Amós era un pastor que vivía tranquilamente en Tecoa hasta que Dios lo llamó para que profetizara a Israel. Aunque Amós no era profeta ni discípulo de profeta, Dios lo arrancó de su ganado y le ordenó denunciar las injusticias sociales, el lujo, la falta de preocupación por los pobres y advertir sobre la catástrofe e inminente cautiverio que sufriría Israel si no cambiaba. Amós predicó con radicalidad en contra de la religiosidad cómoda de su época y llamó a practicar la justicia y