Los paisajes vegetales españoles: el dominio húmedo atlántico, las estepas mediterráneas, las cliseries montañosas y la vegetación subtropical de Canarias.
Vegetación y paisajes vegetales de la península Ibérica
1. VEGETACIÓN Y
PAISAJES
VEGETALES DE
LA PENÍNSULA
IBÉRICA Y
CANARIAS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
IES FRAY PEDRO DE URBINA
2. Una península entre dos mares,
con un relieve accidentado y una
enorme variedad de suelos y
climas, necesariamente ha de
contar con unos paisajes
vegetales complejos y
originales.
Son así más de 6000 las
especies presentes en el
territorio, muchas de ellas
endémicas (exclusivas de aquí).
Pero de los bosques aquellos
por los que de árbol en árbol
saltaban las ardillas cuando
llegaron los fenicios (más del
80% del territorio), solo un tercio
subsiste hoy, siendo en cambio
muy abundantes los espacios
ocupados por formaciones
subseriales, en las que
normalmente falta el estrato
arbóreo.
3. FACTORES QUE DETERMINAN LOS PAISAJES
VEGETALES. El primero es el clima, básicamente por el
volumen y distribución de las precipitaciones y por
las variaciones de temperatura. La herencia
climática también es importante.
Además influye la disposición del relieve, por el
descenso de las temperaturas con la altitud y la
orientación al sol (solana/umbría) y a los vientos
dominantes (barlovento/sotavento; efecto foehn).
Los suelos introducen condiciones para la
vegetación en función de los componentes de la
roca madre, de la riqueza en humus de su
horizonte A o de su evolución. Los peninsulares
suelen ser pardo-forestales y no muy ricos, salvo
los del bajo Guadalquivir.
Finalmente, un factor a menudo decisivo es la
acción antrópica: los humanos talan bosques o
los clarean (dehesas), sustituyen especies por
otras más rentables, construyen
infraestructuras…
5. LA VEGETACIÓN ATLÁNTICA
(EUROSIBERIANA).
Verdes prados y bosques de árboles
de hoja caduca (frondosas
caducifolias) se extienden por la
Iberia húmeda.
Es por la abundancia de
precipitaciones por lo que es éste el
ámbito peninsular con mayor
extensión de bosques.
La acción humana ha sustituido en
amplios espacios el bosque original
de robles y hayas por especies de
crecimiento más rápido, con fines
maderables: pinos y eucaliptos.
Con la tala, también ha extendido las
formaciones arbustivas (landas de
tojos o árgomas) y los pastizales
(gramíneas).
Las hayas no están presentes en
Galicia por la acidez de los suelos.
Asturias es la región que conserva
más formaciones nemorales
(bosques).
8. Pinus pinaster -marítimo, resinero, negral- de Pinus insignis o radiata del País Vasco
Galicia
Landa de tojos (árgoma)
Eucaliptos en Cantabria
9. LA VEGETACIÓN MEDITERRÁNEA.
La encina o carrasca es el árbol
mediterráneo por excelencia y
los encinares, los bosques que
definen el paisaje.
Pero, cuando colonizó la
península, el clima era más
húmedo y frío, por lo que se
halla ahora en condiciones
disbióticas (desfavorables):
cuando se talan, los encinares
se recuperar muy mal.
Apenas se encuentran en
Encina (Quercus ilex)
estado natural, suelen estar
humanizados como dehesas
(clareados y sin arbustos) para
que paste el ganado.
La actividad agraria y la presión
urbana los han hecho
desaparecer de muchos
lugares, siendo sustituidos por
pinares o estepas.
10. Las sustituciones del encinar En el suroeste peninsular, más
húmedo, el alcornoque acompaña a
Alcornoque (Quercus suber)
la encina.
En las tierras ibéricas altas y frías, la
sustituye la sabina.
El piedemonte de los sistemas
montañosos lo ocupan dos robles de
menor porte que los atlánticos, el
rebollo y el quejigo.
Los pinares sustituyen a los
encinares en cualquier espacio: pinos
piñoneros, resineros, silvestres o
carrascos, que es el utilizado en las
repoblaciones.
Sabina
Quejigo (Quercus lusitanica) Rebollo (Quercus pyrenaica)
11. Los omnipresentes pinos
Pinus pinaster (resinero) del piedemonte
ibérico
Pinus pinea (piñorero) al sur del
Duero
Pinus halepensis (carrasco) de la costa
mediterránea y los páramos
Pinus sylvestris (silvestre) del Sistema Central
12. Estepas mediterráneas La Iberia mediterránea conserva
pocos de sus encinares
Maquis originales debido a la acción
antrópica.
La aridez climática ha extendido
las formaciones subseriales de
tipo estepario:
El maquis de jaras, brezos y
madroños se desarrolla sobre
suelos silíceos (ácidos).
Jara
La garriga de romero, tomillo o
espliego, sobre suelos
calcáreos (básicos).
El Sureste peninsular, más
árido, lo ocupa una estepa
xerófila de palmito, coscoja o
esparto.
En el dominio estepario, los
Brezo
árboles buscan el agua a lo
largo de los ríos (formaciones
de ribera: chopos, álamos,
sauces, olmos).
14. LAS MONTAÑAS. Por encima de los 1000
-1500 metros, la altitud y la
exposición de las laderas al
sol y el viento introducen
condiciones especiales para
la vegetación.
A medida que el frío y la
humedad aumentan con la
altitud, y dependiendo de la
Sierra de Guara orientación a la solana o la
umbría, las especies
vegetales se van
sucediendo hacia la cumbre
formando escalones de
vegetación. Es lo que se
denomina una CLISERIE.
En la base de la cliserie
siempre aparecen especies
de la zona en la que la
montaña se ubique.
15.
16. El ámbito canario subtropical
LA VEGETACIÓN DE CANARIAS. nada tiene que ver con la
vegetación peninsular.
Las suaves temperaturas y la
falta de lluvias ocasionan una
vegetación xerófila de plantas
suculentas (cactus: cardones,
tabaibas, chumberas) y
palmerales.
Las islas montañosas albergan
Cardones también bosques de pino
canario, resistente al fuego, y, en
las laderas expuestas al norte,
Tabaiba más húmedas, de laurisilva y
fayales.
Fayal-brezal
Laurisilva
17. En definitiva, la vegetación, cada vez más humanizada, tapiza de colores
nuestros montes y campos, jugando un papel esencial en la preservación
de los espacios naturales.
Recogida de brezo en Alemania.