el templo de Jerusalén, cuarenta días después del nacimiento; la madre -en este caso la Virgen María- cumplía con la ley de la purificación. María no estaba obligada por ser virgen y sin mancha de pecado, pero quiso someterse en todo a la ley de Dios.
d) La Huida a Egipto y la matanza de los Inocentes. Desde el principio Jesús fue perseguido, y los cristianos de todos los tiempos sufren también persecución y martirio.
La mayor parte de su vida Jesús vivió como la inmensa mayoría de los hombres: una vida corriente sin aparente importancia, vida de trabajo, la vida religiosa sometido a la ley de Dios, vida de comunidad en su pueblo con los parientes, amigos y conocidos. El Evangelio dice que Jesús obedecía a sus padres y progresaba en sabiduría, edad y gracia ante Dios y ante los hombres. Sólo el acontecimiento de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo, a la edad de doce años, que narra San Lucas, rompe la aparente monotonía de la vida oculta, llena por otro lado de sentido y enseñanzas.
Sabemos que Jesús nació de la Virgen María, concebido por obra y gracia de Espíritu Santo. Dios era su Padre, pero quiso que alguien hiciera las veces de padre en la tierra. La persona elegida fue José, un varón justo de la casa de David. José, esposo virginal de María y padre legal de Jesús, ejerció con Ella y con el Hijo de Dios los oficios de esposo y de padre en la tierra. Con su trabajo de artesano en el pequeño pueblo de Nazaret procuró el alimento, cuidó a la Virgen y a Jesús, y enseñó a éste su oficio.
Imitando el ejemplo de Jesucristo -que pasó en la tierra treinta años de vida oculta trabajando-, y también de la Virgen y San José, los cristianos nos santificamos en la realidad ordinaria del propio trabajo. Santificarse con el trabajo quiere decir buscar, encontrar y amar a Dios en las cosas que hacemos, sirviendo así a los demás. Por eso, se puede resumir la vida de un cristiano corriente diciendo que ha de santificar el trabajo, santificarse en el trabajo y santificar a otros con el trabajo profesional. Para conseguirlo hay que hacer el propio trabajo con esmero y atención, acabado hasta el último detalle, e impregnado de amor a Dios.
Jesús, María y José formaban la admirable familia de Nazaret, que llamamos Sagrada Familia. Al tratar a José, María y Jesús, estamos tratando a la Sagrada Familia; hemos de imitar sus virtudes y querer vivir según el ejemplo que nos dieron.