Bloque 2: Comentario Mapa de suelos de la Península Ibérica.
1. Comentario Mapa de suelos de la Península Ibérica.
A) Aspectos generales
Identificación del tipo de fuente: Mapa temático, de superficie,
corocromático.
Fenómeno geográfico representado: Tipos de suelos
Espacio geográfico al que se refiere y fecha: España
Estamos ante un mapa temático corocromático que representa, en superficie, los diferentes
tipos de suelo que hay en España.
B) Comentario
Definición del fenómeno geográfico representado: el suelo.
El suelo es la capa superficial de la superficie terrestre. Su formación y composición
resultan de la alteración del roquedo por el clima fundamentalmente, por lo que estos dos
elementos (roca madre y clima) son factores condicionantes a la hora de hacer algunas de
las diferentes clasificaciones que existen de los suelos, como es el caso de la que nos ocupa
en este mapa. Cuando estamos ante suelos determinados por ambos factores, hablamos de
suelos zonales. Cuando estamos ante suelos determinados por condicionantes locales
diferentes al clima (pero sí, generalmente, de la roca madre), decimos que estamos ante
suelos intrazonales. Y, por último, cuando tenemos ante nosotros suelos jóvenes y poco
evolucionados, que todavía no han desarrollado características que los definan plenamente,
hablamos de suelos azonales.
Características de su localización o distribución: diferenciación de áreas y
características de cada una de ellas
Explicación: del fenómeno geográfico utilizando los conocimientos que se
tienen sobre él: causas y consecuencias de la distribución.
En el mapa observamos esa distribución. Los suelos zonales están repartidos en dos
áreas definidas por el clima: los de clima oceánico y los de clima mediterráneo.
Los suelos de clima oceánico están repartidos por el NO y N peninsular.,
fundamentalmente Galicia y la cornisa cantábrica. Estos suelos son la tierra parda húmeda
y los suelos rankers, suelos característicos cuando el roquedo es silíceo y la tierra parda
caliza y terra fusca cuando el roquedo es calizo. Son suelos bastante evolucionados, ricos
en materia orgánica pues la cobertura vegetal es abundante por las precipitaciones. Son
suelos que tienden a la acidez por las lluvias que disuelven las bases y, si la roca madre es
silíciea, este efecto se multiplica.
La tierra parda húmeda y los suelos ránkers son predominantes en el NO; Galicia,
centro y oeste de Asturias, mitad oeste de la provincia de León y Sanabria en Zamora,
aunque también los podemos encontrar en otros lugares aislados de la cornisa cantábrica.
Se diferencian en que los primeros son más evolucionados, más ricos y, si se contrarrestra
su acidez con cal, son excelentes para el cultivo. Los suelos rankers, por el contrario, son
2. de poco espesor pues se encuentran en zonas altas o de pendiente y están sometidos a la
erosión. En este caso son sobre todo aptos para pastos y bosques.
En cuanto a los suelos oceánicos sobre roca caliza, la tierra parda caliza y la terra
fusca, se encuentran sobre todo en la parte oriental de la cordillera cantábrica, en el
Sistema Ibérico y zonas de los Pirineos. En el caso de la tierra parda caliza, más
abundante, es una tierra de excelentes rendimientos en cultivos como las judías y el maíz,
además de para prados permanentes. Por su parte, la terra fusca, es escasa y aparece en
puntos aislados. Sobre todo en zonas altas, montañosas y en otras donde la roca caliza es
más dura. Son suelos menos evolucionados y, al igual que los rankers, su principal
dedicación es forestal.
El otro conjunto de suelos zonales es el que está situado en la zona mediterránea.
Aquí volvemos a distinguir entre los suelos sobre roca silícea (Tierra parda meridional) y
los que se encuentran sobre roca caliza (suelo rojo mediterráneo) además de los que se
encuentran en las cuencas sedimentarias sobre arcillas y margas (vertisuelos o tierras
negras) y los de clima estepario (serosem).
La tierra parda meridional es abundante en el oeste de la península, por la
naturaleza de su roquedo silíceo. Es un suelo muy ácido por su origen y de poco humus por
no abundar la vegetación, por esta razón está muy sujeto a la erosión. Se extiende por toda
la Vía de la Plata, en las penillanuras de Zamora y Salamanca y en la extremeña hasta el
norte de Huelva, zonas donde abunda el paisaje de dehesa salpicado de encinas y pastizales
que se desenvuelven en este tipo de suelo. Este suelo, si se encala para rebajar su acidez y
se abona para compensar la falta de nutrientes, puede dar cultivos de cereal.
El suelo rojo mediterráneo se intercala con el anterior en la cuenca del Guadiana y
también aparece en zonas de Alicante y Andalucía. Es un suelo rico en nutrientes y
excelente para todo tipo de cultivos.
Los vertisuelos o tierras negras se encuentran, como ya se ha dicho, en cuencas
sedimentarias, sobre todo en la cuenca del Guadalquivir. También aparece en otras zonas
más localizadas como en las cercanías de Pamplona o la tierra de Barros en Badajoz. Estos
suelos son los más fértiles de España pues se renuevan constantemente. Esta renovación es
debida a las tensiones entre épocas de sequía, donde la tierra se cuartea y se rellena de
sedimentos, y de humedad, cuando al hincharse los sedimentos actúan como una cuña.
Los suelos subdesérticos o serosem son suelos localizados en zonas donde el clima
mediterráneo se caracteriza por una gran sequía. Son lugares como los Monegros en
Aragón o zonas de Almería. Son suelos muy pobres pues apenas tienen vegetación y solo
son fértiles cuando se riegan, pero en ese caso están sujetos a la salinización, pues la
evaporación es muy alta.
Por último, pasamos a comentar los suelos que aparecen en el mapa y que no están sujetos
a la acción combinada de clima y roca madre. El más representativo es el suelo pardo
calizo donde, como su nombre indica, la roca madre tiene un papel importante en su
composición, mientras que el clima es sustituido por otros fenómenos locales. Este suelo
ocupa la práctica totalidad de la zona caliza española y está formado por abundante
carbonato cálcico que permite cultivos de cereales, leguminosas, plantas leñosas y huertas,
si se riegan. Por otro lado, destacar los suelos aluviales en las orillas de los ríos, aptos
para cultivo de huerta.
3. Conclusión:
La diversidad de climas y de roquedo en España hace que los suelos que surgen de su
combinación sean también muy variados. Esto motiva que encontremos suelos de fertilidad muy
diferente, lo que, además, unido a la enorme variedad del relieve de nuestro país, produce una
combinación enorme de paisajes tanto naturales como agrarios.