La historia comienza en 1953 cuando un sacerdote católico pidió ayuda a John Billings, un neurólogo de Melbourne, para ayudar a parejas católicas a planificar su familia de forma natural y responsable sin usar métodos anticonceptivos; años más tarde, tanto John Billings como su esposa Evelyn, quien también lo ayudó en su trabajo, fallecieron a una edad avanzada después de dedicar sus vidas a este tema.