1. Rima XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!
He elegido esta rima porque, a pesar de su brevedad,
expresa mucho sentimiento y hace que reflexionemos
sobre lo que somos capaces de hacer por amor.
Utiliza la elipsis (“por una mirada, daría un
mundo;”), una exageración general (hipérbole), la
anáfora en los tres primeros versos (“por”) y
paralelismo en los dos primeros. A través de esto,
Bécquer nos quiere transmitir lo mucho que le
importaba su amada, quiere reflejar el gran amor que
sentía por ella.
2. En cuanto a la estructura, yo dividiría el poema en
dos partes aunque sería una división un tanto
forzada, porque realmente todo el poema nos
transmite lo mismo: lo mucho que le importa al autor
esta persona y lo que daría por ella. La primera parte
vendrían a ser los dos primeros versos, los cuales
expresan cuanto valen los gestos de su amada (una
mirada y una sonrisa). La segunda parte serían los
dos últimos versos, que nos muestran que el valor de
un beso de la mujer no se puede calcular, el autor
llega a la conclusión que por mucho que busque no
va a encontrar algo que equivalga a un beso suyo, y
no sabe ni qué daría si ocurriese.
El poema consta de una sola estrofa de cuatro versos
octosílabos (arte menor) utilizando una rima
asonante y típica romántica: dejar libres los pares
rimando los impares.