Este documento resume las causas y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Explica que las causas se remontan al Tratado de Versalles y la Gran Depresión de 1929, lo que llevó al ascenso de ideologías totalitarias como el fascismo y el nazismo. Describe las políticas expansionistas de Alemania, Italia y Japón en la década de 1930 y la política de apaciguamiento de las democracias. Resume las fases de la guerra desde 1939 hasta 1945, incluida la participación de la Unión Soviética
1. 1. INTRODUCCIÓN.-
La Segunda Guerra Mudial (1939-1945) fue el conflicto más brutal y devastador provocado por el hombre, tanto por
su duración como por la intensidad de los combates, como por los recursos que se utilizaron y la enorme cantidad de
pérdidas humanas. Fue un proceso complejo, tanto en sus causas como en su desarrollo y consecuencias, que puso en
tela de juicio los fundamentos ideológicos de la civilización occidental y sus valores de progreso económico y social.
Fue una “guerra total”, cuya víctima principal fue la población civil. Fue una “guerra ideológica y racial”, ya que tuvo
como finalidad la plena eliminación del enemigo. Fue una “guerra económica”, que puso todos los recursos
económicos, la ciencia y la tecnología y el conjunto de los sistemas sociales y políticos al servicio de las necesidades
bélicas. Y por último, fue “una guerra civil”, ya que en el interior de muchos países supuso un enfrentamiento entre los
que luchaban por defender los valores de la democracia y el socialismo y los que lo hacían por el fascismo.
2. LAS CAUSAS DEL CONFLICTO Y EL CAMINO HACIA LA GUERRA.-
Los orígenes de la guerra deben buscarse en el tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, que
estableció una paz ficticia basada en el resentimiento y la humillación de los vencidos, lo cual generó ansias de
revancha entre los gobiernos y las poblaciones, que no hicieron más que abonar el terreno para el ascenso de
ideologías totalitarias.
Si bien superada la crisis económica de reconversión posbélica de los primeros años de la década de los 2º, a partir de
1924 parecía que se alejaba el fantasma de la crisis y los países se esforzaron por establecer un clima de distensión
político que propiciaba el acercamiento de posturas, el crack del 29 y la Gran Depresión fomentaron en los años 30
la expansión del proteccionismo económico, el nacionalismo político y constituyeron el empuje definitivo de los
totalitarismos, especialmente el fascismo italiano y el nazismo alemán.
El deterioro de las relaciones internacionales se pone de manifiesto ya en 1931, cuando Japón es expulsado de la
Sociedad de Naciones (SDN) por su ataque a China. Ante los efectos de la crisis económica Japón adopta una política
militarista y expansionista, que buscaba el dominio de Asia oriental con el fin de obtener materias primas y disponer
de un mercado seguro en el que vender sus productos, “su espacio vital”, la creación de una Gran Asia bajo su control.
El primer paso fue la ocupación de la región china de Manchuria, donde creó un estado satélite llamado Manchukuo.
Otros pasos dados por el gobierno japonés fueron su acercamiento a la Alemania nazi, la firma del Pacto
antikomintern (1936), el anuncio de la creación de una gran flota con el objetivo de expandirse por el Pacífico y la
invasión del norte de China.
En Europa, también Alemania decide abandonar la SDN en 1933, lo cual marcó el inicio de su política de “hechos
consumados”: a principios de 1935 se anexionó el Sarre, tras la celebración de un plebiscito entre la población; pocas
semanas después, impulsó el rearme de Alemania, estableció el servicio militar obligatorio y procedió a la creación de
una fuerza aérea; en marzo de 1936 inició la remilitarización de Renania. Con todo ello, Hitler incumple con total
impunidad los acuerdos del tratado de Versalles, ante la pasividad de las democracias de Europa occidental.
En marzo de 1938 Hitler ocupa Austria, después forzó un referéndum que permitió su incorporación a Alemania
(Anschluss=anexión, unión), pocos meses después ocupó los Sudetes checos, argumentando que allí vivían varios
millones de alemanes. En septiembre de 1938, Hitler convocó a Italia, Francia y Gran Bretaña a la Conferencia de
Munich, en la que aceptaron la ocupación de los Sujetes y Hitler se comprometió a respetar el resto del territorio
checo. En marzo de 1939 ya había incumplido este compromiso y se había anexionado toda Checoslovaquia. El último
paso de Hitler que conduce directamente a la guerra es la invasión de Polonia en septiembre de 1939. Hitler sabía que
esa iba a ser la gota que colmara el vaso de la política de apaciguamiento de Francia, Gran Bretaña y la URSS, por eso
antes de dar ese paso trató de asegurarse el apoyo de ésta última, aprovechándose del aislacionismo al que la tenían
sometida el resto de potencias democrática. En agosto de 1939 firmó con la URSS el Pacto germanosoviético de no
agresión, a través del cual se olvidaba temporalmente el conflicto entre ambas potencias, enemigas ideológicas y
políticas, e incluía unas cláusulas secretas de reparto de Polonia y de reconocimiento del control soviético sobre
Finlandia, Letonia, Estonia y Lituania.
También Italia desarrolló una política expansionista y militarista, que incluía un acercamiento a Alemania y Japón y
movimientos para anexionarse los territorios irredentos: después de que Hitler invadiera Checoslovaquia sin avisar a
Mussolini, decidió anexionarse Albania. El régimen fascista trató de ampliar su imperio colonial, retomando la
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TEMA 10
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: CAUSAS Y CONSECUENCIAS.
2. conquista de Etiopía; y en abril de 1939, las tropas de Mussolini invadieron Albania. Todo ello fue acompañado de una
labor diplomática de acercamiento a Alemania, con el objetivo de formar un fuerte bloque fascista en Europa: en
octubre de 1936 se formalizó el Eje Roma-Berlín, un mes más tarde se firmaba entre Alemania y Japón el mencionado
Pacto antikomintern contra la URSS, al que se incorporaron un año después los italianos y más tarde Hungrría y
España. En mayo de 1939 Alemania e Italia firmaban el Pacto de acero, en el que se sentaba las bases del apoyo mutuo
entre los dos estados en caso de guerra.
¿Cuál fue la actitud de las potencias democráticas ante todas estas políticas expansionistas y militaristas? ¿Por qué no
reaccionaron antes para frenar la agresividad de estas políticas exteriores y tratar de mantener el orden internacional
establecido? Para responder a estas preguntas cabe tener en cuenta dos aspectos: por un lado, los estragos que la crisis
económica mundial estaba ocasionando en las dos grandes potencias democráticas de Europa, Francia y Gran Bretaña,
y que les llevó a poner en práctica políticas proteccionistas y de no intervención, dando prioridad a la solución de sus
propios problemas internos. Por otro lado, el temor a la expansión de la revolución bolchevique en sus propios países,
el gran demonio para las potencias democráticas en este momento fue el comunismo. Respecto a Estados Unidos, hay
que señalar, que después de la Primera Guerra Mundial y, sobre todo, tras la crisis económica se replegó de nuevo en
su política de no injerencia en los asuntos europeos y se concentró en su tradicional política de “América para los
americanos”.
Sin embargo, a medida que avanzaba la década de 1930 y Hitler desarrollaba su política de “hechos consumados”, se
puso en evidencia la tremenda debilidad de las potencias europeas occidentales y el creciente temor a la expansión de
los fascismos que les llevó a poner en práctica una política de apaciguamiento y de no intervención. La actitud ante la
Guerra Civil Española (1936-1939) fue un ejemplo claro de esta política. Alemania e Italia decidieron apoyar a los
militares sublevados, dirigidos por Franco, lo cual contribuyó a estrechar lazos entre ellas, además de ganarse un aliado
en el extremo suroriental de Europa, que abriría sus puertas a África. El apoyo de las potencias fascistas a Franco se
materializó en el envío de personal militar cualificado, tropas de apoyo y armas, lo cual fue decisivo para que éste
ganara la guerra. Sin embargo, el gobierno republicano español, de izquierdas pero legítimamente elegido en las urnas,
se vio solo y esperando hasta el final de la guerra el apoyo decidido de Francia y Gran Bretaña, que nunca llegó,
porque adoptaron una política de miedo y debilidad, una política de no intervención. La Guerra Civil Española fue en
muchos sentidos la antesala de la Segunda Guerra Mundial, para las potencias fascistas fue una oportunidad para
entrenar a su personal militar y probar nuevas armas que luego se utilizarían en Europa, para las potencias
democráticas fue una oportunidad perdida para frenar la expansión de las ideologías totalitarias.
3. DESARROLLO.-
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3. La Segunda Guerra Mundial - Fases de la guerra
La ocupación alemana de Polonia provoca la
declaración de guerra del Reino Unido y Francia.
Alemania también ocupa Noruega y Dinamarca,
Holanda, Bélgica y Luxemburgo, y bombardea
Inglaterra.
La Unión Soviética, fruto del pacto en 1939 con
Alemania, ocupa parte de Polonia, Finlandia, Estonia,
Lituania, Letonia y las regiones rumanas de Besarabia
y Bucovina (1940).
Italia se moviliza junto a Alemania tras la ocupación
de Francia (1940). Expansión Italiana y alemana por el
Mediterráneo.
Inicio de la invasión alemana de la Unión Soviética
(junio de 1941), que declara la guerra a Alemania y se
une al bloque aliado.
Ataque japonés a Pearl Harbor (diciembre de 1941).
Estados Unidos declara la guerra a Japón y entra a
formar parte del bloque aliado.
1942 - Continuación de las ofensivas de las potencias
del Eje y comienzo de la contraofensiva aliada en el
Pacífico, Norte de África y Europa.
1943 - Victoria aliada en el Norte de África. Ofensiva
aliada en Italia. Contraofensiva soviética que
recupera casi todo el territorio ocupado por Alemania.
Ofensiva de Estados Unidos contra Japón en el
Pacífico.
1944 - Ofensiva aliada en los distintos frentes:
Avance de la Unión Soviética en el este de Europa;
ocupación aliada de parte de Italia; desembarco
aliado en las costas de Normandía y posterior
liberación de Francia.
1945 - Ocupación del norte de Italia; rendición de
Alemania (mayo) y de Japón (agosto).
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4. 4. CONSECUENCIAS.-
4.1. Demográficas.-
La cifra oficial de muertos por el conflicto asciende a 55 millones de seres humanos. Los países que más pérdidas
humanas tuvieron fueron la URSS, Alemania y Polonia, ésta última fue la que en términos relativos tuvo mayores
pérdidas, un 22% de su población, y un 95 % fueron víctimas civiles. El número de heridos fue de 35 millones y el de
desaparecidos 3 millones. Las cifras son realmente dramáticas y dan una idea de la tremenda tragedia que vivió
Europa en estos años.
Pero aún es más terrible porque la muerte de población civil representó algo más de la mitad de las víctimas totales. La
población civil fue bombardeada sistemáticamente, con el objetivo de sembrar el terror y acabar con su capacidad de
resistencia. También se buscaba destruir la organización industrial y económica del enemigo y debilitar su potencial
militar.
Es el carácter de “guerra total” del que se hablaba en la introducción de este tema. Las ocupaciones nazis y japonesas
significaron el asesinato, la deportación, el exterminio y el genocidio de la población, así como la práctica del terror y
la violencia sistemática.
Hay que contabilizar también como consecuencia demográfica el elevado número de víctimas indirectas que se
produjo a causa de la desnutrición, las heridas y las irradiaciones de las bombas atómicas. Después de 1945
continuaron los desplazamientos de población, relacionados con la liberación de prisioneros que volvieron a sus
lugares, con las modificaciones fronterizas y con las expulsiones de minorías étnicas como consecuencias de la
configuración de nuevos Estados a partir de los acuerdos de paz. Unos 30 millones de europeos deambularon por el
continente en la inmediata posguerra, colaborando en crear una sensación de caos e incertidumbre, sobre todo en
Europa oriental y central. En Asia, cerca de siete millones de japoneses fueron también repatriados desde Coroa y
China (Manchuria) hacia el archipiélago al que había quedado reducido el nuevo Japón.
4.2. Económicas.-
Durante la guerra, y también en los años inmediatamente anteriores al conflicto, los países beligerantes fueron
orientando todos sus recursos a la guerra: la producción, la ciencia y la técnica de los Estados se pusieron al servicio
de las necesidades bélicas, con el consiguiente cambio en la organización de la producción. Cuando estalla el
conflicto, y se hace más intenso el reclutamiento militar de los hombres, se produce paralelamente una movilización
de la mujer y su incorporación masiva al mundo laboral.
Al acabar el conflicto, la devastación era especialmente importante en Europa oriental, donde el pillaje en las ciudades
(Polonia), la práctica de la “tierra quemada” (URSS) y las destrucciones de pueblos (Yugoslavia) provocaron una
drástica reducción de su capacidad de producción.
En Europa occidental, las ciudades y las vías de comunicación fueron los elementos más afectados. Japón había
quedado casi al borde de la desaparición, ya que a la destrucción de sus ciudades y centros industriales principales, se
unió el hundimiento de su economía colonial y el arrasamiento completo de las ciudades de Nagasaki e Hiroshima por
las bombas atómicas.
Los países que económicamente salieron beneficiados del conflicto fueron aquellos que no sufrieron la guerra en sus
territorios. Canadá, Australia, Suecia y Estados Unidos. Especialmente este último experimentó un fuerte crecimiento
económico que le llevó a una posición claramente dominante y hegemónica frente al resto de sus aliados. También la
URSS experimentó un crecimiento, ya que sus regiones industriales asiáticas no sufrieron tanto daño, y tal y como se
produjo la liberación de la Europa oriental aprovechó para establecer un fuerte poder político y militar sobre los países
de esta zona.
La reconstrucción de Europa se inició poco a poco, gracias a la conservación parcial de la industria bélica de Francia y
Gran Bretaña, el pronto restablecimiento de las comunicaciones y el abastecimiento de materias primas y fuentes de
energía y la aportación de recursos financieros de EE.UU. Se puso en práctica una política económica de fuerte
intervención estatal que buscaron la recuperación de la vida económica, la atención de las urgentes necesidades
sanitarias, de vivienda y educación, y una nueva política fiscal que debía fomentar la redistribución de la riqueza. Es
decir, se fueron sentando las bases de lo que después se ha llamado el Estado del bienestar, y ello fue posible a la
llegada al gobierno de partidos políticos de izquierdas (p.e. los laboristas en Gran Bretaña).
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5. 4.3. Ideológicas y morales.-
La brutalidad de las acciones bélicas cuestionó los valores morales y políticos sobre los que había reposado buena
parte de la civilización europea anterior. Los derechos humanos habían sido vulnerados sistemáticamente y se había
impuesto a lo largo de seis años una cultura de violencia, terror y crueldad. El conocimiento de los campos de
concentración y exterminio puso en evidencia las dimensiones del horror nazi. Y la bomba atómica sobre Hiroshima y
Nagasaki fue percibida como un verdadero apocalipsis mundial. Y el descubrimiento de las masacres practicadas por
los soviéticos en Polonia reveló una crueldad indiscriminada (las fosas de Katyn).
Los vencedores de la guerra impulsaron la creación de un tribunal que definió un nuevo concepto de derecho
internacional: el de los crímenes contra la humanidad. El juicio de Nuremberg (1945-46) sentó en el banquillo de los
acusados a dirigentes nazis. Sin embargo su alcance fue limitado, fue importante porque permitió hacer un balance
público de las atrocidades del nazismo y sentó precedente para que, en el futuro, no quedaran impunes los actos
criminales cometidos por responsables políticos y altos cargos militares.
4.4. Políticas.-
La primera consecuencia política que hay que mencionar fue el fracaso y desaparición del nazismo alemán y el
fascismo italiano, aunque se mantuvieron dictaduras cercanas a esta ideología en otros países durante décadas (caso de
la España de Franco o el Portugal de Salazar). Por otro lado la distinta liberación de los territorios ocupados por los
fascistas terminó por dividir a Europa en dos zonas políticas. En la Europa occidental, liberada por los
angloamericanos, se restableció la democracia parlamentaria y el sistema económico capitalista de libre mercado.
Resurgieron los partidos socialdemócratas y demócratas-cristianos. También cobraron fuerza los partidos comunistas
prosoviéticos, especialmente en Italia y Francia.
En Europa oriental (Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria) liberada por la
URSS, se impusieron a la fuerza las llamadas democracias populares, en realidad, dictaduras comunistas bajo el
control de los rusos. En Yugoslavia y Albania, liberadas por los partisanos comunistas, pero sin la intervención del
ejército ruso, también se implantaron regímenes comunistas pero independientes de la URSS.
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6. 5. LA ORGANIZACIÓN DE LA PAZ.-
Se abordó en una serie de conferencias entre los aliados a partir de 1941 (Carta Atlántica). Las más importantes fueron
las impulsadas por los tres grandes (EE.UU., URSS y Gran Bretaña) desde 1943 en Teherán hasta la de Yalta
(Crimen), en febrero de 1945. La conferencia de Yalta marcó el momento de mayor colaboración entre los aliados:
Roosevelt, Stalin y Churchill decidieron la desnazificación y partición de Alemania, e incorporaron a Francia en el
reparto. Otras cuestiones que se debatieron fueron la división
de Polonia, las nuevas fronteras de la URSS, la creación de
una comisión de reparaciones para evaluar los pagos de
Alemania y la organización de elecciones democráticas en los
países liberados. Además, se estableció la creación de un
nuevo organismo internacional para garantizar la paz: la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En la Conferencia de San Francisco (abril-junio 1945) se
aprobó la Carta de la Organización de las Naciones _Unidas a
la que se adhirieron 46 países. Era necesario reactivar el
principio de cooperación internacional pero la antigua
Sociedad de Naciones estaba muy desprestigiada. La ONU
pretendía el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, y la cooperación económica y social entre las
naciones. Establecía la igualdad soberana de todos sus
miembros para resolver los conflictos así como el rechazo de
la fuerza, la no injerencia en los asuntos internos de cada
nación y el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. En 1948 se aprobó la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
Todos los Estados miembros de la ONU están representados y tienen voto en la Asamblea General, órgano
deliberativo cuya autoridad es básicamente moral, ya que sólo puede emitir recomendaciones. Además, cuenta con
diversos organismos administrativos: Consejo de Seguridad, Consejo Económico y Social, Secretaría, Consejo de
Administración Fiduciaria y Corte Internacional de Justicia.
La Conferencia de Potsdam (julio-agosto
1945) fue la última que celebraron los tres
grandes. Se acordó la unidad de Alemania pero
bajo la tutela de los aliados (EE.UU, URSS,
Gran Bretaña y Francia). Berlin se dividió en
cuatro zonas con un gobierno interaliado y se
consolidaron las fronteras de Polonia. El
permanente enfrentamiento entre Stalin y
Truman no permitió más acuerdo: se acusaron
mutuamente de buscar la hegemonía mundial,
se suspendió la ayuda económica americana a
los rusos, en definitiva, vencido el enemigo
común, el fascismo, se ponían de manifiesto el
profundo enfrentamiento entre el régimen
comunista y las democracias occidentales,
lideradas por EE.UU.
No fue has la Conferencia de París (1946)
cuando se elaboraron los tratados de paz con
Italia, Rumania, Bulgaria, Hungría y Finlandia,
firmados en 1947. Hasta 1955 no se cerró el de
Austria, que permanecía ocupada por los
aliados. Y ese mismo año, las potencias aliadas,
excepto la URSS, firmaron la paz con Japón.
Alemania nunca llegó a firmar un tratado de
paz, fue restableciendo poco a poco sus
relaciones con los aliados.
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7. TEXTOS
Nº 1
«Alemania y Austria deben volver a ser la gran madre patria. (...) Una misma sangre pide un mismo imperio. (...) Sólo cuando los límites
del Reich incluyan a la Alemania real, ya que las actuales fronteras no pueden garantizar nuestro pan diario, el derecho moral a adquirir
suelo extranjero se alzará de las desgracias de nuestro pueblo. (...) Sólo un gran espacio de tierra asegura a una nación la libertad de ser.
(...) El movimiento nacionalsocialista debe encontrar el coraje de reunir a nuestro pueblo y sus fuerzas en una largo avance por el camino
que lo conducirá desde su actual pequeño espacio de vida a una nueva tierra que nos hará libres del peligro de desaparecer del mapa o de
servir como esclavos a otras naciones. (...) Tierra y suelo son los principales objetivos de nuestra política exterior. (...) Las fronteras entre
Estados las trazan los hombres, y son los hombres quienes las pueden cambiar. (...) Cuando hablamos de tierra en la Europa de hoy,
miramos en primer lugar hacia Rusia y su cinturón de Estados vasallos.
Hitler, Mein Kampf.
Nº 2
"¡Camisas negras de la revolución! ¡Hombres y mujeres de toda Italia! ¡Italianos, habitantes de todas las regiones del mundo, más allá de
las montañas y los océanos! ¡Escuchad!
Una hora solemne en la historia de la patria está a punto de sonar. Veinte millones de italianos están en estos momentos reunidos en las
plazas de Italia. Es la más grande manifestación de toda la historia del género humano. Veinte millones de italianos, pero un único corazón,
una única voluntad, una sola decisión. Esta manifestación demuestra que la identidad de Italia y el fascismo es perfecta, absoluta e
inalterable. Sólo cerebros reblandecidos en ilusiones pueriles o aturdidos por la profunda de las ignorancias pueden pensar lo contrario,
porque ignoran lo que es la Italia fascista de 1935.
En la Sociedad de Naciones, en vez de reconocer el justo derecho de Italia, se atreven a hablar de sanciones. (...) Hasta que no se demuestre
lo contrario, me niego a creer que el pueblo de Gran Bretaña, el verdadero, quiera verter su sangre y empujar a Europa por la vía de la
catástrofe, por defender a un país africano, universalmente reconocido como bárbaro e indigno de figurar entre los pueblos civilizados.
Sin embargo, no podemos fingir ignorar las eventualidades del mañana. A las sanciones económicas, nosotros responderemos con nuestra
disciplina, con nuestra sobriedad, con nuestro espíritu de sacrificio."
Discurso de Mussolini difundido por radio el 2 de octubre de 1935
Nº 3
"Alemania, el Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia e Italia han acordado, por lo que respecta la cesión del territorio de los Sudetes:
1. La evacuación deberá empezar el 1 de octubre.
2. El Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia e Italia convienen en que la evacuación habrá de ser completada para el 10 de octubre, sin
que se haya efectuado el desmantelamiento o destrucción de cualquier clase de instalaciones.
3. Los pormenores relativos a la evacuación serán fijados por una comisión internacional (…).
4. La ocupación escalonada comenzará en los días 1 y 2 de octubre
5. La comisión internacional a la que se hace referencia en el párrafo número 3 visitará los territorios en los cales se deberá efectuar un
plebiscito. Dichos territorios serán ocupados por tropas neutrales hasta la terminación de dicho plebiscito (…).
6. La comisión internacional fijará inmediatamente la línea fronteriza entre los territorios anexionados y la potencia que toma posesión de
ellos (…).
7. El Gobierno checo, en un plazo de cuatro semanas, licenciará de sus unidades militares y policíacas a todos los sudetes alemanes que
deseen separarse de las mismas (…)."
Hitler, Chamberlain, Daladier y Mussolini. 29 de Septiembre de 1938 (Fuente: web de Juan Carlos Ocaña). Pacto de Munich.
Nº 4
El Canciller del Reich alemán y Su Majestad el Rey de Italia y Albania, Emperador de Etiopía, consideran que ha llegado el momento de
confirmar un pacto solemne para acercar la relación de amistad y afinidad que existe entre la Alemania Nacional Socialista y la Italia
Fascista.
Desde que se estableció un puente seguro para la ayuda mutua y la asistencia en las fronteras comunes entre Alemania e Italia, fijado para
siempre, los dos Gobiernos reconocen de nuevo que los principios y objetivos de la política concuerdan por ellos, y que se ha mostrado
exitoso en el fomento de los intereses de ambos países así como a asegurar la paz en Europa.
Ligadas firmemente por la unidad interior de sus ideologías y de la total solidaridad de sus intereses, lo pueblos alemán e italiano están
determinados a permanecer unidos en el futuro y a esforzarse de forma unida a asegurar su espacio vital y la conservación de la paz.
De esta manera, prescrito por ellos para la Historia, Alemania e Italia desean, en un mundo de inquietud y desintegración, llevar a cabo la
tarea de hacer más seguros los fundamentos de la cultura europea.
Para establecer estos principios en forma de tratado, han sido nombrados como plenipotenciarios por el Canciller del Reich Alemán, el
Ministro de Asuntos Exteriores, von Ribbentrop, por Su Majestad el Rey de Italia y Albania, Emperador de Etiopía, el Ministro de Asuntos
Exteriores, Conde Galeazzo Ciano, quienes, tras el intercambio de sus credenciales, han acordado los siguientes términos: […]
ARTÍCULO III
Si sucediera que, en contra de los deseos y esperanzas de las Partes Contratantes, que una de ellas estuviese involucrada en complicaciones
militares con otra Potencia, la otra Parte Contratante inmediatamente avanzará a su lado como aliado y la ayudará en toda su potencia
militar en tierra, mar y aire.
Berlín, 22 de mayo de 1939. Pacto de Acero.
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8. Nº 5
El Estado de Polonia ha rechazado el establecimiento de relaciones pacíficas como Yo lo he deseado, y ha apelado a las armas. Los
alemanes en Polonia son perseguidos con un terror sangriento y son sacados de sus hogares. Una serie de violaciones de la frontera,
intolerables para una gran potencia, prueban que Polonia no piensa respetar las fronteras del Reich.
Con el fin de poner término a su locura, no tengo otra alternativa que responder fuerza contra fuerza desde ahora. El Ejército Alemán
deberá combatir por el honor y los derechos vitales de Alemania con una ardua determinación. Yo espero que cada soldado sea merecedor
de las grandes tradiciones del eterno soldado alemán, que sea consciente que es el representante de la gran Alemania nacionalsocialista.
Larga vida a nuestro pueblo y nuestro Reich.
Adolf Hitler.
Proclama de Adolf Hitler al ejército alemán para el inicio de la guerra contra Polonia, 1939
Nº 6
1. Nosotros, los abajo firmantes, en nombre del Alto Mando alemán, entregamos por el presente instrumento, sin condiciones al Mando
Supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas y, al mismo tiempo, al Alto Mando Soviético todas las fuer zas terrestres, navales y
aéreas que hasta el presente estaban bajo control alemán.
2. El Alto Mando alemán dará inmediatamente a todas las autoridades milita res, navales y aéreas alemanas y a todas las fuerzas que están
bajo control alemán la orden de cesar todas las operaciones activas a las 23,01 horas, de la Europa Central, del 8 de mayo, y de
permanecer en las posiciones que ocupen en aquel momento. Ningún navío, embarcación o avión podrá ser hundido o destruido y las
respectivas quillas, máquinas y equipos no podrán ser objeto de daño alguno.
3. El Alto Mando alemán transmitirá inmediatamente a los Comandantes interesados todas las demás órdenes dadas por el Comandante
supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas y por el Alto Mando soviético y garantizará su cumplimiento.
4. La presente Acta de rendición militar se hace sin perjuicio de otra y se sustituirá por un acta general de capitulación impuesto por las
Naciones Unidas o en nombre de ellas y aplicable a toda Alemania y a las fuerzas armadas alemanas.
5. En el caso de que el Alto Mando alemán o ciertas fuerzas puestas bajo su control no se conformen con la presente acta de rendición, el
Comandante Supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas y el Alto Mando soviético adoptarán medidas punitivas o aquellas otras que
juzguen apropiadas.
En nombre del Alto Mando alemán: Jodl En presencia: Por el Mando Supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas W. B. Smith. Por el
Alto Mando soviético: Ivan Susparoff. Por el Alto Mando francés: General F. Sevez. Reims (Francia) a las 02:41 del 7 de mayo de 1945.
Nº 7
“De repente, un destello cegador me sobresaltó (…). Las sombras del jardín desaparecieron y la luz, que había sido muy intensa y brillante
durante un segundo, dio paso a una gran oscuridad (...). Con sorpresa descubrí que estaba completamente desnudo. ¡Qué raro! ¿Dónde
estaban mi camiseta y mi pantalón? , ¿Qué había sucedido? Tenía la parte derecha del cuerpo con cortes y sangre; una astilla de madera
sobresalía de mi cadera y algo caliente me vino a la boca. Tenía una herida en la mejilla y un grueso trozo de cristal clavado en el cuello
(...). Nuestra propia casa comenzó a moverse y se derrumbó entre una nube de polvo (...). El fuego se extendía y un viento abrasador
comenzó a soplar (...). Había unas siluetas humanas (...) que se movían como espantapájaros, reflejando un gran dolor y manteniendo los
brazos separados de sus cuerpos. Estas gentes me inquietaron hasta que descubrí que estaban quemados y que mantenían sus brazos
separados del cuerpo para evitar el doloroso roce de las superficies en carne viva. En verdad, una cosa era común a todo el mundo. Un
completo silencio".
Michihiki Hachiya, médico de un hospital en Hiroshima, 1945
Nº 8
"(...) Cuando estábamos formando las filas para entrar en clase, estalló un relámpago brusco y aterrador y nos vimos como golpeados por
una mano invisible. Una luz de color amarillo oscuro se extendió a nuestro alrededor, con tal intensidad que no podíamos abrir los ojos.
Me cubrí la cara con las manos y di media vuelta. Alguien chilló a mi lado y tuvimos que echarnos al suelo (...). Levanté la cabeza y vi a
la gente que se precipitaba hacia la salida gritando desesperadamente. Yo también estaba gritando y corrí con todas mis fuerzas (...).
Empecé a fijarme en mi estado. La parte alta de mi cuerpo estaba desnuda y la cintura y las piernas cubiertas de harapos. Mi pantalón
también había sido arrancado. De pronto empezó a invadirme una gran debilidad. A mi izquierda pude ver una casa cuyas Ilamas lamían
vigorosamente la cocina. Como loca eché a correr y me precipité al río Mitaki (...). Pronto me fue impasible continuar andando porque las
quemaduras me robaban las fuerzas. Mis brazos y mis piernas estaban rígidos, las partes quemadas, hinchadas. Mi pierna derecha también.
La piel parecía desprenderse, poniendo al descubierto la carne de color rojo intenso (...)".
Hisayo Yaguchi. 14 años. Hiroshima, 1945.
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