2. Los Millennials (déjenme que no lo traduzca) son aquellos jóvenes nacidos con la
década de los 80 (en general se habla de 1982 pero eso es una cuestión que no tiene
demasiado interés). Lo más importante de este grupo es lo que los diferencia de sus
inmediatos predecesores, la Generación X, los treintañeros de hoy, entre los que se
incluye un servidor. De hecho, los Millennials poseen unos rasgos que les aproximan
más a sus abuelos que a sus propios padres.
3. ¿Qué es lo que diferencia a estos jóvenes? Según las investigaciones de Howe y
Strauss, realizadas especialmente en EEUU (ello no le resta importancia dada la
homogeneización de actitudes y comportamientos que supone la globalización), los
Millennials son personas más a versas al riesgo, lo cual les lleva a posee un
pensamiento más estratégico, tomando sus decisiones en función de los beneficios
que éstas les van a reportar en el largo plazo así como considerando el efecto que
dichas decisiones va a ejercer sobre la comunidad.
4. La palabra comunidad es clave a la hora de definir a los Millennials. Nuestros abuelos
tenían una sensación de pertenencia a una comunidad mucho más arraigada que
nosotros, la Generación X. No estamos hablando de la pertenencia a una pandilla de
amigos, sino de algo más global: una ciudad, una nación, un planeta. Este rasgo también
se observa entre los Millennials, de ahí el éxito de las redes sociales. Nuestros abuelos
usaban el boca-oído, los veinteañeros se sirven de nuevos medios como Tuenti.
5. Y si hablamos de marketing político? Los Millennials son un grupo
extraordinariamente importante para la clase política. Lo estamos observando en
EEUU y la candidatura de Obama, pero también en España y el Gobierno de Zapatero.
Los Millennials son personas con una tasa de participación en las elecciones mucho
mayor que sus predecesores. Es lógico si tenemos en cuenta su preocupación por la
comunidad. Por otro lado, son individuos positivos y creo que es ahí donde radica el
éxito de ZP con los jóvenes: un mensaje positivista contra viento y marea. Un último
rasgo a destacar de los Millennials es la consideración de sí mismos. Se sienten
especiales, así que trátenlos como tales. Esto tiene un efecto sobre la Política
interesante. Los Millennials están dispuestos a ser protegidos por el Estado
precisamente porque se sienten especiales. En cambio, la Generación X no se siente a
gusto con este tipo de regulaciones, ya que entienden que el Estado las aprueba para
controlarles, no para protegerles.
6. Por último, ¿cómo gestionar las marcas frente a los Millennials? Algunas cuestiones ya
las hemos anticipado, como la necesidad de responsabilidad corporativa real. No
obstante, también debemos destacar que los Millennials pueden ser un empujón para
las grandes marcas, marcas que con su poder sean capaces de cambiar las cosas de
verdad, de mejorar la comunidad. De hecho, Newman advierte de que en cierta medida
la famosa teoría del Long-Tail puede no ser tan efectiva como en el caso de la
Generación X, aunque estas son cuestiones sobre las que hay que trabajar mucho más.