3. Son particularmente susceptibles de conocer la exclusión, la pobreza y los sufrimientos generados por el conflicto armado, cuando ya son objeto de discriminación en tiempo de paz.
15. Otras se implican prestando apoyo en operaciones militares, aunque no porten armas.
16. Por último, hay mujeres que, en contra de su voluntad, se encuentran inmersas en mitad del conflicto, prestando muy distintas funciones, sufriendo represalias tanto de las fuerzas adversarias como de sus secuestradores.
24. Antes, nosotras no vivíamos en la violencia, éramos muy pobres pero vivíamos de la agricultura, la pesca, los animales domésticos en 49 comunidades del Atrato Chocoano y Antioqueño. Teníamos herramientas, medicinas, comprábamos lo que necesitábamos.
25. Cuando se agudizó la guerra empezó el bloqueo económico, y no nos dejaban salir ni a comprar comida. Ellos están interesados en nuestras tierras por lo del canal (Canal interoceánico al Pacífico) y por lo de los recursos de nuestro territorio (minerales y biodiversidad). Después empezaron los bombardeos desde los helicópteros y nosotros no estabamos en combate con nadie. Tuvimos que empezar a salir corriendo con nuestros hijos y dejar todo y escondernos varios días en el monte, en la selva.
26. A las mujeres que cogían las violaron, las mutilaron y destrozaron. A las mujeres paridas nos amenazaban para que saliéramos y nos fuéramos de nuestras casas.
27.
28. En el camino hubo alumbramientos, a los viejos y a los que se enfermaban la comunidad les ayudaba. La solidaridad era mucha; lo que alguno cogía para comer, lo repartía.
29. En Pavarandó vivimos la desidia del gobierno; los niños y niñas, los viejos y las mujeres paridas tienen su comida asegurada; los otros nos hemos quedado sin comida hasta dos semanas.
30. Ahora dependemos totalmente de afuera; no podemos trabajar en nada, no tenemos dinero para comprar lo básico…”
31. (Apartes de la Declaración de las Mujeres Campesinas de 49 Comunidades Desplazadas en Pavarandó-Uraba, Colombia. En 1997 se encontraban allí unas 6. 000 personas desplazadas.)
36. Nobel Lecture, 8 December, 1982: “The Solitude of Latin America”, in Nobel Lectures in Literature 1981-1990, World Scientific Publishing Co., Singapore, 1994
37. A la opresión, a la explotación y al abandono, nosotros respondemos con la vida. Ni las inundaciones, ni las epidemias, el hambre y las catástrofes, ni siquiera las interminables guerras que han durado siglos, han podido vencer la fuerza incesante de la vida sobre la muerte. Es una ventaja que crece y acelera cada vez más: cada año las vidas que se encienden superan en más de setenta y cuatro millones las que se apagan, un número de nacimientos suficiente para multiplicar por siete cada año, la población de Nueva York. La mayor parte de esos nacimientos tienen lugar en América Latina. Al mismo tiempo los países más ricos siguen acumulando armas de destrucción capaces de aniquilar, más de cien veces, no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de las criaturas que han respirado y respiran en este desventurado planeta.